Reportaje

Qué significa el logo de Morgan

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24 de octubre, 2016

¿Qué significa el logo de Morgan? Morgan es una de esas marcas absolutamente atípicas en la historia del automóvil. Mientras la competencia se enzarza en buscar la última aplicación para su sistema multimedia, estos ingleses se centran en lo único que interesa al apasionado por el automóvil: que sentarse a sus mandos sea una experiencia inigualable.

No es una marca muy conocida, aunque para los que nos gustan los clásicos es todo un símbolo que demuestra que no es necesario un sistema multimedia de última generación, ni diseños de vanguardia, ni ser el más rápido, ni el más eficaz… basta con algo muy simple para que uno disfrute al volante. Ésa es la clave del éxito de la marca cuyo emblema traemos hoy a la serie de reportajes sobre qué significan los logos de las marcas de coches: Morgan.

En 1909 Henry Frederick Stanley Morgan funda la compañía Morgan Motor Company en el Reino Unido con el propósito de producir sencillos vehículos motorizados. No está muy claro el origen del diseño de su logo, una rueda con alas. Hay quien atribuye este diseño a un as de la aviación de la Primera Guerra Mundial, el Capitán Ball, quien dijo en su momento que conducir un triciclo Morgan era lo más parecido a volar en uno de aquellos primitivos aeroplanos, pero parece más una leyenda urbana que algo probado.

Lo cierto es que la mayoría de los fabricantes británicos de principios del siglo pasado solían añadir unas alas a sus insignias. El motivo es que los coches y los aviones eran las máquinas más fascinantes de la época. Tampoco fue muy original su fundador a la hora de ponerle nombre a su compañía, algo también muy frecuente en aquella época: Daimler, Bentley, Bugatti, Peugeot, Citroën, Rolls Royce, Benz… todas ellas emplean el apellido de su fundador para nombrar a su marca, de modo que H.F.S. Morgan debió de pensar «¿por qué voy a ser yo menos?».

Morgan: la esencia del automóvil

Los modelos de Morgan apenas han variado en más de cien años.

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Resulta curioso que después de un siglo se sigan fabricando coches del mismo modo y con el mismo espíritu que el original. Salvo los motores y el sistema de iluminación o los cinturones de seguridad, cuando uno se pone a los mandos de un Morgan está haciendo un viaje en el tiempo de más de cien años.

Uno de los secretos de esta compañía es que ha sabido mantenerse fiel a sus principios y siempre ha tenido claro que su guerra no era luchar por vender más y más unidades. Mientras sus rivales crecían de forma monstruosa, invertían millones en modernizar sus factorías, en contratar decenas de miles de operarios, en investigar en nuevas tecnologías… Morgan apostó por seguir su camino y ofrecer un producto diferente que siempre tendría clientela. No se trata de ser el más rápido, ni el más revolucionario, no. De lo que va su aventura es de ofrecer sensaciones a quien se sienta en uno de sus coches, y no me refiero a un ambientador que estimule nuestro olfato, aquí son otros los sentidos que se excitan.

No se han convertido en un monstruo empresarial ni sus fundadores son archimillonarios, pero tampoco les va mal y parece que su fórmula ha sido un éxito. Han visto pasar por delante de sus puertas el cadáver de la British Motor Company -de la que sólo sobrevive Mini en Europa- y de muchas otras que pensaron que crecer era el camino, mientras ellos siguen fabricando poco más de medio millar de coches al año y con listas de espera de más de un año para sus clientes. Como anécdota, en los años de esplendor de la compañía la lista de espera llegó a ser de casi 10 años, pero no está mal saber que tienes vendido todo lo que produzcas este año y el siguiente.

Sólo hay un motivo que les ha hecho renunciar en parte a su tradición: la inminente desaparición de los motores de combustión con combustibles tradicionales. Sí, Morgan ha presentado un nuevo modelo eléctrico, pero con el espíritu que siempre ha definido sus productos y fieles a sus principios.

El coche eléctrico más apasionante

El Morgan EV3 demuestra que un coche eléctrico puede ser apasionante.

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Que el coche con motor de gasolina o diésel se va a acabar es una realidad inminente. Puede que no sea mañana ni dentro de 10 años, pero está claro que es un animal en peligro de extinción porque su alimento es finito. Los coches eléctricos poco a poco van ganando su cuota de mercado y se van revelando como una alternativa cada vez más real.

Mientras las grandes marcas se centran en diseñar coches eléctricos ultraeficientes, aerodinámicos, prácticos y con más y más autonomía, Morgan se marca un golazo con la presentación hace pocos meses del Morgan EV3 en el Salón de Ginebra, un coche que está dando mucho que hablar y que ya es todo un éxito de la compañía artesanal británica.

Su secreto está, además de en su estética inspirada en los primitivos triciclos de la marca, en que lo que realmente busca este automóvil es emocionar. Una vez más, Morgan no pretende ser la más eficiente, ni lanzar el coche eléctrico con más autonomía ni con las mejores prestaciones. El Morgan EV3 simplemente quiere que uno disfrute a sus mandos de la sensación de conducir.

Para lograrlo, lo primero es hacer un roadster, con el conductor sentado a medio palmo del suelo, sin capota y con un diseño inspirado en los primeros aeroplanos y fabricarlo en madera, aluminio y cuero, nada de materiales aeroespaciales.

Ecológicos de verdad

Los procesos de fabricación de Morgan son más respetuosos con el medio ambiente que las gigantescas fábricas robotizadas.

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Parece contradictorio que un coche de aspecto anticuado se pueda considerar el más ecológico, pero lo cierto es que así es. Cualquier Morgan es más respetuoso con el medio ambiente que el más moderno Toyota Prius.

El truco para lograr este título de producto respetuoso con el medio ambiente está en que son coches muy ligeros. Mover una masa de apenas 600 kg requiere muy poca energía, y eso ya significa gastar poco, pero no sólo es su bajo consumo y emisiones lo que hace que sean ecológicos.

La fabricación de un Morgan tampoco requiere un consumo energético desorbitado. Sus 130 empleados necesitan mucha menos electricidad que toda una legión de robots. Al trabajar con planchas de aluminio, no son necesarias enormes prensas para sus matrices y, además, casi el 100% de un Morgan está construido en materiales reciclables, como la madera, el aluminio o el cuero.

Si esto no fuese suficiente, los Morgan son coches que tienen muchas vidas. Reutilizar es la clave de la ecología y los Morgan se reutilizan casi hasta la eternidad. Salvo que el coche sufra un accidente fatal, prácticamente todo se puede aprovechar para reutilizar el coche. Si falla el motor, se monta otro; si el chasis se oxida, se puede cambiar el bastidor; si se pudren las tablas que conforman su esqueleto, se hacen otras… Basta con desmontar el coche una y otra vez para seguir rodando con el Morgan.

Un Morgan Aero-dinámico

El Morgan Aero mantiene la imagen tradicional, pero con un enfoque de última generación.

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Aunque no es su modelo estrella, Morgan también se ha dejado seducir por los encantos de la tecnología. En 2001 se presentó el Morgan Aero 8, el primer modelo diseñado desde cero por la marca desde 1948. Hasta esa fecha, la compañía británica se había dedicado a ir adaptando su diseño de posguerra a las nuevas mecánicas que iban surgiendo, desde los motores Ford hasta los Rover-Honda.

Sin embargo, en 2001 presenta un modelo completamente nuevo. Su estética tiene cierta inspiración en sus diseños tradicionales, pero es un coche a la última, tanto en tecnología como en concepción. Bajo su larguísimo capó late el V8 de 4,4 litros de BMW, considerado entre los mejores motores de la marca bávara.

En 2007 se presenta una evolución del mismo denominada Morgan Aeromax con carrocería cerrada con una producción limitada a 100 unidades y a un precio que superaba los 130.000 euros.

En la actualidad, es el modelo estrella de la marca inglesa, que lo sometió a una profunda actualización en 2015.

El futuro de Morgan

Morgan no se niega a mirar al futuro, aunque sin perder de vista su tradición.

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Aunque su modelo de negocio está claro, Morgan sabe que tiene que mirar al futuro si quiere seguir viva. Para mantener «tonificado» su departamento de diseño, suelen participar en concursos de elegancia como el de Pebble Beach, donde en 2010 presentaron un concept de formas muy sugerentes bautizado como Morgan EvaGT.

Este tipo de ejercicios de estilo y genialidades como el Morgan EV3 garantizan que podremos seguir disfrutando de automóviles únicos y capaces de generar pasión durante muchos años

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