Cómo comprar un coche a medias

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Curro San Miguel
30 de noviembre, 2016
En este artículo te enseñamos cómo puedes adquirir un vehículo compartido con un amigo o familiar y, así, hacerle un uso más completo y con mayor movilidad.
Compartir gastos es una buena manera de acceder a bienes que, de otra manera, en los tiempos que corren, serían casi inalcanzables. Si vale para bienes inmuebles, también vale para bienes “muebles”, como el coche, siempre que tengamos claras una serie de premisas.
Obviamente, hablo de compartir fuera de una pareja estable. Con un amigo, familiar… al que no estemos ligados legal o eclesiásticamente.
Por ejemplo: tanto Gustavo como Federico necesitan un coche, y su compra de manera particular se les hace cuesta arriba. Como son buenos colegas y ya han compartido litera, piso y hasta alguna novia, creen que se pueden apañar también comprando un coche a medias. Pero todo clarito y sin malos rollos.
Así debe ser el contrato
Por ello, conviene que todo quede por escrito, y para eso hay que recurrir a un contrato privado. Un contrato es un acuerdo entre dos partes (o más). En un documento se explican las condiciones, cláusulas y datos que ambas partes han acordado previamente. En el caso de la compra de un bien, también aparece el precio. Finalmente el documento es firmado por las personas afectadas y así manifiestan su consentimiento.
El contrato privado tiene plena validez jurídica y su incumplimiento puede provocar un conflicto legal que deberá resolverse en los tribunales de justicia. Sin embargo, los especialistas en derecho recomiendan que, en algunos casos, el acuerdo privado sea corroborado en un acto público (“elevarse a rango público”, en lenguaje jurídico). De esta manera, la validez del mismo es mayor y, sobre todo, las partes están protegidas ante un posible problema legal o fraude, ya que un notario ha confirmado la corrección legal de las condiciones pactadas. Esto implica un gasto y poner especial atención a las clausulas incluidas, pues no se podrán modificar o flexibilizar a menos que se redacte un nuevo contrato.

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Sin embargo, aun con el contrato en la mano, la titularidad del vehículo será sólo de una parte contratante. En ese caso, conviene poner el seguro a nombre del segundo implicado (el otro propietario irá como conductor ocasional) y que asimismo esto quede recogido en el documento.
Para afrontar los gastos, lo pertinente es crear una cuenta común, en principio para cuotas del seguro, mantenimiento del vehículo e inspecciones periódicas. Y, si el coche ha sido financiado (cosa que no recomiendo), para ir pagando las mensualidades cuya parte del importe mes a mes debe ir ingresando cada uno de los propietarios.
Cómo compartir el uso del coche
También se deben acordar días de disfrute y consumibles (gasolina) y, para ello, suele funcionar fijar un mínimo (como un cuarto de depósito) a la hora de retirar y devolver el vehículo. En averías y desperfectos, lo siento pero se tiene que ir a medias, a menos que queráis tener problemas antes de que el coche pase su primera revisión en base a desconfianzas y reproches mutuos.
En tiempos de uso del coche, al igual que en todo lo demás, se debe ir a medias (no juguemos con fracciones, que luego no salen las cuentas…): tres días y medio por semana y tal vez quince días seguidos, si procede, durante las vacaciones.
Si se modifica algún punto de manera verbal, no está de más que, si pasa a consolidarse, pase a estar por escrito aun de manera privada.

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A la hora de la venta, lo mejor es acudir a una casa de compra-venta por no desequilibrar la balanza atendiendo el trato con particulares. Allí os lo van a tasar y, si aceptáis, ingresar el dinero en la cuenta común. Con la liquidación del bien quedaría igualmente disuelto el contrato.
Como veis, es mejor optar por esta solución que por la de que una de las partes compre a la otra su parte y se quede con el coche. De ahí habría que plasmar el acuerdo en un contrato de compraventa y pagar impuesto de transmisiones, en el caso de que el que se lo quede sea el que no ostenta la titularidad del vehículo. Por supuesto, con voluntad, confianza y paciencia se puede hacer, pero es más rollo y, si os habéis llevado bien hasta ahora…, no lo vayáis a fastidiar en el último momento.
Ejemplo de una compra a medias
Como colofón, incluiré los fríos números del ejemplo anterior. Federico y Gustavo compraron un buen coche de ocasión (Opel Astra CDTi) por 3.500 euros cada uno. En tres años y medio cada cual aportó 1.750 euros en gastos sin contar con los 250 de “costes administrativos” y, llegado el momento de desprenderse de su Opel comprado a medias, cada propietario se llevó 1.700 euros. Total, que tuvieron coche y amistad durante todo ese tiempo por unos 3.400 euros. Y es que, si las cosas se hacen bien (y el coche “sale bueno”), comprar un automóvil a medias es una fórmula de tener movilidad en propiedad de lo más interesante.
Visita la página web del autor de este reportaje, Curro San Miguel, pinchando aquí.
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