Renault Laguna III

Autor: Autocasión
14 de septiembre, 2007
El nuevo Laguna que se ponga a la venta en octubre ha conseguido una buena calidad de acabado y un comportamiento excelente.
El nuevo Laguna que se ponga a la venta en octubre ha conseguido una buena calidad de acabado y un comportamiento excelente. Pero sus puntos flacos son el espacio interior, el maletero y un tacto del cambio algo pastoso. La dirección a las 4 ruedas nos ha sorprendido gratamente.
El 19 de octubre se pone a la venta el nuevo Laguna para el que, además de una calidad un paso por delante de los estándares tradicionales fuera del segmento Premium, se anuncia un comportamiento de primera basado entre otras cosas en una solución tecnológica tan llamativa como la dirección a las 4 ruedas. Ganas teníamos de comprobar si, como se cansaron de anunciar los responsables de la marca francesa, el nuevo Laguna iba a estar en cuanto a calidad de fabricación se refiere, al nivel de las berlinas Premium consideradas rivales del Laguna. La verdad es que no está el horno para bollos y la constante a la hora de desarrollar un coche es la de ahorrar en todo lo que se pueda.
Lo bueno para Renault y su Laguna es que las marcas especialistas como BMW, Mercedes o Audi también se han tenido que apretar el cinturón por lo que situarse a un nivel similar ha sido algo más fácil. El Laguna está bien hecho. No derrocha elementos superfluos ni tampoco arriesga innovando como es habitual en otras marcas como Citroën, pero sí que en cuanto a ajustes y calidad de materiales tiene poco que envidiar a un Clase C de Mercedes o a un Serie 3 de BMW, pero tampoco se aprecian grandes diferencias respecto a un Mondeo o un Passat, buenas referencias no Premium. El material mullido de parte del salpicadero (que por cierto estrenaron algunos Ibiza), los rigurosos ajustes de la tapa de la guantera y otros huecos, el cuidado tapizado del maletero, los remates y la suavidad de los mandos, los pequeños topes con muelle que evitan vibraciones en el portón… Hay que ser muy quisquilloso o buscar con lupa para descubrir fallos en el acabado del nuevo Laguna. Aunque Renault habla de calidad en un sentido más ámplio de la palabra abarcando asistencia, fiabilidad o servicio al cliente. Sin embargo el interior no merece un sobresaliente.
Por ejemplo el espacio disponible en el habitáculo es muy similar al de su antecesor ya que la ganancia de casi 10 centímetros en longitud se ha aprovechado directamente para mejorar los crash test, dejando mayor espacio entre el vano motor y el habitáculo. Y la altura en las plazas traseras o la cota de anchura no están en la órbita de sus contrincantes. A pesar de haber aumentado 20 litros, los 450 del maletero se quedan por debajo de la media del segmento y una vez abatidos los respaldos no dejan una superficie totalmente plana. Todos los Laguna que se vendan en España contarán con una rueda de repuesto de 185/65 R16 más pequeña que el resto, y en opción se ofrecerá el kit reparapinchazos dejando un hueco enorme en su lugar.
Los ingenieros franceses se han centrado en reducir el peso, mejorar la aerodinámica, aumentar la insonorización u optimizar la eficacia de las suspensiones manteniendo el mismo esquema del modelo anterior. Respecto al primer aspecto, los resultados son contradictorios ya que a igualdad de motorización los datos proporcionados por la marca reflejan un aumento de peso. En aerodinámica los datos han mejorado con un SCx de 0,645 pero siguen sin ser cifras del otro mundo. Eso sí, los ingenieros de la marca han carenado los bajos de la carrocería como en un fórmula 1, lo que también influye en la reducción de sonoridad. La primera toma de contacto se ha realizado con los Laguna 2.0 dCi de 130 y de 175 caballos y en efecto ésta se ha reducido al máximo.
Se aprecian pocos ruidos provenientes del vano motor, muy pocos aerodinámicos (hasta 130 km/h, velocidad alcanzada en la prueba en la pista de la marca en los alrededores de París), y casi inapreciables de rodadura. Y hablando de rodadura, si hay una virtud que atribuirle al nuevo Laguna ésa es sin duda la calidad de rodadura, su aplomo y su eficacia en curva sin sacrificar la comodidad. Y todo optimizando un esquema heredado del modelo vendido hasta el momento buscando sobre todo la precisión de la trayectoria y minimizar los balanceos de la carrocería. Para ello se ha recurrido a unos mortiguadores más firmes (un 15 por ciento los delanteros y un 50 los traseros), barras estabilizadoras de mayor grosor (de 19,5 a 24 mm delante y de 28,8 a 30,5 detrás y muelles con menor recorrido amén de un sistema de 4 ruedas directrices que saldrá más adelante en las versiones con acabado GT.
La dirección (eléctrica en el 1.5 dCi de 110 caballos e hidraúlica variable en el resto salvo en el 1.6) también ha sido centro de atención de unos ingenieros obsesionados con ponerse a la cabeza del segmento en comportamiento, un auténtico desdesafío teniendo enfrente a modelos de la talla del Mondeo, el Passat o el Accord y una demostración de ganas de superarse a sí mismo dado que el Laguna actual ya contaba con una excelente relación estabilidad-comodidad. Tan seguros están en Renault de la eficacia de su coche que durante las pruebas pusieron a nuestra disposición un Porsche Boxster y un BMW Serie 3 para comparar sobre el terreno.
Y en efecto, el Laguna de dirección normal ya ofrece un compromiso perfecto estabilidad-comodidad en un coche muy agradable de conducir, noble y de reacciones muy previsibles. Balancea menos de lo normal, traza con tiralíneas y admite una conducción intensa sin protestar. Lo que menos nos ha gustado del coche es el cambio, algo pastoso y poco preciso. Pero nos ha dejado gratamente sorprendidos una dirección con un tacto impecable. El Laguna III con Active Drive requiere un mínimo periodo de adaptación porque, al girar más y mejor, la tendencia inicial es a comerse el interior de la curva. Pero admite mayor velocidad de paso con la misma concentración por parte del conductor. Y al no ser un sistema mecánico con valores fijos, la ventaja es que se adapta al tipo de conducción en cada momento y a medida, sin reacciones inesperadas.
Nos sorprendió que en la maniobra de esquiva pasara tan rápido como un Boxster pero con reacciones menos extremas Si el anterior Laguna se les fue de las manos con un lanzamiento apresurado repleto de problemas al no haber comprobado hasta la saciedad las diferentes tecnologías que incorporaba, esta vez las cosas no pueden estar mejor atadas. Más de seis millones de kilómetros con 120 unidades camufladas del Laguna III han servido para detectar hasta el mínimo fallo antes de lanzar el coche. El primer compromiso del Renault Contrato 2009 es situar al nuevo Laguna en el TOP3 de su categoría en calidad de producto y servicio. Y los resultados deben ser satisfactorios ya que han decidido que el nuevo Laguna disponga de una garantía de 3 años o 150.000 kilómetros.
Los primeros Laguna III en llegar al mercado en octubre podrán elegirse con acabados Expression, Dynamique y Privilege con un equipamiento que como mínimo incluye 8 airbag (no se contempla el de rodilla), climatizador automático, ESP o freno eléctrico. En enero junto con la carrocería Grand Tour, también llegarán los acabados Authéntique, como acceso a la gama e Initiale, como tope. Y en primavera de 2008 ya estará lista la versión GT asociada a los motores 2.0 dCi de 175 y el 2.0 Turbo de 170 y con dirección a las cuatro ruedas de serie. En Renault quieren que su Laguna sea dinámico y divertido pero no deportivo. Con este sistema el familiar francés ha conseguido sensaciones de deportivo sin sus inconvenientes
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