Protege tu coche de la sal de las carreteras en invierno

Rubén Fidalgo
18 de enero, 2021
Con las bajas temperaturas las carreteras se convierten en auténticas "ensaladas" por la cantidad de sal que se esparce en ellas para evitar la formación de hielo. Aunque eficaz en su cometido, la sal provoca otra serie de problemas que conviene que sepas.
La sal que se echa en las carreteras es muy eficaz para evitar la formación de placas de hielo. Esto se debe a que la sal baja el punto de congelación del agua, que pasa de formar hielo a 0ºC a necesitar hasta -16ºC para congelarse. Sin embargo, el uso de sal en las carreteras tiene estos otros inconvenientes y por eso conviene que laves bien el coche para eliminar la capa de salitre que se forma en él.
La sal no sólo plantea problemas mecánicos para tu coche por lo corrosiva que es, también supone un problema medioambiental ya que aumenta la salinidad de las corrientes de agua que se forman en las cunetas y, además, también aumenta el riesgo de atropello de animales que se acercan a las carreteras atraídos por la sal, especialmente pájaros y herbívoros.
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Para el conductor, este riesgo de atropello y la corrosión son los principales inconvenientes que provoca la sal en las carreteras y que debemos tener en cuenta para minimizar su impacto. En cualquier caso, son males menores si tenemos en cuenta que es mucho más peligroso el hielo en la carretera que los problemas que ocasiona el uso de la sal para evitarlo.
La sal de las carreteras es muy corrosiva

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La sal estropea nuestro coche de tres maneras y cada una de ellas tiene una forma de minimizarse:
- Chinazos y daños en la pintura, ataque mecánico: la sal se esparce en forma de granos gruesos sobre la carretera que se proyectan cuando circulamos detrás de otro vehículo y también por nuestras propias ruedas. Cuando circulamos detrás de otro coche que lanza esas piedras de sal contra el nuestro, se producen pequeñas grietas en la capa de pintura que protege el metal de la corrosión. También nuestras ruedas producen esas proyecciones que impactan contra los bordes de los pasos de rueda, faldones e incluso los bajos de las puertas. Otro momento importante es cuando nos cruzamos o vamos detrás de un vehículo de mantenimiento que vaya esparciendo la sal. La forma de minimizar estos daños es poner más distancia con el vehículo que nos precede y reducir la velocidad para que nuestras propias ruedas lancen con menos violencia esos cristales de sal.
- Corrosión, ataque químico: la sal se disuelve en el agua y en la humedad del asfalto y es salpicada por toda la parte baja del coche. Esta salmuera es muy corrosiva y lo peor es que, además, es bastante penetrante. Esta corrosión afecta especialmente a los componentes de la suspensión y frenos y puede llegar a agarrotar las pinzas de freno con el tiempo. También ataca a la carrocería del vehículo, sobre todo en la zona de los faldones, pasos de rueda y huecos de puerta. Para evitar este problema, lo mejor es lavar con frecuencia el coche con abundante agua (mejor caliente que fría) para que disuelva y arrastre los restos de sal, haciendo especial énfasis en las partes mencionadas.
- Problemas eléctricos: mientras que el agua destilada es poco o nada conductora de la electricidad, en cuanto la mezclamos con sal se convierte en un excelente conductor eléctrico. La humedad salina en los conectores eléctricos de los coches puede provocar muchos fallos eléctricos. Los fabricantes lo saben y los conectores eléctricos son herméticos, sobre todo en aquellas zonas más expuestas a salpicaduras, pero con los años las gomas y las protecciones herméticas de los conectores se deterioran y pueden dejar entrar agua y sal en ellos. De nuevo una buena limpieza es la mejor manera de evitar problemas eléctricos en los coches por la sal, que además de conductora eléctrica, también crea óxido en los terminales.
Cómo debo lavar el coche para eliminar la sal de la carretera

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Seguro que después de un viaje en invierno ves una capa blanquecina que cubre la mitad inferior de las puertas de tu coche. Se trata de sal seca y no debes quirarla frotando la carrocería porque es muy abrasiva. Pasar un trapo por encima de esa suciedad es casi como pasar una lija por la pintura.
Para eliminar la sal de la carrocería lo mejor es utilizar agua caliente, abundante y a presión, prestando especial atención a los pasos de rueda y partes bajas de la carrocería, que es donde más se acumula.
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Como es lógico, no tiene mucho sentido lavar el coche cada vez que lo cojamos en invierno, pero no está de más que lo lavemos con frecuencia, no importa tanto que esté brillante como el evitar que la capa de sal que se acumula llegue a ser lo bastante gruesa como para que eliminarla sea casi imposible.
En esta época del año conviene lavar al menos una vez cada dos semanas el coche, sobre todo sus bajos y aunque sepamos que va a llover y se nos va a ensuciar rápidamente.
Es especialmente importante lavar bien el coche si vamos a tenerlo parado un tiempo. Si, por ejemplo, hacemos un viaje y no vamos a volver a sacar el coche en tres o cuatro semanas, antes de encerrarlo es importante que lo lavemos bien y eliminemos toda la sal que podamos. De este modo no dejamos que empiece a trabajar la corrosión ni que la sal se seque y forme una costra difícil de eliminar.
Existen autolavados especiales en los que se proyectan chorros de agua a presión desde el suelo a las partes bajas del coche, son los más recomendables en esta época del año.
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