Aniversario del Mercedes 450 SEL 6.9: el coche que plagió a Citroën y escandalizó París

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Rubén Fidalgo
04 de mayo, 2020
En 1975 Mercedes presentaba el tope de gama de la recién estrenada Clase S. Gracias a su motor V8 de 6,9 litros se convirtió en la berlina de lujo más rápida del mundo, pero ésa es sólo una de sus cualidades.
En 1975 Mercedes presentaba una nueva versión de la primera generación de la Clase S, conocida como W116. Se trataba del tope de gama, que añadía dos dígitos al nombre del que había sido hasta entonces el Clase S más caro. El nuevo Mercedes 450 SEL 6.9 se convertía desde ese preciso instante en la berlina de lujo más rápida del planeta.
En lugar del motor V8 del 450 «normal», el 6.9 montaba la mecánica M100 de casi siete litros de cilindrada, derivada de su portentosa limusina el Mercedes 600, pero con un cárter seco para poder ocultar esa mole de motor bajo un capó más aerodinámico de la serie W116. Este portento de 8 cilindros transfería todo su poderío al eje trasero a través de una caja de cambios automática y un diferencial trasero autoblocante, imprescindible para garantizar motricidad a esta bestia y, además, le daba cierto carácter deportivo.
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Con sus 282 CV y 550 Nm de par, el Mercedes 450 SEL 6.9 era más potente que un Porsche 911 Turbo de la época. Con estas cifras, esta enorme berlina de lujo era capaz de acelerar de 0-100 km/h en sólo 7 segundos y rozar los 230 km/h, unos valores que hace 45 años estaban sólo al alcance de los mejores deportivos.
Sólo se fabricaron 7.380 unidades durante los 5 años que se ofreció (entre 1975 y 1980), que no son tan pocas, si tenemos en cuenta que era uno de los modelos más caros del mercado.
Mercedes 450 SEL 6.9: con la suspensión del Citroën CX

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Mercedes tenía claro que su nuevo tope de gama tenía que ser un ejemplo, el coche que superase a todos sus rivales. No sólo bastaba con ofrecer el motor más potente en una berlina de estas características, también tenía que ser lujoso y con un confort y calidad de rodadura inigualable.
Desde 1955 había una marca que sacaba una enorme ventaja a todas las demás en el mundo en cuanto a confort y seguridad activa: Citroën. Su suspensión hidroneumática presentada en el Citroën DS/ID de 1955 jugaba en otra liga. Su superioridad era tal que incluso en 1975 seguía sin tener rivales.
Rolls Royce se rindió también a la evidencia e incorporó esta suspensión en sus Silver Shadow, pagando a Citroën por los derechos, como corresponde. En Mercedes parece que eso de pagar los «royalties» no les hace mucha gracia y decidieron montar una copia de la suspensión hidroneumática de Citroën sin apenas pagar a los franceses por ello y fabricando ellos mismos sus propios componentes. Algo parecido ha sucedido más recientemente con el tema del «Air Scarf«, que se solucionó con una sentencia millonaria a favor del propietario de los derechos de este sistema y la retirada del mercado de esta opción en los cabrios de Mercedes por una temporada.
Gracias a la suspensión hidroneumática, el Mercedes 450 SEL 6.9 dejaba atrás a todos sus rivales en confort y también en seguridad activa. Como prueba de la excepcional capacidad de esta suspensión, el Mercedes 450 SEL 6.9 se convirtió en un coche cámara en una película que escandalizó a Francia. «C´etait un rendez vous» (Era una cita, en castellano) se rodó con una cámara de cine montada sobre el paragolpes delantero del Mercedes 450 SEL 6.9 de Claude Lelouch, el director de este cortometraje que dura exactamente lo que duraba el carrete de película que llevaba la cámara, alrededor de 9 minutos.
La película se dobló con el sonido del motor de un Ferrari V12, de ahí que muchos crean que la escena se rodó con ese coche, pero no. Las calles adoquinadas de París hacían imposible que las imágenes se viesen nítidas montando la cámara en el Ferrari. Sin embargo, el Mercedes 450 SEL 6.9 tenía una suspensión que filtraba de manera impecable los rebotes del adoquinado y, además, con unas aceleraciones y prestaciones que en poco envidiaban a las del Ferrari.
El Mercedes 450 SEL 6.9 se lanzaba a toda velocidad por un París que permanecía todavía dormido casi al amanecer, saltándose todas las reglas de tráfico y sin haber solicitado ningún permiso a las autoridades. Esto fue todo un escándalo en Francia, como es lógico.
Con lo que no contaron los ingenieros de Mercedes mientras hacían lo posible por modificar la suspensión de Citroën como para no ser acusados de plagio es con lo que iba a pasar en los EE.UU., su principal mercado. Al otro lado del Atlántico, los Citroën SM y el DS estaban dando mucho que hablar por las excelencias de su suspensión, así que los gigantes de la automoción nacional presionaron a las autoridades al verse amenazadas. Al final consiguieron lo que buscaban y la NHTSA (algo así como nuestra DGT pero en los Estados Unidos) prohibió las suspensiones hidroneumáticas en su mercado, lo cual cerró las puertas a los Citroën.
Los Mercedes 450 SEL 6.9 para el mercado americano tuvieron que renunciar a parte de las excelencias de la hidroneumática para poder ser comercializados allí.
El Mercedes de la persecución de Ronin

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Si te gusta el cine de acción, seguramente hayas visto Ronin, con Robert de Niro y Jean Reno entre otras estrellas. Es casi una obra maestra del género y su director, John Frankenheimer, es un experto en coches y competición. Con estos antecedentes no es de extrañar que algunas de las mejores escenas de acción de coches en el cine estén en sus películas y una de ellas es la que se puede ver en Ronin.
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A muchos les puede parecer extraño que los protagonistas eligiesen un viejo Mercedes para plantar cara en una persecución, pero el director deja muy claro en una de las escenas, con un enorme primer plano del 6.9 en la trasera del Mercedes, que no es un cacharro cualquiera.
El enorme techo solar de esta berlina le daba mucho juego para que Robert de Niro (o mejor dicho, su doble) abriese la escotilla para utilizar un lanza cohetes. Su tracción trasera con autoblocante les venía de perlas para que los especialistas hicieran todo tipo de malabarismos para meter con calzador esta berlina por las estrechas calles de Niza a toda velocidad y, de nuevo, su suspensión hidroneumática facilitaba el montaje de las cámaras para lograr buenas imágenes en la persecución (sí, ahora ya sabes por qué también había un Citroën XM plantando cara a todo un Audi S8).
Con la llegada de la siguiente generación del Clase S, el Mercedes W126, desapareció esta mecánica del catálogo y se tardarían algunos años en volver a tener un motor de estas prestaciones en la gama de Mercedes, con la llegada del 560 SEL/SEC.
El vídeo del Mercedes 450 SEL a toda velocidad por París
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