Range Rover Sport TDV8

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Autor: Autocasión
12 de diciembre, 2006
Suavidad, respuesta inmediata al acelerador y un silencio de marcha asombroso son las principales cualidades de la mecánica ya vista en el Range Rover y que ahora monta la versión Sport
Suavidad, respuesta inmediata al acelerador y un silencio de marcha asombroso son las principales cualidades de la mecánica ya vista en el Range Rover y que ahora monta la versión Sport
Hace un par de meses se equipaba al Range Rover con la mecánica diésel de ocho cilindros TDV8. Ahora, y vistas sus excelencias, su hermano pequeño, el Sport, también adopta en su vano motor el último fruto de la colaboración entre Ford y el grupo PSA.
Suavidad exquisita, respuesta inmediata al acelerador y un silencio de marcha asombroso. Esas son las principales cualidades de la mecánica ya vista en el Range Rover y que ahora monta la versión Sport. Un turbodiésel de ocho cilindros en V que dispone de, entre otras «florituras», dos turbos de geometría variable, inyección directa por raíl común con inyectores piezoeléctricos –que inyectan el gasóleo a presiones de hasta 1.700 bares–, sistema de lubricación por vacío para garantizar la circulación del aceite…
Comparado con el TDV6 de 190 CV, con el que convivirá algún tiempo, el V8 aumenta su potencia hasta los 272 CV, lo que representa un incremento de un 42%, mientras que el consumo se mantiene en unos razonables 11,1 l/100 km de media. Así, alcanza los 209 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en poco más de nueve segundos, lo cual no está nada mal para un peso de casi tres toneladas (2.675 kg) y una aerodinámica más bien mala. Esta mecánica se asocia únicamente a un cambio automático secuencial ZF de seis marchas, que incluye relaciones cortas para la conducción 4×4.
Su impecable comportamiento en asfalto se completa con una suspensión controlada por el sistema denominado Dynamic Response, que ajusta continuamente la rigidez de los amortiguadores para evitar molestos balanceos que su peso, y por lo tanto su inercia, podría generar. Este sistema contiene el balanceo en asfalto, mientras que en campo aumenta el recorrido de las suspensiones. A esto se le añade el mismo sistema de frenado que el del 4.2 V8 Supercharged –frenos delanteros Brembo con discos de 360 mm y pinzas de cuatro pistones– y un comportamiento fuera de carretera que se encarga al otro sistema de gobierno para la tracción, par motor, altura de marcha, control de descenso o transmisión, el Terrain Response, y que aquí cuenta con cinco posiciones de funcionamiento: normal; hierba, gravilla o nieve; arena; barro y surcos; y avance lento sobre rocas.
Si todo lo aderezamos con un diferencial central electrónico que reparte el par de forma automática, tenemos uno de los SUV más eficaces del mercado. En pocas semanas se pondrá a la venta en España a un precio que parte de los 69.700 euros.
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