La Cirila de Juan Mata: más vidas que un gato

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Rubén Fidalgo
30 de diciembre, 2019
Los coches clásicos tienen siempre una vida o varias detrás de ellos. La gente suele restaurar coches caros, deportivos o con un valor económico que haga que sea rentable afrontar ese trabajo, pero en el caso de esta historia, el valor está precisamente en la parte personal.
Dicen que una de las pruebas de que los Porsche 911 son muy fiables es que sobreviven muchas unidades todavía con muchos años. Esto no es cierto. Sobreviven muchos porque es un coche con un valor de mercado que hace que su restauración compense económicamente.
En el mundo de los clásicos hay dos razones para restaurar un coche: porque valen dinero o porque valen emociones y en este último grupo está la historia de Juan Mata y su «Cirila» (mote muy típico para los modelos de Citroën 2CV y derivados), un Citroën Dyane 6 400 al que le han dado una segunda vida por toda una vida de trabajo y vivencias personales.
«Tengo muy buenos recuerdos de “La Cirila”. Para mí, es mucho más que una furgoneta: ha estado ahí en momentos muy importantes de mi vida: fue el vehículo en el que aprendí a conducir al volver del servicio militar, el que me llevó a conocer el mar cuando tenía 20 años, un compañero de trabajo fiable que cargaba capazos de uvas y sacos de cebada y que nunca se atascaba en el barro… Desde que mi padre lo compró en 1979, fue un miembro más de la familia, en lo bueno y en lo malo”.
Citroën Dyane 6 400: la historia de la Cirila de Juan Mata

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Cuando Juan Mata se licenció y regresó de «la mili» con su carnet de conducir, el primer vehículo «civil» que condujo fue este Dyane 6 400 que su padre había comprado para jubilar a la anterior Citroën AK 400, la furgoneta derivada del 2CV.
Ideal para el transporte de mercancías y práctico como ningún otro vehículo, gracias a la suspensión y la sencillez del motor de 2 cilindros refrigerado por aire de Citroën, este derivado del Dyane 6 era un coche que podía circular por casi cualquier lugar mejor que un SUV actual y era económico y fácil de mantener.
Año tras año soportó la carga de las vendimias, trasladó a los jornaleros a sus tareas diarias, sacos de cebada, recorrió caminos, carreteras, campos, cultivos… e incluso un viaje en 1981 que supuso un punto de inflexión para la memoria de Juan: la primera vez que iba a ver el mar.
«Era la primera vez que íbamos a ver el mar. Fue toda una aventura, pero ‘La Cirila’ aguantó perfectamente los 330 Km de viaje entre Manzanares (Ciudad Real) y Alicante, cargada con cuatro personas y todo tipo de equipaje. Incluso llevamos una mesa y unas sillas plegables para desayunar cuando paramos en La Roda, y para almorzar en Almansa. Tardamos ocho horas en un trayecto que, actualmente, se hace en menos de la mitad de tiempo».
La restauración de la Cirila de Juan Mata

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En 2006 falleció el abuelo Gabriel y llegó el momento de la jubilación también para la vieja «Cirila», que fue reemplazada por un Citroën C4 para el día a día. Dejó de salir a trabajar los campos y se guardó en un garaje, a salvo de la intemperie. Tras tantos años parada ya no funcionaba y la tapicería y los acabados reflejaban años de uso intensivo. Sin embargo, los recuerdos que despertaba esta furgoneta eran demasiado fuertes para llevarla al desguace así, sin más.
Ahora, para celebrar el centenario de la marca, Citroën España y Talleres Alcántara Alsanco, el mismo concesionario del que salió esta intrépida furgoneta Dyane 6 400, unen sus fuerzas para devolverla a sus mejores años, dispuesta a repetir la Odisea de los Mata hacia la costa. Esta vez por autovía y en tres horas y media.
“La restauración de esta furgoneta no ha sido un encargo más: ha requerido dar lo mejor de nosotrxs mismxs. Este proyecto ha necesitado la participación de casi todas las áreas de la empresa: chapa, pintura, mecánica… Lo hemos vivido como el mejor homenaje a las relaciones que se han ido creando desde la apertura de este concesionario, que son capaces de pasar de generación en generación. No hay que olvidar que fue mi padre el que vendió la Dyane 6 400 a Gabriel Mata, el padre de su actual propietario”, asegura Pedro Alcántara Sánchez Carrerero, Gerente de Talleres Alcántara Alsanco.
Dar una segunda vida a “La Cirila” no ha sido tarea fácil, pese a que el Citroën Dyane 6 400 “era el vehículo de trabajo más duro y más resistente de su época”, en palabras de Pedro Antonio Callejas, Jefe de Posventa de Talleres Alcántara Alsanco. “La hemos desmontado desde el principio hasta el final para dejarla como el día que se compró. Ha sido un trabajo muy especial, para todxs. A mí me ha hecho revivir mi juventud, cuando empezaba a trabajar en este oficio y a todxs esa especial unión que se produce entre las personas, su Citroën y el Servicio Posventa”, ha añadido. Ha sido un viaje por el tiempo y la historia que ha marcado a todxs los que se han embarcado en él.
La historia de la Cirila de Juan Mata en vídeo
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