Prueba ¡y videoprueba! del Tesla Model S 100D

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Marcos Diego
21 de junio, 2018
Probamos a fondo el Tesla Model S, uno de los coches más revolucionarios de las últimas décadas, un vehículo que ha golpeado los cimientos de la industria poniendo en jaque a los fabricantes de más solera. ¿Está a la altura de la expectación que genera?
Tesla es una compañía muy similar a Apple: comparten origen (California) y apuestan por caminos alternativos a los que marca la industria. Además, su relación con los clientes, sus mejores embajadores, es casi mística. Tras la prueba del Tesla Model S 100D, puedo comprender, en cierta medida, el embelesamiento de sus propietarios, cómo han podido dejarse cautivar de esa manera por un producto para perdonarle algunos fallos que a otro fabricante no le pasarían por alto.
Parte de ese encanto reside en su exclusividad, y no nos referimos al precio, sino a que se trata de un producto único y revolucionario: el primer coche 100% eléctrico, tras el Tesla Roadster, fabricado en serie y que goza de un nivel de autonomía que nos permite afrontar trayectos de larga distancia. A su condición de eléctrico y la elevada autonomía que ofrece, habría que sumar un interior muy diferente a lo acostumbrado y dominado por una enorme pantalla que no tiene rival, un diseño exterior sugerente y unas prestaciones y confort de marcha formidables.
A la lista de virtudes, tenemos que añadir también otra serie de elementos menores, pero que contribuyen a esa imagen de marca muy diferente a las firmas tradicionales, muy tecnológica y que, en definitiva, ofrece algo distinto. En este sentido, nos encontramos, por ejemplo, con la continuas actualizaciones que llegan al coche y que se descargan e instalan como si de un smartphone se tratara, los huevos de Pascua (mensajes y gráficos ocultos en el software que se activan con comandos especiales) o la suscripción de por vida y gratuita a Spotify. Son destacables también el famoso Autopilot, probablemente el mejor sistema de este tipo que hay en el mercado, y la red de supercargadores que está instalando Tesla en todo el mundo.
Videoprueba del Tesla Model S 100D
Fotos y vídeo: Javier Martínez
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El Tesla Model S no tenía rivales hasta ahora
La principal de ventaja de Tesla puede que sea al mismo tiempo su mayor debilidad. Cuando en 2012 lanzó en los Estados Unidos el Model S, Tesla no tenía rival. Era la única marca que ofrecía una berlina de lujo 100% eléctrica de gran autonomía, atractivo diseño y con las prestaciones de, por ejemplo, un Panamera. Consiguió cambiar el chip en el consumidor, convirtiendo el coche eléctrico en un producto deseable.
Ese órdago a la grande de Elon Musk, el fundador de la marca, ha hecho que el resto de fabricantes se pongan las pilas y aceleren sus planes de electrificación. El primer modelo equiparable a Tesla en desembarcar ha sido el Jaguar I-Pace, al que seguirán en breve el Audi E-Tron, el Porsche Taycan y, más tarde o más temprano, el resto de propuestas de los fabricantes tradicionales.
La gran pregunta, entonces, es si Tesla podrá aguantar el tirón, cuando ya no sea la única opción. ¿Podrá hacer frente a la red comercial y postventa de marcas como Audi, Volkswagen o Mercedes? ¿Será capaz de elevar el nivel de acabados para ponerse a la altura del resto de firmas premium? El tiempo nos dará la respuesta.
Si quieres conocer a fondo todo lo que ofrece este pionero, sigue leyendo la prueba del Tesla Model S 100D.
Diseño: Tesla Model S: eléctrico, pero atractivo

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Para su primer modelo producido en serie, Tesla huyó de las excentricidades y se plantó en el mercado con una carrocería que combinaba el clasicismo de una berlina con las líneas deportivas de un coupé. Todo un acierto, sin duda, y buena prueba de ello es que, tras seis años en el mercado, se mantiene tan fresco y moderno como el primer día. Si nos ceñimos al diseño de la carrocería, y no al sistema de propulsión, los rivales del Tesla Model S serían el Audi A7, el Mercedes CLS o el Porsche Panamera.
Tras el restyling que recibió en 2016, desapareció por completo la parrilla, siendo esta una de las cosas más llamativas del coche. Lo cierto es que era del todo prescindible, ya que el Model S no necesita refrigerar un motor de combustión que no tiene. Además, la ausencia de una parrilla en el frontal permite un diseño más aerodinámico, algo fundamental en cualquier coche, pero más si cabe en un eléctrico.
Con el restyling, llegó también la tecnología led para los pilotos traseros y delanteros y, en este punto, hay que ponerle un pero a Tesla. Mientras que en Estados Unidos los faros delanteros cuentan con 3.200 lúmenes, en Europa quedan limitados a 2.000 lúmenes. La razón es que la normativa europea exige que las luces que superen esa cantidad total de luz visible cuenten con lavafaros y ajuste automático de altura. En vez de instalar estos sistemas, Tesla ha optado por la vía rápida y económica: reducir el número de lúmenes para ajustarse a la normativa.
En la vista lateral, nos encontramos con una línea de cintura alta y una línea de techo descendente que le imprimen ese carácter deportivo, elegante y, en definitiva, muy atractivo. Además, tenemos unos tiradores de puerta de diseño muy original y que contribuyen a esa imagen tecnológica del vehículo, ya que se despliegan automáticamente al acercarnos. Por cierto, Land Rover ha imitado este sistema en el Velar (os invito a que veáis la videoprueba que hicimos recientemente). En cuanto a las llantas, la unidad de pruebas equipaba las de serie, que son de 19 pulgadas y calzan unos neumáticos de medidas 245/45. Como parte de la lista de extras Tesla ofrece unas llantas de 19 pulgadas en un tono más oscuro y otras de 21 pulgadas en color negro.
En cuanto a dimensiones se refiere, el Tesla Model S es un coche grande: mide 4,9 metros de longitud y casi 2 de ancho.
Por último, tenemos que hablar de la calidad de acabados y ajustes. Aunque mucho mejores que los del Tesla Model X, un modelo que nos decepcionó especialmente en este apartado, no están a la altura de lo que uno espera, ya que, por ejemplo, la tolerancia entre paneles es significativamente más generosa que en un BMW o un Porsche de precio similar. Esta crítica hay que ponerla en contexto. No estamos diciendo que la calidad de un Tesla sea equivalente a la de un Dacia, pero sí que no está a la altura de un coche que sitúa su precio de partida en 86.000 euros.
Interior: Mucho espacio y diseño minimalista

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El habitáculo del Tesla Model S es muy diferente al de cualquier otro vehículo del mercado, destacando, sobre todo, por su diseño minimalista, la gran pantalla central que domina el salpicadero y el generoso espacio disponible para los pasajeros y la carga.
En general, los materiales empleados en el habitáculo del Tesla Model S 100D son buenos, ya que casi todo el interior del vehículo está forrado en un cuero de muy buena calidad y el techo está tapizado en Alcantara. Sin embargo, no logra transmitir la misma sensación de lujo y cuidado por los detalles que otras marcas premium: los plásticos de la consola central son algo pobres para un coche de esta factura, el ajuste entre algunas piezas podría ser más fino y se escuchan varios «grillos». No es malo en absoluto, pero sí existe una diferencia notable con sus rivales. Este es uno de los aspectos más críticos del coche, pero, como decíamos en la introducción, sus propietarios se lo perdonan.
El salpicadero y la consola central destacan por un diseño limpio, homogéneo y sin estridencias donde destaca el escaso número de botones o mandos, ya que solo contamos con los del volante, los elevalunas, la columna de la dirección y las dos teclas del salpicadero: el de apertura de la guantera y el de las luces de emergencia, que, por cierto, podría ser más grande, dado que es un elemento de seguridad.
El escaso número de botones se debe a que Tesla ha decidido concentrar todas o casi todas las funciones del vehículo en la enorme pantalla de 17 pulgadas, la mejor y la más grande del mercado. Muy similar a una tablet, es tremendamente sencilla de manejar y en unos segundos sabes cómo debes usarla, encontrando lo que quieres de forma fácil y rápida. Tesla ha barrido a sus rivales en lo que a experiencia de usuario se refiere.
Para el panel de instrumentos, la firma californiana ha optado también por una generosa pantalla digital. La calidad de esta no admite crítica, pero las grafías y menús, al contrario de lo que sucede en la pantalla central, son algo liosos y cuesta acostumbrarse.
En cuanto a espacio se refiere, el habitáculo del Tesla Model S es muy amplio tanto para pasajeros delanteros como traseros. Al ser un coche eléctrico, el conjunto de elementos que propulsan el vehículo es mucho más compacto, lo que permite ganar espacio en el interior. La segunda fila de asientos es más que suficiente para tres personas y la única pega la encontramos en la altura de la banqueta, ya que está demasiado baja y obligará a las personas más altas a llevar las piernas más flexionadas de lo deseable.
El maletero, enorme, cubica 750 litros y sus formas son muy regulares y, por tanto, aprovechables. Como opción, Tesla ofrece dos plazas adicionales destinadas a niños y colocadas en sentido contrario a la marcha. En la parte delantera, tenemos otro pequeño maletero, con capacidad para una maleta de cabina y poco más.
Motor: A lo grande

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Para la prueba del Tesla Model S, hemos tenido a nuestra disposición la versión 100D. En España, la firma estadounidense comercializa tres versiones del Model S: la 75D, la 100D y la P100D. La primera es la menos potente (baterías de 75 Kwh) y la de menor autonomía (490 kilómetros en ciclo NEDC), mientras que la 100D y la P100D se diferencian en autonomía y prestaciones. La 100D tiene un poco más de autonomía (632 kilómetros frente a 613 kilómetros) y la P100D, mayores prestaciones. Esta última es la que consigue que el Tesla acelere, previo calentamiento de 15 minutos de las baterías, de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos.
Cuando decimos que el Tesla Model S es uno de los vehículos más importante en décadas, es porque es se trata del primer modelo que ha apostado en serio y a lo grande por el coche eléctrico, sirviendo de acicate para que el resto de fabricantes se pongan las pilas con el desarrollo de vehículos de cero emisiones. Sin embargo, lo cierto es que, en cuanto a motores eléctricos se refiere, Tesla no ha inventado nada. Simplemente ha aplicado la técnica que ya existía y se conocía, pero, eso sí, sobredimensionándola, al más puro estilo americano, para conseguir un nivel de autonomía y prestaciones formidable.
El Tesla Model S 100D (la D significa Dual y hace referencia a los dos motores asíncronos que incorpora, uno por cada eje) cuenta con una potencia total combinada de 524 CV y un par extraordinario de 660 Nm. El nivel de aceleración es brutal, porque, a diferencia de los coches con motores de combustión, los eléctricos entregan toda la potencia y par disponibles desde el mismo instante en el que pisamos el acelerador.
Con una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos, las sensaciones que ofrece Tesla son espectaculares. Además, aunque el rendimiento de los eléctricos decae a medida que ganamos velocidad, en el Tesla Model S, y con la limitación de velocidad de las carreteras españolas, esto no supone un problema, por lo que las recuperaciones son también excelentes.
Comportamiento: Sorprendentemente eficaz

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En primer lugar, la postura de conducción es cómoda y los ajustes eléctricos de los asientos y la columna de dirección son muy generosos, por lo que cualquier persona encontrará la posición adecuada a su estatura y gustos.
Si por algo destaca el Tesla Model S en el apartado dinámico, es por el confort que proporciona a los pasajeros. En autopista, su hábitat natural, es una auténtica gozada por el silencio de marcha que ofrece, por las brutales prestaciones que tenemos a nuestra disposición y por la suspensión neumática de altura regulable, que aísla perfectamente el habitáculo, filtrando a la perfección las irregularidades del terreno y tragándose como si nada y sin brusquedades de ningún tipo los baches o pases elevados. Además, cuenta con el mejor control de crucero adaptativo del mercado, el denominado Autopilot.
En ciudad, la mayor ventaja es, una vez más, el silencio y la comodidad que siempre ofrece un cambio automático. Además, si estamos en medio de un atasco infernal, siempre nos podremos entretener leyendo el periódico gracias a la conexión permanente a Internet con la que cuenta. El principal problema en la urbe son, pese a que el radio de giro es bueno, sus dimensiones, ya que nos dificultarán movernos con agilidad entre el denso tráfico de la ciudad o encontrar una plaza de aparcamiento.
Hasta aquí todo normal y dentro de lo previsible; lo que no entraba en mis cálculos es su comportamiento enlazando curvas. Vaya por delante que el Tesla Model S no es, a pesar de que la marca presuma orgullosa de prestaciones, un deportivo. Se trata de una berlina de lujo con la que viajar lo más cómodamente posible y eso lo cumple a la perfección, pero resulta que también se muestra de lo más eficaz en un tramo revirado de carretera. Pese a su peso (más de dos toneladas) y dimensiones, que, a priori, deberían suponer un lastre enorme e insalvable, el Model S se revela como un coche lo suficientemente ágil como para encarar con seguridad y velocidad una curva tras otra sin que la carrocería haga la más mínima insinuación.
Esta buena respuesta se debe, en gran medida, a la colocación de las baterías a lo largo de todo el piso del coche, lo que hace que el centro de gravedad sea muy bajo. Además, la dirección, que ofrece tres grados de asistencia, es bastante directa.
En definitiva, el comportamiento dinámico del Tesla Model S sorprende muy gratamente. Te da lo que esperas -prestaciones y confort- y algo más, una agilidad impropia de berlinas de este peso y dimensiones.
Equipamiento: Pocos extras, casi todo es de serie en el Tesla Model S

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A diferencia de lo que ocurre con otras marcas premium, el equipamiento del Tesla Model S es muy generoso y la lista de equipamiento extra, muy corta. De hecho, se limita al paquete de mejoras premium, a las dos plazas adicionales, el software de capacidad autónoma total, las llantas de aleación y poco más.
El equipamiento de serie del Tesla Model S incluye, entre otras cosas, conexión permanente a Internet, luces led adaptativas, asientos delanteros calefactados y con ajuste eléctrico, suspensión regulable en altura, luces automáticas, sensores de aparcamiento, cámara de visión trasera, sensor de lluvia, acceso automático sin llave, espejos retrovisores con oscurecimiento automático… ¡No le falta de nada!
En cuanto al paquete premium, que tiene un sobrecoste de 5.300 euros, se compone de un sistema de sonido más potente, volante y todos los asientos calefactados y un descongelador para el limpiaparabrisas. Además, incluye un modo de defensa contra armas biológicas que crea una presión positiva dentro de la cabina para proteger a sus ocupantes, eliminando al menos el 99,97 % de la contaminación de partículas del escape, alérgenos y bacterias. No deja de ser curioso, pero, sinceramente, parece más un reclamo publicitario que algo útil.
En cuanto al software de capacidad de conducción autónoma total, que tiene un sobrecoste de 3.200 euros, actualmente no sirve para nada. Sin embargo, la marca lo ofrece para que se pueda incluir en la financiación del vehículo y, cuando cambie la legislación, poder tenerlo disponible y activarlo sin mayor problema.
Uno de los grandes reclamos de Tesla es el famoso Autopilot. Para su funcionamiento, se vale de 8 cámaras, 12 sensores ultrasónicos y un radar frontal que le permiten tener controlado todo su entorno.
Es un sistema muy bueno, quizás el mejor que haya en el mercado, pero, a día de hoy, se trata simplemente de un control de crucero adaptativo. El sistema es capaz de mantener al vehículo en su carril, incluso tomando curvas, y va adaptando la velocidad automáticamente en función del tráfico y las limitaciones de la vía. Además, al poner el intermitente, puede girar el volante y realizar el adelantamiento por sí mismo.
El sistema funciona bien, pero en Europa, al menos, estamos obligados a llevar las manos en el volante, por lo que al final es un asistente de conducción y no un piloto automático como tal. En cualquier caso, sí que contribuye a aumentar la seguridad.
En el panel de instrumentos, podemos ver cómo trabaja el sistema, continuamente nos va indicando todo lo que tenemos alrededor y en los gráficos diferencia entre camiones y turismos. Es una virguería, pero, la verdad, poco necesaria: no necesitamos tanta información, puede ser hasta una fuente de despiste.
Consumo: La red de supercargadores es la clave

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Tesla homologa una autonomía de 632 kilómetros en ciclo NEDC, pero, al igual que ocurre con los coches con motores de combustión y sus medias homologadas de consumo de carburante, se trata solo de un dato orientativo y alejado de la realidad. Durante la prueba, nosotros hemos consumido, con un tipo de conducción que no ha buscado la máxima eficiencia, entre 20 y 25 kWh/100 km, lo que sitúa la autonomía real del Tesla Model S entre 400 y 500 kilómetros.
De serie, el Tesla Model S cuenta con dos conectores. Uno de tipo Sucko o convencional, con el que nos llevaría más de dos días cargar las baterías al 100%, y otro de tipo Mennekes, que completaría la carga en aproximadamente 8 horas. Puede que estas cifras echen para atrás, pero… ¿quién realiza más de 400 kilómetros diarios?.
Además, es de suponer que el propietario de un Tesla instalará un punto de carga en su garaje, por lo que al final sería tan sencillo como llegar a casa, dejar conectado el coche por la noche (exactamente igual que hacemos con el teléfono móvil) y al día siguiente tendría las baterías al 100%.
Para los trayectos largos, Tesla está instalando una red de supercargadores que permite cargar el 80% de la batería en tan solo 20 minutos, prácticamente lo mismo que tardas en repostar y tomarte un café. Situados en puntos estratégicos, ya hay operativas en España 23 estaciones de carga ultra rápida, aunque este número se irá elevando progresivamente.
En definitiva, Tesla ha logrado espantar los fantasmas de la autonomía y ofrecer un coche eléctrico válido para el día a día para casi cualquier persona y que, con una buena planificación, es también viable para realizar trayectos de larga distancia.
El navegador del coche, por cierto, calcula automáticamente, cuando introduces una dirección, el porcentaje de carga con el que llegarás al supercargador que esté en la ruta y el tiempo que necesitas parar para llegar con carga a tu destino final.
Rivales: Rivales del Tesla Model S P100D
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Vehículo | Tesla Model S 100D |
Jaguar I-Pace HSE |
Porsche Panamera 4 e-Hybrid Sport Turismo |
Bmw 530e iPerformance |
Precio | Desde 111.650 € |
Desde 96.000 € |
Desde 119.314 € |
Desde 63.450 € |
Combustible | Eléctrico | Eléctrico | Híbrido Enchufable | Híbrido Enchufable |
Cambio | 1 marchas | 1 marchas | 8 marchas | 8 marchas |
Potencia (CV) | 422 | 400 | 462 | 251 |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 4,4 | 4,8 | 4,6 | 6,1 |
Consumo Medio (l/100 km) | - | - | 2,9 | 1,7 |
Emisiones CO2 (g/km) | - | - | 66 | 36 |
Nuestra valoración: 7,8
Diseño 7
Motor 8
Comportamiento 8
Interior 7
Equipamiento 9
Consumos 8
Destacable
- Prestaciones y confort de marcha
- Red de supercargadores
Mejorable
- Calidad de acabados
- Banqueta trasera demasiado baja
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