Volkswagen Passat R-Line

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Autor: Autocasión
07 de marzo, 2008
Con un claro enfoque deportivo, el acabado R-Line completa la gama del Passat. En el apartado mecánico, la novedad viene de la mano del gasolina 1.8 TSI de 160 CV.
Con un claro enfoque deportivo, el acabado R-Line completa la gama del Passat. Entre sus elementos distintivos figuran sus nuevos paragolpes, asientos y llantas de corte «racing». En el apartado mecánico, la novedad viene de la mano del gasolina 1.8 TSI de 160 CV.
Desde este momento, la gama Passat cuenta con un nuevo acabado de claro enfoque deportivo. Responde a la denominación R-Line y su implantación no es casual, pues, a pesar de la excelente salud de que goza la berlina alemana –ha sido líder de ventas de su segmento en 2007–, nunca viene mal reforzar la oferta en momentos como éste, en los que la competencia llega pisando fuerte.
Las novedades más importantes de este Passat se encuentran en la carrocería, que, presidida en su frontal por una parrilla cromada, goza de unos nuevos paragolpes delantero y trasero más deportivos que los del resto de la gama. También existen unos discretos y atractivos faldones laterales y un pequeño spoiler trasero, inexistentes en otros acabados de la gama. Para redondear, las llantas «Omanyt» de 17’’ y diseño específico y los logos situados sobre los pasos de rueda dejan claro que nos encontramos ante la versión R-Line.
Al acceder al interior, lo primero que llama la atención son las molduras de la puerta en imitación al aluminio y sus asientos, que gozan de un corte deportivo y gustan por su tacto. Además, tanto su volante multifunción –con levas para el cambio DSG– como el control de crucero y los sistemas automáticos que activan las luces y los limpiaparabrisas se encargan de hacer más cómoda la vida a bordo.
Por su parte, el generoso maletero esconde una rueda de repuesto del mismo tamaño que las cuatro que monta, lo que es de agradecer. En lo que respecta al apartado mecánico, s o n cuatro los motores asociables a este nuevo acabado, dos de gasolina y otros dos diésel. Perteneciente al primer grupo, destaca el 1.8 TSI de 160 CV, inédito en la gama Passat. Este propulsor, que sustituye al anterior FSI de 150 CV, es suave en su funcionamiento, empuja con ganas desde la zona baja del cuentavueltas y hace gala de una gran elasticidad. Con una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos, una velocidad punta de 220 km/h y un consumo medio de 7,6 l/100 km, mejora todos los registros del motor al que releva.
La otra opción en gasolina es el enérgico TFSI de 200 CV, mientras en el apartado de gasóleo se puede optar por los 2.0 TDI en sus variantes de 140 y 170 CV –el primero de ellos incorpora ya la tecnología «common rail»–. No nos olvidamos tampoco de mencionar que la suspensión del R-Line se ha rebajado en 15 mm y es más dura que en las versiones normales. Con este nuevo acabado que aquí presentamos, Volkswagen pretende alcanzar un doble objetivo: por una parte, ofrecer un modelo de aspecto racing para completar la familia Passat desde el lado de la deportividad; por otro, fidelizar clientes y mejorar la imagen y notoriedad de la berlina en el mercado.
Ya disponible, el RLine se puede adquirir en versión berlina de 4 puertas o Variant y sus precios oscilan entre los 30.240 y los 37.800 euros. Por cierto, los Passat con motores pequeños –los R-Line quedan fuera– podrán montar, de manera opcional, este mismo año la nueva caja de cambios automática DSG de 7 velocidades.
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