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Scénic 1.5 dCi 105/Roomster 1.9 TDI

Scénic 1.5 dCi 105/Roomster 1.9 TDI

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23 de enero, 2007

El Roomster es un modelo muy original y práctico, en este caso lo enfrentamos a una de las estrellas de ese segmento.Un enfrentamiento en el que el modelo francés se impone por muy poco.

El Skoda Roomster es un modelo muy original y, ante todo, práctico. Se trata de un coche que puede rivalizar con los monovolumen compactos. En este caso lo enfrentamos a una de las estrellas de ese segmento, el Renault Scénic. Un enfrentamiento en el que el modelo francés se impone por muy poco.


Una fuerte campaña publicitaria se está encargando de dar a conocer al gran público el nuevo Skoda Roomster, un modelo muy original con el que la marca checa parece haber acertado de pleno. Además de conseguir dotarle de una personalidad propia, han logrado que sea un automóvil muy útil, obteniendo algo que no siempre es fácil: que el diseño no esté reñido con el sentido práctico. El Roomster, gracias a las buenas soluciones que presenta y al aprovechamiento de su espacio interior, resulta una alternativa perfectamente válida a los monovolumen compactos tradicionales. Para comprobar si esto es así, nada mejor que compararlo con una de las grandes estrellas de este segmento: el Renault Mégane Scénic.


A simple vista se pueden apreciar muchas diferencias entre estos dos coches. Mientras que el Scénic, con un diseño también muy personal, responde a los cánones de los monovolumen compactos clásicos, el Roomster está a medio camino entre uno de estos modelos y un vehículo familiar. En sus respectivos interiores hay también diferencias significativas, pero una vez de puertas para dentro lo más interesante es comparar las soluciones que ofrece cada una de las marcas. su rival y una anchura también superior en 121 mm, nos obsequia con un interior más espacioso y mejor aprovechado. Algo que se deja notar sobre todo en los asientos traseros, en los que pueden viajar con mucha mayor comodidad tres pasajeros.


El Skoda dispone detrás de una menor anchura total, y esto se refleja especialmente en el asiento central, que es demasiado estrecho y resulta poco utilizable. Detrás, ambos destacan por tener asientos individuales, algo que les dota de una buena modularidad, ya que cada ocupante puede regular el suyo a voluntad; además, al poder moverse longitudinalmente permiten aumentar la capacidad del maletero. En el caso del checo, el sistema VarioFlex permite desplazar los asientos laterales 11 centímetros hacia el interior y desmontar el central, obteniendo en ese caso dos plazas traseras realmente cómodas y holgadas. Con respecto a los asientos delanteros, poco se puede decir; ambos modelos están bien resueltos, con un puesto de conducción ergonómico, con los mandos distribuidos de manera racional y al alcance de la mano.


En el Scénic hay que destacar una posición de conducción más elevada y el detalle del freno de estacionamiento eléctrico, que permite ahorrar espacio en la consola central con respeto a la tradicional palanca del Roomster. En los dos coches se percibe una buena calidad de acabado. En el modelo de Skoda, su apariencia es menos vistosa, pero parece más robusto. En lo que a sus equipamientos se refiere, ambos están a un buen nivel, pero puestos a establecer diferencias el Renault, con acabado Dynamique, está mejor dotado, aunque, eso sí, a costa de un precio superior: 21.000 euros, frente a los 18.990 del Skoda, que con el motor 1.9 TDI está sólo disponible con el acabado Fun, el superior de su gama. En este apartado, el Roomster se beneficia de la agresiva política de precios de su marca, por lo que su precio resulta muy competitivo.


Entrando de lleno a analizar sus mecánicas, los dos presumen de unos motores que rinden 105 CV, aunque la forma de conseguir esa potencia difiere en cada marca. Son unos propulsores que ofrecen un rendimiento aceptable y que resultan lógicos dentro de sus respectivas gamas. En Renault han optado por una mecánica de concepción moderna de 1,5 litros, un motor que cuenta con un sistema de inyección directa por rail común de última generación que sobresale especialmente por su funcionamiento refinado. Este propulsor está acoplado a una caja de cambios de seis marchas, que permite desahogar el motor en viajes largos por carreteras abiertas.


En Skoda recurren a la archiconocida mecánica 1.9 TDI con sistema de bomba-inyector por cilindro, que se muestra muy eficaz pero con un funcionamiento menos suave. Si comparamos sus prestaciones, podemos comprobar que en los dos son parecidas y que las pequeñas diferencias que hay entre ellos las establecen los desarrollos de sus respectivas cajas de cambios. En relación a sus consumos, el Scénic, con una cilindrada inferior, no resulta tan ahorrador como anuncia la marca gala; en realidad, sus consumos son más elevados que los de su rival checo, en el que una vez más se vuelve a poner de manifiesto la bondad del 1.9 TDI en este aspecto. En lo que a su comportamiento dinámico se refiere, en estos dos modelos es muy bueno y noble en cualquier circunstancia, aunque entre ellos existen pequeñas diferencias.


En carreteras abiertas y despejadas, ambos mantienen el tipo sin inmutarse. En trazados virados y estrechos, el Roomster, con unas suspensiones más firmes y una menor altura, balancea menos y transmite una mayor confianza al volante. En cualquier caso, el Scénic destaca también por mostrar una estabilidad muy alta y un comportamiento noble y predecible. Al igual que el Skoda, resulta un coche muy fácil de conducir y tiene a favor el hecho de llevar de serie sistemas de control de estabilidad y de tracción, elementos que en el Roomster son opcionales y que se agradecen de verdad cuando las condiciones del asfalto se vuelven delicadas, ya que facilitan mucho la labor del conductor. En otros apartados técnicos, como es el caso de la dirección o de los frenos, los dos están a un magnífico nivel.


En el caso de la dirección, hay que atribuirle una ligera ventaja al Renault, que a su magnífico tacto y precisión une un sistema de asistencia variable, especialmente útil cuando se realizan maniobras de aparcamiento. En cambio, si comparamos las distancias necesarias para detener estos automóviles a diferentes velocidades, podemos comprobar que en todas ellas el Roomster necesita menos metros para parar. Teniendo en cuenta todo lo que el Scénic y el Roomster ofrecen, sobre todo en términos prácticos, no es fácil decidirse claramente por uno de ellos.


El modelo de Renault es uno de los monovolumen compactos más populares de su segmento, y eso es por algo. Su interior es más amplio y está mejor aprovechado, y su equipamiento de serie resulta más completo. Frente al Skoda Roomster, su principal problema es el precio, ya que cuesta 2.000 euros más, algo que pensamos que no va a influir tanto en la decisión final.

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