Mercedes-Benz y la conducción automatizada

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Autor: Autocasión
02 de junio, 2010
Los secretos de los sistemas de seguridad activa y pasiva, al descubierto. Cómo se prueban y calibran para que en la calle puedan llegar a salvarte la vida.
Mercedes-Benz ha marcado importantes hitos en el desarrollo de nuevas tecnologías para continuar con la evolución en la seguridad activa y pasiva del automóvil. La marca de la estrella es muy innovadora en seguridad pasiva y descubridora de la célula de seguridad, la carrocería con deformación programada, el airbag o el cinturón de seguridad de tres puntos. Además, en seguridad activa ha aportado sistemas tan comunes hoy en día como el ABS, el ESP o el servofreno de emergencia, avances que han contribuido a mejorar la seguridad en el tráfico y a reducir los posibles daños a los usuarios.
Los últimos avances en seguridad activa están encaminados hacia sistemas de asistencia inteligente que hacen del vehículo un copiloto activo que puede ver, sentir y reaccionar en caso de peligro. Sistemas como los asistentes de cambio de carril, de atención y de visión nocturna están desarrollados para evitar tipos de accidentes muy concretos que derivan, en muchas ocasiones -por no decir siempre- del cansancio.
Además de las pruebas tradicionales, la marca alemana trabaja en el desarrollo de futuros sistemas de seguridad con la ayuda de pilotos automáticos para ciertas maniobras que se llevan a cabo en pistas especificas, con vehículos de estricta serie a los que se equipa con mecanismos que accionan el volante, el freno y el acelerador. Un ordenador instalado abordo y un dispositivo GPS controlan todos los movimientos preprogramados incluso cuando varios vehículos se desplazan a la vez por el circuito de pruebas.
Desde una torre de control los ingenieros vigilan las maniobras y pueden detener los vehículos en cualquier momento. Al mismo tiempo los coches chequean que no haya variaciones en su trayectoria, parándose automáticamente en caso de que así sea. Todos los modelos de Mercedes-Benz pueden ser equipados con estos pilotos automáticos, lo que permite una gran variedad de pruebas con los distintos sistemas de seguridad que incorporan.
Utilizando los pilotos automáticos, los ingenieros comprueban el funcionamiento de nuevos sistemas de seguridad en condiciones reales de conducción bajo dos importantes premisas:
Repetición: para calibrar exactamente un nuevo sistema es necesario repetir con exactitud un mismo ejercicio múltiples veces. Parámetros como distancia entre vehículos -en frenadas el margen no puede superar los 3 cm-, velocidad y trayectorias -su variación no puede ser mayor de 2 cm-, deben reproducirse fielmente para poder comparar resultados con total garantía.
Seguridad: como los sistemas que se prueban están pensados para situaciones criticas, estas deben reproducirse durante las pruebas y así ningún probador corre riesgos.
Dichas premisas no están normalmente al alcance de las habilidades humanas ya que los conductores no reaccionan siempre en el mismo tiempo ni repiten maniobras con total exactitud. Este tipo de pruebas son indispensables para comprobar el funcionamiento de complejos sistemas electrónicos, especialmente los de asistencia a la conducción en situaciones lo más parecidas a la realidad. Aunque también se hacen test extremos, en los que se somete a los vehículos a esfuerzos muy superiores a los de una conducción normal, como abordar un badén a alta velocidad para ver si se disparan los airbags.
Los resultados del departamento interno de investigación de accidentes revelan importante información que, junto con la combinación de varios métodos de validación, garantizan el correcto funcionamiento de los sistemas en momentos críticos. Además Mercedes-Benz establece superar pruebas más estrictas a las fijadas por la legislación. Si a estos datos les sumas los que se obtienen de simulaciones por ordenador el resultado es el desarrollo de nuevos, y cada vez más, sofisticados sistemas de ayuda a la conducción.
Así el fabricante germano es el único del sector que utiliza pilotos automáticos como complemento a su programa habitual de pruebas, en circuitos específicos y con ejercicios imposibles de repetir exactamente por probadores humanos, como el cruce de vehículos a distintas velocidades y distancias, esquivas ante frenadas imprevistas del vehículo precedente, o adelantamientos e incorporaciones de carril.
La conducción automatizada de Mercedes-Benz es un nuevo y sofisticado método de pruebas de sistemas de seguridad que garantiza un rápido y eficiente desarrollo de sistemas asistencias a la conducción con un alto nivel de calidad y fiabilidad garantizando a al vez la máxima seguridad al personal que los desarrolla.
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