Publirreportaje: Volvo DRIVe

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Autor: Autocasión
06 de octubre, 2009
La ofensiva medioambiental del fabricante sueco pasa por las nuevas versiones DRIVe, una política de lo más eficaz y sostenible.
La familia DRIVe de Volvo está ideada para ahorrar combustible y, paralelamente, reducir de forma notoria las emisiones contaminantes. Todas las versiones agrupadas bajo esta denominación se impulsan a través de propulsores diésel convencionales conectados a cajas de cambios manuales. Un tándem profundamente optimizado que converge con mejoras en la rodadura del vehículo para mermar la resistencia al avance y el aire. Como resultado, exhiben los mejores niveles de emisiones de dióxido de carbono en sus respectivas categorías, como revela la tabla a continuación:
Volvo C30 1.6D DRIVe (21.715 €): 3,8 l/100km y 99 gr/km.
Volvo S40 1.6D DRIVe (24.665 €): 3,9 l/100km y 104 gr/km.
Volvo V50 1.6D DRIVe (26.140 €): 3,9 l/100km y 104 gr/km.
Volvo XC60 2.4D DRIVe (35.975 €): 6,0 l/100km y 159 gr/km.
Sólo 99 gr/km
La oferta española actual de Volvo DRIVe se estructura en 3 categorías vinculadas a otros tantos niveles de emisiones: 99, 104 y 159 gr/km. Como se aprecia, se corresponden con los tramos fiscales especiales de CO2 y otros incentivos gubernamentales para los vehículos menos contaminantes.
El nuevo C30 1.6D DRIVe -disponible durante los próximos meses- es 5 gr/km más limpio que su antecesor. El sedán S40 1.6D DRIVe y familiar V50 1.6D DRIVe se inscriben en el segundo valor. Disfrutan, por ejemplo, de la efectiva función de arranque/parada automáticos para recortar emisiones. Esta función desconecta el motor cuando el vehículo se deteniene, por ejemplo en un semáforo o en retenciones de tráfico: si el conductor coloca la palanca de cambio en punto muerto y suelta el embrague, siempre que el coche esté completamente detenido, el motor se apaga; pero al pisar el embrague arranca de nuevo.
Todo reduce el consumo y las emisiones entre un 4 y un 5% en condiciones de tráfico mixto. El arranque/parada resulta especialmente eficaz en circulación urbana, con un ahorro que puede llegar al 8%. Con el motor apagado algunos sistemas, como el aire acondicionado, pasan a modo de espera con el fin de ahorrar más combustible. Ahora bien, el sistema valora de forma constante el nivel de confort y reactiva por sí mismo los elementos pertinentes si detecta un aumento de temperatura en el habitáculo.
Además, no establece limitaciones al equipo de sonido u otros que el cliente desee mantener conectados. El mecanismo de supervisión, exclusivo de Volvo, se apoya en una pequeña batería adicional que complementa a la principal -más grande-, optimizada para soportar 175.000 ciclos de arranque/parada. Gracias a dicha batería, los DRIVe realizan un arranque especialmente rápido y suave, y el equipo de sonido, por ejemplo, permanece inalterable cuando se activa el motor de arranque.
El conductor recibe información permanente sobre el estado del sistema a través de la pantalla de información del vehículo. La función de arranque/parada se puede activar o desactivar en un botón situado en la consola -por defecto la función está activada-. En el futuro, este botón regulará otros sistemas, como los parámetros de ahorro DRIVe, para obtener un rendimiento del combustible especialmente eficaz.
La segunda característica de los C30, S40 y V50 1.6D DRIVe con arranque/parada se conoce como carga regenerativa. Se trata de una función que recarga la batería al soltar el acelerador en marcha, o bien al pisar el freno con una velocidad engranada. En estas cirunstancias, el alternador aprovecha la energía cinética del vehículo y no emplea combustible extra como fuente energética si el nivel de la batería desciende. Esta función permite un ahorro de un 2 a 3%.
Estas versiones también se benefician de neumáticos de baja resistencia a la rodadura, llantas especiales, deflectores y alerones específicos y chasis rebajado, que les permiten rebajar su huella aerodinámica.
XC60 2.4D DRIVe: 159 gr/km
También el todocamino XC60 amplia gama con una versión DRIVe de tracción delantera. Se combina con el motor de gasóleo 2.4D y cifra emisiones en 159 gr/km, a partir de un consumo líder en su categoría: 6,0 litros cada 100 km.
Pero este moderno SUV contempla otras muchas mejoras, como una reducción en la fricción y las pérdidas de bombeo del motor; también disminuye la presión en los conductos de admisión y escape. Su presión de inyección aumenta con la última generación de bombas de alta presión en el sistema de alimentación common rail, perfeccionado con dispositivos piezoeléctricos, y con la última generación de software de control y gestión. El resultado es una compresión menor y una combustión más eficaz.
Adicionalmente optimiza el turbocompresor para lograr mayor par motor a menor número de revoluciones, y modifica y alarga las relaciones finales de la transmisión.
Eficacia mejorada en toda la gama
Buenas noticias: las mejoras en las propiedades medioambientales de los modelos Volvo no se limitan a las versiones DRIVe, pues las medidas que reducen el consumo de combustible también benefician al resto de la gama. Por ejemplo, todas las transmisiones automáticas serán en breve entre un 5 y un 7% más eficaces.
Y es que la marca sueca se ha propuesto ofrecer vehículos con las emisiones de CO2 más bajas de cada categoría. DRIVe es el símbolo de este proceso. Los vehículos que porten su insignia serán aquellos que mayores progresos aglutinen, pero la estrategia de eficacia de consumo comprenderá progresivamente todos los productos del fabricante sueco. Al ofrecer una gama diversificada, con alternativas muy económicas y otras más potentes, el cliente podrá elegir su huella medioambiental.
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