Coches míticos: Ford Sierra Cosworth, una berlina para tramos

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Rubén Fidalgo
20 de abril, 2020
Desde mediados de los ochenta y hasta principios de los noventa, entre las berlinas deportivas sonaba con admiración la palabra Cosworth. Damos un repaso al mítico Ford Sierra Cosworth, un coche irrepetible.
Hace poco daba en otro reportaje un repaso a los coches míticos de los años 80 y comentaba que fue una década de oro para los turbo y las berlinas de altas prestaciones. Sin lugar a dudas, uno de esos coches míticos que reunía ambas características fue el Ford Sierra RS Cosworth, presentado en 1985 y que se mantuvo hasta 1993 como uno de los coches más excitantes del mercado.
A lo largo de sus 8 años en el mercado existieron diferentes evoluciones que iban desde los 204 CV de los primeros hasta los 220 CV de las últimas series. Además, el Cosworth también contó con algunas ediciones especiales, siendo la RS 500 la más destacada, junto con los Rouse realizados por el propio piloto Andi Rouse.
Ford Sierra Cosworth: un alerón famoso

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En 1985 Ford presentaba la versión tope de gama del Sierra con el lanzamiento del Ford Sierra Cosworth. Éste se desarrollaba sobre la carrocería de 3 puertas del Sierra, pero la de sólo dos ventanas laterales, a diferencia de los XR4 que se montaban sobre los coupés de 3 ventanas laterales.
Pese a que el Sierra estaba disponible con el motor de 6 cilindros y 2,8 litros de cilindrada, en lugar de potenciar este bloque (ya muy desfasado tecnológicamente), se decidió usar el 4 cilindros de 2 litros para añadirle el toque mágico de Cosworth, quien desarrolló una culata específica y el sistema de sobrealimentación. De este modo, el Ford Sierra Cosworth anunciaba una potencia de 204 CV que llegaban al eje trasero a través de una caja de cambios derivada de la empleada en los Mustang y que era capaz de soportar el generoso par motor de esta mecánica turboalimentada.
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Puede que sus 204 CV no nos parezcan nada salvajes en la actualidad, pero en 1985 no había muchos modelos de ese nivel de potencia, y menos por el precio del Sierra Cosworth. Además, si tenemos en cuenta que su peso en orden de marcha era de apenas 1.300 kg, un cuarto de tonelada menos de lo que pesa hoy en día un Seat León, los caballos cundían bastante.
Toda esa potencia llegaba exclusivamente al eje trasero, que disponía de un diferencial autoblocante viscoso que, unido a la distribución de pesos, una suspensión trasera no muy elaborada y un chasis blando, marcaba mucho el carácter del Sierra RS Cosworth.
Quienes lo han probado afirman que es un coche muy divertido y bastante eficaz, pero que exige un elevado nivel de pilotaje para dominar sus frecuentes desmadres del eje trasero.
Estéticamente era relativamente discreto. Sólo unas branquias sobre el capó, unas llantas y un sencillo kit aerodinámico lo diferenciaban del resto de Sierras, pero había algo que lo hacía único: el alerón trasero. Sin lugar a dudas, el spoiler del Sierra Cosworth era su seña de identidad más llamativa y fue objeto de muchas burlas en su momento, aunque también de admiración.
En el interior, sólo las siglas RS sobre la tapa de la guantera, el volante deportivo y los formidables asientos Recaro diferenciaban al Cosworth del resto de modelos de la gama Sierra, que destacaban por su amplio y confortable habitáculo.
Ford Sierra Cosworth Saphire: discreción absoluta

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En 1988 se presentó la carrocería sedán de 4 puertas del Ford Sierra Cosworth y se convirtió en el ejemplo perfecto de Sleeper Car. Da la sensación de que algunas de las bromas sobre el alerón trasero de la versión precedente hicieron que los responsables de la marca se pasasen al otro extremo. Con la carrocería de 4 puertas el Sierra Cosworth perdía toda la espectacularidad y costaba diferenciarlo del resto de la gama, salvo por las llantas y el paragolpes delantero.
Del enorme spoiler trasero sólo quedaba un pequeño deflector en el borde de la tapa del maletero y el Sierra Cosworth pasaba a ser un auténtico lobo con piel de cordero. Mantenía la mecánica de 204 CV que destacaba por sus prestaciones y también fiabilidad. Sí, pese a tratarse de un coche de alto rendimiento, los Sierra Cosworth eran bastante duros y en la mayoría de los casos sus problemas estaban provocados por inventos extraños hechos sobre ellos.
Su único talón de Aquiles, además de unas manos poco hábiles a sus mandos, estaba en la culata y refrigeración. El peso del colector y el turbo hacían sufrir bastante a las culatas y, si encima se abusaba de su potencia, era fácil que apareciesen algunas fisuras.
Ford Sierra Cosworth 4×4: más eficaz y menos diversión

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En 1991 el Ford Sierra Cosworth ganaba 16 CV y dos ruedas motrices más y pasaba a ofrecer 220 CV y un sistema de tracción total que hacían al coche más eficaz y utilizable a diario, pero menos excitante para los pilotos más avezados.
El aumento de potencia llegaba gracias a un nuevo bloque motor que, conservando la cilindrada, modificaba su diseño, mejorando la refrigeración, la lubricación y la sobrealimentación. No sólo era más potente, también más fiable.
¿Es más seguro un coche con tracción total?
El sistema de tracción total estaba pensado para reducir las pérdidas de motricidad cuando el par motor se desataba con el turbo a plena presión, pero el Sierra seguía «mandando de atrás», con un reparto de algo más del 60% sobre el eje trasero, dejando entre el 30 y el 40 por ciento restante en el delantero.
Quienes han probado ambos modelos afirman que el Sierra Cosworth 4×4 es un coche muchísimo más utilizable por cualquier conductor, más cómodo y más seguro, especialmente cuando las condiciones de adherencia no son las ideales. Con su carrocería de 4 puertas, un interior confortable, un buen maletero, la tracción total y 220 CV, los últimos Ford Sierra Cosworth eran coches muy versátiles que valían para todo, tanto para llevar a la familia como para divertirse bastante en un circuito o tramo cerrado.
Eso sí, también es cierto que los que han tenido la suerte de hacer kilómetros sobre los dos ruedas motrices y los 4×4, también critican que en conducción deportiva los de tracción trasera son más predecibles. El diferencial central de los 4×4 reaccionaba de forma algo imprevisible en determinadas situaciones y sus reacciones no eran siempre las mismas en las mismas condiciones, lo que quitaba algo de confianza a los pilotos más agresivos.
Ford Sierra Cosworth en competición: todavía levanta aplausos

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Aunque el Ford Sierra era considerado una berlina medio/grande en su época, apenas llegaba a los 4,5 m de longitud, unos 15 cm más de lo que mide un Focus actual y era mucho más ligero. Los problemas de rigidez estructural de su carrocería se solucionaban con las jaulas de seguridad obligatorias en competición y sus motores eran tan fiables que permitían exprimirlos sin demasiados remilgos y sacar potencias en el entorno de los 400 CV, incluso más.
Ligero, potente y con una distancia entre ejes que lograba un buen equilibrio entre agilidad y progresividad en sus reacciones, el Ford Sierra Cosworth se convirtió de inmediato en una máquina muy competitiva en las pruebas deportivas.
Pilotos de la talla de Carlos Sainz, Didier Auriol, Francois Delecour o el mismísimo Collin McRae hicieron volar los Ford Sierra en las principales pruebas deportivas de la época y con buenos resultados.
En la actualidad, el Ford Sierra Cosworth sigue desatando pasiones entre la afición, que disfruta viéndolos derrapar gracias a pilotos como Javier Ramos Grille, del que te recomiendo que busques vídeos si te apetece ver de lo que es capaz todavía este hierro tres décadas después de su debut en competición.
Como clásico coleccionable, las versiones más cotizadas son, obviamente, las ediciones especiales del RS 500 y del Rouse (del que no llegaron a fabricarse las 100 previstas). En cuanto a los modelos de serie convencional, los primeros de tracción trasera y 3 puertas son los más buscados, no tanto por su efectividad o prestaciones, que eran peores que las de los posteriores, sino por su carisma.
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Comentarios
Yo tuve uno de 1987 y menos la carrocería le cambie todo, también la caja de cambios que me costo Dios y ayuda, que me la pasaran en garantía, el asiento del piloto, etc. y he tenido 38 coches en mi vida. Eso si a pesar de todo, estaba enamorado de él.