Reportaje

HIS de Honda: cursos

HIS de Honda: cursos
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27 de noviembre, 2009

Aunque sepamos ir en moto, escuelas como la HIS de Honda demuestran que siempre estamos a tiempo de aprender y perfeccionar, a todos los niveles.

Los motoristas solemos pensar que pocas cosas nos pueden enseñar sobre la moto y su conducción, sobre todo si somos experimentados. Con esta actitud participé en uno de los cursos que ofrece el Honda Instituto de Seguridad (HIS), concretamente el de conducción defensiva avanzada. Y la verdad es que los resultados me sorprendieron en todo, siempre de forma positiva. Como yo, la mayoría de mis compañeros asistía con una mezcla de actitud a la defensiva -esperando a ver qué nos iban a enseñar- y expectante, pero deseando que en el fondo el curso fuera útil.


Después de pasar por las correspondientes inscripciones en la recepción del HIS, empezamos con una clase teórica. A medida que avanza, nos va dando una pequeña cura de humildad, demostrando que ni mucho menos lo sabemos todo sobre la moto. La clase teórica dura una hora, y en ella se dan claves para conducir de la forma más segura posible, además de recordar algunos conceptos básicos sobre comportamiento cívico y normativa. De forma dinámica, y en continua interacción con los alumnos, el monitor repasa conceptos básicos como la posición del cuerpo sobre la moto y la mirada… Es curioso ver cómo poco a poco nos damos cuenta de que fallamos en lo básico.

Tras la teoría, y con los pies más en el suelo, estamos deseosos de comenzar a aplicar la práctica. Pero antes pasamos por los Simuladores de Conducción de Honda. Se trata de una herramienta que simula los mandos de la moto, y que incide en la conducción defensiva; es decir, las técnicas que ayudarán a prevenir y evitar accidentes. En el Simulador encontramos peligros constantes: coches que frenan de golpe o giran sin intermitente, peatones que cruzan… Esta práctica alerta de las «trampas» que podemos encontrar, y hace reflexionar sobre nuestra conducción en el entorno real, activando los 5 sentidos en la conducción.


Con los Simuladores completas la parte teórica del curso. A continuación los monitores facilitan el material para realizar prácticas: casco, protecciones, peto… Antes de subir a la moto, nos dan consejos sobre cómo realizar una inspección básica de la montura: revisión de luces, ver que la moto no pierde líquido de frenos, aceite o gasolina, comprobar que la cadena esté tensada… Pequeñas advertencias que tal vez pasaban por alto, pero con las que te das cuenta que en menos de 5 minutos permiten comprobar de modo fiable que todo va correctamente.


Una vez realizada la inspección visual, toca subir a la moto. Después de unos ejercicios físicos que agradeceremos al final de la jornada, comenzamos un warm-up para familiarizarnos tanto con la moto como con el entorno. En el curso que realicé el modelo de prácticas era una CBF600N. Las vueltas de calentamiento dan pistas sobre el nivel del curso, ya que los monitores indican movimientos a realizar sobre la motocicleta.


La práctica comienza con una parte de agilidad. De todos los ejercicios, el que suele resultar más complicado es el de las pelotas de tenis. Los monitores sitúan unas cuantas sobre la pista separadas -la distancia depende del nivel de los participantes-. Tres están pintadas con un color diferente, y marcan el punto donde girar. La escasa separación entre los carriles complica el ejercicio. Lo normal es que en la primera pasada acabemos apoyando los pies en el suelo en algún momento, o invadiendo otro carril.


Antes de iniciar la segunda tanda el monitor explica uno por uno qué fallos hemos cometido y qué hacer para corregirlos. Tras las explicaciones, llega una de las primeras satisfacciones personales al comprobar que realmente podemos mejorar nuestra habilidad para completar la práctica correctamente. Este ejercicio obliga a practicar –o a aprender en el caso de muchos- a mirar lejos, a mantener una correcta posición del cuerpo sobre la moto o a jugar con el embrague y el freno trasero.


Estos conceptos se vuelven a repasar en los siguientes ejercicios, los “ceros” y los “ochos”. En los “ceros” se sitúa un cono en la parte central de una rotonda, y sin apartar la mirada de éste tenemos que dar vueltas a la glorieta en ambos sentidos, lo que obliga a girar la cabeza y, por tanto, a aprender a dirigir la vista al punto
más alejado de la trayectoria. En los “ochos” -junto a estas líneas- se pone un cono en el centro de 2 rotondas contiguas. Aquí fijamos la mirada sobre el primer cono y aprendemos a girar rápidamente la cabeza hacia el segundo cuando vamos a cambiar de rotonda. Sin darnos cuenta aprendemos a cambiar de trayectoria.


El siguiente paso es la trazada. Hemos aprendido a girar la cabeza y mirar lejos, a mantener una correcta posición, a jugar con embrague y freno… Estamos preparados para «dibujar» curvas. La mayoría se sorprende de lo que es capaz después de los primeros ejercicios. El monitor también nos corrige la trazada con consejos contínuos sobre la transferencia de pesos, el cambio de marchas para aprender a usar el freno motor, la aceleración… La agilidad se completa con ejercicios en la zona de equilibrio. Esta área dispone de varias barras de equilibrio y absorción con diferentes niveles de dificultad para adaptarlas a la aptitud de los alumnos. En ellas ganas equilibrio con la posición del cuerpo y la mirada, combinando embrague y frenos. Un ejercicio muy práctico es el de la rampa -a la izquierda- en la que se nos obliga a calar la moto para ponerla en marcha después, conseguir engranar la marcha y subir la rampa estando parados, situación que perfectamente podríamos encontrar a la salida de un parking, por ejemplo.


Tras los ejercicios de agilidad pasamos a la frenada, que según comentaron los monitores es la acción más crítica sobre la moto, y donde se suele fallar más. Primero realizamos ejercicios para aprender a usar correctamente el freno trasero, el delantero y la combinación de ambos. A pesar de que estos ejercicios se realizan con la moto dotada de frenos combinados ABS, el objetivo es frenar sin que éste entre en acción. Es decir, el ABS permite aplicar los frenos al límite con la seguridad de que si nos pasamos el sistema evitará problemas. Con esta práctica aprenderemos a frenar con precisión a diferentes velocidades, combinando el freno delantero con el trasero. Después de cada pasada, el monitor indica donde fallamos -posición del cuerpo, excesiva aplicación de los frenos, frenada demasiado suave…- Poco a poco, nuestra distancia de frenada disminuye.


Además de estas prácticas, los monitores incorporan otros ejercicios dependiendo del nivel del curso. Así, podremos practicar desde frenadas sobre superficies irregulares o rugosas -como badenes– a frenadas con carga, para lo que se añade un lastre trasero de unos 70 Kg. para conocer cómo se comporta el vehículo en estas circunstancias -en el mundo real la carga equivaldría a un acompañante, equipaje, maletas…- Otro ejercicio que sorprende es la frenada en curva. Los monitores aconsejan que jamás frenemos durante una trazada, pero si las circunstancias obligan no debemos hacerlo con el freno delantero, ya que la moto se iría de la parte delantera con riesgo de besar el asfalto. Así, nos enseñan a apoyarnos en el freno trasero suavemente, enderezando la moto hasta lograr una posición vertical en la que activar el freno delantero.


Uno de los principales defectos de la mayoría de conductores es no aprovechar toda la potencia de frenada de su motocicleta. Quizá la parte más sensibilizadora sean los ejercicios de frenada que realizamos con la Deauville dotada de estabilizadores en la pista ABS. Los monitores riegan el suelo con agua, convirtiéndolo prácticamente en un firme de hielo. La primera pasada es sin ABS aplicando con fuerza el freno delantero. El efecto es lógico: la rueda bloquea, pero gracias a los estabilizadores no caemos -a la derecha-. La segunda pasada es con ABS. El ejercicio es idéntico; es decir, frenada brusca con el freno delantero. Pero el efecto cambia: el ABS entra en acción, la rueda no bloquea y la moto sigue la trayectoria, evitando el accidente. Esta es la parte donde los grandes detractores del ABS para moto se dan cuenta de que en muchas situaciones puede salvarles, como mínimo, de una caída.


La frenada pone fin a la primera parte del curso. Son las 14.15 horas, por lo que paramos a comer en las mismas instalaciones del HIS. Aprovechando un momento más relajado, intercambiamos impresiones con los monitores, que nos comentan cómo hemos evolucionado a nivel general y en qué seguir trabajando. Después de comer nos espera una de las partes más didácticas y divertidas: la práctica offroad. Primero pasamos a la pista de cross con las CRF100. Como siempre, el monitor nos da una serie de indicaciones sobre cómo realizar el ejercicio y qué pretende enseñarnos. Con la práctica offroad -junto a estas líneas- se potencia al máximo el control de la motocicleta gracias a la seguridad y características que ofrecen tanto el trazado como las monturas. La superficie deslizante típica del circuito cross permite conocer la sensación de derrapaje de la rueda trasera, y cómo reaccionar practicando el contramanillar para la trazada en curvas, o adquiriendo mayor tacto con los frenos delantero y trasero.


Los monitores corrigen constantemente la posición del cuerpo sobre la motocicleta, cómo colocar bien rodillas y pies, la transferencia de pesos… Poco a poco conseguimos ideas claras para acabar siendo conscientes de algunos conceptos básicos sobre la conducción, como la posición y la mirada que aplicaremos en toda la fase de conducción. El curso acaba con el trial -a la derecha-. Esta práctica no pretende ser una iniciación o un curso express, sino que las características propias de la Cota 4RT y las zonas diseñadas en la pista persiguen mejorar nuestra habilidad y agilidad. De nuevo, la posición del cuerpo es clave, así como el equilibrio y la mirada. Con el trial aprendemos a engranar la marcha correcta en cada momento, y a combinar continuamente embrague y freno. Además de la parte didáctica, la zona offroad tiene un importante componente de diversión que nos dejará un gran sabor de boca. En cursos como este, Honda demuestra que la educación y la formación no están reñidas con la diversión. Puedes ampliar información en http://www.honda-montesa.es/Seguridad-Honda/HIS/

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