Cómo afecta el WLTP a los coches diésel

Christian García
12 de septiembre, 2018
El WLTP ya está vigente en nuestro país y en este artículo te contamos cómo le pasa factura a los "demonizados" vehículos diésel.
Desde el pasado 1 de septiembre, todos los coches nuevos que se matriculen deben estar ya homologados exclusivamente por el ciclo WLTP (Qué es el ciclo WLTP). Esto implica una serie de importantes reformas respecto al anterior protocolo NEDC (En qué se diferencian el NEDC y el WLTP) y, por tanto, también significa que los nuevos modelos llegarán acompañados de unos cambios que afectarán al propio coche, pero también al bolsillo del cliente. Después de ver cómo afecta el WLTP a los coches de gasolina, veamos ahora cómo afecta el WLTP a los coches diésel.
Todo lo que tú y tu bolsillo debéis saber sobre el nuevo ciclo de homologación WLTP
Lo que pretende el ciclo WLTP es, a grandes rasgos, proporcionar al usuario y a las administraciones unos datos de consumo y emisiones mucho más realistas, algo que hará que ambas cifras a partir de ahora sean mayores, tanto en un diésel como en un gasolina. Las pruebas de ensayo y el proceso de medición también se ha modificado ligeramente (WLTP: ¿Cómo son las pruebas para homologar los coches?).
Cómo afecta el WLTP a los diésel
Los test se llevan a cabo en un entorno un poco más frío, algo que afecta más a los diésel por su mayor tiempo de calentamiento y peor arranque en frío. Sin embargo, la duración del test y la distancia recorrida en un entorno extraurbano son mayores, pudiendo ser estos aspectos más positivos para el rey de la eficiencia que para un coche de gasolina. Eso sí, los gasolina actuales, sobre todo los de baja cilindrada, pueden llegar a mostrarse igual de eficientes que uno de gasoil. También aumenta algo la velocidad media y la velocidad máxima registradas durante las pruebas, lo que podría afectar más a un motor de gasolina, que generalmente trabaja más revolucionado que un diésel.
El WLTP también afecta al coche diésel con el nuevo reglamento RDE (Real Drive Emission) que llega de la mano del nuevo protocolo como complemento. Son unos ensayos realizados para la medición de emisiones contaminantes reguladas (óxidos de nitrógeno, partículas, monóxido de carbono e hidrocarburos) en condiciones de uso real mediante un sistema portátil de medida (PEMS) -podéis verlo en la imagen-. En este caso, el análisis sirve para delimitar una cantidad máxima de emisiones permitidas para cada modelo. No hay que olvidar que un diésel actual se beneficia de las bondades del filtro antipartículas y el AdBlue para no emitir prácticamente nada perjudicial. Por supuesto, el RDE también va a afectar a un coche de gasolina, ya que esta nueva legislación está obligando a implantar el filtro de partículas, además, en estos motores.
Un Impuesto de Matriculación más caro
Los mayores problemas los tendrán los coches que estén cerca de un cambio de tramo impositivo. Recordaréis que hay estos tres (los de más 120 g/km, los de más de 160 g/km y los que superen los 200 g/km.) En este artículo (¿Qué coches suben de precio -el 1 de septiembre- con la nueva homologación WLTP?) tenéis toda la información al respecto.
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