Pruebas extremas, ¿coches fiables?

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Autor: Autocasión
14 de febrero, 2011
¿Sabías que antes de lanzar un coche al mercado, los modelos de preserie son sometidos a las pruebas más radicales y salvajes que te puedas imaginar? Auténticas perrerías realizadas en los territorios más hostiles e insufribles. Allí donde hace el frío más crudo o donde el calor y la humedad resultan insoportables. Todo es poco para que tu coche no falle.
Independientemente de las pruebas de laboratorio, los ingenieros de las marcas se dedican durante buena parte del año a probar al límite los vehículos y las soluciones técnicas que incorporan para testar su funcionamiento y así resolver cualquier incidente de última hora. Un trabajo meticuloso e importantísimo para intentar que tu coche nunca te deje tirado en plena ola de frío o bajo el calor más agobiante en pleno viaje veraniego por Marruecos.
Los principales lugares elegidos se sitúan allí donde el clima es más extremo, tanto que incluso vivir allí es difícil. Laponia, por ejemplo, es uno de los sitios donde es normal ver coches laboratorio soportar temperaturas que han llegado a los 52ºC bajo cero. En la ciudad sueca de Arjeplog, por ejemplo, más de la mitad de la población trabaja, de manera directa o indirectamente, a las órdenes de los departamentos encargados de estos tests, cuyos ingenieros juran confidencialidad -para evitar el espionaje industrial– y evitan permanencias de no más de 20 días para evitar momentos de depresión.
Las superficies heladas resultan perfectas para llevar al límite los vehículos. Dado que el hielo ofrece un mínimo rozamiento y no hay adherencia, es el elemento idóneo sobre el que comprobar el comportamiento de frenos, controles de tracción o de estabilidad, suspensiones o neumáticos. El frío extremo también es idóneo para chequear las cualidades de los carburantes ya que, por ejemplo, el gasoil puede perder sus propiedades a temperaturas muy bajo cero al tender a espesarse. Los sistemas de alumbrado también se someten a situaciones durísimas en estos lugares cercanos al Polo ya que allí las noches son prácticamente eternas.
En nuestro país, la geografía tan dispar ofrece escenarios únicos para que los ingenieros expriman al máximo sus creaciones. Como por ejemplo en la carretera asfaltada más alta y señalizada de Europa. Está en Sierra Nevada, a 3.425 m de altitud, y es la que sube hacia el Pico del Veleta.
En cuanto a los lugares más calientes del planeta, algunos fabricantes prueban sus modelos en desiertos donde la temperatura es literalmente insoportable. Algunos de estos sitios se encuentran en los Estados Unidos, en Arizona y en el californiano Valle de la Muerte. La zona de Ayers Rock, en Australia, es otra de las zonas más utilizadas.
Uno de los vehículos que acaba de someterse a este tipo de pruebas es el nuevo Ford Focus, en concreto en el Centro de Investigación e Ingeniería que la empresa dispone en Danton, Inglaterra, donde en sus laboratorios es posible recrear las peores condiciones climáticas inimaginables. También en carretera el nuevo modelo ha sido llevado al límite, en concreto en las carreteras de montaña de Grossglockner, en Austria. Un lugar de ensueño, a 2.504 m de altitud, donde no hay barreras de protección y un error en la conducción puede suponer una caída al vacío de miedo.
«Evaluamos el comportamiento del Focus en este tipo de carreteras desde la perspectiva de un conductor normal», explica Bernd Herwelling, ingeniero de Integración de Vehículos de Ford. «Queremos saber cómo actúa en las subidas y bajadas prolongadas. Para los tests empleamos la primera sección, que tiene la pendiente más acusada: un 12% constante hasta los 2.400 m. El aire es muy fino a esa altura, por lo que el propulsor tiene que trabajar duro», añade.
Cada día, Herwelling completa 200 km recorriendo esta vía en ambos sentidos. «Se generan muchos datos, recogidos por más de 100 canales electrónicos que graban cómo se está comportando el coche», aclara. Las pruebas también se llevan a cabo con remolques, para saber cuál será la reacción del vehículo cuando tenga que subir arrastrando peso: el conductor debe avanzar a una velocidad de 30 km/h, con el fin de que el sistema de refrigeración del motor trabaje al máximo.
Después de este duro entrenamiento, el próximo Focus llegará a los concesionarios en perfecta forma. A partir de ahí, será el cliente el que tenga que comprobar el acierto de su compra.
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Comentarios
Bueno también podemos enviar las averías a la base de datos de averías de coches y seguro que al final sacamos algunas conclusiones…me gustó el artículo…
un buen articulo.
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