Reportaje

Franco Sbarro: sus diseños más locos

Franco Sbarro

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28 de febrero, 2020

Franco Sbarro acaba de cumplir 81 años y por suerte su genio está tan fresco como cuando era un adolescente. Damos un repaso a algunas de sus creaciones más llamativas.

Acaba de cumplir nada menos que 81 años, pero mantiene la mente tan creativa como siempre, así que se merece un homenaje como uno de los diseñadores más atrevidos. Hablo de Franco Sbarro, italiano de nacimiento pero suizo de adopción.

Cuando Sbarro se lanzó a crear su propia compañía, comenzó fabricando modelos sobre bases de otras marcas que modificaba, para más tarde comenzar la producción de réplicas de algunos coches míticos de los años dorados del automóvil, como el Bugatti Royale, el BMW 328 o el Mercedes 540K Special Roadster.

Sus diseños atrevidos no han pasado nunca inadvertidos y muchas marcas lo han contratado para realizar concepts y su escuela de diseño «Espera» es una referencia en cuanto a la formación de diseñadores y técnicos para la automoción.

Este joven de 81 añazos lo ha hecho casi todo en su vida. Comenzó como mecánico y ha creado su propia marca y una escuela especializada en el diseño de automóviles. Entre sus creaciones también hay hueco para casi todo, desde réplicas, coches con alas, versiones con 3 ejes y 6 ruedas (una obsesión, por cierto), incluso estudios de ruedas sin buje central de lo más originales.

Vamos a dar un repaso a algunas de las creaciones de este genio a modo de homenaje.

VW Golf Turbo: un Porsche GTi

Este Golf se articula para dejar a la vista el corazón de un Porsche 930.

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Por si no fuese suficiente el implantar el motor de un Porsche 930 en un sencillo Golf GTi Mk1, Sbarro llevó a cabo esta locura a modo de «Transformers». Además de convertirse en el VW Golf más rápido hasta la fecha, este bólido es también uno de los más extravagantes.

El motor de 6 cilindros bóxer y turbo se colocó en posición central trasera, lo que exigió eliminar las plazas traseras del VW Golf y llenar el vano delantero con un depósito de 100 litros de gasolina y radiadores sobredimensionados para el aceite y refrigerante. De este modo consiguió un reparto de pesos muy equilibrado del 50% sobre cada eje.

Frenos de Porsche en las 4 ruedas, suspensiones modificadas, una dirección específica… todo encajó para superar los 250 km/h con facilidad y hacer controlables sus 300 CV, pero, ¿para qué se levanta así la parte trasera?, pues muy sencillo, ¿por qué no?.

El millonario que le encargó el proyecto a Sbarro dejó muy claro que quería poder presumir de que su coche llevase el motor de uno de los coches más radicales del momento, el Porsche 911 Turbo, así que la mecánica tenía que quedar a la vista.

A Sbarro la cabeza le funciona a otro nivel, así que nada de una cubierta para la mecánica transparente ni nada de eso. El Golf con motor de nueveonce se pliega y se eleva para dejar a la vista todos sus órganos.

BMW 328 réplica: muy buscado

El Sbarro 328 junto al BMW 328.

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Uno de los coches alemanes más bellos de finales de los años veinte y treinta fue el BMW 328, un modelo que, además, encumbró buena parte de la reputación de modelos sport de BMW.

Sbarro tuvo la idea de recrear las preciosas formas del deportivo de Múnich pero con las ventajas de un coche moderno, así que en 1974 reeditó el mítico BMW 328, pero empleando la base mecánica del BMW 2002 de la época.

El resultado fue un elegante roadster que tuvo buena acogida entre el público, lo que animó a Sbarro a repetir esta idea sobre otros modelos de la época. Además, no sólo realizaba las réplicas en escala real, también hacía modelos más pequeños para niños.

Bugatti Royale réplica: el gigante

Un Sbarro Royale junto al modelo 328 para niños.

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Sin duda, uno de los coches más espectaculares e imponentes de la historia fue el Bugatti Royale, un automóvil diseñado para los personajes más importantes y acaudalados de su época.

Sbarro tomó el diseño de Bugatti para replicarlo en 1979 creando una verdadera mole de 6,5 metros de largo, de los cuales, gran parte se destinan a dejar espacio a su motor… o mejor dicho, motores.

El Bugatti Royale original montaba un enorme motor de 8 cilindros en línea y casi 13 litros de cilindrada, una bestia tan potente como para servir de motor para un tren. Sbarro decidió unir dos motores V8 bajo el enorme capó de su Royale y ofrecer uno de los poquísimos V16 jamás fabricado, junto con el Cizeta Moroder.

Mercedes 540 K réplica: elegancia superlativa

El diseño del 540K fue de los mejores de los años treinta.

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Los alemanes fabricaban coches excelentes en cuanto a calidad y rendimiento, pero el diseño estaba muy lejos de las maravillas que hacían los italianos y franceses antes de la Segunda Guerra Mundial. Solían ser coches muy sosos y pesados, pero había excepciones como los Autobahn Kourier o los Special Roadster de Mercedes-Benz.

Sbarro tomó como ejemplo la carrocería del formidable Mercedes 540 K Special Roadster, el coche que Hitler regaló a Eva Braun para recrearlo y, al igual que hizo con el BMW 328, quiso mantener cierta originalidad utilizando un Mercedes como base.

Bajo la piel de esta preciosa carrocería se esconde la mecánica de un Mercedes 500 SE de la generación W126 con casi 250 CV. Prestaciones y mantenimiento de un coche de los ochenta con el estilo y elegancia de uno de los roadsters más admirados de los años treinta.

Citroen C15 Aventure: ¿de verdad es una C15?

Sbarro convirtió una sencilla C15 en un concept único.

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Hace poco rendimos homenaje a la Citroën C15, posiblemente el coche menos frívolo de la historia. Es fácil hacer un supercoche partiendo de un modelo deportivo o de lujo, pero convertir una modesta C15 en un concept único es algo que pocos cerebros pueden concebir, como Sbarro.

Partiendo de una C15, Franco Sbarro diseñó una especie de SUV multiuso, camper deportivo… una mezcla extraña. Su interior se vistió de lujo y se creó una especie de «lounge» sobre ruedas. Exteriormente no hay nada que haga pensar que realmente sea un Citroën C15, pero así es, aunque bajo su capó se encierra el motor de un Visa GTi.

Citroen Picasso: «El Bicho»

Sbarro tuvo una época en la que le puso alas a todo.

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Durante la década de los ochenta y también en los noventa, las puertas en forma de alas de gaviota tenían fascinado a Sbarro, que diseñó varios modelos con ellas, como los Mercedes 500 SEC Sbarro.

El extremo de esta locura llegó con el modelo que ves en la imagen superior, el Xsara Picasso apodado por él mismo como «el bicho». Eliminó el pilar central y diseñó un portón en forma de enorme ala de gaviota a cada lado para acceder al habitáculo. Esto obligó a reforzar la estructura con una jaula tubular en la parte baja y nuevos montantes en el parabrisas y parte trasera, a los cuales se anclaba la viga central sobre la que se articulaban las puertas.

Sin duda es el Picasso más extremo que se ha realizado.

Rolls Royce Hunting Car: estilo Mad Max

Sobre la base de un Rolls Royce Corniche, Sbarro creó esta locura.

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En 1980, un árabe millonario y excéntrico le encargó a Sbarro que modificase su Rolls Royce Camargue y lo convirtiese en algo único. El Camargue original es uno de los Rolls más controvertidos, con detractores y defensores radicales. El diseño original de Pininfarina fascina a muchos y repele a otros tantos, lo mismo que la creación de Sbarro.

Sin puertas, con un parabrisas mínimo y una trasera que parece una especie de lancha motora, el Sbarro Hunting Car es uno de los descapotables de 4 plazas más locos de todos los tiempos.

Seat Leon Coupé: el español

Así dejó Sbarro este Seat León.

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En 2001 Seat encargó a Franco Sbarro la realización de un concept car que mantuviese la esencia del modelo y que se viese claramente como un Seat León, pero dejándole libertad para todo lo demás.

Tomando como base un Seat León con el motor 1.8 turbo de 20 válvulas, Sbarro creó esta bestia de motor central trasero de 210 CV y dos puertas con una solución muy original en el portón trasero, que desaparece para dejar hueco a una peculiar carlinga en la que se integra la refrigeración de la mecánica y una estructura aerodinámica.

Visto lateralmente parece un León casi normal, aunque con sólo dos puertas, pero la zaga es rotundamente original.

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