Reducción de los costes de reparación

Autor: Autocasión
01 de diciembre, 2010
En este reportaje te contamos los factores que influyen en la reparación de un vehículo tras un siniestro, tales como la especialización del taller y la accesibilidad a los componentes.
El automóvil es uno de los símbolos de la sociedad moderna y se ha convertido en un elemento imprescindible para nuestra actividad diaria. Pero los automóviles no duran eternamente, y los siniestros se producen con mucha más frecuencia de lo deseable, siendo necesario reparar los daños causados.
Después de un siniestro, son las compañías aseguradoras, los talleres y los usuarios, los agentes sociales interesados en llevar a cabo su reparación, momento en el que se ponen de manifiesto los daños presentes en un determinado vehículo, dado que influyen directamente sobre el coste de la reparación.
Por reparable entendemos la mayor o menor facilidad que presenta un vehículo para ser arreglado. Un vehículo es reparable según el constructor del vehículo, ya que es el que determina, mediante el diseño de los componentes y de los sistemas de unión de los mismos, la posibilidad de ser reparados o la accesibilidad a los mismos para repararse con una cierta facilidad.
La reparación depende de los siguientes factores. El diseño de las carrocerías, permitiendo la amortiguación del impacto a través de la deformación programada de la carrocería o de alguno de sus componentes. También de los materiales utilizados en la fabricación de sus componentes, dado que la utilización de aceros de alto límite elástico, aluminio o plásticos de nueva generación, obligan a los talleres a tener equipos específicos y a disponer de una elevada formación técnica. Los sistemas de unión empleados son importantes, ya que el uso de uniones atornilladas, por soldadura o adhesivos, condicionan el tiempo necesario para llevar a cabo la reparación de las piezas afectadas. Por último, el tipo de pintura repercute a igualdad de daños en el proceso de reparación a seguir, condicionado por el tipo de acabado que presente el vehículo -monocapa, bicapa…- o la naturaleza del soporte a pintar -plásticos, aceros…-.
Así pues, existe una correlación entre que un vehículo sea reparable y sus costes de reparación, dado que aquellos que presenten grandes dificultades inducirán a costes más elevados que los que presenten mayores facilidades, independientemente de los elementos que hayan resultado afectados en el siniestro.
Así, un vehículo es reparable o no, según el coste de sustituir los elementos dañados en un impacto. No obstante, para evaluar correctamente las cualidades que presenta un vehículo frente a un siniestro, es necesario, también, analizar sus daños. Lo que nos permite medir la capacidad de un vehículo para absorber las fuerzas que se generan en un impacto, determinándose a partir de los elementos que han resultado afectados como consecuencia del mismo.
Estadísticamente se ha comprobado que los accidentes de tráfico más frecuentes son aquellos que tan sólo ocasionan daños materiales moderados sobre los vehículos.
Estos accidentes leves, pero que por su elevada frecuencia representan un coste total de reparación muy importante, hacen que resulte de gran interés estudiar, por métodos experimentales, el alcance de estos daños.
Con este objetivo el RCAR definió los ensayos de impacto normalizados a baja velocidad, que pretenden simular los impactos más frecuentes, y estudiar las consecuencias de los mismos sobre distintos vehículos a partir de sus daños y posibles reparaciones. La utilidad de la información obtenida con el análisis de estos factores es múltiple, ya que, por un lado, facilita la adaptación de las primas de los seguros de cada vehículo a su coste de reparación y por otro, permite detectar puntos débiles en el diseño de los vehículos, asesorando a los constructores sobre la reubicación de componentes o el rediseño de elementos.
En definitiva, los vehículos deben ser diseñados de forma que ofrezcan una elevada seguridad a sus ocupantes, pero procurando que los daños producidos en un siniestro sean los mínimos posibles y con la mejor reparación. Por lo que uno de los aspectos que debemos valorar en un automóvil es el equilibrio que sea capaz de ofrecer entre el siniestro producido y el coste de su reparación.
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