Reportaje

Aniversario del Mercedes Clase S W126: ¿el último gran Mercedes?

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10 de abril, 2019

En 1979 Mercedes presentó al mundo su segunda generación de la Clase S con el código W126. Este modelo sería toda una revolución y todavía cuarenta años después de su lanzamiento sigue siendo un automóvil excepcional, para muchos, el último Mercedes de calidad superior.

Para muchos, la Clase S de la generación W126 de Mercedes es el paradigma de la calidad en el automóvil, un coche excepcional que, incluso en la actualidad, sigue pareciendo que de él se va a bajar alguien importante. La verdad es que tuvo una tarea muy difícil para superar a su predecesor, el W116, sobre todo porque en su pliego de condiciones había premisas ineludibles que, aparentemente, eran contradictorias.

Cuando se presentó el Mercedes Clase S W126 en el Salón de Frankfurt de 1979, los responsables de la marca anunciaban que su nueva generación de automóviles nacía bajo estas tres premisas: «más seguridad, más economía y más confort» y lo cierto es que las cumplió las tres sin perder en calidad e incluso aumentándola.

Para conseguirlo, el Mercedes W126 introdujo una serie de mejoras en su estructura y en el equipamiento de seguridad pioneros como el ABS, el control de tracción, los citurones con pretensor o el Airbag, redujo el peso aunque su tamaño era ligeramente mayor que el de su predecesor, mejoró la aerodinámica, motores más eficientes y un habitáculo más confortable y aislado del mundanal ruido.

Con todo ello, el Mercedes Clase S W126 nació siendo mejor coche que su predecesor, y eso que el W116 había logrado el título de coche del año cuando se presentó en 1974.

Mercedes W126: más economía, pero también más lujo y potencia

La aerodinámica fue una de las claves de la nueva Clase S en 1979.

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La nueva Clase S presentada en 1979 tenía que cumplir con la premisa de mejorar mucho sus consumos y tres fueron los puntos clave para conseguirlo:

  • Motores más eficientes: los motores vieron mejorado el sistema de alimentación y encendido para mejorar sus prestaciones y reducir sus emisiones y consumos. Por desgracia, desapareció del catálogo el brutal V8 de 6,9 litros de cilindrada, potente y robusto, pero excesivamente tragón.
  • Reducción del peso: el nuevo W126 nació con un uso más intensivo del aluminio (los motores pasaron de ser de fundición de hierro a usar fundición de aluminio Reynolds) y de elementos como los paragolpes de plástico en lugar de los de acero cromado, algo que, además, mejoraba la seguridad. También fue pionero en el uso de acero de alta resistencia para la fabricación de su estructura.
  • Mejora aerodinámica: la nueva Clase S se presentaba con una carrocería ligeramente más estrecha para reducir la sección frontal y algo más larga. De este modo se mejoraba ya de manera considerable la aerodinámica. Además, se mejoró el enrasado de los cristales, se ocultaron por completo los limpiaparabrisas bajo el capó delantero y se redujeron al mínimo las rendijas, además de suavizarse los contornos con líneas más redondeadas.

Gracias a estos tres factores, el Mercedes Clase S W126 lograba reducir sus consumos casi en un 20% respecto a su predecesor a la vez que se mejoraban el confort, las prestaciones y la seguridad.

Lo más espectacular de todo esto es que se logró un coche mejor que su predecesor y más ligero sin que perdiese ni un ápice de su calidad de fabricación. Hasta tal punto el W126 seguía siendo excepcional que, si hoy en día tienes la oportunidad de sentarte en un ejemplar con más de 27 años a cuestas, (dejó de fabricarse en 1992), sólo notarás el paso del tiempo en que no hay pantallas táctiles ni WiFi, pero el resto del coche sigue armado como el primer día y con un ruido al cerrar las puertas que te hará sentir que subes a bordo de un acorazado.

Mercedes 300 SD Turbodiésel: ¿un diésel para América?

Resulta curioso que el turbo diésel se reservase para el mercado menos diésel del planeta.

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Dentro de la gama de mecánicas presentadas en 1979, entre las que faltaban los más potentes V8 que llegarían al año siguiente, llamaba la atención el Mercedes SD 300 Turbodiesel, destinado exclusivamente al mercado americano y que daba continuidad al experimento iniciado con la generación anterior, el W116, que fue pionera en el uso de este tipo de mecánicas en EE.UU. y el primer coche de lujo con un motor diésel de alto rendimiento, aunque hoy en día sus 120 CV nos parezcan ridículos.

La verdad es que la idea no fue exclusiva de Mercedes. Oldsmobile también pensó que era una buena idea lanzar una berlina diésel en el mercado norteamericano que empezaba a estar más preocupado todavía de los consumos y emisiones.

Pese al excelente rendimiento de esta mecánica, las ventas no fueron todo lo buenas que se esperaban y pronto dejó de ofrecerse la posibilidad de equipar un motor diésel en el Mercedes Clase S, algo que no volvería a repetirse hasta casi una década después con la llegada de la siguiente generación, la W140, en 1992.

Y llegaron los Clase S coupé

Los SEC eran verdaderos gran turismo de lujo muy seguros y confortables.

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Casi dos años después del lanzamiento de la berlina llegó al mercado la carrocería de dos puertas de la Clase S. Aunque en la generación del W116 se ofrecía el Mercedes SLC como una especie de carrocería coupé de la Clase S, en realidad ésta derivaba del descapotable SL W107.

Con el lanzamiento de las versiones SEC llegaron las carrocerías coupé a la Clase S de Mercedes y lo hicieron manteniendo una de sus principales señas de identidad de los deportivos de la estrella: la ausencia de un pilar B y marcos en las ventanillas.

Además de un diseño muy estilizado y una carrocería coupé que aunaba a la perfección elegancia y cierto toque deportivo, los SEC llamaron mucho la atención por contar con elementos como el asistente eléctrico que acercaba el cinturón a los pasajeros delanteros al poner el contacto.

Mercedes W126: pocos cambios en 13 años

Los cambios estéticos en sus 13 años de vida fueron muy escasos.

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El Mercedes W126 se mantuvo en el mercado desde 1979 hasta 1992 y a lo largo de esos casi 13 años completos apenas se introdujeron cambios estéticos en él, aunque sí se mejoró mucho su equipamiento y se añadieron nuevas mecánicas a lo largo de su dilatada vida, llegando a contar con un formidable V8 de 5,6 litros en los Mercedes 560 SE, SEL y SEC (carrocería berlina, berlina de plataforma alargada y coupé).

El cambio estético más evidente llegó en 1985 y consistía en eliminar el acabado ondulado de la moldura de goma que recorría la parte baja de las puertas, que pasaba a tener un acabado liso.

La mayoría de los cambios estaban en el interior, sobre todo a nivel de equipamiento y de motorizaciones. Elementos que eran opcionales antes de 1985 como el ABS o los Airbag pasaron a ser equipados de serie y los motores variaron sus cilindradas y potencias y aparecieron los motores 260, 300, 420 y 560 y desaparecían del catálogo los 280 y 380, permaneciendo sólo el 500.

Mercedes 1000 y 5000 de GFG: excesivos

Con las denominaciones 1000 y 5000 surgieron varios preparadores que encontraron un filón en los países árabes.

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Siempre hay quien no se conforma con todo y para ellos surgieron multitud de preparadores, especialmente GFG y Trasco, especializados en dotar al Mercedes W126 de un nivel de lujo excelso, sobre todo enfocado para los príncipes del petróleo, para quienes forraban de oro casi cualquier superficie del coche.

Estas preparaciones se denominaban Mercedes 1000 SEL y 5000 SEL y siempre tomaban como punto de partida el chasis alargado al que todavía suplementaban más centímetros si así lo pedía el cliente, además de todos los lujos imaginables: oro, maderas nobles, piel de primera calidad, televisión… incluso los primeros ordenadores y teléfonos portátiles para transformar el Mercedes W126 en un jet privado apto para rodar por la carretera.

Además de estas preparaciones que buscaban el lujo (con cierto regusto hortera, todo hay que decirlo), también destacaban las preparaciones de AMG, por aquel entonces completamente independiente de Mercedes. Sus kits iban desde sencillos elementos de carrocería y llantas hasta verdaderas preparaciones a fondo en las que se aumentaba la cilindrada de los V8 hasta los 6 litros y se le añadía culatas con doble árbol de levas para llegar a unos formidables 385 CV que lo convertían en uno de los coches más rápidos en los que poder viajar a todo lujo.

 

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Comentarios

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  • AndresCalamro

    Tengo un w126 420 SEL azul marino con una preciosa piel beige. Realmente si, es el último gran Mercedes, esa marca que hacía coches con una calidad muy superior a la de sus rivales.
    Muchas gracias por el reportaje Rubén, los aficionados a los clásicos somos una especie en extinción. Saludos mercedarios.

    • Rubén Fidalgo

      Hola Andrés, muchas gracias a ti por tu comentario. Ya sabes, yo encantado de dar a conocer un poco de historia para que la gente sepa de donde venimos y cómo vamos hacia donde vamos… La verdad es que las veces que me he podido montar en un W126 me ha parecido otro mundo… nada que ver con los materiales que uno toca en un modelo actual de precio similar. Un saludo y a seguir disfrutando de esa joya…

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