Reportaje

Volkswagen Race Tour: ¡lo probamos todo!

El nuevo Volkswagen Beetle fue el protagonista de la jornada.

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19 de noviembre, 2011

Bueno, casi todo… Especialmente, si hablamos de la gama deportiva de Volkswagen: el Golf GTI 35, el Polo GTI, el Golf Cabrio y el nuevo Beetle TSI de 200 CV, auténtico protagonista de la jornada.

Cada año, Volkswagen pone a disposición de sus clientes el Race Tour, una experiencia en la que pueden probar las últimas novedades de la marca en diferentes circuitos. Esta semana “toca” en el Jarama; el trazado madrileño acoge modelos como los Polo y Golf GTI 35, el Golf Cabrio, el Touareg y el Tiguan (para descubrir las posibilidades off-road de ambos), y un invitado muy especial, el nuevo Beetle TSI de 200 CV.

Nos han invitado a la primera jornada de pruebas; la prensa se divide en grupos tras el “briefing” del piloto Miguel Ángel de Castro, al frente de los expertos monitores. ¿Por dónde empezamos? Por un ejercicio de frenada asimétrica con el Volkswagen Golf Cabrio. Primero, me pongo al volante de la unidad con ABS, coloco el cambio DSG en la posición “S” (de “Sport”, claro) y acelero a fondo, hasta alcanzar 40-50 km/h. Recorro unos 50 metros y freno de golpe con todas mis fuerzas; las ruedas del lado derecho del coche pisan asfalto normal, las del lado izquierdo, una superficie mojada que resbala como el hielo. Pero lo único que ocurre es que el vehículo se detiene con el característico sonido del ABS entrando en acción.

Después, repetimos con otro Golf Cabrio; esta vez, el ABS se ha desactivado. El derrape está asegurado. Teniendo en cuenta la velocidad a la que que se realiza la actividad y las amplias “escapatorias”, la seguridad está garantizada, pero nunca está de más recordar lo útil que puede ser este sistema… Y este ejercicio es una de las mejores formas de hacerlo.

Bailando con “Mickey Mouse”

Un poco más allá, espera un Polo GTI dispuesto a enfilar una serie de conos que serpentean en paralelo, dibujando un circuito muy estrecho. Se trata de un trazado tipo “Mickey Mouse” (llamado así por ser “ratonero”) en el que se comprueba la agilidad del modelo. No hay que tirar ningún cono, por supuesto, y aunque las curvas se agolpan, el Polo las digiere sin rechistar. Unas suspensiones rígidas, que soportan sin problemas los traslados de peso de un lado a otro, son la clave.

¿Quieres ver qué se hace en un VW Race Tour? ¡Mira este vídeo!

Tirarse de cabeza

No te lo voy a negar: colocar el coche en la cresta de una colina, de tal manera que sólo ves el cielo, y encarar después una bajada que, desde tu posición, parece completamente vertical, asusta. Pero el monitor que llevo a mi lado en el Volkswagen Tiguan dice que lo único que hay que hacer es conectar los controles “off-road” y dejar caer el vehículo. Me encojo de hombros: “Sabe muy bien lo que dice”, trato de convencerme. Y, sin pensármelo mucho, suelto el freno. Se me olvidaba mencionar que la pista está completamente embarrada, pero los dispositivos actúan impidiendo que el Tiguan se embale y lo depositan, sano y salvo, al final de la cuesta.

Ahora, toca subirla: me acerco a un ritmo moderado y… ¡Gas! Me planto “en la cima” sin que el vehículo haya hecho ni un intento de quedarse “varado”. Después, repetimos con el Touareg en una pendiente aún mayor. El resultado es el mismo: suavidad pura bajando, fuerza y empuje hacia arriba. Es casi magia.

Queda algo más antes de dejar los TT: una pista en la que nos inclinamos lateralmente en un ángulo casi imposible. También pasamos enormes baches y trialeras mientras notamos cómo los diferenciales cumplen con su trabajo. Salgo de allí con el claro convencimiento de que todo comprador de uno de estos coches debería pasar por un cursillo similar para que supiera que su 4×4 puede salir “de excursión”… Y para que averiguase hasta dónde puede llegar.

200 CV sobre la pista

Los del nuevo Beetle 2.0 TSI, flamante, impoluto y con detalles tipo fibra de carbono en el interior, para dar ambiente “racing”. Estamos a punto de salir a la pista del Circuito del Jarama y ese momento siempre es especial… Aunque, como en este caso, sea el monitor quien conduce. Me explica que el coche es muy estable y que apenas se balancea en las curvas (y en la “S” de Le Mans, eso es todo un logro).

Volvemos a boxes y cambiamos de asiento: es mi turno. Efectivamente, el Beetle digiere los cambios de apoyo con facilidad y no protesta cuando lo fuerzas. Es noble, aplomado, fácil de llevar. ¿Pasará lo mismo con el Golf GTI 35?

[auto_quote quote=»Sólo quedan 70 Golf GTI 35″ quote_title=»200 Golf GTI 35 para España» quote_description=»El Volkswagen Golf GTI 35 tenía 200 unidades destinadas al mercado español. Ya sólo quedan 70; el resto se ha vendido, así que… ¡Date prisa si quieres hacerte con uno!»]

Pues no, la verdad es que con este Volkswagen, la cosa cambia. Para empezar, acelera más deprisa (cuenta con 235 CV), lo que le permite ofrecer más sensaciones. Pero también se mueve mucho más que el Beetle, lo que exige una conducción «fina» para que no insinúe coreografías extrañas. Una nueva llegada a final de recta y el monitor me pide que frene con fuerza para comprobar cómo se comporta el equipo. De diez: mordiente acusada, tacto del pedal dosificable y nada de desfallecimiento (y eso que ya llevamos dos vueltas a un ritmo bastante “ligerito” y les hemos pedido que trabajen lo suyo…).

Llega la hora de “bajar de la nube” y volver a la realidad. Durante todo el fin de semana, unos 1.800 clientes de la marca repetirán esta experiencia. Más tarde, el Volkswagen Race Tour se trasladará a Los Arcos (Navarra), Castellolí (Barcelona) y Monteblanco (Huelva). Diversión, seguridad y novedades en el mismo “pack”, ¿alguien da más?

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