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Smart Fortwo Coupé 52 Pure Passion

Smart Fortwo Coupé 52 Pure Passion

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21 de mayo, 2007

Smart ha renovado por completo su popular modelo Fortwo. Ahora es un poco más grande, tiene un motor más potente y un comportamiento dinámico más brillante. Un conjunto de mejoras que le permite, sin ningún complejo, ampliar su radio de acción y desenvolverse con soltura fuera de la ciudad.




Smart ha renovado por completo su popular modelo Fortwo. Ahora es un poco más grande, tiene un motor más potente y un comportamiento dinámico más brillante. Un conjunto de mejoras que le permite, sin ningún complejo, ampliar su radio de acción y desenvolverse con soltura fuera de la ciudad.


Smart ha decidido cambiar de estrategia y centrar sus esfuerzos en unos coches que sean más vendibles. Un ejemplo de esto es la segunda generación de su popular Fortwo, un modelo que se ha convertido en una leyenda urbana. No es para menos, ya que su poca longitud siempre le ha permitido moverse en la ciudad como pez en el agua y aprovechar huecos para aparcar que para otros coches son imposibles. Ahora la nueva Smart ofrece un Fortwo totalmente renovado, tanto que se puede aseverar que se trata de un coche nuevo y que conserva sólo el nombre de su antecesor.

Lo cierto es que estrena el 90 por ciento de sus componentes y lo que es más importante, aunque mínimamente, ha crecido en dimensiones. Pero no se asusten, esto no le resta nada de la agilidad de la que siempre ha presumido en ciudad; es más, le aporta ventajas. Ahora el microcoche alemán mide 2,69 metros (20 cm más). Un aumento de longitud que se ha debido a las nuevas medidas adoptadas para mejorar la protección a los peatones en caso de atropello. Asimismo, ha aumentado sensiblemente su anchura total. Con todo esto, el pequeño Smart ofrece ventajas añadidas, ya que el aumento de longitud ha permitido que su maletero crezca en capacidad, obsequiándonos ahora con 70 litros extras, por lo que se va a los 220 litros, una cifra que no está nada mal y permite cargar el equipaje necesario para una escapadita de fin de semana.

Igualmente, la distancia entre ejes ha aumentado 55 milímetros y las vías son sensiblemente más anchas, lo que garantiza una mejor estabilidad. En términos prácticos, el espacio para el conductor y el acompañante no ha variado. Pero tampoco lo necesitaba. Al analizar el interior, hemos constatado que su aspecto es mucho más moderno, aunque también una bajada de calidad en los materiales utilizados para su realización. A simple vista, parecen inferiores y algunos ajustes son también algo peores. Estos son los daños colaterales que trae abaratar costes de producción para conseguir un precio más competitivo. Además, por este motivo, muchos de los elementos que equipa el Smart Fortwo son opcionales y deja en manos del cliente la decisión de equiparlos o no. En el caso de la unidad de nuestra prueba, se trataba del Fortwo Coupé 52 Pure, mejorado con el paquete de equipamiento Passion.

Traducido a euros, significa que a los 9.990 euros que cuesta sin extras este modelo hay que sumarle 1.950 del mencionado paquete Passion, por lo que su precio final es de 11.850 euros. Una inversión más que recomendable, ya que incluye entre otras muchas cosas el climatizador automático y la caja de cambios automatizada, elementos que se nos antojan tremendamente útiles en un coche de carácter eminentemente urbano. Técnicamente, al Smart Fortwo se le puede considerar un coche totalmente nuevo. La gama de motores ha cambiado por completo y ahora ofrece tres versiones de gasolina y un CDi, todos ellos de tres cilindros y con la misma cilindrada, 999 centímetro cúbicos. Con respecto a los de gasolina, fabricados por Mitsubishi en Japón, dos de ellos son atmosféricos y uno turbo, con potencias de 61, 71 y 84 CV (antes todos eran turbo y de 700 c.c.).

Para nuestra primera prueba con el renovado Fortwo hemos elegido la versión intermedia, la de 71 CV, o lo que es lo mismo, diez caballos más que su equivalente en la generación anterior de este pequeño utilitario. Un aumento de potencia que le sienta de maravilla y le permite abrir su radio de acción. Ya no se conforma con callejear sólo por las calles de la ciudad, ahora con una velocidad máxima mayor, está limitada a 145 km/h, también se mueve con agilidad por las carreteras del extrarradio y se atreve incluso con escapadas de fin de semana lejos de la gran urbe. Y es que su pequeño tricilíndrico le permite ahora más alegrías y más agilidad. Todo ello sin afectar a un aspecto que para este coche es importantísimo, el de los consumos, que siguen siendo muy bajos.

Nuestro protagonista, dotado con el paquete opcional Passion, estaba equipado con la nueva caja de cambios automática de cinco marchas –antes era de seis–, una transmisión que teníamos muchas ganas de probar a fondo. A lo largo de nuestra prueba hemos podido comprobar que ha mejorado su funcionamiento, pero aún en determinadas situaciones sigue siendo lenta. Lo cierto es que su funcionamiento varía según cómo la usemos. Si la utilizamos en automático, realizando una conducción tranquila, los cambios de marchas se producen de forma suave. Todo cambia si exprimimos cada velocidad, en esa situación el cambio se vuelve lento y brusco. Tras nuestra experiencia, lo aconsejable para una conducción ágil es utilizar la caja de cambios en posición secuencial, que es como mejor responde el pequeño Smart.

El comportamiento dinámico también ha mejorado. El aumento de anchura de sus vías, junto a una distancia entre ejes más grande y a unos neumáticos de mayores dimensiones, le han hecho ganar en estabilidad. Sigue mostrando un carácter muy subvirador pero, llegado el caso, el ESP, que es de serie, se encarga de mantenerlo en la trazada buena. Por lo tanto, el Smart Fortwo resulta un coche fácil de conducir y divertido. Algo que no ha cambiado son las suspensiones, que siguen siendo algo duras.

Por otro lado, se ha sobredimensionado el sistema de frenos y se le ha dotado de unos neumáticos más anchos para conseguir una distancia de parada más eficaz, lo que ayuda en el uso cotidiano. Sin embargo, no nos acaba de convencer el pedal del freno, que es circular y no transmite un buen tacto, ni que la dirección asistida sea opcional (475 euros), menos en un modelo como éste, que va a desenvolverse principalmente en ciudad.

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