VÍDEO| Prueba del Mercedes GLC 220d 4Matic 2023: ¿cuánto ha mejorado?
Rubén Fidalgo
10 de marzo, 2023
El Mercedes GLC se ha renovado por completo y toca someterlo a examen para ver cuánto ha mejorado el modelo que más vende la marca de la estrella. Para ello, realizamos una prueba de casi 2.000 km en este Mercedes GLC 220d de tracción total.
Mercedes ha mejorado al modelo con más tirón de ventas en la actualidad, el Mercedes GLC y después de haber probado la anterior generación en la versión híbrida enchufable del Mercedes GLC 300e, hemos decidido probar el diésel en esta nueva generación y la primera conclusión es clara: si vas a hacer recorridos de larga distancia, éste es más eficiente, eso sí, el PHEV tiene la enorme ventaja de la etiqueta 0 (este GLC 220d se conforma con la Eco) y algunas ventajas de uso en ciudad aprovechando su autonomía eléctrica.
Con el nuevo Mercedes GLC 220d 4Matic se pueden hacer más de 1.000 km sin parar a repostar y sus consumos son muy buenos. También ha mejorado algo la ergonomía y ahora dispone de las últimas generaciones en tecnologías de infoentretenimiento y ADAS (asistentes avanzados a la conducción), entre los que destaca la mejora en la iluminación (que ya era muy buena en la anterior generación). Por desgracia, no todo son mejoras en esta nueva generación. Su interior se ve más moderno y tiene detalles mejor solucionados, como la pantalla multimedia, pero en la unidad de pruebas había algunos ruidos parásitos cuando el coche estaba frío que no son dignos de un coche de este precio.
El Mercedes GLC 220d 4Matic frente a sus rivales
Aunque Mercedes ha mejorado mucho el GLC, lo cierto es que sus rivales no están mancos y la competencia es muy dura. Como principales rivales de este modelo tenemos el Lexus NX, el Audi Q5 y el BMW X3, pero podríamos añadir más modelos como el Mazda CX-60, Volvo XC60, etc.
Frente al Lexus NX, el Mercedes ofrece una mayor variedad de versiones y motorizaciones, pero el Lexus va al grano y ofrece alternativas en el rango de potencias y precio que más demanda hay en el segmento, y además con versiones todas ellas con etiqueta Eco. En modelos de prestaciones similares, el Mercedes tiene ventajas en las posibilidades de personalización, en el rendimiento de los diésel para quienes hagan recorridos de larga distancia y detalles como la iluminación o el sistema multimedia. El Lexus, en cambio, gana en calidad de materiales y acabados y en amplitud en las plazas traseras.
Respecto al Audi Q5 y el BMW X3 las diferencias son menores. Las tres marcas alemanas destacan por la gran variedad de mecánicas y posibilidades de personalizaición y también han ido muy parejas en la evolución de sus calidades y acabados. Curiosamente se han invertido los papeles entre BMW y Mercedes, ahora es la bávara la que ofrece unos interiores mejor acabados y con mejores materiales, aunque el GLC sigue causando mejor impresión que el Audi Q5. También en habitabilidad están los tres en cotas muy próximas. La conducción más agradable es la del Mercedes GLC, con un tacto de dirección excelente y un buen compromiso entre confort y efectividad. Donde pierde la partida es en rumorosidad, con un motor diésel bastante ruidoso y, además, con un sonido poco refinado para un vehículo de este segmento.
Nuestra valoración: 6,7
Diseño 7
Motor 6
Comportamiento 7
Interior 6
Equipamiento 6
Consumos 8
Destacable
- Consumos
- Etiqueta Eco
- Dirección
Mejorable
- Motor ruidoso
- Ruidos parásitos
- Espacio plazas traseras
Diseño: Suavizando relieves

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Como suele ser habitual en la marca, el diseño de esta nueva generación no rompe radicalmente con la anterior y es bastante continuista. En general se han suavizado sus líneas y el nuevo Mercedes GLC se ve más redondeado y aerodinámico. La silueta es lo que menos varía, siendo el frontal y la trasera los que más cambios reciben y donde más actual se ve el modelo, con unos faros full led y unos grupos ópticos traseros más estilizados.
Los faros delanteros han mejorado su iluminación, tanto en lo que se refiere a la potencia y cantidad de luz como a la homogeneidad de la huella iluminada y la efectividad del sistema adaptativo que modifica el haz de luz en función del tráfico detectado para evitar deslumbrar a los demás conductores.
La calidad de acabados y ajustes es buena y el GLC causa una buena impresión al verlo. La unidad de pruebas monta las llantas opcionales de 20 pulgadas, con neumáticos más anchos atrás (285 mm) que delante (255 mm) lo cual queda bien estéticamente, pero desequilibra el comportamiento, sobre todo al conducir días de lluvia. Otro detalle que no me ha gustado mucho es que el faldón sobresale bastante y es fácil rozar el pantalón con él al subirse o al bajarse y manchar la pernera.
Interior: Buena apariencia, pero...

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En el interior del GLC es donde más cambios hay respecto a su antecesor, con un salpicadero completamente diferente, lo mismo que los asientos y los paneles de puerta. Empezando por los asientos, su ergonomía es muy buena y se viaja muy cómodo en ellos. Además, un detalle que me ha gustado mucho es que los reposacabezas no tapan demasiada visibilidad hacia delante a los pasajeros traseros.
El cuadro de instrumentos es completamente digital y la pantalla multimedia ahora es de formato vertical, como la que encontramos en el Mercedes Clase C. Es más práctica y se ven mejor en ella la vista de las cámaras 360º y también las indicaciones en realidad aumentada del navegador. Los aireadores van en una posición muy elevada y se regula muy bien tanto su orientación como el caudal de aire. El diseño y la apariencia del interior del Mercedes GLC son muy seductores, pero esa buena impresión inicial se desvanece cuando en un día frío como los que tuve el coche, los plásticos crujen y hay multitud de ruidos parásitos que van desapareciendo a medida que la climatización va caldeando el coche y los plásticos recuperan cierta elasticidad. Que en un coche de este precio se oigan los plásticos crujir es indigno.
Las plazas traseras son correctas, pequeñas para un coche de más de 4,7 metros, pero el motor longitudinal roba bastante espacio en el interior. Aun así, con el asiento para un conductor de 1,85 m de estatura, detrás de él puede viajar otra persona de esa misma cota sin que las piernas rocen con el respaldo delantero.
En cuanto al maletero, con 600 litros de capaciad y unas formas muy cuadradas es muy utilizable. Abatir los respaldos traseros es muy sencillo y dejan un suelo prácticamente plano. No hay rueda de repuesto bajo la tablilla del maletero, aunque hay espacio de sobra para una rueda de emergencia, hay que conformarse con el kit de reparación de pinchazos.
Motor: Tan eficiente como ruidoso

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El grupo propulsor que mueve a este Mercedes GLC 220d 4Matic es atípico porque consigue tener una etiqueta Eco combinada con una mecánica diésel. Esto es posible gracias al sistema de micro hibridación de 48 voltios. Al motor diésel de 2 litros y 4 cilindros le asiste un sistema eléctrico de 48 voltios que alimenta al alternador/generador que en las fases de arranque y aceleración da un empujoncito para reducir el consumo y mejorar la respuesta del motor diésel. Esta máquina eléctrica tiene una potencia de 23 CV, pero no se suman a los 197 CV del motor diésel, de lo que se trata es de que, si por ejemplo estamos acelerando para ganar un poco de velocidad y necesitamos 80 CV, en lugar de sacar esos 80 CV sólo quemando gasóleo, usamos 23 CV eléctricos y dejamos que el motor diésel sólo tenga que aportar 57 CV, lo que mejora los consumos.
Además, ese motor eléctrico de 23 CV ayuda en los arranques del sistema stop & start y permite que al rodar a vela, en lugar de ir como en punto muerto con el motor al ralentí, apague el motor completamente.
Esta potencia se transmite a las 4 ruedas a través de un sistema de tracción total de reparto variable y una caja de cambios automática de 9 marchas con función de rueda libre cuando activamos el modo eco de conducción.
Sus prestaciones y eficiencia son excelentes, con unos buenos consumos y un buen empuje gracias a los 197 CV y 440 Nm de par. La nota negativa está en el sonido del motor, que además de ser elevado, no es nada refinado y reduce el confort, aunque gracias al excelente equipo de sonido, podemos poner música y evitar este inconveniente.
Comportamiento

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Soprende que un coche con una altura considerable y que roza las 2 toneladas en orden de marcha se mueva con el desparpajo de este GLC, sin duda el trabajo llevado a cabo en el chasis es muy bueno. Gran parte del mérito de esa buena sensación que causa a sus mandos está en la dirección y en el guiado del eje delantero, que responde casi instantáneamente a la orden que demos con el volante.
En ciudad el GLC es un coche que, salvo por el tamaño y el ruido del motor a baja velocidad, se desenvuelve muy bien. La dirección gira mucho y nos ayuda a maniobrar y el cambio automático hace muy fácil su conducción. La visibilidad no es ninguna maravilla, pero los sensores que envuelven todo el perímetro del coche y las cámaras de 360º nos ayudan a evitar roces indeseables.
En carreteras secundarias es más ágil de lo que parece, aunque hay que tener en consideración el peso a la hora de frenarlo, porque corre bastante y a base de abusar de ello es fácil pasarlos de temperatura y empezar a alargar las frenadas. Los 197 CV disponibles y sobre todo un par motor por encima de los 400 Nm permiten unos adelantamientos seguros y coronar los puertos con total desahogo aunque viajemos completamente cargados. La tracción total es rápida reaccionando y, salvo el problema de llevar unos flotadores más grandes en el eje trasero sobre carreteras mojadas (las ruedas son absurdamente anchas), sus reacciones son seguras y predecibles.
En autopista es un coche muy confortable. A alta velocidad el ruido del motor ya no molesta tanto y se viaja muy cómodo en este Mercedes GLC, de hecho, podremos agotar su excelente autonomía de más de 1.000 km antes de que la fatiga nos haga parar. En curva rápida se asienta bien, con un eje delantero muy bien guiado una trasera muy atada al suelo, cuando éste está seco. Cuando hay charcos en la autovía, hay que bajar mucho el ritmo porque a la trasera le gusta despegarse del asfalto debido a la diferencia de ancho de los neumáticos. En mojado esta configuración de ruedas es un disparate.
Con las enormes llantas de 20 pulgadas y este tipo de neumáticos no he realizado ninguna prueba off-road. El sistema de tracción es eficaz, pero ese calzado es como pretender correr por un suelo de azulejos con unas botas de futbolista.
En resumen, el Mercedes GLC 220d 4Matic es un viajero de larga distancia, cómodo y bastante ágil para su peso y tamaño, pero las ruedas con las llantas de 20 pulgadas son absurdas, sólo tienen sentido para la galería, empeoran el comportamiento y limitan mucho su uso fuera del asfalto.
Equipamiento: Todo tiene un precio

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Con un precio de partida por encima de los 60.000 euros es sorprendente que elementos como el control de crucero adaptativo o el asistente de mantenimiento en el carril se paguen como un extra, sobre todo cuando hasta el coche más barato que se haya homologado después de mayo de 2022 los tiene que equipar de serie por ley. Como puedes ver en la ficha técnica adjunta, el equipamiento de serie del Mercedes GLC 220d 4Matic no es malo y de serie trae todo lo necesario y más, pero la lista de opciones es abrumadora, tanto por la variedad de opciones de configuración, como por el precio final que nos resulta como seamos un poco caprichosos.
La unidad de pruebas equipa pocos extras más allá de las llantas y la pintura metalizada, y carece de sistemas ADAS como el control de crucero adaptativo o el asistente de centrado en el carril.
En el campo multimedia, el GLC mantiene su puesto de cabeza gracias al sistema MBUX, que sigue siendo de los más completos y de mejor manejo del mercado. Por supuesto dispone de Apple Car Play y Android Auto inalámbricos, puertos USB-C y toma de carga por inducción.
En cuanto a confort, la tapicería de símil piel, los asientos calefactados con reglaje eléctrico, el volante de piel multifunción, climatizador multizona con salidas de aire independientes para las plazas traseras… no echaremos nada en falta para viajar cómodos en el GLC 220d 4Matic.
Consumo

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Este Mercedes GLC 220d 4Matic es una alternativa ideal para quienes realicen principalmente viajes de largo recorrido, con unos consumos muy ajustados y una autonomía en la que nuestra vejiga pedirá una parada técnica antes que nuestro depósito de combustible, siendo fácil hacer más de 1.000 km sin repostar.
Los consumos reales del Mercedes GLC 220d 4Matic 2023 han sido:
- Ciudad: 6,6 l/100km
- Carretera: 5 l/100 km
- Autopista: 6 l/100 km
Con estos consumos y un depósito de 62 litros, la autonomía del Mercedes GLC 220d 4Matic 2023 supera con facilidad los 1.000 km.
Rivales
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Vehículo | Mercedes-benz GLC 220d 4Matic 9G-Tronic |
Bmw X3 xDrive 20dA xLine |
Audi Q5 Sportback 40 TDI quattro-ultra S line S tronic 150kW |
Lexus NX 350h Executive 4WD |
Precio | Desde 62.743 € |
Desde 59.000 € |
Desde 65.530 € |
Desde 63.399 € |
Combustible | Diésel | Diésel | Diésel | Híbrido |
Cambio | 9 marchas | 8 marchas | 7 marchas | 1 marchas |
Potencia (CV) | 197 | 190 | 204 | 243 |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 8,0 | 9,0 | 7,6 | 7,7 |
Consumo Medio (l/100 km) | - | - | 5,3 | - |
Emisiones CO2 (g/km) | - | - | 142 | - |
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