Prueba Volkswagen Tiguan 2.0 TDI 4×4 Automático DSG

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Nacho Torres
26 de diciembre, 2016
Volkswagen ha dado un salto de gigante entre la anterior y la actual generación de su SUV compacto Tiguan y ha creado un coche moderno, más amplio y bien rematado y con nuevas soluciones tecnológicas. Pero también hemos encontrado elementos a mejorar.
La anterior, y primera, generación del Volkswagen Tiguan estuvo en el mercado entre 2008 y 2016 y se vendieron 2,8 millones de unidades; contaba con tracción delantera y a las cuatro ruedas, un interior bien fabricado y motores diésel de buen rendimiento. Aunque más pequeño que sus rivales, ha sido un claro objeto de deseo dentro del segmento.
Con el Tiguan actual, Volkswagen se ha sacado la espinita del espacio interior y ha creado un coche amplio y bien dimensionado; además, aporta soluciones nuevas, como los asientos traseros regulables. En el interior encontramos numerosos huecos y buena calidad de fabricación y hasta cuadro de relojes digital.
La gama está disponible con motores gasolina de 125, 150 y 180 CV y turbodiésel de 115, 150, 190 y 240 CV. Además, según el motor elegido, podremos optar al cambio DGS de 7 marchas y a la tracción a las 4 ruedas, lo que proporciona una gama muy completa.
Nuestra unidad de pruebas es una de las versiones más recomendables, porque tiene un poco de todo: no es la más potente, pero se defiende, monta cambio automático, recomendable 100%, y redondea la jugada con la tracción a las 4 ruedas, interesante si rodáis por carreteras en mal estado o con climatología adversa o tenéis pensado usarlo para, por ejemplo, salir a cazar.
Su equipamiento tecnológico es de primer orden, con todo lo que Volkswagen puede ofrecer: aviso de salida de carril, reconocimiento de señales o control de crucero adaptativo, por citar tres ejemplos. Pero también tiene errores de novato, vamos a verlo todo.
Diseño: Pequeño Touareg

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A lo largo de esta prueba, seguramente repitamos la frase “salto exponencial”, y lo haremos porque es una de las maneras que mejor resumen lo que ha sucedido con el nuevo Volkswagen Tiguan con respecto al anterior. Ese “salto” también se da en lo que a diseño se refiere.
Con unas medidas de 4,87 m de largo, 1,84 de ancho y 1,63 de alto, el nuevo VW Tiguan tiene un aspecto más actual y llamativo que el anterior. Más maduro en su diseño, no deja de tener un aspecto deportivo y agresivo, con la mirada afilada que le proporcionan sus faros Full Led, en opción.
Otro elemento destacado de su carrocería son los numerosos pliegues y nervaduras de ésta, especialmente en la línea baja de cintura, donde consigue llamar la atención por la tensión que genera.
La parte trasera redondea un estilo deportivo, con una zaga de aspecto asentado, dando al conjunto sensación de aplomo y seguridad.
Con este diseño consigue un buen aprovechamiento interior, aunque creemos que debe mejorar el coeficiente aerodinámico, ya que la versión de nuestra unidad de pruebas marca un Cx de 0,32.
Por otra parte, estamos ante un coche pensado para circular fuera del asfalto, por lo que sus diseñadores se han preocupado de las cotas todoterreno. De esta manera, consigue unos ángulos de entrada y salida de 16,2 grados, que son 14,8 grados si nos referimos al ventral. Con una altura libre al suelo de casi 20 centímetros, 19,1 concretamente, son medidas suficientes para realizar ciertos escarceos campestres.
Interior: Más amplitud con menor altura

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El nuevo Volkswagen Tiguan ha crecido en tamaño con respecto a su predecesor. Más largo y ancho, pero más bajo, ofrece un interior más aprovechado, lo que habla muy bien de él. Si os preocupa la altura para las cabezas, olvidadlo: es buena pese a su menor altura.
El aspecto y tacto de materiales es moderno y de buena calidad. Es la gran baza de Volkswagen y no la puede descuidar. Todos los materiales están bien rematados y tienen un tacto agradable. Además, guantera y tapas de huecos repartidos por el habitáculo –ahora hablaremos de ellos- cierran con solidez y contundencia.
Sí, hemos encontrado numerosos huecos para dejar objetos, muchos de ellos con tapa. Desde uno escamoteado en el salpicadero hasta el clásico entre los asientos delanteros, pasando por un portabebidas en la consola central –con cierre por fuelle- o huecos en todas las puertas y en los laterales de los asientos traseros.
Un detalle muy importante del nuevo Volkswagen Tiguan es que ofrece, de serie en toda la gama, la posibilidad de regular los asientos traseros. Divididos en partes 60/40, la banqueta se desplaza longitudinalmente 10 centímetros y los respaldos se regulan en 3 posiciones. De esta manera, sin necesidad de plegarlos –cosa que también permiten- podemos ampliar la capacidad del maletero. Si no, podemos echarlos a tope para atrás y conseguir una de las mejores cotas longitudinales del segmento. En una posición normal, el espacio para las piernas es bueno, incluso si el conductor es alto. Sí, es una de las virtudes del nuevo Tiguan.
El maletero, perfectamente rematado y forrado, dispone de portón eléctrico en opción y de doble fondo. Bajo la tapa que queda a la vista, hay un hueco bastante amplio.
Motor: Utilizable entre 2.000 y 4.000 rpm
Como decíamos al principo, el nuevo Volkswagen Tiguan está disponible con varias opciones mecánicas. Aunque hay dos versiones por encima, esta de 150 CV puede ser considerada el punto medio, ya que la versión TDI de 240 CV estará reservada para bolsillos privilegiados.

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Podemos indicaros que, si buscáis prestaciones o realizáis viajes a plena carga y por carretera general, la opción del motor de 190 CV es más que recomendable. Y es que no hemos encontrado, en esta versión de 150 CV, un motor especialmente “vivo”.
El motor responde desde abajo y podemos circular en marchas largas a pocas revoluciones, una vez que el coche está lanzado. Pero hemos de superar, claramente, las 2.000 revoluciones por minuto para notar un verdadero empuje. Por otra parte, puede girar con cierta respuesta hasta superadas las 4.500 rpm, pero no merece mucho la pena hacerlo. Es por esto por lo que no nos gusta que, cuando le exigimos, el cambio se “empeñe” en apurar las revoluciones en lugar de pasar a la siguiente y aprovechar el par motor.
Con respecto a sus características técnicas, se trata de un motor de 4 cilindros y dos litros de cilindrada que, alimentado por inyección directa y sobrealimentado por un turbo de geometría variable, entrega una potencia de 150 CV entre 3.500 y 4.000 rpm; y un par máximo de 340 Nm entre 1.750 y 3.000 rpm.
Comportamiento: Punto fuerte

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También se nota “el salto exponencial” al que hacíamos referencia en el comportamiento del nuevo Volkswagen Tiguan. A sus mandos, sentimos que conducimos un coche muy bien hecho, las suspensiones tienen un compromiso muy bueno entre deportividad y confort, la dirección cuenta con una buena asistencia y circula entre curvas como el que da un paseo por el parque.
Viajar por autopistas y autovías es algo fácil para el Volkswagen Tiguan, porque el aislamiento del exterior le permite ofrecer un buen confort a sus ocupantes. A velocidades legales, apenas vibra ni encontramos ruidos aerodinámicos.
Queremos detenernos en el sistema de tracción. Nos ha gustado mucho su transición de potencia entre los trenes de rodaje. Una vez colocado el coche en la curva, podemos dar gas con total confianza, que el paso por ella es completamente neutro. El ESP se queda apagado y el Tiguan redondea la curva con una estabilidad ejemplar.
En un uso fuera del asfalto, y sin necesidad siquiera de modificar el modo de conducción, hemos puesto al coche en apuros y, con soltura, ha salido airoso. No estamos ante un todo terreno real, pero sí que la electrónica hace que el sistema de tracción funcione de maravilla.
Equipamiento: Muy bien desde el básico

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Desde el acabado básico “Edition”, el Tiguan ofrece todo lo mínimo exigible a un coche moderno y de su precio. Aire acondicionado, llantas de aleación, volante y pomo de cuero, ABS, ESP y control de tracción, anclajes Isofix para sistemas de retención de niños, airbags frontales, de rodilla para el conductor, laterales y de cortina –aunque sólo el 4×4 puede llevar laterales traseros y eso, en opción-, volante regulable y función Start&Stop para todos los motores, sistema de recuperación automática de la energía y recomendación de marcha, entre otros elementos, son de serie para todos los nuevos Volkswagen Tiguan.
Pero también descubrimos una serie de elementos que, desde la versión básica, son de serie en el SUV, y que merecen la pena ser reseñados. Además, y para suerte de todos, nos estamos refiriendo a sistemas funcionales y de seguridad. Por ejemplo, el nuevo Volkswagen Tiguan incorpora de serie luces automáticas o “display” multifunción con ordenador de a bordo.
Volkswagen ha trabajado especialmente para que el nuevo Tiguan sea un referente en cuanto a seguridad activa electrónica se refiere y, por eso, ha dotado a su nuevo SUV con una batería de ayudas a la conducción muy completa desde las versiones básicas. Así, encontramos asistente de mantenimiento en el carril, detector de peatones –y, por cierto, capó activo que se eleva 60 mm para reducir lesiones en caso de atropello-, “front assist” con frenada de emergencia automática en ciudad o control de crucero.
Pero sí hemos notado que el sistema de limpiaparabrisas automático funciona erráticamente. Y es una pena que un coche que te mantiene en el carril y frena solo no tenga un buen funcionamiento de un sistema que lleva 10 años implantado en el mercado. Otro elemento que nos sorprende que no funcione a la perfección es el acceso sin llave. Tanto es así que, nada más coger el coche, pensamos: “Ah, debe ser una versión intermedia del sistema que sólo abre sin llave, pero, para cerrar, hay que darle al mando”. Os podéis imagina que hay poco más que añadir.
Consumo: Peor DSG que manual

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Han trabajado a conciencia para, aunque haya aumentado de tamaño, reducir el peso del nuevo Volkswagen Tiguan. Con el motor 2.0 TDI, el cambio automático DSG y el sistema de tracción a las cuatro ruedas y dejando a un lado el posible peso del equipamiento opcional, nuestra unidad de pruebas homologa un peso de 1.673 kilos.
Esto hace que el motor tenga que esforzarse al máximo para girar a bajas vueltas y aquilatar los consumos. La caja de cambios, con las 7 marchas, por su parte, ayuda bastante.
Lo que hemos notado es que, circulando en modo ECO, hay que hundir –literalmente- el pie en el acelerador para hacer avanzar al Tiguan, ya sea desde parado o para ganar velocidad, y eso no hace aumentar el consumo, pero sí que “molesta” a la hora de ganar velocidad, porque hay que trabajar más.
Con todo, los consumos bajos no son su mejor carta de presentación. Nuestra versión homologa un consumo combinado de 5,7 litros -3 décimas superior a la versión con cambio manual- y, en un uso real a diario, el ordenador de a bordo ha “coqueteado” con los 7 litros de media casi constantemente. Y eso que, hemos de confesar, no hemos hecho mucha conducción urbana.
Nuestra valoración: 7,7
Diseño 9
Motor 5
Comportamiento 9
Interior 9
Equipamiento 10
Consumos 4
Destacable
- Comportamiento y sistema de tracción
- Equipamiento de serie
- Confort y amplitud
Mejorable
- Consumos
- Respuesta del motor
- Ciertos automatismos
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Comentarios
cierto, son 4,486 de largo. bien visto y disculpa el error. gracias! saludos!
4,87 m de largo? No creo