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Una alternativa muy interesante para los conductores en la actualidad son los vehículos de gas. Además de la ventaja de que muchos de ellos obtienen la etiqueta Eco de la DGT en España, su coste de utilización es muy reducido gracias al bajo precio del combustible. Además, esta solución no sólo es válida para vehículos nuevos, también para los usados.
En principio, todos los coches con motores de gasolina que cumplan la Euro 3 y posteriores normas anti contaminación se pueden adaptar para funcionar con gas.
Qué tipos de coches de gas existen
En la actualidad hay básicamente dos tipos de gas que se utilizan en automoción. Por un lado, están los que emplean el GLP como combustible y, por otro, los que utilizan el GNC. Se trata de dos gases diferentes y los motores que utilizan uno de estos combustibles no pueden utilizar el otro, aunque sí pueden funcionar con gasolina.
Es decir, los turismos de GLP son bifuel y pueden funcionar con gasolina o GLP indistintamente. Del mismo modo, los modelos de GNC pueden funcionar con GNC o con gasolina, pero los de GLP no pueden usar GNC ni viceversa.
El gas GLP es básicamente propano y su nombre hace referencia a que es un gas que se almacena en estado líquido (Gas Licuado del Petróleo). En el depósito del coche, que suele estar ubicado donde estaría la rueda de repuesto, lo que se carga es el gas presurizado a presiones de unos 3 bares en estado líquido. Esto permite un volumen bastante reducido del depósito, que suele ser de 50 u 80 litros, dependiendo del modelo.
Por su parte, el GNC es otro tipo de gas (gas natural o metano) y no se almacena en estado líquido sino como gas comprimido, de ahí sus siglas. Ocupa más espacio que el GLP y se almacena a presiones mucho más altas, cercanas a los 200 bares de presión. Esta presión es la que requiere de unos procedimientos de repostaje diferentes y, por lo tanto, que no sea compatible con el uso del GLP.
Qué ventajas tienen los coches de gas
Tanto el GNC como el GLP son gases que gozan de una serie de beneficios fiscales que hacen que su coste sea muy ventajoso para el usuario, lo que permite unos ahorros en el coste por kilómetro recorrido muy buenos. El gasto en euros de un coche de GNC o de GLP es entre un 30 y un 45 por ciento más barato que el de un modelo equivalente con motor diésel o de gasolina.
Además de un coste menor en el combustible, los vehículos de gas tienen una combustión que genera menos residuos, lo cual alarga la vida útil del motor y reduce los costes de mantenimiento.
Su autonomía es mayor al disponer de dos depósitos y dos combustibles. Los coches de GLP y GNC funcionan con gasolina o con gas indistintamente, lo cual puede llegar a duplicar su autonomía, aunque lo razonable es usar lo mínimo posible la gasolina para poder aprovechar el menos coste por kilómetro del gas.
Por otro lado, los vehículos que usan GNC como combustible son más ecológicos. El gas natural es un gas que resulta más nocivo para el medio ambiente si se emite como tal que los gases resultantes de su combustión. Es decir, es más contaminante el combustible en sí mismo que los gases que salen del escape una vez combustionados. El uso del GNC como combustible ayuda a reducir así las emisiones de gases de efecto invernadero.
Cuáles son las desventajas de los coches de gas
Los inconvenientes de los coches de gas están en su mayor complejidad, puesto que necesitan de dos sistemas de alimentación y es necesario realizar un mantenimiento de la instalación del sistema de gas, renovar sus conductos y verificar el timbrado de los depósitos presurizados de GNC.
En el caso de los coches de GNC, otro inconveniente es que la red de puntos de repostaje de en España es muy pequeña. Este problema no existe con los de GLP, pues disponen de una red de estaciones de servicio que cubre prácticamente todo el territorio español.
En la actualidad, el mayor inconveniente de los coches de gas es que, tras la firma del Estado de Emergencia Climática por parte del Gobierno de España, se pondrá fin a las bonificaciones a estos combustibles. En pocas palabras, es previsible que la diferencia de precio a favor del GLP y del GNC respecto al gasóleo o la gasolina dejen de existir.