El accidente del autobús de Lille y los navegadores GPS

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Rubén Fidalgo
29 de julio, 2015
Todo apunta a que una de las causas del accidente del autobús de Lille fue la mala ruta indicada por el navegador GPS. Seguir sus instrucciones con fe ciega puede ponernos en situaciones de riesgo, aquí tienes algunos consejos para evitar este problema.
Los accidentes de tráfico nunca se deben a una única causa, siempre son una suma de factores los que llevan al fatal desenlace de los acontecimientos. En este caso concreto, todo parece indicar que el accidente del autobús de Lille tuvo como una de las causas un error en la ruta elegida por el navegador.
«Respete las normas de tráfico. El uso del sistema es su responsabilidad y no debe distraer su atención de la carretera, tráfico o de las condiciones atmosféricas. Consulte el manual de usuario para obtener más información. Cofirmar» Absolutamente todos los navegadores GPS tienen esta pantalla de inicio (en algunos en lugar de «Confirmar» pone «Ok» o «Aceptar») y es un contrato que exime de responsabilidad a su fabricante en casos como el del accidente de Lille.
Existen navegadores para profesionales que permiten introducir limitaciones especiales en las rutas que eligen. Por ejemplo: si llevamos un camión que transporta gasolina, podemos pedir al navegador que elimine de la ruta tramos de carretera en los que esté prohibido o restringido el tráfico de mercancías inflamables. También existen limitaciones por peso, número de ejes, altura de gálibo, etc.
En el caso del accidente de Lille, el conductor del autocar parece haber confiado demasiado en la ruta elegida por el navegador . Supuestamente, debería haber tenido en consideración la limitación de altura de gálibo, por lo que todo apunta a que no prestó atención a las señales de límite de altura máxima del paso subterráneo al que accedía. Al tratarse de un autobús con viajeros, y debido a la espectacularidad de las imágenes del vehículo con el techo completamente arrancado, ha creado mucha expectación, pero este tipo de incidentes es más frecuente de lo que pensamos.

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Las instrucciones de los navegadores pueden no ser las correctas. A veces se debe a que su cartografía no está actualizada, puede que hayan cambiado el sentido del tráfico de una calle, que un tramo esté en obras… pero también hay veces que el algoritmo que genera la ruta no sea preciso. Personalmente, en un recorrido que hago con mucha frecuencia, me encuentro con que la mayoría de navegadores me obligan a tomar una salida de la autovía por la que circulo para luego volver a incorporarme a la misma. Esto se debe a que, probablemente, hacer eso suponga unos pocos metros menos de recorrido, lo cual es considerado por el programa del navegador como una ventaja, pero me expone a dos nuevos riesgos (salir de la autovía, ceder el paso en la rotonda y en la nueva incorporación a la autovía) y perder tiempo.
Hace algún tiempo también fueron sonados dos incidentes provocados por la fe ciega en las instrucciones del navegador. Uno de ellos fue un hombre que acabó con su coche en las aguas de un lago en Alemania. El otro, una mujer belga que atravesó media Europa hasta Zagreb, cuando su intención era ir a la Estación Norte de Bruselas a recoger a un amigo. Un viaje de 150 km que acabó siendo toda una odisea de 1.500 km.
Hay algunas cosas que debemos tener en consideración para evitar este tipo de errores cuando conducimos por una zona desconocida guiados por el navegador. Aquí van nuestros consejos:
- Ojo a las señales de tráfico: aunque el navegador nos indique tomar una calle concreta o hacer un giro, debemos comprobar que éste es posible. Es frecuente que en algunas zonas cambien el sentido del tráfico de calles de sentido único y que justo por donde nos indica continuar el navegador sea una dirección prohibida, no se pueda girar a la izquierda, etc. Siempre debemos respetar las señales de tráfico. No pasa nada por continuar unos metros, el navegador recalcula una nueva ruta desde donde nos posicionemos.
- Anticípate: a veces el desvío que vamos a tener que tomar está en una vía de servicio lateral al tramo por el que vamos circulando. Si ves que hay que tomar una salida unos kilómetros más allá y que la zona por la que vas «se encajona» entre muros de cemento, toma la vía de servicio lateral antes. Siempre podrás volver a la principal más adelante, pero, a veces, no podrás salir de ella donde te indique el navegador.
- Comprueba la ruta antes de seguirla: existen muchas ciudades y pueblos con el mismo nombre. En Galicia, por ejemplo, hay 4 lugares que se llaman Vigo y están en distintas provincias. Puede que incluso el nombre de la calle a la que te diriges exista en varias de esas ciudades con topónimos idénticos. Asegúrate de que la ruta te lleva a la que realmente quieres ir. Si de repente ves que el número de kilómetros del recorrido difieren mucho de lo que tenías pensado, puede deberse a este problema.
- No tengas fe ciega: lo normal es que el navegador te lleve al destino, puede que no sea por la mejor ruta, pero llegar, llegas. Sin embargo, no es poco frecuente que entremos en una especie de bucle sin salida si seguimos las instrucciones del navegador. Aquí tienes dos alternativas: preguntar a los lugareños o poner una dirección cercana a la del destino que sí identifique correctamente el navegador.
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