Prueba Peugeot 5008: ¿un SUV o un monovolumen?

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Carlos Pascual
12 de diciembre, 2017
Probamos a fondo el nuevo Peugeot 5008, un monovolumen que ha mutado para asemejarse más a los vehículos de moda, los SUV. Mantiene una configuración de siete asientos y una capacidad de carga envidiable. Lee nuestro análisis.
Estamos en la «era SUV». Las ventas de este tipo de vehículos no dejan de crecer y las marcas hacen los posible por tener presencia en todos los segmentos. Peugeot comenzó con el 2008, continuó con el imponente 3008 y, por último, llegó el 5008, el más familiar de todos. Ninguno de ellos cuenta con tracción a las cuatro ruedas y, en el caso del 5008, su forma y espacio interiores se parecen más a los de un monovolumen que a los de un SUV al uso.
El Peugeot 5008 hace uso de la plataforma modular del Grupo PSA con la que ya se fabrican los Peugeot 308 y 3008. Esta ha sido convenientemente alargada y puesta a punto para dejar mayor espacio para las piernas de los ocupantes, al tiempo que aumenta la capacidad de carga y permite la instalación de dos asientos bajo el fondo del maletero, con los que logra las siete plazas.
Diseño: Aire de familia

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El Peugeot 5008 es el más familiar de la gama SUV de la firma del León. También se trata del único que puede equipar siete asientos. Desarrollado sobre la plataforma del Peugeot 308 y 3008, el 5008 se queda a medio camino entre un SUV y un monovolumen. Se ha alargado la plataforma para dar cabida a siete asientos y disponer de un espacio de carga mayor.
La imagen de la gama SUV de Peugeot fue definida por el 3008 en su lanzamiento y ha sido adoptada por el 5008. Ambos modelos comparten frontal y ópticas, a las que debe gran parte de su personalidad, algo que diferencia claramente al 5008 y 3008 del resto de competidores.
La imagen robusta del modelo se logra a través de diferentes elementos, como los pasos de rueda ensanchados y protegidos, o una calandra completamente vertical. Resulta a veces algo recargado, pero en conjunto funciona muy bien. Existen cromados a lo largo y ancho del modelo que refuerzan las lineas horizontales, dándole la apariencia de vehículo largo y ancho.
Esta imagen robusta se ve refrendada por el buen ajuste de todos los paneles de la carrocería. Entre ellos tenemos pequeñas separaciones y se nota que Peugeot ha puesto bastante esmero en que su construcción sea solida y correcta. Todas las puertas del 5008 abren con ángulos generosos que alcanzan,casi, los 90 grados. Esto es útil para entrar y salir con facilidad, además de para instalar sillitas Isofix o acomodar a nuestros mayores.
Interior: Sobrio y funcional

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El interior del Peugeot 5008 no es más que la adaptación del habitáculo del 3008 a las necesidades de las familias. Comparten salpicadero y sus elementos de diseño, como el i-Cockpit, en el que se sitúa la instrumentación ligeramente elevada y el volante un poco más abajo de lo habitual, para que la primera sea consultada por encima del segundo. Personalmente ni me gusta ni me deja de gustar; es una forma más de disponer los elementos de control del vehículo.
Esta es la segunda ocasión en la que Peugeot utiliza la nueva versión de este elemento, posicionando ahora una pantalla TFT en lugar de las esferas tradicionales con agujas. Esto tiene como ventaja su capacidad de personalización con diferentes elementos que nos muestran información como la navegación o el ordenador de a bordo. También es posible seleccionar una función «mínimo» que pone en negro toda la pantalla a excepción de los elementos indispensables, como la velocidad o los indicadores de las luces. Me parece muy práctica cuando se viaja de noche.
En el área central se posiciona una pantalla táctil desde la que se manejan casi todas las funciones, algo que puede ser incómodo, puesto que en marcha no es fácil atinar con el botón que queremos accionar. La información mostrada en ella es clara, pero cada cambio que deseemos realizar elimina la posibilidad de continuar con el navegador en ella.
Por debajo se sitúan diferentes botones físicos que realizan la función de «acceso directo» llevándonos directamente a la pantalla seleccionada. En la parte inferior del vehículo los ajustes y los materiales descienden en su calidad, dando paso a plásticos duros y ajustes menos cuidados.
Motor: Capaz y solvente

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La unidad probada equipaba una de las motorizaciones diésel más potentes, un BlueHDi de 2,0 litros y 150 CV de potencia que se asocia con una caja de cambios manual de seis relaciones. Este propulsor es más que capaz a la hora de mover con soltura el modelo francés. Es suave y mantiene un buen nivel de respuesta.
La caja de cambios es una de las grandes responsables en el buen funcionamiento del conjunto mecánico. Sus relaciones, bien escogidas, permiten que circulemos con soltura en cualquier situación. Además, la reserva de potencia presente con este motor nos permite afrontar repechos sin la necesidad de reducir para mantener la velocidad.
Quizá una de las pegas que se le pueden sacar a este motor es que, por debajo de 2.000 rpm, es algo perezoso. Y a la caja de cambios son sus recorridos en el mando, muy largos e imprecisos. Es necesario cierto periodo de adaptación para no dudar a la hora de haber metido una marcha. Todo ello se debe al enfoque que Peugeot ha querido darle al modelo, en el que el confort prima sobre todas las cosas.
Comportamiento: Confort y más confort

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El Peugeot 5008 es un vehículo orientado a las familias, uno de esos coches que se olvidan de la deportividad y no transmiten nada, pero así debe ser. Estamos ante un vehículo en el que de lo único que debemos preocuparnos es del confort de sus ocupantes, la merienda de los niños y de mantenerlos dormidos durante todo el trayecto.
Este enfoque casa con dificultad con el acabado GT Line, que, además de su imagen exterior especifica, añade llantas de mayor diámetro. Esto, unido a una suspensión «blandita» que busca el máximo confort, desequilibra el conjunto. Una de sus mejores caras la muestra sobre superficies rotas o al pasar sobre «guardias dormidos», cuando el nivel de confort es elevadísimo ,aislando por completo a los ocupantes de lo que ocurre en el asfalto.
Esto determina el carácter del modelo de forma definitiva, entre otras cosas porque cuando avivamos el ritmo, aparece el subviraje de forma muy acusada.
Equipamiento: Completo y con todo lo necesario

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Entre los diferentes acabados disponibles para el Peugeot 5008, el GT Line destaca por su generosa dotación, su imagen exterior diferenciada y elementos únicos en su habitáculo. Entre los equipamientos más destacables están los asientos deportivos calefactados, el navegador o el control de crucero adaptativo. No será necesario añadir ningún equipamiento extra al modelo. Además, algunos elementos como los asientos deportivos son exclusivos del acabado GT Line. La unidad de pruebas equipaba la apertura gestual del maletero como único extra y nunca echamos de menos tener un equipamiento mayor.
El sistema de control de crucero adaptativo funciona correctamente, sin que salten falsas alertas, aunque sus mandos son algo confusos y requieren de cierto periodo de adaptación hasta que les cogemos el truco.
La pantalla del sistema multimedia tiene un buen tamaño, pero su resolución no es todo lo buena que debería. La imagen de las cámaras de marcha atrás no es nítida y no se distinguen bien los posibles obstáculos que tengamos alrededor del coche. He limpiado varias veces las cámaras y ése no era el problema.
Consumo: Ajustado y ahorrador

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El grupo PSA destaca por sus motores de prestaciones equilibradas y consumos contenidos. La unidad probada equipaba un propulsor de 2,0 litros y 150 CV de potencia máxima con el que es posible firmar consumos bajísimos (en torno a los 4,5 litros).
Donde mejores registros logra este Peugeot mitad monovolumen, mitad SUV son las carreteras en las que es posible circular a velocidades medias en torno a 90 km/h. La cifra llega a ser espectacular, con registros cercanos a los 4 litros de carburante cada 100 kilómetros recorridos.
Al circular por autopistas, las cifras obtenidas son peores, debido a la aerodinámica y el consecuente esfuerzo extra que debe realizar el modelo para mantener una velocidad mayor. Si viajamos con nuestro Peugeot 5008, necesitaremos 6,4 litros de carburante para recorrer 100 kilómetros.
En entornos urbanos el Peugeot 5008 necesita algo más de combustible, llegando a cifras de 7 litros para recorrer 100 kilómetros, una cifra muy buena si tenemos en cuenta las dimensiones y peso del modelo.
Nuestra valoración: 7,0
Diseño 6
Motor 9
Comportamiento 5
Interior 5
Equipamiento 8
Consumos 9
Destacable
- Confort de marcha
- Consumos
- Motor
Mejorable
- Acabado interior
- Palanca de cambios
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