Volkswagen Race Tour

35 fotos
Autor: Autocasión
02 de diciembre, 2010
Una experiencia completa que elevará tus pulsaciones tanto en circuito, trazando cada curva y pisando a fondo en recta, como fuera de él a los mandos de sus 4x4 subiendo por auténticas paredes.
La casa de Wolfsburg te lleva de circuitos para que te sientas como un verdadero piloto al volante de los Volkswagen Golf R, Polo GTI y Scirocco R. Pero, además de aprender a trazar con sus modelos más radicales y recientes, te enseña cómo se comporta un Sharan sin y con ABS para que luego tú lo experimentes en tus propias carnes. Y, por si todo esto fuera poco, te dejan hacer un poco el cabra con sus todocamino, los Volkswagen Tiguan y Touareg.
Esta iniciativa ya tiene 5 años y sirve para acercar las virtudes de sus coches más representativos a los clientes. Este año ha tocado en Montmeló -del 15 al 18 de noviembre-, Jarama -en la que estuvo hoyMotor, del 30 de noviembre al 3 de diciembre- y Monteblanco -13 y 14 de diciembre; aún estás a tiempo de asistir, mira en la web de VW.
A nosotros nos convocaron en el circuito madrileño, al que llegamos frotándonos las manos, por el frío y por la ganas de saber lo que nos esperaba. Después de identificarnos, fuimos directos a un box y, tras abrir boca con un café y entrar un poco en calor, directos al plato fuerte.
Nos subimos al Golf R DSG. La primera vuelta de reconocimiento la dimos como copilotos, mientras comentábamos con el piloto el estado de la pista y nos daba las claves para sacar el máximo rendimiento en el asfalto mojado. Después nos cambiamos de asiento para volver a disfrutar, esta vez más -ya lo probamos en hoyMotor antes del verano-, de la conducción de este tracción total con las oportunas indicaciones de nuestro copiloto para aprovechar cada uno de los 270 CV de potencia de este tremendo Golf.
Las marchas se suceden de forma fulgurante y el sonido que inunda el habitáculo te pone los pelos de punta. El firme está mojado y hay que ir muy fino para no perder tracción, ni desperdiciar un segundo. Es aquí cuando nos damos cuenta de que cruzar el coche, puede ser divertido; pero lo es más trazar apurando cada milímetro de suelo, sin tocar los pianos -con agua, trompo casi seguro-. Aun con tacto, el Golf subviró en alguna ocasión al entrar al viraje -por no frenar lo suficiente y mover el volante bruscamente- y sobreviró al salir -por pisar más de la cuenta el acelerador y no tener las ruedas rectas-. En ambos casos los controles lo volvieron a poner en su sitio, no sin antes dejarnos hacer.
Así, es obligado acelerar progresivamente, girar suave tirándote al vértice y salir al exterior con el volante recto, mientras vuelves a abrir gas poco a poco para no perder inercia. Y todo mientras subes de 3ª a 4ª y bajas de 4ª a 3ª -no reducimos más para no perder motricidad– en «cerocoma«, como buen DSG.
Después de subir Bugatti, pasar Súper 7 y tomar la Hípica como se debe, acelerador a fondo que viene la recta y los 200 km/h duran poco. Al final te espera la primera curva a derechas que tomas después de salir del pit lane.
Despúes cambiamos de coche y nos subimos al Scirocco R -que también hemos probado ya en la web– y las sensaciones transmitidas por su mítico hermano se acentúan, a pesar de rendir 5 CV menos que el anterior. El Scirocco va más suelto, tanto que en determinados momentos hay que tenerle fe. El eje anterior de este tracción delantera, con diferencial eléctrónico delantero XDS, es más brusco y nervioso en mojado que el eficaz sistema 4Motion del superventas compacto. En seco es otra cosa, porque la ligereza juega a su favor; aunque nosotros seguimos prefiriendo los matices del Golf, que pisa mejor y va más aplomado y fino.
Continuamos con el agilísimo Polo GTI en el circuito de conos Mickey Mouse, similar a un karting, para comprobar lo rápido que cambia de apoyo. Este bólido urbano monta un motor 1.4 TSI de 180 CV de potencia y una dirección rapidísima y suave. El cambio de doble embrague de 7 velocidades redondea el conjunto.
Por último, probamos los Tiguan y Touareg -pudimos conducir la versión con reductora, es decir la única que es un todoterreno de verdad- en un firme difícil, una pista de arena que, con la lluvia, se convirtió en un barrizal por el que los dos 4×4 eran capaces de pasar como si tal cosa. Nos tiramos por pendientes de vértigo y las subimos con una facilidad pasmosa, pasamos peraltes imposibles, zonas bachaedas y otras con grandes desniveles en las que cruzamos ejes con rueda libre al suelo.
En definitiva, un día de lo más completo para todos los asistentes de la prensa especializada en el que llegamos a la conclusión de que este tipo de iniciativas deberían ser obligatorias, además de por lo que divierten a cualquier amante del motor, por los conocimientos teóricos y prácticos que se adquieren en materia de seguridad. Recuerda que es importantísimo conocer las reacciones de tu coche al límite para salir airoso de situaciones imprevistas.
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