VW Eos 1.6 FSI

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Autor: Autocasión
13 de noviembre, 2007
Correcto por sus prestaciones, este cabrio alardea a la hora de hablar de comportamiento dinámico y confort, apartados que pasan por ser sus mejores bazas.
A la espera de la llegada de los motores TSI de baja cilindrada a la gama Eos, el 1.6 FSI de 115 CV se plantea, de momento, como el propulsor de acceso en el apartado de gasolina. Correcto por sus prestaciones, este cabrio alardea a la hora de hablar de comportamiento dinámico y confort, apartados que pasan por ser sus mejores bazas.
Conducir a cielo abierto es una tarea realmente placentera, que aporta un mundo de sensaciones extra al conductor y a sus acompañantes. A buen seguro, esta idea la corroborarán todos aquellos poseedores de vehículos cabrio, un segmento que, por cierto, ha experimentado un gran empuje en los últimos años, desde la puesta en escena de una interesante oleada de vehículos dotados, casi todos ellos, de techo duro retráctil.
La oferta actual de descapotables es amplia, de forma que podemos encontrar utilitarios, compactos, coupés de tamaño berlina, etc. que, partiendo de una carrocería cerrada y tras haber sufrido una serie de modificaciones, se han acabado convirtiendo en vehículos preparados para hacer disfrutar del sol y el viento a quien se encuentre a sus mandos. En este marco se encuadra el Volkswagen Eos, que deriva directamente del Golf y que, a diferencia de sus rivales –Renault Mégane CC, Opel Astra Twin Top, Peugeot 307 CC…–, modifica su aspecto exterior para establecer distinciones con su modelo de origen.
En marcha
Sin llegar a ser un motor especialmente alegre, hay que decir que convierte al Eos en algo más que un coche de paseo, pues no sólo se muestra ágil y agradable en su tacto mientras conducimos en ciudad, sino que, en carretera, permite mantener cruceros elevados. Lo malo es que, circulando rápido, este 1.6 FSI se vuelve bastante sediento.
De hecho, basta con alcanzar los 140 km/h para ver como el consumo se acerca a los 9 litros cada 100 kilómetros recorridos. Dejamos la parte mecánica para hablar, ahora, del comportamiento dinámico, apartado en el que no caben más que alabanzas para este cabrio, que hace gala de un rodar agradable, al tiempo que se muestra estable y aplomado en todo tipo de situaciones.
Si circulamos de forma tranquila ofrece un tacto confortable y si le «buscamos las cosquillas» en, por ejemplo, un tramo de carretera revirado, su acertado sistema de suspensión independiente con eje trasero multibrazo hace que el coche vire plano y seguro, mientras no vemos rastro alguno de esos «crujidos » estructurales típicos de los vehículos descapotables. Si circulamos con el techo abierto, la sensación sigue siendo la misma o, si cabe, mejor, porque no sólo contamos con idéntica pisada, sino que sorprende el bajo nivel de ruidos aerodinámicos en el habitáculo.
Tras recorrer más de 400 kilómetros a cielo abierto, nos damos cuenta de que somos capaces de escuchar el equipo de audio, hablar con el copiloto, etcétera, sin problema alguno, incluso si circulamos a velocidades elevadas. No obstante, quien quiera eliminar aún más las posibles turbulencias interiores, puede montar el paravientos trasero que Volkswagen ofrece en opción por 300 euros –sólo forma parte del equipamiento de serie en las dos versiones más potentes de gasolina: 2.0 TFSI y 3.2 V6–, aunque conviene saber que, al colocarlo, las plazas posteriores quedarán inutilizadas.
A este mismo respecto, existe otro pequeño deflector situado en el marco superior del parabrisas que elimina de forma verdaderamente eficaz los ruidos que produce el viento al circular capotados pero con el techo solar abierto –el VW Eos es el único cabrio de techo duro retráctil que dispone de esta pequeña ventana superior practicable–. Así pues, el VW Eos 1.6 FSI se plantea como un interesante descapotable, que destaca sobre la mayoría de sus rivales en todo aquello que tiene que ver con las cualidades dinámicas y de confort.
prestaciones
El protagonista de nuestra prueba es el modelo de acceso en lo que a las mecánicas de gasolina se refiere. Bajo su capó se aloja el motor 1.6 FSI de 115 CV que, a priori, puede parecer algo escaso. De hecho, al igual que las prestaciones de los Volkswagen Eos 2.0 TDi y 2.0 TFSI son más lentas que las de los Golf de igual mecánica –los 200 kilos extra del cabrio se dejan notar–, esperábamos una respuesta algo inferior para este 1.6. Sin embargo, la realidad es que el VW Eos de 115 CV no va nada mal.
Aunque ciertamente se nota el aumento de peso del conjunto, hay que decir que, en condiciones normales, este propulsor mueve al coche con agilidad mientras se muestra muy agradable en su funcionamiento a medio régimen –la mayor parte del tiempo se utiliza esta zona de cuentavueltas–. Quizá se eche en falta algo más de potencia en carretera a la hora de adelantar y subir puertos de montaña, pero en estos momentos bastará con jugar con el cambio –de seis marchas y muy acertados desarrollos– para salir airosos del paso.
Interior y maletero
Su interior, bien rematado y dotado de materiales de calidad, gusta tanto por diseño como por la ubicación de todas sus funciones, que se encuentran a mano. Otra cosa es el precio, apartado en el que el modelo alemán queda en clara desventaja si lo comparamos con sus rivales más directos.
Valor de compra
Dentro del segmento encontramos otras opciones similares en motor y equipamiento, como el Renault Mégane CC 1.6 16V «Dynamic» –21.910 euros–, Ford Focus CC 1.6 16 V «Trend» –22.205 euros-, Opel Astra Twin Top «Enjoy» –23.490 euros–, o el Peugeot 307 CC 1.6 16 V –23.960 euros–, cuyos precios distan mucho de los 28.060 euros que cuesta nuestro protagonista. Parte de culpa la tiene su completo equipamiento de serie, que incluye elementos como: 6 airbag, arcos antivuelco, ABS, Programa Electrónico de Estabilidad ESP y control de tracción ASR, climatizador bi-zona, sensor de aparcamiento, i-Pod de 8 GB…
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