El Desierto de los Niños 2015: así fue la aventura

44 fotos
Isabel Gª Casado
13 de abril, 2015
En este viaje solidario por Marruecos, hemos recorrido el país desde Tánger hasta Erfoud, hemos conducido por carreteras, caminos y hasta dunas y, lo más importante, hemos concienciado a nuestros hijos y llevado material escolar y juguetes a escuelas sin recursos.
La undécima edición de este viaje ha coincidido, como es habitual, con las vacaciones de Semana Santa. Se trata de que las familias puedan participar, conduciendo sus vehículos todo terreno y llevando consigo a sus hijos. En esta ocasión, en los 56 coches que formaban la caravana solidaria del Desierto de los Niños (26 de ellos Hyundai) había muchos críos –y también varios adolescentes-, el más pequeño de 3 años. Muchas familias se apuntan a este recorrido porque les gusta el todo terreno, porque quieren conocer Marruecos y, sobre todo, -ése es el diferencial de este viaje- porque quieren que sus hijos aprendan a valorar las cosas importantes de la vida, algo que nuestros niños europeos olvidan rodeados como están de ordenadores, consolas y teléfonos móviles.
El personal de la organización se ocupa de que todo vaya, nunca mejor dicho, sobre ruedas. Un par de semanas antes de la partida, se convoca una reunión para explicar detalles, aclarar dudas y despejar todos esos miedos que nos surgen a los padres ante un viaje de estas características: sobre la solución a posibles problemas de salud, sobre la seguridad en determinadas zonas (sobre todo este año, con los atentados en Túnez) y sobre otras cosas más del día a día, como la comida, la ropa o los documentos que hay que llevar.
Patrocinadores solidarios del Desierto de los Niños
En esta aventura no vamos solos, sino acompañados de eficientes organizadores y de marcas solidarias que colaborarán para facilitar la vida cotidiana de muchos niños marroquíes. Hyundai proporciona la furgoneta H1 Travel en la que viajan los optometristas de la Fundación Afflelou y sus aparatos de graduación, con los que revisarán la visión a los niños –y a muchos mayores- y les proporcionarán gafas, graduadas o de sol. También son Hyundai los modelos ix35, Santa Fe y Gran Santa Fe en los que viajamos periodistas de varios medios dispuestos a contar nuestra experiencia y dejar constancia de todas estas vivencias. Su comportamiento ha sido impecable en esta semana de marcha por terrenos difíciles, también gracias al buen hacer de los neumáticos Kumho, otro de los patrocinadores del Desierto de los Niños. Un camión enorme abanderado por Aquarius se encarga de transportar el material escolar y los juguetes, donados también por esta marca de bebidas.
Ruta del Desierto de los Niños: de Tánger a Melilla en 7 días
La ruta de 2015 se ha iniciado en Tarifa, donde se coge el ferry para atravesar el Estrecho de Gibraltar hasta Tánger. Allí se reposta y se pasa la primera noche. A la mañana siguiente, una larga autopista nos conduce a Marrakech, la ciudad de las rojas murallas, donde pernoctamos antes de dirigirnos, a la mañana siguiente, a la imponente cordillera del Atlas, que atravesamos por el paso más cercano a la población de Uarzazate, donde nos quedamos la tercera noche.
Los niños no dejan de preguntar cuándo llegamos al desierto, el gran objetivo del viaje para ellos. Y no está lejos, porque con el amanecer salimos hacia la zona más cercana a las dunas del Sahara, que se perciben, rosadas, en el horizonte. Es el momento de visitar varios pueblos donde la Asociación Desierto de los Niños realiza parte de su acción solidaria, llevándoles material escolar, juguetes, ropa… Para todos es lo más emocionante del viaje, porque nos reciben en una jaima (tienda de campaña bereber) que nos proteja del sol y dentro nos reúnen para darnos la bienvenida y obsequiarnos con té de hierbabuena y pastitas o pizza bereber que hace las delicias de los niños.
Entablamos comunicación con los más pequeños de todas las maneras que se nos ocurren: en francés, que aprenden en la escuela, con algunas palabras en árabe que los organizadores del Desierto de los Niños han incluido junto al rutómetro, pero, sobre todo, con las manos, con los ojos y con sonrisas de oreja a oreja.
El gran camión de Aquarius abre sus puertas y entre todos se monta una cadena humana para descargar lo que traemos. Esa colaboración se repite en Fezou, en Ouzina, en El Begga, en Erfoud, en Tamaarkite… Muchos otros chavales, venidos de pueblos cercanos, se acercan y nos dicen que vayamos también allí, que ellos necesitan igualmente material para el cole y juguetes. Te frustra saber que no puedes ayudar a todos, pero la única forma de hacer algo constructivo es coordinar la ayuda con las asociaciones locales, creadas para organizar la petición y el reparto de esas cosas necesarias a través de ONGs y asociaciones como el Desierto de los Niños.
En estas poblaciones no sólo se reparte el material que llevamos (muchas familias han traído ropa y enseres varios), también se visitan las infraestructuras que la Asociación Desierto de los Niños ha financiado (aulas de formación para niñas, escuelas para discapacitados, guarderías…)
Visitar y conocer Marruecos
El tercer objetivo del viaje, además de hacer todo terreno y participar en acciones solidarias, es conocer Marruecos. El paisaje está siempre presente, al otro lado de la ventanilla, con sus cambios y evolución a medida que se hacen kilómetros: el norte más verde, las poblaciones de adobe, las cumbres nevadas del Atlas, el desierto… Los niños nos saludan al pasar –inevitable no pensar en Bienvenido Mister Marshall- como si fuéramos gente importante, se acercan en cuanto tienen una oportunidad, nos piden bolígrafos, quieren vendernos presuntos fósiles.
Aparte de pequeñas incursiones en la plaza de Yamaa El Fna (Marrakech), en la kasba de Ait Benaddou (donde se rodaron escenas de Gladiator, de El Príncipe de Persia o de Lawrence de Arabia) o en la fortaleza natural que fue escenario para la película La Momia, a los niños les sorprendió conocer la Cueva de los Tiburones, agujeros excavados en estratos de arenisca (donde hace millones de años estaba el fondo del mar) de los que los niños de la zona extraen fósiles de dientes de tiburón.
En el Desierto de los Niños 2015 con un Hyundai Santa Fe
-
44 fotos
Ampliar -
El Santa Fe con el que participó Autocasion.com, de serie pero con una chapa protectora en los bajos, para preservar sobre todo el cárter y no tener más aventura de la necesaria, nos sorprendió muy positivamente. Al fin y al cabo, es un SUV con cualidades limitadas para el todo terreno; sin embargo, cruzó ríos llenos de piedras, atravesó el Atlas, se movió con soltura por caminos polvorientos y nos proporcionó una tremenda diversión saltando de duna en duna. Todo ello –esto es importante- lo consiguió llevando a bordo a una familia con tres hijos, el mayor de 13 años, que viajaron cómodamente, que pudieron dormir en las jornadas de muchos kilómetros, que no pasaron calor en las zonas de desierto… En él que cupo todo nuestro equipaje, la impedimenta, la comida… hasta una nevera y una mesa de cámping con sus cinco sillas. A este Santa Fe y a su desempeño en tan difícil territorio dedicaremos un reportaje especial, por si os animáis, como nosotros, a marcharos de aventura con la familia y necesitáis un vehículo que podáis utilizar antes, durante y después de la traviesía.
Cómo participar en el Desierto de los Niños
El Desierto de los Niños 2015 coincide cada año con la Semana Santa. En esas fechas vacacionales, los niños están libres y muchas familias se animan a apuntarse a esta aventura que, como dicen sus organizadores, tiene tres pilares: conocer el país, la diversión y la solidaridad.
Cualquiera se puede apuntar: sólo hay que tener un vehículo todo terreno, o un SUV, e inscribirse en la convocatoria, que se hace ya en febrero. En 2015 la participación ha sido de nuevo numerosa: más de 200 personas (de las que 65 son niños entre 5 y 12 años), 60 4×4 y un equipo de organización –que en todo momento tutela y guía a los aventureros- compuesto por 21 monitores.
Desierto de los Niños: su historia

44 fotos
Iniciado en 2005 por el contagioso entusiasmo de Nacho Salvador –periodista, piloto de raids y un enamorado de Marruecos- , el Desierto de los Niños se definió desde el principio como un viaje solidario en el que los niños españoles y marroquíes pudieran interactuar. Así, la caravana de todo terrenos, encabezada por los Hyundai Santa Fe y los Hyundai iX35 de la organización, va acompañada de un gran camión patrocinado por Aquarius y lleno de material de todo tipo, sobre todo escolar, destinado a escuelas de pequeñas poblaciones que el Desierto de los Niños visita cada año. Ahí los niños marroquíes pueden intercambiarlo por dibujos que hayan hecho.
“Es muy simple –nos cuenta Nacho Salvador- , son niños interactuando con niños. Para nuestros pequeños es muy enriquecedor ver en primera persona que hay unos niños que son como ellos, pero que viven en unas condiciones completamente diferentes por el hecho de haber nacido en un medio tan hostil como es el desierto”.

44 fotos
La actividad solidaria del Desierto de los Niños se completa con un granito de arena más: gracias a la Fundación Alain Afflelou, varios ópticos participan en el viaje (10 en esta edición de 2015) para revisar la vista a los pequeños y, si las necesitan, hacerles gafas. “Es algo que parece tan fácil, unas simples gafas, y sin embargo pueden cambiar la vida de quienes las reciben” añade Nacho Salvador, que recuerda cómo una niña, apartada en un rincón porque la consideraban retrasada, resultó en realidad tener un problema en la visión y, cuando se lo corrigieron, pudo aprender normalmente y convertirse incluso en la primera de la clase.
Toda la actividad solidaria del Desierto de los Niños (que, por cierto, tiene la Fundación Desierto de los Niños sobre la que podéis informaros haciendo clic en ese enlace,) es posible gracias a empresas como Hyundai, Aquarius, Alain Afflelou, Kumho o Euro4x4Parts.
A lo largo del itinerario que se recorre (en la galería de fotos podéis ver el de este año), se realizan diferentes tipos de conducción (pista, carretera, incluso dunas y nieve), lo que somete a los coches y también a sus neumáticos a una dura prueba. De todas formas, hay que dejar claro que el Desierto de los Niños no es un rally ni una carrera, sino un tranquilo viaje que permite conocer los paisajes y las gentes de un país que tenemos muy cerca y del que desconocemos muchas cosas. “Marruecos es un lugar maravilloso que merece la pena visitar” comenta Federico Granda, uno de los fundadores del viaje.
Desierto de los Niños 2015: así lo vivió Autocasion.com
Desierto de los Niños 2014: así fue
Galería de imágenes
Últimos vídeos
Comentarios