Reportaje

Coches míticos: Seat Marbella, tanto por tan poco

El Marbella tuvo que cambiar de aspecto tras el divorcio de Fiat.

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30 de mayo, 2020

Tras el final del acuerdo entre Fiat y Seat tuvo que cambiar algo de aspecto y de nombre. No es el más bonito, ni el más rápido, ni el mejor, pero el Seat Marbella ha dejado su huella y hoy en día vuelve a estar de moda por... ¿las carreras?.

Hoy toca recordar a uno de esos coches modestos pero que se merece su reconocimiento. El Seat Marbella fue para muchos el primer coche que tuvieron después de sacarse el carnet de conducir y también el segundo coche familiar. Práctico, de precio económico y todavía más barato de mantener, el Seat Marbella cumplió a la perfección con el cometido para el que fue diseñado.

Seat lo mantuvo en el mercado nada menos que 12 años, entre 1986 y 1998, año en el que fue reemplazado por el Seat Arosa, un modelo que, al igual que el Marbella, nació siendo el mellizo de otro, sólo que esta vez, ya bajo el paraguas de Volkswagen en vez de Fiat.

Seat Panda: ganando al escondite

El Panda tenía una gama completa.

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El Marbella nació siendo una versión más equipada del Seat Panda, el utilitario que Fiat presentó en 1980 y que fue todo un éxito, un proyecto muy bien llevado a cabo. Fiat encargó al lápiz de Giuggiaro el diseño de un automóvil compacto, económico y práctico y lo cierto es que lo bordó. Su estilo no se puede calificar como elegante, casi parece la silueta que trazaría un niño al que le pides que dibuje un coche, pero desde luego tenía personalidad y, además, era muy práctico.

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Sus formas rectas permiten un buen aprovechamiento del espacio y abaratan mucho la fabricación del coche, de modo que se podía ofrecer a un precio muy competitivo. Seat comenzó a fabricarlo bajo licencia de Fiat en 1980 con dos motorizaciones, de 35 y 45 CV(heredados del Seat 850 y del 127 respectivamente), siendo el acabado Marbella el más equipado de toda la gama. Pocos meses después nació una versión intermedia de 40 CV.

Un interior espartano pero práctico y espacioso, un conjunto que apenas llegaba a los 700 kg de peso en orden de marcha y unas mecánicas simples pero de bajo consumo y fiables hacían que el Seat Panda fuese un coche cumplidor y servicial.

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Aunque en España no se llegó a comercializar nunca la versión de tracción total del Fiat Panda 4×4, sí se vendió una alternativa a medio camino entre un utilitario y un SUV, podría decirse que el precursor del Arona, denominado Seat Panda Montaña, además de modelos derivados como vehículos comerciales: el Seat Panda Trans y el Seat Panda Emelba de estilo monovolumen.

Seat Papa: el más radical

Incluso hubo un papa móvil Seat.

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Este Seat Panda es, probablemente, el papamóvil más atípico de todos. Cuesta imaginarse a uno de los personajes más influyentes del planeta a bordo de uno de los coches más sencillos, aunque el nuevo Papa presuma de 4L.

El año del «Naranjito», el Papa Juan Pablo I se dio un baño de masas a bordo de este Seat Panda que no sólo es un papamovil atípico por su modestia, también por estar completamente desprovisto de cualquier clase de blindaje o de seguridad para el Papa. Para más inri, el paseo papal se llevaría a cabo en 1982 en una España en la que los atentados de ETA eran una realidad frecuente.

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Juan Pablo II se subió a bordo de este Seat Panda sin más protección que una barandilla a la que se sujetaba para no perder el equilibrio mientras saludaba al público.

Completamente blanco, con los escudos del Vaticano en las puertas, un parabrisas abatible y cruces en los tapacubos, este Seat es uno de los vehículos más singulares empleados por el Sumo Pontífice.

Seat Marbella: hijo de un divorcio

El Marbella tuvo que diferenciarse del Panda tras el divorcio de Fiat.

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En 1986 Seat ya había dejado atrás su etapa con Fiat como socia y ya era propiedad de Volkswagen, pero la marca necesitaba seguir ofreciendo un modelo económico en su gama, así que se toma la decisión de seguir los pasos llevados a cabo con el Seat Ronda respecto al Ritmo y se modifica el diseño de la carrocería y las mecánicas lo suficiente como para que Fiat no volviese a litigar contra la española.

El Seat dejará de llamarse Panda y adoptará el nombre de algunas de las versiones que tenía anteriormente, de modo que seguían identificándose con la marca. Así pasaron a denominarse Seat Panda y Seat Terra el utilitario y el industrial respectivamente.

El chasis básicamente se mantenía intacto, pero cambiaban el capó, el frontal, los pilotos y el portón trasero, los paragolpes, las llantas… básicamente se conservaban los cristales y las puertas, cambiando todo lo demás, también el interior, que recibía un nuevo salpicadero y asientos.

El Seat Marbella era prácticamente el coche más económico que había en el mercado y, sobre todo, era tan simple que resultaba muy fiable. Pronto se convirtió en un coche ideal para moverse por ciudad gracias a su poco consumo y compacidad, pero también en los pueblos fue el sustituto perfecto del Renault 4L. Tenía una buena altura libre y su eje rígido trasero con ballestas hacían que admitiese llevarlo cargado por pistas forestales y caminos.

Práctico, económico y muy barato de mantener. El Marbella no pedía nada más que un poco de gasolina y cambiarle el aceite para llevarte a donde fuera, ventajas de ser sencillo y prescindir de todo lo que no es esencial, aunque para muchos, su espartano equipamiento hizo que algunos bromeasen y dijesen aquello de «tienes menos detalles que un Marbella».

Seat Marbella en competición: curiosa resurrección

Aunque poco potentes, los Marbella sorprenden por el ritmo que mantienen cuando llegan las curvas.

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No deja de ser llamativo que el Seat Marbella vuelva a estar de moda gracias a las carreras. Aunque Seat preparó algunos para competir en el campeonato de tierra instalando el motor con el compresor G de Volkswagen y un grupo de cambio y diferencial pata negra, está claro que el Marbella es el último coche en el que uno pensaría para participar en carreras.

Sin embargo, es precisamente el mundo de la competición el que está haciendo que tengan unos precios más altos de lo normal en el mercado de segunda mano, especialmente la famosa «Panda Raid«.

Hay dos trucos para que este coche interese a los amantes de la velocidad:

  • Es económico de adquirir y de preparar
  • Es muy manejable

Puede que no te lo creas, pero el Marbella tiene un paso por curva que sorprende a los aficionados en algunos tramos de los rallys. Su ligereza hace que tenga muy pocas inercias y, su escasa potencia, hace que sus pilotos tengan que hilar muy fino para no perder velocidad en las zonas complicadas, porque saben que recuperarla de nuevo les va a llevar muchos segundos.

Soprende ver cómo sus pilotos se tiran con fe absoluta y pasan a un ritmo que no es muy inferior al de rivales mucho más potentes en los tramos lentos.

Esta realidad tiene también su parte negativa y es que, aunque se vendieron prácticamente un millón de ejemplares entre Seat Panda y Seat Marbella a lo largo de 18 años y es un coche muy fiable, se están agotando rápidamente las unidades disponibles.

Las carrocerías de los Marbella (curiosamente los Panda son algo más rígidos) no aguantan bien el durísimo trato que se les da en pruebas como la Panda Raid o los rallys, y la que no acaba doblándose por estrés, sucumbe a un cunetazo en las carreras.

Si te estás planteando el iniciarte en el mundillo de las pruebas deportivas, desde luego es una excelente alternativa. Precisamente la popularidad de este modelo en este tipo de pruebas hace que también haya unidades que ya están algo preparadas y sus precios son accesibles. Desde luego, en relación coste/disfrute no hay muchos rivales para el Marbella. Además, su mecánica es tan sencilla que muchas cosas podrás hacértelas tú mismo.

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