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Prueba del Cupra Ateca 2019: el SUV español de 300 CV

Prueba del Cupra Ateca DSG 2019, Rubén Fidalgo

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09 de mayo, 2019

Después de su presentación toca probar a fondo el Cupra Ateca, un modelo que no tiene rival en el mercado. Nadie ofrece este nivel de prestaciones en un SUV por este precio. Vamos a ver qué da de sí este bólido español.

Cupra acaba de nacer como marca y el Cupra Ateca es el primero de sus modelos sin arrastrar el nombre de Seat en su denominación, aunque nos lo encontramos en los faros y pilotos discretamente. Con el acento puesto en las prestaciones y el dinamismo, el Cupra Ateca se presenta como una alternativa casi única en el mercado, al menos en este rango de precio.

En esta prueba del Cupra Ateca nos ha quedado claro que te puedes equivocar al prejuzgar y que, aunque un SUV tiene una serie de condiciones en contra para cumplir bien en el apartado dinámico (conviene aclarar que el Cupra Ateca está más pegado al suelo que un Seat Ateca y tiene un centro de gravedad bastante más bajo), si se hace un buen trabajo de equilibrismo entre el tarado de los amortiguadores, muelles y medida de los neumáticos, se puede tener un coche excelente.

La conclusión tras una semana de convivencia con él es que este Cupra Ateca es un coche muy polivalente, capaz de sacarnos una sonrisa en un puerto de montaña, rodar a ritmo tranquilo con mucho más confort que cualquiera de sus rivales GTi y en el que el límite lo pone su escasa autonomía.

Cupra Ateca: sin rivales

Si buscamos coches de prestaciones similares a las de este Cupra en el mercado y por este precio, sólo nos tenemos que ir a algo tan diferente como un Ford Mustang con el motor de 4 cilindros turbo y una potencia parecida a la de este Ateca.

El problema es que cuando buscamos un SUV que tenga un rendimiento semejante a este Ateca hay que aflojar mucha más pasta o conformarse con menos potencia y apuntar nuestras miradas hacia modelos como el Tiguan o el Karoq, que ni se acercan a los 300 CV.

Disponer de un coche con este nivel de equipamiento, tracción total, cambio automático y una buena versatilidad, no quedan muchas más alternativas en el mercado que este Cupra Ateca, un verdadero SUV GTi.

Diseño: Jugando al despiste

El diseño del Cupra Ateca es atractivo.

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Para darle un aspecto claramente diferenciado del Seat Ateca del que deriva, en Cupra han cambiado todo el frontal salvo los faros, han añadido unos aletines más pronunciados, taloneras, un paragolpes trasero más prominente y que deja espacio a las llamativas 4 salidas de escape y, como no, los logos de Cupra que sustituyen a los de Seat.

La verdad es que es una pena que hayan puesto tanto empeño en ocultar por completo el nombre de Seat para dejar claro que Cupra es una marca diferente y uno se encuentre con el nombre de Seat relumbrando en los faros delanteros y en los pilotos traseros (ver galería de imágenes), un golpe de realidad. Por otro lado, tampoco entiendo que haya que ocultar el origen del coche, como si por tener un Seat uno no pudiera sentirse orgulloso de su coche.

En el frontal resulta muy llamativo el faldón delantero por sus enormes entradas de aire y por lucir la palabra CUPRA con letras blancas, un toque distintivo y muy sport.

Los faros «SEAT» son full led y tienen una buena iluminación tanto en carretera como en cruce. Lo que no me ha gustado mucho es el funcionamiento del asistente de luz de carretera. La verdad es que es un sistema que creo que no está bien evolucionado todavía ni en este ni en la mayoría de los coches que pruebo. Hay demasiadas situaciones en el tráfico real en las que la cámara no detecta bien el tráfico y en vez de pasar de largas a cruce nos quedamos deslumbrando a los demás, con el consiguiente riesgo.

En la vista lateral llaman la atención las llantas de 19 pulgadas de diseño muy llamativo (calzadas con neumáticos 245/40-19) y aspecto ligero. Gracias a ellas y al tamaño de los aletines y faldones, el Cupra Ateca parece claramente más bajo que un Seat Ateca normal, algo que no sólo es una ilusión óptica, ya que el Cupra Ateca tiene una suspensión recortada para bajar el centro de gravedad y reducir el balanceo en las curvas.

En la vista trasera la vista se nos clavará en dos detalles: que el logo de color cobre de Cupra está enmarcado en una pieza cuadrada con la misma silueta que la «S» de Seat (así se ahorran tener que cambiar el molde de la prensa de estampación del portón trasero) y las escandalosas salidas cuádruples de escape.

El nivel de acabado exterior es bueno y las puertas, portones y diferentes paños de carrocería ajustan correctamente, con un sonido contundente al cerrar las puertas y sin ruidos parásitos al rodar por zonas bacheadas.

Interior: Sin cambios

Los cambios en el interior están en el volante y en los asientos.

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Dentro se han esmerado menos que fuera en darle un toque más diferenciado al Cupra Ateca. Sólo los asientos y el volante varían respecto a cualquier Seat Ateca. Esto no es malo del todo porque el interior del Ateca está bien resuelto desde el punto de vista ergonómico y, además, muy bien aprovechado al ofrecer un buen nivel de amplitud para sus ocupantes en proporción al tamaño del coche.

Los asientos del Cupra Ateca son muy confortables y sujetan bien el cuerpo. Cuentan con las costuras a juego con las del volante en un color cobrizo como el empleado en el logo de Cupra. Además, las piezas de los costados del asiento tienen una textura que imita a la fibra de carbono, logrando un toque muy sport junto con la Alcantara de la parte central de los asientos.

La postura de conducción es muy buena y la instrumentación muy completa. Además de poder consultar casi cualquier dato en la capilla de instrumentos que es completamente digital y cuenta con varios modos de presentación, podemos ver en la pantalla táctil del sistema multimedia más datos como la presión del turbo, el par y la potencia demandada en tiempo real o las aceleraciones y deceleraciones.

El espacio en las plazas traseras es más que correcto y sólo la cota de anchura hará que 3 adultos vayan incómodos en ellas.

El maletero tiene también un volumen correcto y, sobre todo, unas formas muy utilizables y regulares, pudiéndose abatir fácilmente los respaldos traseros para ampliar el espacio de carga, aunque no dejan un suelo plano, como puedes ver en la galería de imágenes.

Es una lástima que no hayan aprovechado para hacer algo más diferenciado el interior, que es cómodo pero demasiado sobrio. Sólo la iluminación ambiental da un toque de color por la noche.

Motor: Su razón de ser

El motor de 300 CV mueve con mucha alegría este cuerpo.

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El corazón del Cupra Ateca es el conocido motor de 4 cilindros turbo que ya conocemos de otros modelos de altas prestaciones del grupo VAG, el mismo que monta, sin ir más lejos, el Seat León Cupra 300. Aquí viene con un poco de pimienta gracias al sistema de escape deportivo, que sube un poco el tono en los modos Sport y Cupra.

En este caso el formidable motor transmite la potencia a las 4 ruedas y no sólo a las delanteras como sucede en el León, para lo cual se cuenta con una caja de cambios DSG de 7 marchas y el sistema de tracción total de reparto variable en función de las necesidades.

Para redondear el plano técnico, el Cupra Ateca cuenta con el sistema DCC con amortiguadores de dureza variable que funcionan en combinación con el Drive Mode Select que modifica la respuesta de varios parámetros según nuestros deseos:

  • Comfort: pone el énfasis en el confort y el consumo. La caja de cambios busca la máxima suavidad y tiende a trabajar con los desarrollos más largos posibles. Además, la asistencia de la dirección es máxima, la amortiguación más blanda y el pedal del acelerador algo menos sensible.
  • Sport: busca algo más de dinamismo con una respuesta más viva de la caja de cambios, más sensibilidad en el gas, una dirección más rígida y un control de tracción y estabilidad más predispuesto a dejarnos cierta libertad.
  • Cupra: la caja de cambios en su modo más radical, la suspensión y la dirección más rígidas y los programas más dinámicos del control de tracción y estabilidad.
  • Offroad: básicamente actúa sobre el control de tracción con un reparto de par del 50% sobre cada eje de forma permanente para garantizar la máxima motricidad. Además, el cambio y el pedal del acelerador también se adaptan a una conducción sobre superficies más resbaladizas y se activa el control activo de la velocidad de descenso.
  • Snow: en este programa el coche se prepara para una mínima adherencia con un pedal del acelerador que exige más recorrido para acelerar, el cambio inicia la marcha en segunda y el sistema de reparto de par prácticamente se comporta como si se bloquease el diferencial central.

Desde hace ya algún tiempo, cada vez que pruebo un modelo del grupo VAG siento que sus cajas de cambio DSG no son ya tan rápidas como antes. No sé si lo hacen para garantizar una mayor fiabilidad, si es debido a que también el motor se ha suavizado en cuanto a respuesta para reducir las emisiones o a que ya estamos acostumbrados a ellos y no sorprenden tanto como antes, pero sí me ha resultado algo lento este cambio en este coche y es una de las cosas que menos me ha gustado en él, al menos en modo deportivo.

En el otro extremo está la suspensión. La mayoría de los GTi radicales que hay en el mercado pecan de unas suspensiones extremadamente duras que hacen que, además de incómodo, el coche pierda eficacia en cuanto el asfalto está mínimamente irregular. Aquí no es así y me ha dejado muy gratamente sorprendido lo bien que copia la superficie por la que rodamos, logrando una máxima adherencia, unas reacciones muy predecibles y, además, mucho más confort del que es esperable.

Lo más sorprendente es que todo esto se logra pese a que calzamos unos neumáticos de perfil ultra bajo en unas llantas enormes (245/40-19). Excelente trabajo en este apartado que se merece muchos elogios.

Comportamiento: Mejor de lo imaginado

El Cupra Ateca tiene un buen comportamiento dinámico.

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Aunque me gustó más en su día el Seat León Cupra ST, confieso que este Cupra Ateca me ha sorprendido muy gratamente y, más que su motor, lo que más me ha seducido es el comportamiento de sus suspensiones. De hecho, sus 300 CV no parecen tantos y las reacciones del coche se sienten tal vez demasiado filtradas. Aunque es cierto que, principalmente por motivos medioambientales, se han suavizado mucho las respuestas de casi todos los motores del mercado, la verdad es que es más una sensación que una realidad.

Con el crono en la mano es cuando te das cuenta de lo mucho que corre este aparato, pero el cuello no lo percibe así. Gran parte de la culpa la tiene la mencionada lenta respuesta de la caja de cambios.

En ciudad se agradece esa suavidad, sobre todo en las maniobras, el punto débil de los DSG y un aspecto en el que han mejorado mucho en las últimas generaciones. La facilidad de uso es máxima, el motor suena agradable dentro y gracias a gadgets como el asistente de aparcamiento es fácil maniobrar con él, aunque debemos tener en consideración el bajo perfil de los neumáticos para no estropear las llantas contra los bordillos.

La buena elección del tarado de la amortiguación hace que sea más cómodo de lo que uno se espera de un coche así al circular por las ciudades llenas de obstáculos, pasos de cebra elevados, bandas reductoras de velocidad, chapones tapando baches en las obras, tapas de alcantarillas, etc.

En autopista y autovía el problema que nos encontraremos es que es un coche que no transmite sensación de velocidad y a los máximos legales nos relajaremos demasiado a sus mandos. Su estabilidad en curva rápida es excelente, no hay ruidos aerodinámicos y las suspensiones absorben perfectamente las irregularidades como las juntas de dilatación del asfalto.

En carreteras secundarias es donde más se disfruta este coche. La respuesta al acelerador es contundente, la dirección precisa (apenas 2 vueltas de volante entre topes, suficientemente rápida y con un buen nivel de asistencia) y el chasis trabaja muy bien apoyado en unas suspensiones con buenas geometrías y un excelente equilibrio de todo el tren rodante, sin descompensación entre la dureza de los muelles y los amortiguadores o la medida de los neumáticos.

Donde más sorprende es en zonas con el asfalto muy rizado. Donde sus rivales GTi hacen aguas con unas suspensiones tan rígidas que pierden rueda a la mínima y uno va con el trasero apretado notando como el coche desliza sobre las crestas de esas imperfecciones del firme, el Cupra Ateca mantiene las ruedas perfectamente atadas al suelo.

Esto, además de tranquilizador, hace que frenemos mejor, que haya más motricidad y que el paso por curva sea más preciso. No sé por qué motivo los fabricantes tienden a hacer sus suspensiones demasiado duras, útiles sólo sobre el asfalto impoluto de un circuito, pero totalmente contraproducentes en carreteras reales.

Aunque el Ateca va con unos zapatos algo excesivos y muy atado, es bastante colaborador si se lo pedimos y nos ayuda a trabajar con el acelerador y el freno además de con el volante, siempre con unas reacciones muy progresivas, predecibles y nobles.

En el circuito de pruebas se corroboran estas sensaciones. Al límite es un coche muy fácil, el control de estabilidad está siempre dispuesto a enmendar nuestras meteduras de pata y no estorba demasiado.

La maniobra de esquiva es coser y cantar, sobre asfalto seco el control de estabilidad no tiene que corregir demasiados problemas y en todo momento la sensación es de total confianza.

La frenada de emergencia también deja unas buenas distancias de detención y sin desfallecer en exceso tras los sucesivos intentos.

En resumen, aunque no va tan bien como un León ST Cupra, el Cupra Ateca es uno de los mejores SUV con tacto deportivo que hay en el mercado y se puede disfrutar mucho de su conducción con un elevado nivel de seguridad y fácil para prácticamente cualquier conductor.

Equipamiento: Nadie ofrece esto

El equipamiento del Cupra es muy bueno para su precio.

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Con un precio oficial algo por encima de los 40.000 euros, nadie ofrece lo que este Cupra Ateca por esa suma. Su equipamiento es el de un tope de gama y tiene detalles como la cámara de marcha atrás con sistema de autolimpieza, un motor de 300 CV, tracción total, faros full led, un buen equipo multimedia con manos libres, Android Auto y Apple Car Play… prácticamente de todo.

En materia de seguridad activa y ADAS (asistentes avanzados a la conducción), el Ateca está a tope con elementos como el control de crucero adaptativo, el asistente automático de aparcamiento, asistente de luz de carretera, alerta de ángulo muerto, sistema de alerta de tráfico cruzado con frenado de emergencia, alerta de colisión… de todo. No me ha gustado demasiado el funcionamiento el asistente de mantenimiento en el carril, que da un golpe brusco de volante cuando detecta que nos acercamos demasiado a las líneas que delimitan nuestro carril. Con la carretera seca y buena adherencia no pasa de ser un zarandeo incómodo, pero cuando tiene esas reacciones sobre suelo mojado o una adherencia más limitada llega incluso a ser contraproducente.

En materia de conectividad y multimedia también va muy bien servido y cuenta con detalles como el sistema de carga por inducción para el teléfono móvil o el sistema de sonido firmado por Beats que ofrece una buena calidad de audio.

Si encabezábamos esta prueba diciendo que el Cupra no tenía muchos rivales por concepción, lo mismo puede decirse por su relación precio/equipamiento.

Consumo: Poca autonomía

Los consumos son correctos, pero la autonomía es algo escasa.

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Los consumos reales del Cupra Ateca son claramente superiores a los homologados y los 55 litros de capacidad del depósito apenas llegan para cubrir 500 km antes de que la luz de reserva nos prevenga de que apenas nos queda combustible.

La cifra oficial en ciudad es de 8,9 l/100 km cuando en realidad es más probable movernos en el entorno de los 10,5 l/100 km, y eso que ni el tráfico ni el clima han sido extremos durante la jornada de pruebas.

En carretera los 6,5 l/100 km oficiales son sólo obtenibles conduciendo muy concentrados en batir récords de consumo y con todo a favor. Si practicamos una conducción normal en tráfico real a velocidades entre 70 y 100 km/h la media registrada ha sido de 7,5 l/100 km.

Si subimos el ritmo hasta los 120 km/h reales en autopista y autovía, la aerodinámica del Ateca deja claro que no es ninguna maravilla y la media de consumo llega hasta los 9,8 l/100 km.

Son unos valores elevados, pero no tanto si tenemos en cuenta que tenemos un coche con unas ruedas bastante anchas, un motor de 300 CV y con tracción total.

Rivales: Rivales del Cupra Ateca 300 CV 2019

Vehículo

Cupra Cupra Ateca 2.0 TSI 300 DSG 4Drive

Skoda Kodiaq 2.0TDI RS 4x4 DSG 176kW

Mini Mini Countryman John Cooper Works ALL4 Aut.

Seat León ST 2.0 TSI S&S Cupra R 4Drive DSG 300

Precio Desde
46.840 €
Desde
53.150 €
Desde
40.703 €
Desde
53.494 €
Combustible Gasolina Diésel Gasolina Gasolina
Cambio 7 marchas 7 marchas 8 marchas 7 marchas
Potencia (CV) 300 240 231 300
Aceleración 0-100 km/h (s) 5,2 8,6 6,5 4,9
Consumo Medio (l/100 km) 7,4 6,4 6,9 7,1
Emisiones CO2 (g/km) 168 163 158 161

Nuestra valoración: 7,2

Diseño 7

Motor 8

Comportamiento 8

Interior 6

Equipamiento 8

Consumo 6

Destacable

  • Sin rivales
  • Relación precio/prestaciones
  • Versatilidad

Mejorable

  • Autonomía escasa
  • Interior sobrio
  • Reacciones del lane assist

Ver ficha técnica y equipamiento

Comentarios

  • David

    Os olvidais del Subaru Forester XT de 240cv…

    • Rubén Fidalgo

      Hola David, excelente rival, sin duda. Personalmente me encanta ese modelo, pero al igual que sus otros rivales citados, se queda muy descolgado en cuanto a potencia. Eso sí, el Subaru va mucho mejor fuera del asfalto, sobre el asfalto también va genial y su único punto débil frente a este Cupra está en su consumo, algo superior. Un saludo y muchas gracias por la aportación tan interesante de tu comentario.

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