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Prueba Ford Focus Titanium 1.0 Ecoboost 125 CV

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29 de marzo, 2016

Examinamos a fondo uno de los compactos con más éxito del mercado, el Ford Focus. Un chasis muy afinado, lo último en tecnología y un diseño muy atractivo son sus principales bazas. ¡Te lo contamos todo!

En esta ocasión, hemos tenido la oportunidad de ponernos a los mandos de la tercera generación del Ford Focus. Este modelo, lanzado al mercado en 2011, sufrió una actualización a mediados del pasado año en la que los cambios no se limitaron a un par de retoques estéticos.

La marca americana revisó a fondo su compacto con la intención de no descolgarse en la batalla por el segmento que más vende en España. La lista de rivales es muy amplia y la mayoría rayan a un gran nivel, por lo que la firma no ha querido dormirse en los laureles y ha conseguido, una vez más, un producto muy interesante.

El bloque 1.0 Ecoboost de 125 CV es uno de los propulsores que más ha dado que hablar en los últimos tiempos y, precisamente, es el que hemos escogido para esta prueba del Ford Focus. No hay pegas en cuanto a rendimiento, la mecánica convence por suavidad y agrado, pero los consumos no son los que promete, como veremos más adelante.

El acabado Titanium, sumado a la larguísima lista de extras con los que contaba la unidad de pruebas, da como resultado un coche en el que no echarás nada en falta, a la última en tecnología, y por un precio que ronda los 22.000 euros con descuentos incluidos.

Como hemos mencionado anteriormente, los rivales del Ford Focus son muy numerosos. El Seat León y el Volkswagen Golf dominan con claridad el segmento de los compactos. El Renault Mégane, que ha estrenado nueva generación, y el nuevo Opel Astra son los siguientes en la lista. Finalmente, a muy poca distancia, se encuentra el Peugeot 308. Veamos, punto por punto, qué nos ofrece este Ford Focus para plantar cara a sus competidores.

Diseño: Una actualización muy acertada

El color Azul Impact tiene un sobrecoste de 500 euros.

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La última actualización recibida le ha sentado de maravilla al Ford Focus, ya que cuenta con unas formas más estilizadas y una estética moderna y agresiva en la que, bajo mi punto de vista, no cabe un pero.

La parte más llamativa la encontramos en el frontal. La nueva parrilla trapezoidal, que recuerda a la de los Aston Martin, sigue la estela marcada por el nuevo Ford Mondeo y le otorga  una presencia más baja y ancha al morro del vehículo. Además, le proporciona personalidad y lo hace reconocible a kilómetros de distancia.

La vista lateral es muy dinámica gracias a la caída del techo, a unas lunas posteriores muy estrechas y al perfil cromado que enmarca el conjunto. Además, las llantas opcionales de 17 pulgadas (500 euros) cuentan con un diseño de 5 radios dobles que es todo un acierto. En la parte posterior del vehículo, Ford ha optado por unas ópticas muy estrechas con el nuevo diseño. A nivel estético, resultan más agraciadas que las del modelo precedente; sin embargo, al ser tan pequeñas merman visibilidad al Focus frente al resto de vehículos.

En definitiva, el Ford Focus de la prueba cuenta con un diseño muy atractivo y acertado visto desde cualquier ángulo. Además, la marca se ha esmerado en los pequeños detalles, algo que podemos observar, por ejemplo, en lo bien disimulado que está el radar en la parte inferior del parachoques.

Interior: Calidad correcta, espacio justo

La consola tiene un diseño demasiado voluminoso.

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El restyling del Ford Focus también se ha dejado notar en el interior. El salpicadero y consola central han mantenido sus formas, pero la configuración ha variado por completo para integrar el nuevo sistema multimedia, que se maneja a través de una pantalla táctil de 8 pulgadas. Precisamente, uno de los aspectos más negativos del modelo precedente era la profusión de botones para manejar las distintas funciones que ofrecía el vehículo. La inclusión de la pantalla táctil ha permitido simplificar de manera notable el manejo de los dispositivos y eliminar la engorrosa botonería que encontrábamos en la consola central.

En cuanto a la calidad de los materiales y ajustes, no existe reproche alguno. Abundan los plásticos duros, pero Ford se ha esmerado en mejorar la sensación de calidad percibida y eso lo notamos, por ejemplo, en el tacto de las ruletas que manejan la climatización o en los mandos satélites.

En cuanto a espacio, el Ford Focus se encuentra en la media del segmento. Las plazas delanteras son amplias y el puesto de conducción cuenta con el espacio suficiente y los ajustes necesarios para encontrarnos cómodos al volante. Además, los asientos son muy confortables, la sujeción lateral es notable y la tapicería de piel los dota de un aspecto premium  muy de agradecer. Asimismo, el sistema de calefactado para los respaldos funciona de maravilla gracias a las tres regulaciones que ofrece y la inmediatez con la que se deja notar. En la segunda fila, dos pasajeros viajarán con comodidad, pero un tercero lo tendrá más difícil debido a la escasa anchura entre las puertas.

Por su parte, el maletero cubica 363 litros. La cifra es menor que la de muchos de sus rivales, pero, afortunadamente, las formas regulares con las que cuenta permiten un mejor aprovechamiento del espacio. Además, tiene cabida para una rueda de repuesto de tamaño normal. Con los asientos traseros abatidos, la capacidad de carga aumenta hasta los 1.148 litros.

Finalmente, el panel de instrumentos cuenta con un diseño agresivo que me resulta especialmente atractivo y, además, la información se muestra de forma muy clara.

Motor: Pequeño en tamaño, no en rendimiento


El motor Ecoboost de Ford destaca por la suavidad de su funcionamiento.

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Ford fue una de las marcas pioneras en el “downsizing”, es decir, reducir el cubicaje para lograr unas mejores cifras de consumo, pero manteniendo las prestaciones. ¿Cómo lograrlo? El pequeño motor de un litro y tres cilindros se vale de tres elementos para conseguirlo: un turbocompresor de baja inercia (reacciona más rápido cuando pisamos el acelerador), distribución variable (mejora la eficacia del motor en cualquier condición) e inyección directa de gasolina (optimiza la mezcla y asegura un consumo eficiente).

La mecánica tricilíndrica del Ford Focus entrega, en esta variante, 125 CV de potencia y desarrolla 170 Nm de par máximo. A pesar del pequeño tamaño del propulsor, éste mueve con sorprendente facilidad los 1.300 kilos que pesa el vehículo. Con el cuentarrevoluciones en la zona baja, el motor Ecoboost de Ford ofrece una buena respuesta, ya que desde las 1.400 rpm tenemos disponible todo su par, lo que ayuda a unas buenas recuperaciones sin tener que recurrir a la palanca del cambio. Sin embargo, es a partir de las 2.000 rpm donde la mecánica nos muestra su mejor cara y se siente más cómoda.

Si por algo destaca el Ford Focus Ecoboost de 125 CV, es por su nivel de refinamiento y suavidad. Además, el punto crítico de las motorizaciones de tres cilindros suele encontrarse en el nivel de ruido que se filtra al habitáculo, algo que no ocurre en el Focus, que es un ejemplo de silencio. La insonorización es muy buena y las vibraciones, prácticamente, imperceptibles.

Por su parte, la caja de cambios de seis velocidades cuenta con un accionamiento preciso. Asimismo,  la transmisión busca obtener la mayor eficiencia de combustible posible con unos desarrollos largos y unas relaciones un tanto abiertas.

En definitiva, el motor destaca por su suavidad, su silencio y por un rendimiento más que suficiente que permite un nivel de aceleración y empuje satisfactorio.

Comportamiento: Confort y eficacia a partes  iguales

El Ford Focus es un coche cómodo y ágil.

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El Ford Focus no decepciona un ápice en este apartado, ya que es un coche muy cómodo y que responde bien en cualquier terreno. En autovía o autopista, la calidad de rodadura que transmite es notable gracias a la perfecta insonorización del habitáculo y lo bien que filtra las irregularidades del asfalto.

En una carretera revirada, el Ford Focus saca a relucir las excelentes cualidades dinámicas que posee. Circulando con alegría y a un ritmo vivo, el compacto del óvalo se muestra extraordinariamente ágil y, tras enlazar sin pega una curva tras otra, la confianza del conductor va aumentando según pasan los kilómetros.

Gran parte de nuestras buenas sensaciones al volante del Focus recaen sobre la suspensión. Los ingenieros han logrado el compromiso perfecto entre confort y eficacia, ya que sujeta perfectamente al vehículo y no deja que la carrocería se incline en exceso, pero sin restar por ello confort de marcha. Todas las variantes del compacto americano disponen de una suspensión multibrazo y, en el caso de la unidad de pruebas, los neumáticos contaban con unas medidas de 215/50 R17. Por su parte, la dirección cuenta con un tacto muy suave y un buen radio de giro que nos permite maniobrar sin esfuerzo en ciudad.

Otro apartado a destacar es el sistema de alumbrado. La unidad de pruebas contaba con faros bi-xenón e iluminación adaptativa. Tuve la oportunidad de probar la eficacia de estas ópticas circulando de noche por una carretera de curvas y sin iluminación de ningún tipo. El intenso haz de luz, unido a la mayor visibilidad que proporciona del interior de la curva, lo convierten en un extra muy recomendable, me atrevería a decir que imprescindible. Además, mitiga la fatiga del conductor cuando circula de noche, por lo que aumenta la seguridad.

En definitiva, el comportamiento dinámico del Ford Focus es, sencillamente, muy bueno. La estabilidad y aplomo son notables en el paso por curva y el confort de marcha resulta  más que correcto cuando circulamos por autopista o ciudad.

Equipamiento: El equipamiento de seguridad del Focus puede ser muy completo

Los faros bixenón con iluminación adaptativa son muy recomendables.

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El acabado Titanium de la unidad de pruebas se sitúa en la parte alta de la gama, por lo que nada de lo imprescindible se echará en falta. Entre el equipamiento de serie, podemos encontrar sensor de lluvia, sensor de luces, sensores de aparcamiento, lunas tintadas, climatizador bizona, Bluetooth, luces traseras LED, retrovisor interior antideslubramiento, ajuste lumbar del asiento…

Además, incluye la pantalla táctil multimedia de 8 pulgadas y un sistema de reconocimiento por voz que funciona bastante bien. Desde la pantalla, podemos controlar diversas funcionalidades, pero el tacto no me ha resultado del todo satisfactorio, ya que en ocasiones debía presionar con decisión para que respondiera.

El equipamiento de seguridad que puede incorporar el Ford Focus es muy notorio: avisador de objetos en ángulo muerto, alerta por cambio involuntario de carril (actúa sobre la dirección), alerta de tráfico cruzado cuando salimos marcha atrás, frenada automática de emergencia hasta 50 km/h, sistema de reconocimiento de señales de tráfico… Uno de los sistemas de ayuda a la conducción que ha llamado mi atención poderosamente, por su excelente funcionamiento, es el de aparcamiento automático. Detecta huecos tanto en batería como en línea y el conductor tan solo tiene que manejar los pedales. Además, realiza las maniobras con rapidez, no necesita un gran espacio y lo deja aparcado a la perfección.

Consumo: Las cifras reales de consumo están muy alejadas de las homologadas por la marca

En ciudad, el consumo de combustible del Focus se dispara.

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Ford homologa 5,7; 4,1 y 4,7 l/100 km de consumo urbano, extraurbano y medio respectivamente. Si los comparamos con las cifras reales, los datos ofrecidos por la marca son demasiado optimistas. Además, es muy sensible al uso, es decir, las cifras varían considerablemente según el tipo de conducción practicada.

Circulando a velocidad constante y siendo muy cuidadosos a la hora de pisar el acelerador, se pueden conseguir unos consumos ajustados. Sin embargo, las condiciones del tráfico nos impedirán, en muchas ocasiones, cumplir con esas dos premisas y darán al traste con nuestras eficientes medias de consumo.

Tras una semana al volante, el gasto medio de combustible se situó en 6,5 litros, un valor que no está mal, pero tampoco es sobresaliente. Asimismo, la cifra más alarmante y alejada del consumo homologado por la marca es la obtenida en circuito urbano, ya que nos será muy difícil bajar de los 8 litros.

En definitiva, el Ford Focus con motor Ecoboost no puede presumir de unas cifras reales de consumo mejores que las de la mayoría de sus rivales, está en  la media.

Rivales

Vehículo

FORD

PEUGEOT

VOLKSWAGEN

MAZDA

Precio
Combustible - - - -
Cambio - marchas - marchas - marchas - marchas
Potencia (CV) - - - -
Aceleración 0-100 km/h (s) - - - -
Consumo Medio (l/100 km) - - - -
Emisiones CO2 (g/km) - - - -

Nuestra valoración: 7,3

7

8

8

7

8

6

Destacable

  • Comportamiento
  • Faros bixenón adaptativos
  • Puesto de conducción

Mejorable

  • Capacidad del maletero
  • Consumo en ciudad
  • Espacio en las plazas traseras

Ver ficha técnica y equipamiento

Comentarios

  • Tito

    HOLA tengo una duda con el Ford C Max 1.0 125cv Titanium del año 2016 ¿lleva correa o cadena de distribución?

  • jcl

    gracias por la respuesta y aclaración, un saludo y seguir así.

  • jcl

    ahora les toca probar el Toyota auris 1.2 T y el nuevo astra de 125 cv también de gasolina para tener una buena comparativa….por cierto ¿ en ciudad no consumirá menos el 1.6 ti-vct de 125 cv y atmosférico que este turbado….? gracias y buena prueba.

    • Marcos Diego

      Hola jcl:

      El Opel Astra de 1,4 litros y 125 CV lo tendremos dentro de poco en la redacción. En cuanto al motor 1.6 TI-VCT, no he tenido oportunidad de medir sus consumos, pero al ser atmosférico es probable que gaste menos en ciudad que el Ecoboost de 125 CV, no así en carretera. Según las cifras oficiales de Ford, el 1.6 TI-VCT gasta 8,3 l/100 km en ciudad y el Ecoboost 5,7 litros, pero, como pongo en la prueba, ese dato está muy alejado de la realidad.

      Gracias por tu comentario. Un saludo.

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