Prueba del Mitsubishi Space Star 120 MPI Kaiketi

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Marcos Diego
11 de agosto, 2016
Examinamos a fondo el modelo más pequeño de la marca japonesa. En la prueba del Mitsubishi Space Star, analizamos si el restyling que recibió a principios de año ha servido para mejorar el producto.
La prueba del Mitsubishi Space Star me ha servido para reafirmar mi idea de que los vehículos que se encuadran dentro del segmento A, el de los coches urbanos, no tienen el reconocimiento ni el éxito que deberían en el mercado español.
Confieso que yo era uno de esos conductores que se preguntaba ¿para qué un coche así cuando por un poco más de dinero puedes acceder a un segmento superior? Sin embargo, el tiempo me ha dado la respuesta y, tras varias pruebas, cada día estoy más convencido de que este tipo de vehículos son una opción más que razonable por la practicidad, comodidad y agilidad que ofrecen para su uso diario en ciudad. Si a esto le sumamos un precio razonable y unos costes de mantenimiento reducidos, la decisión de decantarse por un urbanita se hace aún más fácil.
Conocido como Mirage en otros países, el Mitsubishi Space Star fue lanzado al mercado en 2014, pero a principios de año recibió un lavado de cara que le sirvió para mejorar su imagen exterior, así como ciertos detalles del acabado interior. Además, amplió su equipamiento y redujo su oferta mecánica a un solo motor, el de gasolina de 82 CV de potencia denominado 120 MPI por la marca de los tres diamantes.
Una de las principales bazas a favor del Mitsubishi Space Star es su dotación de serie, ya que, con el acabado Kaiketi, el más alto de la gama, la única opción disponible es la pintura metalizada. El navegador, la conexión Bluetooth o las llantas de aleación de 15 pulgadas son elementos por los que habitualmente, y más en este segmento, habrá que realizar un desembolso extra de dinero, pero que en el Space Star son de serie.
El precio de partida se sitúa en 10.550 euros para el acabado de acceso Motion y, en el caso de la unidad de pruebas, es de 11.550 euros. A este precio, habría que añadir los 300 euros que cuesta la pintura metalizada.
En definitiva, el Mitsubishi Space Star me parece una alternativa muy a tener en cuenta, ya que tiene una imagen atractiva, un interior amplio para sus dimensiones, un equipamiento muy completo y un precio ajustado a lo que ofrece.
Las alternativas al modelo japonés son muy variadas, ya que encontramos coches de “capricho” como el Fiat 500 o el Opel Adam y otros, más en la línea del Space Star, como el Skoda Citigo, el Hyundai i10 o el Kia Picanto.
Diseño: La actualización ha sido todo un acierto

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“Nunca segundas partes fueron buenas”, decía un personaje de El Quijote en el transcurso de una conversación con el famoso hidalgo y su escudero. Esta frase, muy popular y usada sobre todo en el mundo del cine, no se puede aplicar al lavado de cara experimentado por el Mitsubishi Space Star, sino más bien todo lo contrario. La actualización, presentada en el último Salón de Ginebra, ha sido todo un acierto y ha conseguido, bajo mi punto de vista, que el vehículo gane en personalidad y deje atrás la imagen algo insulsa del modelo precedente.
Los cambios más notables los encontramos en la parte frontal, que, pese a mantener las mismas ópticas, cuenta con un aspecto más agresivo gracias a la nueva parrilla y al rediseño del parachoques, que ahora incluye un embellecedor cromado que discurre de lado a lado y enmarca a los faros antiniebla. Además, las nuevas y marcadas nervaduras del capó le otorgan una mayor presencia. Por el camino, el Space Star ha perdido las luces diurnas de tecnología LED, que pasan a ser halógenas.
En la vista lateral, los cambios son menos notables y se limitan, prácticamente, al nuevo diseño de las llantas de aleación de 15 pulgadas, que, eso sí, mantienen las medidas del neumático, por lo que habrá que tener cuidado a la hora de aparcar debido al escaso perfil con el que cuentan. También se mantiene sin variación el diseño de las puertas, lo que significa que el acceso al vehículo seguirá siendo igual de bueno dado su generoso tamaño.
Por su parte, la zaga recibe cambios que, si bien son menos significativos que en la parte delantera, ayudan a mejorar la imagen del vehículo. Los modificaciones se circunscriben a un nuevo dibujo para las ópticas, que mantienen tamaño y formas, y a los trazos del parachoques. Además, conserva el atractivo alerón con tercera luz de freno integrada sobre la parte superior del portón.
Por lo demás, el nuevo Mitsubishi Space Star mantiene sus dimensiones compactas con 3,71 m de longitud, 1,6 de anchura y 1,51 de altura. Otra de las cosas que no cambiado en el Space Star es su poca capacidad de personalización, ya que se limita a cuatro colores para la carrocería.
Interior: Amplio y cómodo

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El habitáculo del Mitsubishi Space Star es muy espacioso para tratarse de un vehículo de 3,71 metros de longitud. Los ingenieros han sabido sacar el máximo provecho posible de cada uno de los 245 centímetros que separan cada eje y conseguir que el vehículo esté homologado para cinco pasajeros, algo de lo que no pueden presumir todos sus rivales.
En las plazas posteriores el espacio para las piernas es notable y dos pasajeros viajarán con total comodidad; no así un tercero, ya que la cota de anchura no es suficiente, algo que, por otra parte, es habitual en la categoría. Además de espacio para las personas, hay espacio para los objetos, ya que la capacidad de los distintos huecos es generosa. Contamos con una guantera de buen tamaño, una repisa sobre ella, bolsas en las puertas y, tras la palanca del cambio, dos posavasos, un espacio para la llave y otro para, por ejemplo, el móvil.
En cuanto al maletero, el Mitsubishi Space Star cubica 235 litros, lo que lo sitúa en la media del segmento. Las formas son regulares, aunque el escalón de carga es algo elevado. Además, se pueden abatir los respaldos de los asientos para aumentar la capacidad. Asimismo, bajo el piso del maletero, nos encontramos con una bandeja compartimentada en la que podemos dejar los objetos que no queremos que estén a la vista o que, simplemente, queremos que vayan más sujetos evitando que se desplacen por todo el maletero. Bajo el doble fondo se ubica el kit reparapinchazos.
El diseño del salpicadero es atractivo y la calidad de los materiales y los ajustes, correcta. En este sentido, el volante y la palanca del cambio forrados en piel, de serie desde el acabado base, ayudan a mejorar la calidad percibida. Además, la distribución de los mandos es la idónea para un manejo cómodo e intuitivo de las distintas funciones del vehículo. La consola central, presidida por la pantalla táctil de siete pulgadas del sistema multimedia, cuenta con un plástico negro brillante que resulta atractivo, pero que atrae con demasiada facilidad el polvo.
El panel de instrumentos, de diseño muy legible, ofrece abundante información, aunque el manejo del ordenador de a bordo es algo complicado, ya que se realiza a través de un botón situado en el propio cuadro.
Una de las novedades del restyling del Mitsubishi Space Star es la tapicería bitono, única disponible, en la que domina un color claro que combina con los paneles de las puertas delanteras. Da un toque de alegría al interior, pero no le vaticino una buena vejez, ya que está más expuesta a las manchas.
En definitiva, el interior del Mitsubishi Space Star es amplio, cómodo y cuenta con un diseño atractivo. La única pega es, al igual que sucedía en el exterior, la poca capacidad de personalización, algo que echo especialmente en falta para el tejido de la tapicería.
Motor: Rápido y silencioso

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Cuando se lanzó el Space Star en 2014, había dos mecánicas disponibles: un 1.0 de 71 CV y el 1.2 de 82 CV. Tras el restyling, la marca ha decidido reducir su oferta a un solo motor, el más potente, algo que resulta lógico, si tenemos en cuenta que la diferencia de precio era muy poca y la gran mayoría de los clientes optaban por la versión de 82 CV.
Así pues, la prueba del Mitsubishi Space Star se ha realizado con una mecánica de gasolina de 3 cilindros y 1,2 litros de cubicaje que desarrolla 82 CV de potencia y entrega un par máximo de 106 Nm a 4.000 rpm. La potencia es más que suficiente para mover con soltura los escasos 920 kilogramos que pesa el vehículo y resulta agradable de conducir por la rapidez con la que responde.
El motor es muy silencioso y solamente adolece de las vibraciones típicas de los tricilíndricos, aunque, al contar con el automatismo de arranque y parada, se mitiga el efecto. El problema es que a los que os guste desactivar este elemento, como es mi caso, percibireís esa vibración cuando, por ejemplo, os detengáis en un semáforo.
La caja de cambios de cinco velocidades cuenta con unos desarrollos muy largos (en segunda alcanza los 100 km/h) que favorecen el consumo, pero que nos obligan a reducir, si queremos acelerar con intensidad o recuperar de forma más contundente.
Comportamiento: Cómodo y fácil de conducir

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Pese a que el volante no cuenta con regulación en altura, la postura de conducción se alcanza con facilidad, pero es algo erguida o elevada debido a que los asientos están más altos de lo normal. Eso sí, la sujeción lateral es escasa.
En ciudad resulta un coche muy cómodo principalmente por dos factores: visibilidad y maniobrabilidad. La postura de conducción y la superficie acristalada nos permiten tener un control total de lo que sucede a nuestro alrededor. En cuanto a la maniobrabilidad, el Space Star cuenta con el mejor radio de giro del segmento, sólo superado por el Renault Twingo y el Smart Forfour que comparten plataforma y tienen colocado el motor en la parte trasera, lo que les da ventaja en este aspecto.
Por su parte, la dirección está muy asistida y facilita las maniobras de aparcamiento, pero cuenta con 3,5 vueltas de volante entre topes, algo a lo que hay que acostumbrarse. En cuanto a las suspensión, es algo seca y notaremos, sobre todo en el eje trasero, el paso por los badenes o baches.
Aunque el Mitsubishi Space Star es un vehículo de uso eminentemente urbano, también podemos realizar trayectos con total seguridad. Es cierto que la sensación de aplomo no es la mejor, pero en ningún caso constituye un problema. Eso sí, con un viento lateral fuerte, deberemos sujetar con firmeza la blanda dirección, si queremos mantener la trayectoria adecuada y evitar que el resto de pasajeros se mareen por los continuos toques al volante para corregir.
Por último, monta unos frenos de tambor en el eje trasero. El coche no frena mal, pero en pleno siglo XXI no estarían de más unos frenos de disco. Esto no es un problema exclusivo del Mitsubishi Space Star , ya que todos sus rivales optan por la misma solución.
Equipamiento: De lo mejor de la categoría

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Si de algo puede presumir el modelo japonés es de equipamiento. La unidad de pruebas del Mitsubishi Space Star contaba con el acabado tope de gama, denominado Kaiketi.
El equipamiento de serie es tan completo que los únicos extras disponibles son la pintura metalizada y tres accesorios de instalación posterior en el concesionario: cola de escape cromada, adhesivo decorativo para el pilar B y embellecedores para el umbral de puerta.
Entre los más destacados, encontramos las llantas de aleación de 15 pulgadas, los faros antiniebla, el climatizador, el sensor de lluvia y luces, los retrovisores exteriores calefactables y eléctricos, el sistema de asistencia de arranque en cuesta (HSA) y, sobre todo, el sistema multimedia con navegador incluido.
A través de una pantalla táctil de 6,5 pulgadas, podremos manejar de forma rápida e intuitiva todas las funciones de las que dispone, entre las que se incluye la conectividad con nuestros smartphones a través de Apple CarPlay y Google Android Auto. Además, el sistema de navegación está firmado por Tom Tom, lo que es toda una garantía.
Sin duda, la cantidad y calidad del equipamiento de serie del Mitsubishi Spae Star es una de sus principales bazas a favor.
Consumo: Poco gastón

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El motor 1.2 MPi de la unidad de pruebas del Mitsubishi Space Star homologa unas cifras difícilmente alcanzables en conducción real: 5,1 l/100 km en circuito urbano, 3,9 l/100 km en carretera y 4,3 l/100 km en ciclo mixto. Aun así, las cifras obtenidas durante la prueba me han parecido buenas.
En ciudad, el ordenador de a bordo marcó un consumo medio de 6,1 litros y, en vías interurbanas, el gasto de combustible se situó en torno a los 5 litros. Estos datos se consiguieron practicando una conducción más o menos eficiente, ya que, de circular de forma despreocupada, el consumo en circuito urbano subía rápidamente a los 7 litros.
Con un depósito de 35 litros, la autonomía del Mitsubishi Space Star ronda los 500 kilómetros.
Para ayudar a reducir el consumo, el Mitsubishi Space Star incorpora dos elementos: sistema Start & Stop, algo con lo que no cuentan muchas de sus alternativas, y un indicador en el panel de instrumentos que se ilumina en verde dependiendo de lo eficientes que estemos siendo en ese momento.
Rivales
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Vehículo | Mitsubishi Space Star 120 MPI Kaiteki |
Opel Karl 1.0 XE Selective |
Fiat 500 0.9 T TwinAir S Aut. 63kW |
Skoda Citigo 1.0 MPI Monte Carlo 55kW |
Precio | Desde 13.700 € |
Desde 11.355 € |
Desde 17.950 € |
Desde 13.690 € |
Combustible | Gasolina | Gasolina | Gasolina | Gasolina |
Cambio | 5 marchas | 5 marchas | 5 marchas | 5 marchas |
Potencia (CV) | 80 | 75 | 85 | 75 |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 11,7 | 13,9 | 11,0 | 13,2 |
Consumo Medio (l/100 km) | 4,3 | 4,5 | 3,8 | 4,6 |
Emisiones CO2 (g/km) | 100 | 104 | 90 | 101 |
Nuestra valoración: 7,5
Diseño 7
Motor 7
Comportamiento 7
Interior 8
Equipamiento 9
Consumos 7
Destacable
- Actualización estética
- Habitabilidad
- Equipamiento muy completo
Mejorable
- Tapicería clara
- Poca personalización
- Dirección
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