Prueba del Toyota Rav4 híbrido de tracción total 2016

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Rubén Fidalgo
21 de agosto, 2016
Tras haber probado la versión con tracción al eje delantero, hoy le toca el turno a su hermano de cuatro ruedas motrices. Aunque desaparecen los problemas de motricidad al acelerar con brusquedad, está lejos de ser un verdadero 4x4, verás por qué.
Toyota ha sabido diferenciarse del resto. Primero lo hizo imponiendo una calidad en sus modelos que ha logrado convencer a medio planeta y, desde hace casi una década, apostando de manera firme por la tecnología híbrida. El Toyota Prius puso las pilas a la marca, y el Toyota RAV4 fue todo un precursor de una nueva categoría, así que era cuestión de tiempo un «cruce de razas» y que naciese el SUV híbrido de la marca nipona con la llegada del Toyota Rav4 híbrido.
Si hace pocas semanas el protagonista en la prueba era su hermano de 2 ruedas motrices, hoy le toca el turno al Toyota Rav4 2.5 Hybrid 4WD. ¿Merece la pena pagar los 3.000 euros de diferencia que hay para conseguir la tracción total?. Tras haber convivido una semana con cada uno de ellos, creo que sólo muy pocos usuarios sacarán verdadero partido de disponer de dos ruedas motrices adicionales.
Lo que no recomiendo es ninguna de estas versiones híbridas para aquellos que quieran un modelo con ciertas capacidades 4×4 para hacer excursiones camperas. Si de verdad te gusta «perderte» por alguna ruta fuera del asfalto, el Toyota Rav4 diésel es una alternativa mucho más eficaz, tanto por consumos como por su capacidad de salir adelante en zonas complicadas.
Si me preguntas qué es lo que más me ha gustado de este coche, tengo claro que su amplitud y su confort interior. Este Rav4 es uno de los modelos más cómodos para viajar de su categoría. Lo que menos me ha convencido es, precisamente, su tracción total, que aporta muy pocas ventajas frente al modelo de dos ruedas motrices y añade 3.000 euros a la factura. Tal vez la mayor ventaja sea su capacidad para poder arrastrar remolques con el doble de masa que su hermano de tracción delantera.
Diseño: Toyota Rav-4 HSD 4x4: sin diferencias

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Poco que añadir en este apartado respecto a la unidad probada hace unas semanas, aquella sólo con tracción delantera. Con idéntico color exterior, no hay nada que nos indique que estemos ante uno u otro modelo. Ni siquiera hay una inscripción que haga referencia a su sistema de tracción total (4WD, 4×4, AWD…). Sólo si nos tiramos al suelo, veremos que llegan unos cables naranjas al eje trasero y que en éste hay un diferencial con un motor eléctrico.
Sus dimensiones son proporcionadas y están bien aprovechadas. Gracias a ello, el Rav4 cuenta con un interior muy amplio y al que es muy cómodo acceder a través de sus grandes puertas, que, además, abren un buen ángulo.
El color blanco perla de la unidad de pruebas contrasta con las molduras en negro de los pasos de rueda y los faldones y le da un aspecto robusto y elegante a la vez. Tras el lavado de cara recibido hace algunos meses, el Toyota Rav4 ha ganado en atractivo, con unos nuevos faros delanteros y grupos ópticos traseros que proporcionan más visibilidad.
En el frontal se ha dado más protagonismo a las tres elipses que componen el logo de Toyota, con el característico contorno azul que diferencia a las versiones híbridas de las de mecánicas convencionales.
Las llantas en color grafito calzadas con neumáticos 235/55-18 rematan este acabado Executive y le dan un aspecto más cuidado a esta versión.
Interior: El lujo es su amplitud

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No hay diferencias en el interior de esta versión respecto a la de 2 ruedas motrices. Ni siquiera la típica tecla o ruleta selectora que nos permita elegir entre una u otra forma de tracción (2WD, Auto y Lock, como en la mayoría de SUV de tracción total).
Esto no es bueno ni es malo, simplemente son idénticos en lo positivo (que es mucho) y en lo negativo (que es cuestión de gustos, por la excesiva sobriedad de su diseño).
Una grata sorpresa es encontrarme con un maletero muy amplio y con un doble fondo lo bastante grande como para poder albergar una rueda de repuesto, aunque la unidad de pruebas no contaba con esta opción. No soy muy amigo de no disponer de un neumático de emergencia, sobre todo en un coche que puede circular fuera de rutas de «asistencia en carretera». No es la primera vez que me encuentro con un coche abandonado en medio del monte porque un simple pinchazo lo ha dejado inutilizado.
Es frecuente que las versiones de tracción total pierdan algo de capacidad de carga por el espacio que ocupa el diferencial trasero, pero no es así en esta ocasión. Si necesitamos más volumen, bastará con abatir los respaldos traseros (que dejan un suelo casi plano) y convertiremos el Rav4 en un pequeño furgón.
El habitáculo es muy amplio, tanto como para que tres adultos viajen con confort suficiente en las plazas traseras, que cuentan con respaldos regulables en inclinación. En las delanteras también tenemos buen espacio y unos asientos muy cómodos en los que los kilómetros irán cayendo sin fatiga para nuestra espalda.
La altura de la carrocería es correcta y resulta ideal para que un adulto entre y salga de él sin tener que agacharse ni subirse al Rav4.
Su diseño es muy sobrio y hay detalles poco prácticos como el hueco sobre al guantera. Ojo con dejar nada en él, porque, en la primera curva a izquierdas que tomemos, ese objeto saldrá disparado por la ventanilla si la tenemos abierta. Tampoco los mandos que están por delante de la palanca del selector del cambio automático quedan muy a mano ni a la vista, y eso que algunas de estas teclas las usaremos con cierta frecuencia, para elegir el modo de funcionamiento del coche (Eco, Sport o 100% eléctrico).
Motor: Toyota Rav-4 HSD 4x4: un viejo conocido

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Aquí es donde más cambios encontraremos entre este Rav4 y el probado hace unas semanas. Al motor 2.5 de gasolina adosado al transaxle con el motor y el generador eléctrico (con una potencia conjunta que roza los 200 CV) se suma ahora otro motor eléctrico más en el eje trasero.
La potencia total disponible es la misma que en el caso de su hermano 2WD, pero tenemos una gran ventaja adicional y está en la ficha de homologación. El 4WD es capaz de arrastrar un remolque de hasta 1.650 kg frente a los 800 kg que puede remolcar el modelo de tracción delantera.
La razón de esta ventaja está en que el remolque añade peso sobre el eje trasero y «aligera» el delantero, restándole motricidad. Si sólo contamos con las ruedas delanteras para «tirar del carro», ante la menor rampa nos quedaremos sin tracción, mientras que en esta versión disponemos de un par de bueyes extra.
No hay una unión mecánica entre el eje delantero y el trasero, sólo unos cables eléctricos que llevan la potencia desde las baterías y el generador hasta el motor eléctrico montado en la parte trasera como puedes ver en las imágenes de la galería.
En función de las condiciones de adherencia o de cómo pisemos el pedal del acelerador, el sistema de gestión del coche decide si envía energía a las ruedas traseras o no. En ningún caso tenemos nosotros la capacidad de decidir si queremos bloquear el reparto y dejarlo en 50% sobre cada eje ni nada similar.
Los únicos modos de funcionamiento que podremos elegir son:
- Normal: el sistema busca un compromiso entre eficiencia y prestaciones.
- Sport: en este modo, la gestión mantiene las baterías con bastante carga para poder mandar energía rápidamente al motor del eje trasero y mejorar las prestaciones. También el pedal del acelerador se vuelve más sensible y tenemos una mayor sensación de aceleración, a costa de un incremento del consumo.
- EV Mode: si seleccionamos esta función, nos moveremos sólo con la acción de los motores eléctricos, algo que no podremos hacer durante más de 5 km ni si superamos los 60 km/h, o si no hay energía suficiente acumulada en las baterías.
- Eco: en este modo se busca la máxima eficiencia energética. Para aumentar el ahorro de combustible, también se reduce la sensibilidad del pedal del acelerador, aunque, si lo pisamos a fondo, dispondremos de toda la potencia.
El selector del cambio dispone de una función aparentemente secuencial, pero en realidad lo que hace es aumentar el freno motor cuando levantamos el pie del acelerador, pero no funciona como una caja de cambios con 6 marchas como solemos pensar.
Comportamiento: Toyota Rav-4 HSD 4x4: fácil y cómodo

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En la prueba del Toyota Rav4 2WD, una de las cosas que criticaba era sus pérdidas de tracción debido a la brusquedad con la que el par llegaba a las ruedas delanteras. Este inconveniente desaparece en esta versión, que reparte la mayoría de ese par instantáneo que ofrecen los motores eléctricos entre 4 neumáticos en lugar de dos.
Que tenga mejor motricidad que el modelo 2WD no significa que su tracción sea un derroche de eficiencia. En carretera es difícil encontrar situaciones en las que poner en aprietos al Rav4 4WD (tambien al 2WD), pero, si decidimos salir fuera del asfalto, el sistema transaxle del eje delantero no proporciona demasiado par en estas ruedas, y la potencia del motor trasero tampoco es capaz de empujar con brío suficiente como para superar muchos obstáculos.
Si, por ejemplo, queremos subir las ruedas por encima de una piedra para evitar el riesgo de pasarla por los bajos del coche, lo más recomendable es apoyar la rueda en ella y, desde parado, subir lentamente. En esta situación, el Rav4 no avanza y tendremos que superar la piedra con algo de velocidad, lo cual no es muy recomendable para las suspensiones, además de que, si nos pasamos, podemos dar un golpe en el faldón.
Definitivamente no es un coche para aventurarse en la conducción off road. Lo suyo es la carretera.
En ciudad es una gozada moverse con la pasmosa facilidad con la que se pilota este coche. Las suspensiones son cómodas y podremos superar los pasos de cebra elevados y las bandas reductoras de velocidad con total seguridad y confort.
La postura elevada nos proporciona una buena visibilidad y dominaremos el tráfico desde una perspectiva privilegiada. El mayor inconveniente para movernos en la urbe con este Rav4 es su tamaño, especialmente su anchura, que no se lleva nada bien con las plazas de aparcamiento con estándares de Seat 600.
En carreteras principales y autovías, se mantiene esa extrema facilidad de uso. Sólo hay que preocuparse del volante y el freno. La dirección tiene un buen tacto y el Rav4 mantiene la compostura aunque afrontemos las curvas rápidas con alegría. El balanceo es notable, pero no perderemos adherencia ni habrá gestos raros al pasar por las juntas de dilatación o badenes.
Si nos movemos por carreteras secundarias, sí que encontraremos limitaciones. El elevado centro de gravedad hace que las curvas enlazadas se atraganten un poco. Claramente no le gusta ir de un lado a otro, aunque, si no le queda más remedio, tampoco nos pone muchas pegas.
La iluminación es buena en los viajes nocturnos y los sistemas de asistencia a la conducción integrados en el pack Toyota Safety Sense tienen un funcionamiento correcto que contribuyen a hacernos más seguros los viajes.
Los adelantamientos son suficientemente seguros, pero las aceleraciones son algo más pobres de lo que uno espera de un modelo que roza los 200 CV. El peculiar comportamiento de la caja de cambios tiene la culpa.
En el circuito de pruebas, la maniobra de esquiva evidencia que los tiempos de espera necesarios para que la carrocería y las masas se asienten en cada rueda son elevados. Afortunadamente el ESP mantiene las cosas en su sitio, por cierto, de manera muy progresiva.
La frenada de emergencia desde 100 km/h también es correcta, con unas distancias aceptables y bastante aguante a la temperatura.
En definitiva, el Rav4 4WD Hybrid enamora por lo fácil que es de conducir y el poco estrés que genera sentarse a sus mandos, especialmente en tráfico urbano.
Equipamiento: Toyota Rav-4 HSD 4x4: no falta nada

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En esta ocasión probamos la versión tope de gama, que cuenta con un equipamiento de serie en el que no echaremos nada en falta, aunque también hay que recordar que es un coche de 40.100 euros, una cifra respetable.
Aunque no es un coche económico, la verdad es que, si tenemos en cuenta todo lo que ofrece, su relación precio/producto es francamente buena. No hay muchos coches en el mercado que cuenten con asientos de cuero calefactados, llantas de 18 pulgadas en tono grafito, pintura metalizada, climatizador bi-zona, cámaras de visión 360º, navegador, sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas, tracción total, cambio automático, control de crucero adaptativo, alerta de colisión…
Tal vez su principal rival sea el Mitsubishi Outlander PHEV, que tiene la ventaja de contar con una autonomía en modo eléctrico de 50 km y unas mejores cualidades como todo terreno, aunque tampoco es que sea ésa su especialidad.
Consumo: Cifras optimistas

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Los consumos homologados del 4WD son de 5,1 l/100 km, sólo 0,1 l/100 km más que la versión de 2 ruedas motrices. La verdad es que me parecía muy optimista este dato, teniendo en cuenta el mayor peso de esta versión (algo más de 100 kg más de masa), pero la verdad es que los valores durante la prueba han sido muy similares en ambos modelos, lo que deja claro que en Toyota dominan por completo el programa que gestiona el consumo energético del coche y decide cuándo y cómo deben trabajar los motores eléctricos.
En ciudad, el consumo medido por el 4WD ha sido de 5,3 l/100 km frente a los 5,1 l/100 km del 2WD.
En carretera, con cruceros entre 80 y 100 km/h, el consumo que podemos leer en el ordenador es de 5,5 l/100 km, casi calcado al del modelo de dos ruedas motrices.
En autovía, con el control de crucero a 120 km/h, el valor de consumo se queda en 7,8 l/100 km, sólo 3 décimas más que en el caso del 2WD.
Con estos consumos y un depósito de gasolina de 56 litros, el Toyota Rav4 híbrido 4WD tiene una autonomía que supera con facilidad los 700 km.
El consumo no debe asustarnos a la hora de decidir entre el 2WD y el 4WD, sólo los 3.000 euros de diferencia de precio entre uno y otro harán que debamos valorar seriamente cuál nos conviene.
Rivales
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Vehículo | Toyota RAV-4 2.5 hybrid AWD Advance |
Toyota RAV-4 2.5 hybrid 2WD Executive |
Mitsubishi Outlander PHEV Kaiteki |
Seat Ateca 2.0TDI CR S&S Xcellence 4Drive 150 |
Precio | Desde 35.800 € |
Desde 40.499 € |
Desde 47.199 € |
Desde 34.529 € |
Combustible | Híbrido | Híbrido | Híbrido Enchufable | Diésel |
Cambio | 1 marchas | 1 marchas | 1 marchas | 6 marchas |
Potencia (CV) | 197 | 197 | 203 | 150 |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 8,3 | 8,3 | 11,0 | 9,0 |
Consumo Medio (l/100 km) | 5,0 | 5,0 | 1,9 | 5,1 |
Emisiones CO2 (g/km) | 117 | 116 | 44 | 134 |
Nuestra valoración: 6,7
Diseño 6
Motor 7
Comportamiento 7
Interior 7
Equipamiento 7
Consumo 6
Destacable
- Imagen de marca
- Facilidad de conducción
- Amplitud interior
Mejorable
- Cualidades todo terreno mejorables
- Consumos en carretera
- Interior sobrio
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