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Volvo S80 2.0 D SUMMUM

Volvo S80 2.0 D SUMMUM

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08 de abril, 2008

Algunos miran con incredulidad un vehículo como el S80 acompañado de un propulsor diésel de «sólo» 136 CV. Las dudas se despejan al ponerse al volante, ya que el «modesto» dos litros mueve con más soltura de lo que parece esta versión. Y el ahorro es más que considerable...

                          Más información en Hoymotor16, número1278

El buque insignia de Volvo ofrece motores de hasta 315 CV en gasolina. En diésel, la oferta era más comedida, con dos variantes de un 2,4 litros, de 163 y 185 CV. Sin embargo, los tiempos cambian y la ecología comienza a marcar los tiempos en muchos aspectos de la vida actual, y el mundo del automóvil no se queda al margen. Ni mucho menos. Muy al contrario, las marcas están cambiando algunas estrategias de mercado y comienzan a transformar o a importar mecánicas de corte más ecológico. El S80 ha sido uno de los últimos en apuntarse a esa corriente. Y no se le caen los anillos al incorporar un nuevo propulsor de acceso a la gama diésel. Se trata del 2.0 de 136 CV de potencia, propulsor de sobra conocido y que es fruto del desarrollo conjunto entre los grupos Ford (propietario de Volvo) y PSA.

    prestaciones

    Antes de entrar en detalle, hay que señalar que esta mecánica mueve con más soltura de lo que podría parecer un conjunto que, como mínimo, supera los 1.600 kilos. Es cierto que en la carrera por aumentar la potencia y las prestaciones en los últimos años no se ha dado tregua. Para los que sufren de «caballitis» y piensan que el S80 con 136 CV se queda muy corto, sólo un recuerdo: este modelo debutó en 1998 con un único motor diésel 2.5 de cinco cilindros y… ¡140 CV! La duda a la hora de adquirir este 2.0 D es si merece la pena renunciar a las prestaciones que ofrecen sus hermanos mayores a cambio de pagar un precio más competitivo.


    Veamos. Decantarse por la opción más modesta se traduce en un ahorro medio (depende del acabado) de 3.700 euros con respecto al D5 de 163 CV y de 5.000 con el 185 CV. Además de apostar por una mecánica más sencilla (cuatro cilindros frente a cinco de los 2.4), el ahorro también llega por la rebaja en el impuesto de matriculación, ya que el dos litros tributa el 4,75% (151 g/km de CO2) y los otros el 9,75%, por superar la barrera de los 160 g/km.


    Este ya puede ser un motivo para decantarse por el nuevo dos litros, pero ¿qué situamos en el otro lado de la balanza? En su día tuvimos ocasión de probar a fondo el S80 D5 185 CV con cambio manual. Dicen que las comparaciones son odiosas, así que ahí van unos cuantos datos: las diferencias a la hora de realizar un adelantamiento tipo (80-120 km/h, tanto en 4ª como en 5ª) apenas superan los dos segundos entre uno y otro. El mismo tiempo cede, por ejemplo, en el 0-100 km/h y la diferencia más acusada la encontramos en la recuperación de 1.000 metros desde 50 km/h en 6ª (3,2 segundos), una medición tremendamente exigente.

    Interior y maletero

    No es un vehículo de soltero, pero pocos vehículos ofrecen un espacio en las plazas traseras tan generoso. Aunque, como los milagros no existen, esos centímetros extra ahí pasan factura a un maletero no demasiado generoso, ya que con 480 litros y una boca de carga demasiado estrecha tiene menos capacidad que muchos sedán compactos tipo Renault Mégane, Ford Focus o el reciente Opel Astra. Eso sí, el respaldo se abate desde unos tiradores situados en el maletero.

    Equipamiento

    La dirección queda lejos de la de un BMW o un Mercedes; el tacto del cambio sí es sobresaliente y los frenos, de notable alto. Si analizamos el confort de marcha, el S80 resulta una maravilla, porque su ergonomía interior literalmente mima a sus ocupantes. Los asientos son definitivos, por amplitud, dureza y eficacia; y el ambiente que se respira alegra la vista.


    El acabado Summum que nos ocupa resulta muy agradable aunque, puestos a ser quisquillosos, decir que el freno de estacionamiento de pie resulta algo arcaico (existe en opción otro electrónico), que el diseño de la consola central impide ver y dejar objetos en la minibandeja que hay detrás y que el sensor de luces automático no está disponible por aquello de que en Suecia es obligatorio circular siempre con la luz de cruce.

    Valor de compra

    Si analizamos el precio, es algo superior al de un Audi A6 equivalente e inferior a la Clase E de Mercedes. Eso de salida, porque si nos ponemos a analizar el equipamiento comprobamos que resulta demoledor y sus rivales deben acudir a la carta de opciones para igualarlo, multiplicando la factura final.

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