Prueba

VW Golf 1.4 TSI 122 CV DSG 7 vel.

VW Golf 1.4 TSI 122 CV DSG 7 vel.

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24 de marzo, 2009

Volkswagen dio hace tiempo con la clave del éxito. Hablamos del compacto europeo superventas que probamos con el motor TSI más accesible y caja DSG. Una combinación recomendable, de excelente respuesta y dinámica.

Cambios estéticos prudentes y una nueva generación de motores son los valores principales que atesora la sexta entrega Golf. El mito alemán acumula 26 millones de unidades vendidas hasta la fecha, algo a tener muy en cuenta para acometer giros revolucionarios. Y es que cuando se posee la fórmula de la Coca Cola…


La receta suma aditivos cualitativos: por fuera ligeros retoques en la silueta, algo más afilada y en sintonía con el Scirocco -al que también se asemeja en los faros-, con una parrilla negra decorada con cromados. Detrás, pilotos tipo Touareg y poco más.


Y no es que le falten rivales. Al revés, encuentra competencia por todas partes. La oposición más estrecha está capitaneada por el batallón de Ford Focus, Mazda3, Renault Mégane, Opel Astra o Peugeot 308, si bien su estátus pseudo premium le habilita para robar clientela a los más lujosos Audi A3, BMW Serie 1 o Mercedes CLC Sportcoupé. Pero, ¿por qué es el compacto más exitoso del mercado europeo?

Interior

Por habitabilidad, el interior del Golf VI dista poco del Golf V: 4.199 mm de largo y una batalla calcada de 2.578 mm derivan en un adecuado espacio para 4 adultos de talla media con sus correspondientes enseres. El maletero cúbica 350 litros 1.305 si se abaten los asientos traseros-, lo normal en el segmento.


La atmósfera interior es espléndida, más sofisticada que en su antecesor, y la ergonomía más vigilada. Se aprecian mejoras en el puesto de conducción, como la consola central con pantalla táctil para facilitar el manejo del audio y la navegación. También visualiza el aparcamiento asistido Park Pilot -estrenado en los Tiguan y Touran– integrado en el paquete Sport&More de nuestra unidad, que por 640 euros incluye asistente de arranque en pendiente -perfectamente calibrado-, radio CD 510 con cargador frontal para 6 CDs, levas en el volante con transmisión automática DSG -como era el caso-, sensores de lluvia y faros, y espejo interior fotosensible.


Ahora van mejor situados los mandos de los elevalunas y el reglaje de los espejos, y la instrumentación luce un diseño más deportivo. Al margen de todo ello, la calidad de materiales y ajustes es excelente, como es norma en el grupo VAG, y aunque en este sentido no progresa frente a lo visto en el Golf V sí mejora la insonorización al optimizar el sellado de puertas y ventanillas, aplicar mayor cantidad de material fonoabsorbente y guarnecidos y otros materiales más gruesos.


El equipamiento de la versión Sport probada comprende control de velocidad Tempomat, Climatronic bizona, volante deportivo multifunción ajustable en altura y extensión revestido en cuero -como el pomo de la palanca de cambio-, o conexión multimedia en el apoyabrazos.


Las 5 estrellas obtenidas por el Golf VI en los test de seguridad Euro NCAP son fruto de un chasis reforzado que absorbe mejor los impactos, y también de elementos como los 7 airbag -el de rodilla de conductor incluido- y los reposacabezas delanteros antilatigazo WOKS. En seguridad activa añade controles de estabilidad y tracción ESP+TCS y haz direccional de luz, pero no faros de xenón -ni en opción al realizar este prueba-, una laguna comercial que hasta hace poco acuciaba al Scirocco.

Comportamiento y Prestaciones

La unidad probada montaba un turbo propulsor de gasolina 1.4 TSI de 122 CV asociado al exquisito cambio automático DSG de 7 velocidades. Este bloque pertenece a la nueva hornada de motores VAG desarrollados bajo la filosofía downsizing: menor capacidad y consumo, pero con tecnología para aumentar el par y la potencia.


Sus notables 200 Nm, constantes entre las 1.500 y las 4.000 rpm, derivan en brio y empuje prácticamente desde parado. Mucho tienen que ver en ésto el turbo y la inyección directa. Al final, este Golf consigue cubrir el 0 a 100 km/h en unos 9,5 segundos, una marca apreciable; la velocidad máxima es de 200 km/h.


Rendimiento, respuesta y dinamismo le convierten en alternativa al turbodiésel Golf 3p Sport 2.0 TDI de 110 CV DSG. Pues bien, considerando los valores homologados de consumo de ambas mecánicas -5,3 litros a los 100 km en ciclo combinado el diésel y 6 litros el TSI– y los precios vigentes de los carburantes, son necesarios casi 6 años, a razón de 20.000 km anuales, para amortizar la diferencia de precio entre ambos motores: 1.150 euros más barato el gasolina, que cuesta 24.040 euros.


Por cierto, su calidad de rodadura es excepcional, fruto de un chásis prácticamente idéntico al de su antecesor que sigue siendo todo un referente. Transita cómodo y aplomado, y hace gala de una frenada dosificable y contundente. Es fácil de manejar y no presenta inercias o maneras subviradoras considerables. La dirección es precisa y la pisada general, soberbia. El balance es predecible y transmite seguridad y confianza hasta en situaciones comprometidas. Lo dicho, este buen alemán encontró hace tiempo la receta mágica. Ya se sabe, siempre Coca Cola.

Destacable

– Combinación motor-DSG de 7 vel.
– Calidad de rodadura excepcional.
– Consumo ajustado.

Mejorable

– Xenón no disponible desde inicio de comercialización.
– Visibilidad de los mandos de climatización.
– Precio elevado.

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