El peligro de circular con amortiguadores gastados

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Rubén Fidalgo
18 de noviembre, 2015
Hemos participado en una experiencia para comprobar las diferencias de comportamiento entre un coche con amortiguadores nuevos y el mismo vehículo con los amortiguadores al 50% de su rendimiento. Las diferencias son escandalosas.
Los neumáticos son el único punto de unión del vehículo con el asfalto y la suspensión es la encargada de mantenerlos en contacto con el suelo en todo momento. Con motivo de la celebración de su 50 aniversario, AD Grupo Regueira en colaboración con PTC Escuela ha organizado unas jornadas en las que se mostró al público las diferencias entre conducir un vehículo con los amortiguadores al 50% de su rendimiento y con ellos completamente nuevos.
Para la prueba se disponía de dos Reanult Mégane exactamente iguales, calzados con los mismos neumáticos (completamente nuevos) y con el mismo equipo de frenos. En la pista se realizaban tres ejercicios:
- Frenada de emergencia.
- Frenada y esquiva.
- Slalom.
El principal problema que existe con los amortiguadores de los automóviles es que su desgaste (salvo defecto de fabricación o impacto) es muy progresivo y el conductor se va acomodando poco a poco al empeoramiento de su rendimiento, de modo que no percibe que su coche cada vez funciona peor. Sólo cuando instala unos nuevos amortiguadores es consciente, de manera instantánea, de la diferencia de comportamiento y de lo que significa circular con la suspensión desgastada.

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Esto es lo que se ha simulado con esta prueba, sentando primero a los conductores en el Mégane con los amortiguadores Monroe al 50% de su vida útil y pasándolos después al vehículo con los amortiguadores Monroe completamente nuevos.
En la frenada de emergencia desde 80 km/h, las distancias se alargan notablemente y la parte trasera del coche llega a despegar el neumático del suelo, provocando rebotes en la suspensión.
Durante la frenada con esquiva, el coche con los amortiguadores al 50% reacciona tarde a las órdenes del volante y se hace muy difícil no salirse del carril o impactar con el obstáculo, mientras que, en el caso de las suspensión en buenas condiciones, se solventa sin problemas.
En el ejercicio del slalom, los cambios bruscos de trayectoria no son absorbidos por la amortiguación y provocan cabeceos parásitos de la carrocería que sacan el coche fuera de la trazada y obligan a reducir la velocidad para no salirse fuera, mientras que, en la unidad con suspensión nueva, es fácil para cualquier conductor realizar el ejercicio.
Por debajo del 70% del rendimiento de los amortiguadores, empieza a aumentar de forma peligrosa el riesgo cuando conducimos. Las distancias de frenado se alargan hasta en un 50% y el riesgo de aquaplaning (el coche flota sobre la película de agua en el asfalto mojado) aparece a velocidades mucho más bajas.
Además, los sistemas de seguridad activa com el ABS y el ESP funcionan de forma errática. En el caso del ABS, las ruedas se despegan del asfalto al no ser absorbida la energía de los rebotes del muelle por el amortiguador. Cada vez que la rueda se despega del asfalto mientras frenamos, ésta se bloquea. El ABS detecta el bloqueo y libera presión de los frenos, lo que provoca que el coche apenas frene, aunque pisemos con todas nuestras fuerzas el pedal.
El control de estabilidad tampoco es capaz de corregir la trayectoria correctamente, ya que necesita transmitir la fuerza de frenado de cada rueda para enderezar el vehículo. Si la rueda pierde contacto con el asfalto, no sirve de nada que el ESP la frene.
En el vídeo que se muestra a continuación se pueden ver claramente las diferencias entre un vehículo con la suspensión al 50% y el otro con los amortiguadores nuevos, siempre conducidos, por motivos de seguridad, por conductores especializados . En las pruebas realizadas con conductores particulares los resultados son todavía peores.
Peligros de conducir con amortiguadores gastados

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Dependiendo del uso del vehículo, la carga que solamos llevar en él y el tipo de asfalto por el que circulemos (curiosamente es en ciudad donde más se desgastan por el efecto de los pasos de cebra elevados, bandas reductoras de velocidad, tapas de alcantarilla, zonas adoquinadas, etc.), la vida media de un amortiguador en buen estado está entre los 70.000 y los 100.000 km. Para comprobar su estado, es necesario verificarlos sobre una máquina de pruebas, el típico empujón a la carrocería no sirve.
Los principales riesgos que asumimos al circular con unos amortiguadores en mal estado son:
- Mayores distancias de frenado.
- Mayor riesgo de aquaplaning.
- Menor agarre en curva.
- Frenada inestable.
- Menor rendimiento de sistemas de seguridad como el ABS o el ESP.
- Mayor desgaste de los neumáticos.
- Pérdida de confort, los continuos movimientos de la carrocería provocan mareos a los pasajeros.
- Riesgo de avería. En casos extremos puede llegar a romperse el amortiguador.
- Envejecimiento prematuro del chasis y órganos mecánicos. Debido a los movimientos tan acusados, se producen desajustes en piezas del salpicadero, paneles de puerta… así como mayor desgaste en las rótulas de dirección, trapecios, etc.
El vídeo de la prueba
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