Prueba del Subaru Outback 2.0 Diésel Lineartronic 2015

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Rubén Fidalgo
30 de abril, 2015
Subaru es una marca fuera de lo común. Algunas de sus soluciones siguen siendo casi de su exclusividad, como el motor bóxer, pero otras de sus rarezas han sido copiadas por diferentes marcas, como el concepto del Outback, una berlina familiar de lo más versátil y con cualidades extraordinarias.
Cuando el 1999 se presentó como un «invento revolucionario» el primer Audi A6 Allroad- una berlina con dotes camperas- me imagino a los japoneses de Subaru con los ojos como platos sabiendo que ellos habían lanzado el primer Outback (con idéntico concepto) 6 años antes, en 1994. Desde aquel pionero hasta el de esta prueba del Subaru Outback 2.0 diésel 2015 han pasado 5 generaciones y más de 20 años.
Siempre que tengo la suerte de conducir un Subaru tengo la sensación de estar manejando una máquina diseñada por ingenieros y no por los responsables de marketing, algo que aunque pueda parecer lo más lógico, no suele ser así en el mundo del automóvil. El Outback de la prueba de hoy me reafirma en esta idea y me recuerda a ese amigo al que confiarías tu vida, pero que el día que os conocisteis no te imaginabas que iba a ser así.
La palabra Outback es empleada por los australianos para denominar a zonas que son algo así como lo que aquí llamamos oasis, zonas algo fértiles donde poder vivir, alejados de las ciudades y rodeados por terrenos inhóspitos. Así es este coche, un relicto de civilización allá donde vayas con él.
Gracias al bajo centro de gravedad que permite su motor bóxer, este Subaru puede abusar de sus rivales ofreciendo un nivel de estabilidad prácticamente de berlina pese a que su altura libre al suelo se aproxima a las de un verdadero 4×4. Reunir las cualidades de un vehículo familiar y de un todo terreno no es sencillo y Subaru lo ha bordado. Lástima que el cambio Lineartronic no esté a la altura de la excelencia del resto del coche (como analizaré en profundidad más adelante) pero, en mi opinión, el Subaru Outback es un producto excelente.
Como anécdota, realizando las fotos que puedes ver en la galería se acercó otro «subarista» con un impecable Impreza SW y sus palabras fueron contundentes: «he tenido muchos coches, y ahora no quiero volver a tener uno que no sea un Subaru, ¿me dejas ver el tuyo?» Mientras se lo enseñaba me quedó claro que era un gran aficionado al automóvil y que sabía de lo que hablaba. Por desgracia, esta marca es bastante desconocida en algunos mercados-el nuestro entre ellos- pero en zonas donde realmente hay afición y conocimiento sobre el automóvil, Subaru está entre los candidatos de los compradores.
Vídeo prueba del Subaru Outback Lineartronic diésel
Nuestra valoración: 6,7
Diseño 7
Motor 7
Comportamiento 7
Interior 6
Equipamiento 6
Consumos 7
Destacable
- Amplitud interior.
- Comportamiento dentro y fuera del asfalto.
- Ingeniería excelente.
Mejorable
- Detalles interiores.
- Cambio lineartronic.
- Pérdida de personalidad.
Diseño: Subaru Outback 2.0 Diésel Lineartronic 2015: menos personal

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Entiendo que lo mejor que le puede pasar a un fabricante es que su producto se venda «como rosquillas» y para ello tiene que gustar a la mayor variedad de gustos posible. Así han hecho con la nueva generación del Outback, un coche mucho más atractivo para la mayoría, aunque particularmente sigo encontrando que la generación presentada en 2003 es la más bonita.
Puede que no parezca que haya demasiados cambios respecto a la generación precedente, pero un buen amigo tiene uno y se ha molestado en reunirse conmigo para poder compararlos uno junto al otro. Así vistos, las diferencias son mucho más profundas de lo que pueda parecer. Prácticamente, lo único en que se asemejan es en la silueta de los cristales laterales; todo lo demás cambia, algo así como la célebre frase de Tomasi di Lampedusa: «Que todo cambie para que todo siga igual«.
Los faros delanteros me recuerdan demasiado a los de algunos modelos de Opel, incluso la forma de la luz de posición enmarcando el contorno del faro, lo mismo que las ópticas traseras. Eso, y el que hayan perdido las características ventanillas sin marco de los «Subaru de toda la vida» hace que me parezca que el nuevo modelo, pese a ser muy atractivo, resulte algo más convencional y con menos personalidad.
Lo que no admite crítica son los acabados y ajustes de las piezas de la carrocería, como los parachoques, molduras, etc. En ese sentido, sigue teniendo la calidad constructiva que siempre ha caracterizado a los modelos de Fuji Heavy Industries, que sigue prefiriendo los tornillos a las grapas para sujetar las piezas.
Además de un frontal y una trasera completamente diferentes, también varía la altura de la carrocería, algo mayor en el nuevo modelo, haciendo mucho más cómodo entrar y salir de él. En ese sentido, el nuevo Outback resulta un coche familiar realmente práctico.
Interior: Subaru Outback 2.0 Diésel Lineartronic 2015: espacio y confort

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El Outback sorprende por el enorme espacio que ofrece a sus pasajeros, tanto en las plazas delanteras como traseras, donde incluso la cota de anchura es generosa, algo que no es frecuente. El único «pero» que tendrá que padecer el de la plaza central es el inevitable túnel para la transmisión al eje trasero entorpeciéndole la posición de los pies.
De nuevo te encuentras en un coche que está muy bien hecho y de buena calidad, pero que no termina de entrar por los ojos, con un diseño muy austero en el que la única nota llamativa está en la nueva pantalla táctil del sistema multimedia y el display del ordenador de a bordo, claramente mejores que en la generación anterior.
En general, el Outback tiene un interior moderno y con buenos materiales, aunque personalmente me rechina un poco la moldura de plástico imitando aluminio con unos relieves que recuerdan a los de las pitilleras de plata de hace 60 años.
Las puertas son muy amplias y dejan un cómodo acceso al interior. Como, además, también es un coche alto, resulta muy accesible para las personas mayores y tampoco forzaremos tanto la espalda a la hora de coger en brazos a un crío.
Algo que no está nada bien resuelto es el cinturón de la plaza central trasera, que está anclado en la esquina del lado derecho y pasa rozando el cuello del pasajero de esa plaza. Un coche de este nivel debería tener el cinturón fijado de otra manera.
Entre los detalles prácticos está la posibilidad de regular los respaldos traseros en inclinación, la gran cantidad de huecos en los que dejar cosas y un maletero muy amplio cuyo fondo es completamente plano si abatimos los respaldos traseros, operación que no lleva más de un segundo.
La postura de conducción es muy cómoda y tenemos muy buena visibilidad en todas las direcciones, también por la noche, aunque (como la mayoría de los japoneses) las luces largas siguen siendo halógenas.
Los asientos son confortables, recogen bien el cuerpo y su dureza es perfecta para hacer kilómetros sin que aparezca la fatiga en el cuerpo.
En definitiva, el Outback destaca por un interior confortable, amplio, versátil y de buena calidad, pero, para tratarse de un coche de última hornada, resulta un poco anticuado. Hoy en día los rivales de su categoría llevan luces LED de cortesía en lugar de las de incandescencia con el cristal ahumado, más dignas de un coche de hace 10 años que de una última generación. Este tipo de detalles son los que hacen que, pese a ser un producto excelente, no termine de entrar por los ojos frente a sus rivales.
Motor: Subaru Outback 2.0 Diésel Lineartronic 2015: el diésel más suave

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Subaru ha fabricado ya más de 15 millones de motores bóxer, una rareza que caracteriza a la marca, que, junto con Porsche, es la única que insiste en esta configuración mecánica, que tiene muchas ventajas, pero un gran inconveniente: son muy caros de fabricar, motivo por el cual otros fabricantes han dejado de fabricarlos. Así lo han hecho VW, Alfa Romeo, Lancia, etc.
Hay motores diésel de 4 cilindros y 2 litros de cilindrada mas potentes en el mercado, pero ninguno alcanza la suavidad de funcionamiento de este bóxer de Subaru. Dentro no se nota ni la más leve vibración (ni siquiera en la fase de arranque en frío) y apenas suena una vez ha alcanzado la temperatura.
No entiendo muy bien por qué a los ingenieros japoneses les gusta tanto montar el intercooler del turbo sobre el motor, que es donde más calor se concentra, pero el caso es que es ahí donde lo monta el Outback. En la generación anterior, una joroba con una entrada de aire en el capó forzaba el flujo aerodinámico para aumentar el caudal de aire y refrigerar el intercooler. El problema era que hacía vibrar bastante el capó. En esta generación se elimina esa protuberancia y se canaliza el aire por unas toberas desde la rejilla delantera, como puedes ver en la galería fotográfica y en la vídeo prueba.
La caja de cambios de variador continuo Lineartronic se ha revisado profundamente. Cuenta con 7 relaciones de cambio preconfiguradas, si elegimos usarla en modo manual, y hay una función nueva, denominada «X-Mode«, en la cual mantiene una relación de cambio más corta para mejorar tanto el freno motor como la capacidad de subir rampas fuera del asfalto. Funciona por debajo de 30 km/h.
En la nueva gestión han buscado reducir al mínimo los consumos, lo que ha traído una consecuencia negativa en algunas situaciones. Cada vez que levantas el pie del acelerador, el cambio busca la relación más larga para bajar las revoluciones del motor al mínimo y así reducir el gasto de combustible. La teoría es buena y va de cine en autovía y llaneando, pero, cuando vas bajando un puerto, se acerca una curva cerrada y levantas el pie, el cambio te deja vendido sin apenas freno motor, lo que exige estar atentos y bajar marchas con las levas de manera anticipada para evitar sustos.
Lo mismo sucede a la hora de realizar un adelantamiento. Con 150 CV, tracción total permanente y un peso en orden de marcha de más de 1.600 kg, no podemos esperar unas aceleraciones fulgurantes, pero, si a eso encima le sumamos la lentitud de respuesta del cambio Lineartronic, apaga y vámonos. Es una lástima que Subaru siga sin ofrecer una caja de cambios automática a la altura de la excelencia del resto del coche.
Comportamiento: Subaru Outback 2.0 Diésel Lineartronic 2015: excelente dentro y fuera del asfalto

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Una vez más, un Subaru saca una nota muy buena en este apartado, aunque numéricamente no quede reflejado en nuestra tabla debido a la penalización del cambio Lineartronic, pero, en cuanto a estabilidad y seguridad activa, el Outback es imbatible en su categoría.
La suavidad del motor y la facilidad de uso del cambio automático hacen que circular por ciudad sea comodísimo, con el único inconveniente de encontrar un hueco donde aparcar los casi 5 metros de coche. Los neumáticos con mucho balón (225/65-17) son ideales para no dar bordillazos en las llantas ni notar en los empastes cada bache o tapa de alcantarilla.
En carretera, el Outback sigue destacando por su confort y la seguridad que transmite su excelente tracción total cuando el asfalto no está en las mejores condiciones. No se puede considerar un coche ágil por su peso y tamaño, pero, si avivamos el ritmo, tampoco protesta, incluso resulta divertido.
Si el viaje es por autovía o autopista, lo que más destaca es la total ausencia de ruidos y el confort de marcha. Sólo pararemos a echar combustible, porque por lo demás querremos seguir viajando.
Fuera del asfalto los neumáticos de perfil alto ayudan a ir muy tranquilo por las pistas y el coche tiene una capacidad de tracción sorprendente. Su altura libre al suelo es asombrosa, mayor incluso que en algunos 4×4, pero los ángulos de ataque y salida no son buenos por los enormes voladizos delantero y trasero. De no ser por ellos, el Outback podría dejar en ridículo a algún que otro «cuatrero».
Aunque es fácil entrar en cruce de puentes debido al trabajo de las estabilizadoras (no deja de ser un coche pensado para rodar a alta velocidad en carretera), el control de tracción funciona de maravilla y nos saca del apuro, basta con tener una rueda apoyada en el suelo.
En el circuito de pruebas es donde más sorprende este coche. Lograr que un modelo con esta altura libre al suelo sea capaz de superar la maniobra de esquiva con una seguridad tan grande y tan lejos del límite de vuelco sólo es posible en un Subaru. La razón está en el bajo centro de gravedad que logra su disposición mecánica.
Los frenos también están a la altura y detienen el coche en unas distancias correctas, aunque se fatigan bastante debido al escaso freno motor que provoca el cambio Lineartronic.
La prueba en vídeo del Subaru Outback 2015
Equipamiento: Subaru Outback 2.0 Diésel Lineartronic 2015: nuevos asistentes a la conducción

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Esta nueva generación del Outback ha dado un importante salto adelante en cuanto a equipamiento. Por fin contamos con un navegador moderno y una pantalla táctil de buen funcionamiento, con un sistema multimedia completo y fácil de manejar. Además, ahora están disponibles sistemas de asistencia a la conducción que ya empiezan a estandarizarse en esta categoría, como el control de crucero adaptativo, la alerta de cambio involuntario de carril o el sistema de frenado de emergencia. Subaru ha querido ir por su propio camino y, en lugar de una única cámara estereoscópica, equipa dos cámaras separadas para provocar la visión en 3D del sistema. La idea es buena pero no está bien conseguida y provoca algunos problemas debido a que las cámaras no están protegidas y se pueden tocar. Aunque hay pegatinas con iconos que nos advierten de que no lo hagamos, también las podremos salpicar cuando limpiemos el cristal por dentro con un spray. En el manual del coche se nos indica que deberemos tapar las cámaras con unos antifaces (ver galería) para evitarlo, pero ¿quién se lee el manual en este país?.
Otro inconveniente provocado por este montaje de las cámaras es que con lluvia o niebla (o si se empaña el cristal) el sistema no funciona correctamente y dejamos de tener disponibles el control de crucero adaptativo, el asistente de frenada y la alerta de cambio de carril. Otros fabricantes añaden un radar o un láser al asistente, de forma que no está tan limitado como éste de Subaru, que mejoraría bastante si simplemente las cámaras fuesen carenadas hasta el cristal para evitar que puedas tocarlas o mancharlas.
Otro detalle mal resuelto es que el control de crucero adaptativo emite un pitido cada vez que detecta que nos aproximamos a un coche y cuando éste deja de estar en nuestra trayectoria. Para el conductor puede resultar útil esta alerta, pero para el resto de pasajeros (especialmente los niños que quieres que vayan dormidos y no den la lata) es un incordio. La parte práctica es que, si estamos parados en una retención y el coche de delante avanza, el sistema también nos lo indica con un pitido, por si acaso el conductor que tenemos detrás no lo ha hecho todavía con un bocinazo.
Lo que me parece muy interesante es la relación precio/producto/equipamiento. La unidad de pruebas tiene un precio de tarifa de 39.000 euros. No es barato, pero por este precio no encuentras ningún otro coche en el mercado con la amplitud, el confort, la seguridad, tracción total permanente y la versatilidad de este modelo. Por poner un ejemplo, a la hora de añadir rivales en la lista, por tamaño y categoría lo lógico sería incluir al Audi A6 Allroad, pero su precio está a años luz del Outback, por lo que he tenido que incluir el A4 Allroad, claramente más pequeño y, aun así, más caro y peor equipado.
Consumo: Subaru Outback 2.0 Diésel Lineartronic 2015: bien para su peso y tracción

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Los consumos logrados por el Outback durante la prueba me parecen muy correctos si tenemos en cuenta su tamaño, peso y aerodinámica, además de la anchura de los neumáticos de 225 mm.
En ciudad, la media real ha sido de 8 l/100 km mientras la homologada es de 7,5 l/100 km. La ausencia de Start & Stop penaliza bastante este apartado, pero lo ganamos en fiabilidad.
Si circulamos por carretera a ritmos normales, la media del Outback ha sido de 5 l/100 km, menor incluso que la declarada por el fabricante (5,3 l/100 km), lo que demuestra que el motor es realmente eficiente.
En autopista, con el control de crucero a 120 km/h, el consumo medio sube hasta los 6,2 l/100 km, aquí la aerodinámica juega en contra. Con todo ello, resulta fácil cubrir casi 1.000 km de autonomía con sus 60 litros de combustible.
Rivales
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Vehículo | Subaru Outback 2.0TD Executive Plus CVT |
Volkswagen Passat Alltrack 2.0TDI BMT 4M DSG 170 |
Volvo XC60 D3 Momentum 150 |
Audi A4 Allroad Q. 2.0TDI 150 Advanced Ed. |
Precio | Desde 40.500 € |
Desde 41.130 € |
Desde 38.778 € |
Desde 41.136 € |
Combustible | Diésel | Diésel | Diésel | Diésel |
Cambio | 7 marchas | 6 marchas | 6 marchas | 6 marchas |
Potencia (CV) | 150 | 170 | 150 | 150 |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 9,9 | 8,9 | 10,0 | 9,7 |
Consumo Medio (l/100 km) | 6,1 | 5,9 | 4,5 | 5,8 |
Emisiones CO2 (g/km) | 159 | 155 | 117 | 152 |
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Comentarios
Enhorabuena por la prueba.Es la única que he encontrado de este vehículo que analiza una conducción «normal» del 99% de los conductores. Estoy pensando en comprar el 2.5 de gasolina ,que según el concesionario me tardaría 4 meses.Como estamos acabando el año y no me importa esperar algo mas,¿podría interesarme esperar a principios del 2017 para pedirlo por mejoras en acabado?. La versión 2017 para Estados Unidos trae varios extras que ayudan mucho ,sobre todo en ciudad.
¿En comportamiento cambia mucho el diesel y el gasolina ?.He probado el diesel y si me gusto ,pero diesel no lo quiero.hago 15000 km al año,muchos en ciudad y no quiero repetir.saludos y gracias por todo
Hola Jose Maria, me alegro de que te guste la prueba. Empezando por el final, el mayor cambio más que por el combustible es por la sobrealimentación. El diésel es turbo y el gasolina no, por lo que tiene mucho menos par motor y su uso es menos agradable y con peores prestaciones a la hora de realizar un adelantamiento o viajar cargados. En cuanto a las mejoras destinadas al mercado USA, aquí no tienen por qué llegar, son mercados diferentes y las importadoras muchas veces no los equipan en todos los mercados, especialmente si no es una importadora de marca, como es el caso de Subaru, importado a España a través de Bergé. Un saludo y gracias por tu consulta.
Pasaba por aqui y decidi comentar un poco con mi propia experiencia. Llevo 5000 km con un outback 2,5 lineatronic gasolina y contento es poco, difícilmente un coche puede igualar la calidad confort y seguridad que aporta este.
Y mas que nada y por lo que me he animado a comentar es por lo del cambio. El cambio CVT no es que vaya bien va genial, es de lo mejor del coche, con levas fantástico, y ya si lo pones modo sport un tiro. Hacen un conjunto junto al Eyehigt que es lo mas proximo a la conducción autónoma.
Estas dudas, que se crean con ciertas opiniones, también las tenia yo y creo son gravemente injustificadas, lo que lleva a que la gente se decante por otro coche, seguro peor, o por uno con un anticuado y tercermundista cambio manual. Soy conductor experimentado por si dudas.
Saludos y gracias por tan interesante discusión.
Hola Antonio, lo que sucede con los cambios de tipo de variador continuo es que dan la sensación de ir «con el embrague pisado y patinando», pero realmente el coche va ganando velocidad con ganas. Otro problema es que los motores atmosféricos de gasolina tienen poco par y empujan poco en un coche que es pesado y con tracción total, efectivamnete han mejorado algo la cifra de par motor y ahora dan más sensación de empuje. UN saludo y gracias por tu comentario.
La verdad es que estoy enamorado de este coche, pero cada vez que leo sobre la trasmisión me entran dudas, que si sube de revoluciones «solo», que si es lento en adelantamientos, que si no retiene bajando, que si abusando del modo manual se produce desgaste y ahora resulta que da tirones. Ufff!! solo espero que en la última versión en gasolina (que es la que me gusta) se hayan mejorado el desempeño y la respuesta como creo haber leido.