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Prueba del Porsche Cayenne E-Hybrid: 462 CV con etiqueta Cero Emisiones

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28 de marzo, 2019

Con una enorme carga tecnológica, un interior amplio y confortable, unas prestaciones formidables y una buena respuesta dinámica, el Porsche Cayenne híbrido enchufable se sitúa como una de las mejores opciones de la categoría.

Pese al éxito que tuvieron en la primera y segunda generación del Porsche Cayenne, la marca alemana ha decidido no ofrecer variantes diésel en el nuevo Cayenne, una decisión que, en el contexto actual, con las ventas de coches diésel en caída libre en toda Europa, parece de lo más acertada. Este cambio de estrategia certifica, entre otras cosas, la apuesta de Porsche por la electrificación de su gama, con especial atención a los híbridos enchufables, un tipo de vehículos ideales en la transición hacia la movilidad 100% eléctrica que tendrá su primer exponente en la firma con el próximo Porsche Taycan.

Las restricciones a la circulación en las grandes ciudades (Madrid Central) y las etiquetas de clasificación de la DGT han generado cierta controversia en relación a los híbridos enchufables como el Porsche Cayenne de esta prueba. Son muchos los que critican que este tipo de vehículos, con potentes motores de gasolina, puedan obtener la etiqueta Cero Emisiones de la DGT y beneficiarse de todas las ventajas que ello conlleva.

En cierta medida, las críticas son razonables: con la batería descargada y valiéndose solo del motor de gasolina, este Porsche Cayenne E-Hybrid de más de dos toneladas de peso tiene unas emisiones superiores a las de cualquier pequeño coche de gasolina moderno. Siendo cierto, debemos aquí aludir a la responsabilidad de los usuarios, que, además, no me cabe duda que en la mayoría de los casos contarán con un enchufe en su casa, por lo que no les será difícil tener siempre la batería cargada para circular en modo 100% eléctrico y sin emisiones por la ciudad.

Ventajas del Porsche Cayenne híbrido enchufable

Bajo mi punto de vista, los híbridos enchufables son, a día de hoy, la mejor opción para quien quiera subirse al carro de los “coches ecológicos”. En el caso del Porche Cayenne E-Hybrid de la prueba, diría incluso que es la mejor opción de la gama en general, que, recordemos, se compone, además de la versión híbrida, del Cayenne, Cayenne S y Cayenne Turbo. Tenemos unas prestaciones formidables (superiores a las del Cayenne y Cayenne S), un comportamiento dinámico muy similar y, a diferencia de los gasolina, un confort de marcha excepcional cuando circulamos en modo eléctrico por la ciudad. La única pega sería la pérdida de capacidad en el maletero debido a la ubicación de las baterías, siendo en cualquier caso generoso con 645 litros de cubicaje.

En la lista de ventajas del Porsche Cayenne E-Hybrid, hay que añadir dos muy importantes: precio y beneficios de la etiqueta Cero Emisiones. El componente tecnológico extra del sistema híbrido no supone un desembolso extraordinario de dinero respecto a las variantes de gasolina. De hecho, el Cayenne E-Hybrid se sitúa entre la versión de acceso y el Cayenne S. En cuanto a la clasificación Cero Emisiones, esta nos permitirá circular por carriles de alta ocupación, aparcar gratis en zonas de estacionamiento regulado, circular sin restricciones por el centro de la ciudad… En definitiva, entiendo que un Porsche 911 deba ser sí o sí de gasolina, pero, en el caso del Cayenne, un coche con otro enfoque, yo, al menos, me decantaría por el híbrido.

Si quieres conocer la autonomía 100% eléctrica del Porsche Cayenne E-Hybrid, las prestaciones que ofrece, su respuesta dinámica y otra serie de detalles, sigue leyendo esta prueba.

Diseño: El verde como seña de identidad

La unidad de pruebas del Porsche Cayenne montaba unas llantas de aleación de 21 pulgadas.

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El Porsche Cayenne híbrido enchufable es exactamente igual que las versiones de gasolina y solo lo distinguiremos por el color verde ácido que bordea los logotipos E-Hybrid presentes en las aletas delanteras y el portón trasero. Este verde tan llamativo, y exclusivo para las versiones híbridas, recubre también las pinzas de freno, aunque si al cliente le parecen demasiado llamativas, puede optar, sin coste adicional, por unas en negro.

Por lo demás, el Porsche Cayenne E-Hybrid mantiene su imponente aspecto, con una longitud de 4,92 metros de largo, casi dos metros de anchura y 1,70 m de alto. El diseño, como buen modelo alemán, es continuista respecto a la generación anterior, encontrando el cambio más significativo en la zaga, que opta por una atractiva tira lumínica para unir los pilotos.

En la parte frontal, destaca la esfera de generoso tamaño situada en el centro de la parrilla y que esconde el radar que utiliza, entre otros, el control de crucero adaptativo. No me gusta demasiado estéticamente y hubiera preferido que la disimularan de algún modo.

En cuanto a los faros, el Porsche Cayenne equipa de serie unos con tecnología led para todas sus funciones, pero, en el caso de la unidad de pruebas, contábamos con los opcionales led-matrix. Tienen un sobrecoste de aproximadamente 2.000 euros, y su funcionamiento, que ya describimos en la videoprueba del Porsche Panamera, es excelente.

Respecto a las llantas, el Cayenne híbrido monta de serie unas de 19 pulgadas, pero la unidad de pruebas contaba con unas de 21 pulgadas con neumáticos de medidas 285/40 en el eje delantero y de 315/35 en el eje trasero. El diseño era muy atractivo, pero si no te convencen, no hay problema, ya que el catálogo de llantas que ofrece la marca es muy extenso, con hasta 18 opciones, algunas de ellas de nada menos que 22 pulgadas.

Otro de los elementos de equipamiento extra que caracterizaban a la unidad de pruebas del Porsche Cayenne eran los detalles en negro brillantes para los tiradores de las puertas, las barras de techo, las carcasas de los retrovisores y las molduras de las ventanillas, que se escogen cada uno de ellos de forma individual.

En cuanto a calidad de acabados y calidad constructiva, no hay reproche posible. Los ajustes responden a lo que uno espera de un Porsche y la calidad de la pintura, que, por cierto, se denomina Azul Vizcaya, es sobresaliente.

Interior: Amplio, cómodo y lujoso

La calidad del interior del Porsche Cayenne está fuera de toda duda.

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El habitáculo del Porsche Cayenne E-Hybrid no decepciona, ofreciendo a los pasajeros unos materiales y ajustes de primera calidad. En este sentido, destaca el abundante recubrimiento en piel, que podemos encontrarlo incluso en la parte baja de las puertas, y, por supuesto, la tolerancia entre las distintas piezas que conforma el interior, que es mínima, quedando todo perfectamente enrasado. Lo único que desentona, al igual que ocurría en el Porsche Panamera, son las molduras en negro piano, un material que no es propio de un coche cuya precio de partida comienza en casi 100.000 euros. En cualquier caso, podemos acudir a las opciones de personalización que ofrece la marca y sustituirlo por un material más noble.

En cuanto a diseño, el interior del Porsche Cayenne E-Hybrid es idéntico al de sus hermanos de gasolina (solo se diferencia por la aguja en verde del panel de instrumentos) y prácticamente calcado al del Panamera. De aspecto sobrio y elegante, me ha gustado por la disposición de los mandos, que hace muy sencillo manejar las numerosas funciones con las que cuenta el vehículo, por el volante, que tiene un tacto exquisito, y por la pantalla del sistema multimedia, que ofrece una resolución y estructura de los menús realmente fantástica.

Pese a que la distribución de los mandos es buena, hay un inconveniente, bajo mi punto de vista, muy significativo. Las teclas de la consola central son en su mayoría táctiles, lo que obligará a que apartemos la vista de la carretera, si queremos acertar con el botón que buscamos. Además, la superficie, que trata de simular un cristal y resulta atractiva a la vista, atrae demasiado el polvo y las huellas se quedan marcadas.

Otra de las cosas que no nos ha gustado del interior del Porsche Cayenne híbrido es la escasez de huecos para dejar las cosas que llevamos encima habitualmente. Los que hay en las puertas son muy amplios, pero la capacidad de los que tenemos en la consola central es más bien escasa, siendo un buen ejemplo el que se esconde bajo el reposabrazos que, por cierto, es también una superficie de recarga inalámbrica para móviles.

Como manda la tradición en Porsche, el panel de instrumentos está protagonizado por un enorme cuentavueltas analógico y en posición central. De esta forma, no podemos contar con un panel totalmente digital, algo muy de moda últimamente. Sin embargo, yo no lo echo de menos. El diseño de Porsche es atractivo visualmente y también claro a la hora de mostrar la información. Además, la esfera central está flanqueada por dos pantallas de generoso tamaño en las que podemos consultar de forma muy sencilla, gracias a los mandos del volante, abundante información incluyendo el mapa del navegador.

Si por algo destaca el Cayenne, es por ser el modelo más versátil de Porsche. Las plazas traseras son amplias y hay espacio más que suficiente tanto para las piernas como para la cabeza. Además, cuentan con desplazamiento longitudinal y regulación de inclinación de los respaldos. La plaza central, como es habitual, no es tan cómoda, entre otras cosas, porque la banqueta es más corta, el respaldo más duro y el túnel central muy ancho, lo que no permite colocar los pies cómodamente. Como puedes ver en la galería de fotos, hay un hueco justo por debajo de las salidas de aireación donde, en caso de equiparlo, contaríamos con los mandos de control de la climatización y los asientos calefactados.

Debido a la ubicación de la batería bajo el piso, el maletero de Porsche Cayenne híbrido enchufable es más pequeño que de sus alternativa de gasolina, con una capacidad de 645 litros frente a los 770 litros del Cayenne y el Cayenne S. En cualquier caso, es una buena cifra y, además, las formas son muy regulares y, por lo tanto, aprovechables. No contamos con rueda de repuesto, pero, claro, es que sería muy difícil cambiar nosotros mismos una rueda con llanta de 21 pulgadas.

Motor: Alto contenido tecnológico

El motor de gasolina del Cayenne híbrido es más potente que el del Panamera híbrido.

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El sistema de propulsión del Porsche Cayenne E-Hybrid se compone de dos motores, uno de gasolina y otro eléctrico, que pueden actuar de forma conjunta o por separado. El motor de gasolina, que es el mismo que monta el Porsche Cayenne de acceso, es un V6 de tres litros de cilindrada que desarrolla 340 CV de potencia y entrega un par máximo de 450 Nm. El motor eléctrico, por su parte, desarrolla 136 CV y se alimenta de una batería de 14,1 kWh. La potencia conjunta del sistema es de 462 CV y 700 Nm de par, gracias a los cuales acelera de 0 a 100 km/h en 5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h.

Las prestaciones, como os podréis imaginar, son más que suficientes bajo cualquier circunstancia. Cuando las dos mecánicas actúan al unísono, el empuje es tremendo. También lo es cuando circulamos solo con el motor de gasolina porque hemos agotado la batería, si bien es cierto que se nota la diferencia entre circular o no con el apoyo que nos proporciona el motor eléctrico.

Las transiciones que efectúa el sistema, es decir, cuando pasa de mover el coche en modo 100% eléctrico a hacerlo también con el de combustión, son imperceptibles y solo las notaremos por el sonido de la mecánica de gasolina, que, por cierto, resulta agradable.

La encargada de transmitir la fuerza a las cuatro ruedas es una caja de cambios automática de tipo convertidor de par y con ocho relaciones. Su funcionamiento no admite reproche alguno: es rápida, suave y admite su manejo en modo secuencial a través de la propia palanca o con unas levas situadas en el volante. En modo manual, y con el modo de conducción Sport activado, es totalmente obediente, dejando al conductor el control total entre cambio de marchas y no interviniendo de forma automática cuando detecta que vamos a llegar al corte de inyección.

El Porsche Cayenne E-Hybrid ofrece cuatro modos de conducción: E-Power, Hybrid Auto, Sport y Sport+. Por defecto, y siempre que tengamos carga en la batería, el coche arranca con el modo E-Power y circularemos solo con el motor eléctrico hasta una velocidad máxima de 135 km/h.

En el modo Hybrid Auto, el sistema gestiona de forma automática la puesta en marcha de los motores y decide, según criterios de eficiencia, quien debe entregar la potencia: solo el eléctrico o el eléctrico y el de gasolina de forma combinada.

Con los modos de conducción Sport y Sport+, el motor de combustión está siempre encendido y el motor eléctrico deja a un lado la eficiencia para convertirse en un plus de potencia, apoyando al motor de gasolina y dando una repuesta más rápida a las demandas del acelerador. De hecho, el sistema procura tener siempre carga en la batería para poder ofrecer las máximas prestaciones. Además, el chasis se ajusta a su perfil más dinámico y el control de tracción se vuelve más permisivo.

Estos cuatro modos de conducción se manejan a través del mando giratorio que tenemos en el volante y que incluye una función adicional denominada Sport Response. Si apretamos el botón que la activa, el sistema prepara todos los componentes para ofrecer durante 20 segundos el máximo rendimiento.

Comportamiento: Marca de la casa

El Porsche Cayenne E-Hybrid es más ágil de lo que uno espera de un SUV.

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La tercera generación del Porsche Cayenne sigue siendo, a la espera de una prueba en profundidad del Audi Q8, la referencia del segmento en cuanto a comportamiento dinámico se refiere. Es cierto que no resulta tan extremadamente cómodo como, por ejemplo, un Range Rover, pero a cambio obtenemos una respuesta mucho más ágil. La verdad es que el equilibrio entre confort y eficacia está perfectamente logrado. Para conseguirlo, el Porsche Cayenne híbrido enchufable cuenta con todo un arsenal a su disposición: barras estabilizadoras activas, gestión activa de la suspensión con amortiguadores variables PASM, control vectorial del par, eje trasero direccional… Todo estos elementos consiguen camuflar de forma encomiable el hecho de que estamos conduciendo un vehículo de más de dos toneladas de peso y con una altura libre al suelo elevada.

En ciudad, resulta, a pesar de sus casi cinco metros de longitud, bastante maniobrable, ya que cuenta con un buen radio de giro. Además, la visibilidad es muy buena y solo los pilares delanteros, muy gruesos, nos molestarán, teniendo que poner especial cuidado en los cruces. Sin embargo, lo más destacable es el confort y suavidad de marcha que nos proporciona, sobre todo, el hecho de poder circular el modo 100% eléctrico, pero también el buen filtrado de la suspensión cuando nos enfrentamos a un paso elevado o un asfalto irregular o bacheado.

En vías rápidas, el Porsche Cayenne E-Hybrid es una delicia. La insonorización del habitáculo es sobresaliente y la seguridad que tenemos en el paso por curvas rápidas, muy alta. La verdad es que el coche transmite un aplomo, una estabilidad, muy gratificante. En carreteras secundarias, también puede presumir de una buena respuesta, con un comportamiento más ágil de lo que uno espera en un SUV. La dirección, que apenas cuenta con dos vueltas de volante entre topes, es rápida y precisa y el coche se muestra muy incisivo en las curvas, con apenas balanceos de la carrocería.

La única pega que podríamos ponerle en este apartado es la asimetría en las medidas de los neumáticos. Durante la prueba del Porsche Cayenne no llovió, pero por la experiencia que tenemos de otras pruebas, como la última que realizamos del BMW X5, calzar el coche unos neumáticos de mayor medida en el eje trasero no parece una buena idea. Con el asfalto seco, no hay problema, pero, cuando aparece la lluvia y tenemos un manto de agua por carretera, la mayor anchura de ruedas en el eje trasero, que soporta menos peso, hace que el temido aquaplannig aparezca de forma prematura.

El tacto del pedal del freno tampoco nos ha gustado demasiado. Como sucede en muchos híbridos, la resistencia del pedal no es uniforme a lo largo del todo del recorrido y, además, varía, debido a la función de regenerativa que tiene el sistema de frenos, en función de la carga de la batería. Resulta un poco incómodo porque no sabes con exactitud cómo pisar el pedal para frenar de forma adecuada a las circunstancias.

Equipamiento: Hasta el infinito y más allá

El mapa de navegación se puede visualizar en el panel de intrumentos.

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La lista de equipamiento del Porsche Cayenne E-Hybrid puede ser, a golpe de talonario, tan larga como lo desee el cliente.

Con un precio de partida que se sitúa en torno a los 93.000 euros, el equipamiento de serie incluye: llantas de aleación de 19 pulgadas, navegador y Apple CarPlay, asientos eléctricos con ocho posiciones, faros led, climatizador bizona, Bluethooth…. Además, la versión E-Hybrid cuenta de serie con el paquete Sport Chrono que, entre otras cosas, incluye un cronometro en la parte superior del salpicadero y el selector de modos de conducción en el volante. En fin, nada de lo imprescindible falta, pero resulta llamativo que elementos como la cámara de marcha atrás, el acceso y arranque sin llave o los cristales traseros tintados formen parte de la lista de opcionales. Se trata de elementos que incluyen de serie coches de un importe mucho menor.

En cuanto a sistemas de seguridad y asistencia a la conducción, el equipamiento de serie es bastante justo y tendremos tirar de cartera para contar con sistemas ya muy extendidos como alerta por cambio involuntario de carril, el control de crucero adaptativo o la alerta del vehículo en ángulo muerto. El Head Up Display, que es de proyección sobre el parabrisas y ofrece un funcionamiento excelente, también forma parte de la lista de extras.

Consumo: ¿Es realmente eficiente el Cayenne hibrido enchufable?

La toma de carga eléctrica se sitúa por encima de la rueda trasera.

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Para responder rápidamente a la pregunta que encabeza este apartado, diremos que sí. El consumo real del Porsche Cayenne E-Hybrid es, teniendo en cuenta el peso y prestaciones del vehículo, muy correcto, aunque se queda lejos, claro, de los 3,2 l/100 km que homologa la marca. Esta última cifra es, como sucede en todos los híbridos enchufables, un tanto inútil, ya que el consumo dependerá mucho del tipo de trayecto y del nivel de carga de la batería.

Si, por ejemplo, vamos a realizar un trayecto diario que no supere los 40 kilómetros, podríamos hacerlo en modo 100% eléctrico y, de esta manera, no gastar una sola gota de combustible. Si el trayecto es más largo, entraría ya en juego en motor de combustión. Pero, claro, de cuántos kilómetros estamos hablando. Si recorremos 100 kilómetros, aproximadamente un 40% del recorrido lo haríamos en modo 100% eléctrico. Si recorremos 500 kilómetros, ese porcentaje bajaría notablemente.

Yo voy a poner el siguiente ejemplo: viaje de ida y vuelta de unos 500 kilómetros y con una sola carga de la batería. El trayecto incluyó la salida y entrada a una gran ciudad, con su correspondiente atasco. Pues bien, en estas circunstancias, el ordenador de a bordo del Porsche Cayenne E-Hybrid marcó un consumo medio de 8,5 l/100 km.

En el modo de conducción Hybrid Auto, que es el que utilizaremos la mayor parte del tiempo, el sistema tiene tres lógicas de funcionamiento: Auto, E-Hold y E-Chargue. En la primera, el sistema se encarga de gestionar automáticamente el funcionamiento del sistema. Si seleccionamos el modo E-Hold, lo que hacemos es pedirle al coche que mantenga el nivel de carga de la batería, y si seleccionamos el modo E-Charge, el motor de combustión se encargará de cargar la batería. Este último modo es totalmente ineficiente desde el punto de vista energético, pero nos puede interesar para si, por ejemplo, no tenemos carga en la batería porque venimos de un viaje largo por carretera, conseguir la autonomía necesaria para entrar en la ciudad en modo 100% eléctrico.

Con carga en la batería, el Porsche Cayenne E-Hybrid se mueve con sorprendente soltura en modo eléctrico puro, llegando al alcanzar los 135 km/h. Es cierto que, ante una demanda repentina de aceleración, entrará en funcionamiento el motor de combustión. Para saber cuándo estamos llegando al límite y va a entrar en funcionamiento el motor de gasolina, Porsche ha instalado un pedal del acelerador háptico. En un punto determinado del recorrido, que varía en función de la carga de la batería y del terreno por el que circulemos, el pedal muestra más resistencia. Esa mayor resistencia es la que nos indica que si presionamos más, se pondrá en marcha el V6. Además, en el panel de instrumentos hay una barra divida en varias secciones que se van iluminando a medida que demandamos potencia. Cuando lleguemos a la última, dejaremos de funcionar en modo 100% eléctrico.

En cuanto a los tiempos de carga de la batería, estos varían en función del cargador y la toma. Con el cargador de 3,6 kW, que es el que viene de serie, y conectado a una toma de corriente de 230 voltios y 10 A, tardaremos cerca de 8 horas en tener la batería al 100%. El proceso de carga se puede controlar desde el teléfono móvil con la aplicación Porsche Connect, que nos permitirá también activar el sistema de climatización o abrir y cerrar el coche.

Rivales: Rivales del Porsche Cayenne E-Hybrid

Vehículo

Porsche Cayenne E-Hybrid Aut.

Land-rover Range Rover Sport 2.0 Si4 PHEV Autobiography Dynamic 404

Volvo XC90 T8 Twin R-Design Premium Edition AWD 390

Audi Q7 3.0TDI e-tron design quattro Tiptronic

Precio Desde
99.746 €
Desde
113.900 €
Desde
84.089 €
Desde
89.769 €
Combustible Híbrido Enchufable Híbrido Enchufable Híbrido Enchufable Híbrido
Cambio 8 marchas 8 marchas 8 marchas 8 marchas
Potencia (CV) 462 404 390 373
Aceleración 0-100 km/h (s) 5,0 6,7 5,6 6,2
Consumo Medio (l/100 km) 3,2 3,4 2,6 1,8
Emisiones CO2 (g/km) 74 72 59 48

Nuestra valoración: 7,7

Diseño 7

Motor 9

Comportamiento 8

Interior 7

Equipamiento 7

Consumos 8

Destacable

  • Prestaciones
  • Tecnología
  • Etiqueta Cero Emisiones

Mejorable

  • Molduras interiores en negro piano
  • Teclas táctiles de la consola
  • Pérdida de espacio en el maletero

Ver ficha técnica y equipamiento

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