Reportaje

Ford GT 40: la historia de una venganza que llega a los cines

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15 de noviembre, 2019

La afición de Matt Damon por los automóviles le ha llevado a sacar adelante un proyecto cinematográfico que hará las delicias de los apasionados por este mundo: la historia de cómo Ford batió a Ferrari en la carrera más importante del mundo. Te la contamos.

El 15 de noviembre de 2019 es una fecha señalada en el calendario de los aficionados al automóvil y al cine. Hoy se estrena la película «Le Mans 66» en la que se cuenta la apasionante historia de cómo Carrol Shelby (Matt Damon) y Ken Miles (Christian Bale) lograron algo que parecía imposible.

Supongo que ya sabes a estas alturas que el Ford GT40 nació como una venganza de Ford hacia Ferrari porque en 1963 la compañía americana estaba casi convencida de que se haría con el control de la italiana hasta que, en el último momento, Enzo Ferrari poco menos que los sacó a patadas del despacho. Bueno, esto es una exageración, la realidad es que a Donald Frey lo llamaron los abogados de Ferrari un sábado por la mañana para decirle que no habría trato de ninguna de las maneras.

Como casi siempre, las historias que se refieren a dos personajes tienen dos perspectivas muy diferentes según cuál de los dos bandos te la cuente. La mayoría de las publicaciones de motor son anglosajonas y por eso casi siempre se muestra a Enzo Ferrari como el principal culpable de que la posible unión de Ferrari con Ford no se llevase a cabo. En aquella reunión, estaban en un bando Enzo Ferrari y en el otro Donald Frey y depende de qué versión oigas hay un culpable u otro.

La versión de Donald Frey es que Enzo tenía un temperamento muy volátil y tiránico (algo que debía de ser cierto porque no ha sido el único en afirmarlo) y que durante la negociación cambió de opinión según le daba el viento hasta que finalmente dijo que no quería ceder el control de su compañía.

La de Enzo era muy diferente. Hay que tener en cuenta una cosa y es que Ferrari decidió fabricar coches de calle para ganar dinero y mantener su escudería de competición. Es decir, para Enzo Ferrari lo más importante era, sin lugar a dudas, su escudería. El caso es que, cuando Phil Paradise (de Ford) comenzó las negociaciones con Enzo en abril de 1963, Enzo se quedó con la idea de que Ford se haría cargo de la fábrica de Ferrari y aprovecharía el conocimiento de Ferrari en competición para sus coches deportivos, pero dejaría libertad absoluta a la división de competición.

Sin embargo, cuando Donald Frey le puso delante el contrato definitivo, Ferrari vio en aquella redacción que peligraba la independencia de su escudería, algo que no estaba dispuesto a permitir. A partir de ahí ninguno de los dos se movió de su posición. Ni Enzo quería ceder el control de su división deportiva ni los abogados de Ford estaban dispuestos a cambiar ni una coma del contrato.

En cuanto terminó la llamada telefónica de aquel sábado de mayo y Frey comunicaba a Ford el carpetazo de Ferrari, al otro lado del Atlántico se empezaron a abrir todos los silos de misiles para convertir Módena en polvo. Acababa de darse luz verde al proyecto del que nacería el Ford GT40.

Ford GT40: muy lejos del «veni, vidi, vinci»

Los primeros Ford GT40 no fueron competitivos.

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Las victorias de los Ford GT40 en las temporadas de 1966, 1967, 1968 y 1969 nos hacen pensar en un dominio aplastante, sobre todo la mítica foto con los tres Ford GT40 ocupando las 3 primeras posiciones en la línea de meta. Sin duda el Ford GT40 acabó siendo un coche perfecto, pero para nada fue un «chegar e encher» (llegar y llenar) como solemos decir los gallegos.

Decíamos antes que en mayo de 1963 se declara al guerra y la primera vez que ambos rivales se van a ver las caras oficialmente en Le Mans será para la temporada 64.

Ford ha dado la orden de que todos sus recursos se pongan a disposición del proyecto del GT40 y, además (Ford no tenía la experiencia necesaria en competición) se busca apoyo en especialistas en competición como Lola, Cooper y Lotus. Finalmente es Lola, que ya solía emplear mecánicas Ford para sus bólidos, la que se hace con el contrato.

Tenemos que tener en cuenta que Ford en aquella época tenía un poder mucho mayor que ahora y era prácticamente el primer fabricante mundial. Su guerra contra Ferrari era poco menos que decir que el mayor ejército del mundo se disponía para invadir una aldea.

En un tiempo récord los de Lola modifican sus chasis del Lola MK6 y se inscriben en las 24 Horas de Le Mans de ese mismo año. El coche apuntaba maneras pero una mala elección en los desarrollos del cambio lo dejó sin posibilidades de ganar debido a una velocidad punta demasiado baja que hacía que en las largas rectas del circuito perdiesen demasiado tiempo.

Ese año gana Ferrari con el 250P, encabritando todavía más a Henri Ford II, aunque su honor está a salvo ya que todavía no se podía decir que el coche inscrito en 1963 fuese un Ford GT40. La primera vez que un GT40 se inscribe en una carrera sería para la temporada 64 en los 1.000 km de Nürburgring. De nuevo el coche promete, pero una rotura de la suspensión cuando rodaba segundo lo deja fuera de carrera.

Pocas semanas después tendrían lugar las míticas 24 Horas de Le Mans y se ficha como jefe de equipo a Carroll Shelby, quien había ganado en la temporada de 1959 para el equipo Aston Martin. Cuando el equipo de Shelby recibe los coches de la anterior carrera se encuentra con unidades que están agotadas y mal mantenidas y el resultado fue desastroso, teniendo que abandonar muy pronto.

De nuevo un Ferrari gana en la temporada 64, esta vez el precioso 275P. A estas alturas Henri Ford ya casi no tiene bilis en el cuerpo.

Para la temporada 65 se introduce un nuevo V8 en el GT40 y, aunque los resultados en carreras como Daytona 2000 fueron muy esperanzadores, de nuevo Le Mans se le torcía a los americanos y tenían que contemplar como cruzaban la meta en primera posición los pilotos del Ferrari 250LM. Una vez más David humillaba a Goliath.

Ford GT40 MK2: por fin llegan las victorias

Tres años después del inicio del proyecto llegaron los laureles para Ford, con un dominio aplastante.

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Para la temporada 66 ya tienen lista la siguiente evolución del Ford GT40 denominada MK2 y el motor V8 de 7 litros perfectamente adaptado al chasis. Las pruebas precedentes llenan de optimismo a los de Ford y todos sus esfuerzos se ven recompensados en Le Mans. El 19 de junio de 1966 los Ford GT40 hacen triplete y cruzan juntos la línea de meta en una imagen histórica.

Los cuatro siguientes serían los Porsche 906 a mucha distancia y el primer Ferrari ocupando la octava posición. Henri Ford II le daba al fin su merecido a Enzo Ferrari, que jamás volvería a ver ganar uno de sus coches en la mítica carrera.

Aunque el Ford GT40 es casi perfecto, no dejan de hacerse mejoras en él y para la temporada 67 ya se tiene listo el Ford MK 4 con cambios serios en el chasis, pero manteniendo básicamente el mismo V8 de 7 litros. De nuevo se repite el éxito rotundo y el Ford GT40 cruza en primera y cuarta posición la línea de meta, con dos Ferrari 330 P4 (para muchos el coche de competición más bello de la historia) ocupando los otros dos peldaños del podio.

Para la temporada 68 se sustituye el motor V8 de 7 litros por un bloque pequeño de 4,9 litros de cilindrada y una vez más Ford se lleva los laureles en las 24 Horas de Le Mans con su GT40 en primera posición, seguido de los Porsche 907 y 908 en segundo y tercer puesto.

La temporada 69 prácticamente es un calco de la anterior, sólo que esta vez el Ford GT40 coloca dos unidades en el podio en primera y tercera posición, siendo el segundo puesto para el Porsche 908. Sería el último año que un Ford cruzaría la meta en primera posición absoluta.

Los Ford GT del nuevo milenio

En 2005 Ford resucitó su proyecto GT.

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Con todo el esfuerzo invertido en el proyecto del Ford GT40 es una lástima que no se le saque más provecho. No sería hasta el año 2005 cuando Ford decidiese desempolvar una parte tan fascinante de su historia y rememorar el mito con el lanzamiento del Ford GT en 2005, fruto de un concept presentado en 2003.

Claramente inspirado en el GT40, este nuevo superdeportivo de Ford perdía la cifra de su nombre debido a que su altura desde el techo hasta el asfalto era de más de 40 pulgadas, de modo que no tenía sentido mantener la denominación GT40, que en su día se eligió haciendo mención a esa cota y a su condición de GT de competición.

Entre 2005 y 2007 se produjeron 4.038 ejemplares del Ford GT y la compañía puso mucho empeño en que estos coches no sirviesen como moneda de cambio para los especuladores, de modo que su sucesor, el Ford GT lanzado en 2015, se vendía con un contrato que especificaba que no se podía revender con fines especulativos, lo que le llevó a algunos litigios con sus propietarios. Finalmente, la justicia dio la razón a algunos propietarios para que pudieran vender sus Ford GT en subastas.

Un Ford vuelve a ganar medio siglo después

En 2016, el Ford GT volvió a ganar en Le Mans, aunque esta vez no fue campeón absoluto.

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Presentado en 2015 al público, la segunda generación del Ford GT logró devolver a Ford los laureles de Le Mans medio siglo después de la primera victoria del GT40. En la edición de 2016 el Ford GT se alzaba con el primer puesto en su categoría, la de los GT.

Aunque ya no es la categoría reina de Le Mans, dominada por los estratosféricos LMP, para muchos es la categoria GT la que sigue manteniendo el espíritu original de la carrera y, además, está más emocionante y reñida que las superiores, donde apenas participan dos rivales reales.

En 2016 Ford inscribió 4 unidades de su Ford GT con los dorsales 66, 67, 68 y 69 como homenaje a su gesta lograda 50 años atrás.

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