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Prueba del BMW 320d 2016

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11 de marzo, 2016

La Serie 3 cumple 40 años y ha llegado el momento de analizar a su última generación en esta prueba del BMW 320d con el motor diésel de 190 CV. El avance tecnológico es casi tan llamativo como el que ha habido en su tamaño y peso, que prácticamente se ha duplicado.

El BMW Serie 3 de esta generación rinde homenaje a los 40 años de historia del modelo más importante (desde el punto de vista económico) de la marca bávara y en Autocasion.com hemos querido rendirle un pequeño tributo enfrentándolo al que dio origen a esta saga: el BMW 2002 tii.

El primer BMW Serie 3 (denominado E21) sólo estaba disponible con carrocería de 2 puertas (las versiones de 4 puertas llegarían con la generación E30), un concepto que nació con la saga de modelos **02, cuyos últimos dos dígitos hacían referencia al número de puertas y los dos primeros a la cilindrada. De este modo, teníamos los 1502, 1602, 1802 y 2002. Los ejemplares que puedes ver en la galería de fotos frente al último Serie 3 son ambos de 1971 (primera serie, con pilotos traseros redondos) y son las versiones más potentes con el motor 2 litros de 4 cilindros con la compleja (y delicada) inyección Kügelfischer que rendía ya 130 CV. Esta cifra y un peso de 1.100 kg hacen que, pese a los 190 CV del BMW 320d de la prueba de hoy (que se tienen que pelear con 1.500 kg de masa), se me hiciera difícil seguir la estela de sus abuelos en los primeros metros. Sin embargo, en cuanto ganamos algo de inercia, el turbo (otro concepto en el que BMW es pionera y que introdujo en el BMW 2002) y la aerodinámica del nuevo modelo imponen su ley y arrasan.

Como es lógico, el nuevo Serie 3 es el mejor de todos los tiempos; no podía ser de otra manera después de 40 años mejorando el modelo progresivamente. En mi opinión, el mayor paso adelante y el más evidente está en la calidad aparente que ofrece este modelo, especialmente en cuanto te sientas en él.

Vídeo prueba BMW 320d 2015

Diseño: BMW 320d: con más empaque

El diseño y las dimensiones han cambiado mucho en 40 años.

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La nueva línea de diseño inaugurada con el BMW Serie 5 (código F18) presentado en 2013 se ha ido extendiendo al resto de la gama de la marca alemana y se nota en esta última generación del Serie 3. El resultado es que esta versión parece un Serie 5 a escala, especialmente en la vista trasera, donde resulta difícil distinguir al hermano mayor del mediano.

La evolución del frontal está muy condicionada por la necesidad de mantener los característicos «riñones de BMW» y unos grupos ópticos que imitan los dobles faros redondos que llevan décadas identificando a la marca bávara. Esta generación del modelo rinde un curioso homenaje a los 40 años de historia del BMW Serie 3 y lo hace con un guiño (nunca mejor dicho, porque lo parece) al modelo que dio origen a esta saga: los BMW **02 (1502, 1602, 1802 y 2002). Desde que en 1975 se presentó el BMW Serie 3 E21 diseñado por Paul Bracq (el genio que creó obras como el Mercedes «Pagoda» o el impresionante concept BMW Turbo que inspiró al mítico BMW M1), los intermitentes delanteros pasaron a estar en el borde exterior del faro (salvo en los E30), y en el nuevo modelo vuelven a la posición del BMW 2002 que puedes ver en la galería fotográfica, con el indicador de dirección a modo de ceja sobre los faros.

La aerodinámica está muy cuidada en esta generación, con unas entradas en el faldón delantero que canalizan el aire y facilitan su salida por el paso de rueda delantera. De este modo se reduce la superficie frontal expuesta al viento y  los rebufos aerodinámicos que se producen en las ruedas.

En la vista lateral queda patente que la mecánica longitudinal va montada casi por detrás del eje delantero, lo que permite un voladizo muy corto, pero también retrasa mucho la posición del habitáculo. Las llantas de 18 pulgadas llenan los pasos de rueda y tienen un diseño atractivo, además de ser fáciles de limpiar, pero ojo con los bordillos, porque con tan poco perfil de neumático las rozaremos a la mínima.

Un detalle importante que han tenido en cuenta en este BMW es que las puertas abren en un ángulo de casi 90º, lo que deja un cómodo acceso al interior, especialmente en las plazas traseras, algo muy de agradecer.

La calidad de fabricación es buena y tanto los ajustes como el acabado de la pintura destacan en este sentido. Aunque su diseño es muy continuista (algo típico de BMW y de los alemanes en general), en esta edición han incorporado una serie de elementos que logran darle un aspecto más futurista y tecnológico. Los faros delanteros tienen una luz de marcha diurna muy llamativa (ver detalle en la galería fotográfica) casi como de cañón láser de película de ficción científica.

Ya que hablamos de los faros, la iluminación de esta unidad, con el sistema bi-led inteligente adaptativo es francamente buena, de los mejores LED que he podido probar, con mucha cantidad de luz y muy bien distribuida. Sin embargo, el sistema de cambio automático de largas a cortas tiene el mismo fallo de siempre: no detecta las luces de gálibo de los camiones que circulan de frente y deslumbramos a sus conductores, si no pasamos nosotros manualmente a cruce.

La tecnología LED también está presente en las ópticas traseras y proporciona una buena iluminación, además de hacer que el coche se reconozca rápidamente como un BMW desde lejos.

Contemplando al BMW 2002 y al último Serie 3 juntos, se ve claramente la evolución del diseño en casi medio siglo. No sólo han cambiado las formas, también las proporciones. El nuevo Serie 3 crece en todas las dimensiones, especialmente en anchura y altura, y también su peso. De los apenas 1.000 kg del 2002 pasamos a más de 1.500 en el modelo actual, un 50% más.

Puedes ver todos los detalles en la galería de fotos del BMW 320d.

Interior: BMW 320d: más amplio, pero no el más amplio

El interior del nuevo BMW 320d ha mejorado notablemente.

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Con la nueva Serie 3 se acabó el criticar la falta de espacio de las plazas traseras que hasta hace poco siempre ha penalizado a esta berlina. Incluso con una estatura de más de 1,80 m y con el asiento delantero retrasado, tengo espacio de sobra para las piernas. Sin embargo, lo que sigue invariable es la incomodidad que genera el abultado túnel de transmisión, que hace que el pasajero de la plaza central no tenga espacio para colocar los pies, haciendo incómodo el viaje a sus dos compañeros. Esto hace que este 320d sea una berlina muy cómoda para 4, pero en la que 5 son multitud.

La unidad de pruebas cuenta con un llamativo interior rematado en cuero de color rojo que al principio resulta algo chillón, pero al que rápidamente te acostumbras y del que acabas enamorándote. Gracias a esta nota de color, el sobrio diseño que caracteriza a los modelos bávaros acaba siendo espectacular, como el salto adelante que, por fin, han dado en calidad los materiales que uno toca en el BMW. Se acabaron los plásticos pintados imitando a aluminio; ahora las molduras de la consola central son de un material que no admite críticas, lo mismo que los acabados.

La postura de conducción es muy buena, con un volante de dimensiones perfectas y un diseño deportivo muy agradable en el que se integran a la perfección los mandos del control de crucero y del sistema de audio y manos libres.

Las plazas delanteras cuentan con reglaje eléctrico y resultan muy confortables para sus ocupantes.

La ergonomía y la disposición de los mandos tiene la lógica típica de los modelos alemanes, a la que es fácil acostumbrarse y, aunque el equipamiento es generoso, rápidamente te haces con su manejo.

El maletero tiene una buena capacidad, aunque no es de los mejores de la categoría. Sus formas son regulares y aprovechables, pero la pequeña portezuela limita mucho su utilidad, con un acceso pequeño. Esto también limita bastante la practicidad que puedan aportar los respaldos traseros abatibles: podremos meter bultos alargados, pero que no sean muy voluminosos.

El salpicadero tiene un diseño agradable y una instrumentación muy completa, aunque la presentación de ésta es algo sobria y con el ya anticuado color anaranjado de su iluminación, que fatiga bastante la vista por la noche y hace que las alertas de los distintos testigos luminosos pasen inadvertidos.

Esta unidad cuenta con head up display con una calidad de los gráficos y una información excelentes. En este aspecto, BMW es una de las marcas que más cuida este elemento en el mercado.

A la hora de tomar asiento en el 2002 de 1971, llaman la atencion dos cosas: lo confortables que son sus enormes butacones delanteros, con muelles en lugar de espuma para proporcionar el mullido necesario, y la cantidad de luz que entra por sus amplios ventanales. La visibilidad desde este interior es absoluta, con unos marcos de grosor mínimo.

Hasta la llegada del BMW E21 diseñado por Paul Bracq, los salpicaderos de BMW eran completamente rectos, como en este 2002. Precisamente fue el francés quien tuvo en cuenta que era recomendable orientar la consola central hacia el conductor para mejorar su acceso a los distintos mandos.

La calidad de los materiales que empleaba BMW hace medio siglo queda patente al ver cómo se conservan las dos unidades de BMW 2002 cedidas para esta prueba, francamente en buen estado.

Puedes ver todos los detalles en la galería de fotos del BMW 320d.

Motor: BMW 320d: dispendio tecnológico

El motor de 190 CV diésel es todo un alarde tecnológico.

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La mecánica de este BMW 320d está a la última en cuanto a tecnología. Aunque muchos se llevan las manos a la cabeza cuando oyen que los bávaros han sucumbido a la sobrealimentación, convendría recordarles que ya la empleaban en el BMW 2002 Turbo y en la primera generación del BMW 745i (que en realidad tenía un motor de 3,5 litros que, al multiplicarlo por el factor de corrección de competición que se aplicaba a los turbos de la época, pasaba a ser una especie de 4,5 litros, de ahí lo de 745i en lugar de 735i).

En el caso de este modelo, no tiene un turbo sino dos. Gracias a la tecnología Twin Turbo de BMW, se consigue una respuesta más inmediata al acelerador, con un turbo de poca inercia y tamaño, y también en la parte alta de revoluciones, con un turbo de mayores dimensiones. Este BMW 320d resulta muy agradable de conducir, pletórico de par en todo momento y con una caja de cambios automática de 8 relaciones de funcionamiento impecable y que cuenta con dispositivo de rueda libre.

El BMW 2002 Tii de la comparativa también estaba muy avanzado en cuanto a tecnología en su mecánica. El motor de 4 cilindros con 2 litros de cilindrada rendía 130 CV (10 CV más que el Ti sin inyección) gracias al buen rendimiento de su complicado sistema de inyección de combustible firmado por Kügelfischer. Este sistema era muy eficiente, pero también complejo, por lo que se ha ganado mala fama. Realmente sus dos enemigos son los mecánicos mal formados en su tecnología y los largos periodos de inactividad. Estos coches son como una mascota a la que hay que sacar de paseo con frecuencia para que se mantenga en forma, lo cual es algo positivo, porque realmente es un clásico muy agradable de utilizar con asiduidad.

Comportamiento: BMW 320d: como un buen BMW

El BMW 320d destaca por su compromiso entre dinamismo y confort.

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La marca bávara siempre ha despuntado en este apartado. Pese a que la práctica totalidad de sus rivales- y ella misma con la serie 2 Active Tourer, el X1 y la futura Serie 1- han sucumbido a las ventajas de la tracción delantera (facilidad de conducción, mejor aprovechamiento del espacio interior…) BMW insiste en el Serie 3 en conservar la propulsión trasera, con el motor delantero colocado casi por completo por detrás del eje y un reparto de pesos ideal del 50% sobre cada eje. Esta ventaja física y dinámica que supone el poder tener el mismo peso y adherencia en cada rueda se desvanece en cuanto montas las llantas opcionales con unos neumáticos 3 cm más anchos en el eje trasero que en el delantero. Con el suelo seco, esta desproporción hace que el eje trasero vaya mucho más atado y que el coche sea subvirador, pero lo peor llega cuando la carretera se cubre con una capa de agua. En estas condiciones, la unidad de pruebas lleva, literalmente, unos flotadores más grandes atrás, lo que hace que aparezca el horrible aquaplaning antes en este eje, una sensación nada agradable.

Con este motor de 190 CV no tiene ningún sentido calzar más el eje trasero que el delantero, salvo romper ese equilibrio de masas que ha supuesto un enorme esfuerzo a los ingenieros durante el proceso de desarrollo de este sensacional bastidor.

La dirección tiene un tacto muy bueno, es precisa, suficientemente rápida y su nivel de asistencia es el ideal, sin resultar incómoda en maniobras ni dar sensación de flotar a alta velocidad.

En ciudad el problema viene marcado por los ángulos muertos que provocan los marcos del parabrisas delantero y del pilar C. La suspensión es confortable y, pese al pequeño perfil de los neumáticos, no se le atragantan los pasos de cebra elevados ni los guardias tumbados.

En carretera destaca el aislamiento acústico y la suavidad de rodadura de este coche. Claramente está en primer nivel en este aspecto. Lo que más me ha gustado es que es una verdadera gozada viajar tranquilamente en brazos de este coche, envuelto por una suavidad deliciosa en todo, tanto en el tacto de los mandos como en lo que uno siente donde la espalda pierde su casto nombre y en los oídos, pero también consigue sacarte una sonrisa si apuras el ritmo en una zona virada, con un bastidor ágil pese al inconveniente de los neumáticos (con una medida más razonable, sería una maravilla).

En autopista la caja de 8 marchas y la calidad de los trenes rodantes son definitivos para que podamos viajar completamente aislados de todo lo que nos rodea, con una sensación de velocidad nula.

A la hora de examinarlo al límite en el circuito de pruebas, la nota más baja la obtienen los frenos, que se quedan algo justos para contener su pesada carrocería. La maniobra de esquiva la salva sin el menor contratiempo a 80 km/h y el control de estabilidad demuestra estar muy bien puesto a punto. Si desconectamos todos los controles y vemos cómo es realmente su cara, sin maquillajes, este 320d deja claro que es un coche con un bastidor muy bien puesto a punto, de reacciones seguras y buena agilidad.

El BMW 2002 Tii en su día fue un referente en comportamiento dinámico gracias a su potente mecánica y a unas suspensiones que, bien ajustadas en cuanto a caídas y convergencias, logran una estabilidad sorprendente, aunque la dirección ya era lenta para los estándares de su época y hoy en día parece la de un 4×4. Eso sí, aquí no hay un ángel de la guarda electrónico que venga a corregir nuestro errores; aquí, si te equivocas, lo pagas, pero, si sabes lo que haces, el 2002 te saca una sonrisa de oreja a oreja que ha sido la que asentó las bases para el éxito de toda la saga de generaciones de Serie 3 que le siguieron.

Puedes ver todos los datos en la ficha técnica del BMW 320d.

Equipamiento: BMW 320d: cargado de opciones... caras

Esta unidad cuenta con un extenso equipamiento que eleva la factura por encima de los 61.000 euros.

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Aunque el precio de partida de un BMW 320d de 190 CV con cambio automático es de 40.348 euros, la unidad de pruebas roza los 60.000 euros de factura por su generoso equipamiento. Es cierto que BMW ha hecho un importante esfuerzo en los últimos años por mejorar la dotación de serie de sus modelos. Ya quedan lejos aquellos años en los que los elevalunas eléctricos traseros eran una opción. La verdad es que no echaremos nada en falta con lo que trae de fábrica este modelo, pero, si queremos vestirlo un poco, la cosa puede dispararse: la pintura metalizada, las llantas de aleación de 18 pulgadas (con neumáticos 225/40-18 delante y 255/40-18 atrás), los faros LED adaptativos (casi 2.400 euros, tal vez la única opción casi obligada que equipa esta unidad), head up display, control de crucero adaptativo, asistente de aparcamiento, tapicería de cuero en rojo, sistema de navegación profesional, asientos calefactados, alerta de pérdida de cambio de carril, sensores de ángulo muerto… es cierto eso de que no hay dos BMW iguales, cada uno puede elegir entre una extensa lista de opciones y accesorios, pero la factura se dispara.

En cuanto a los sistemas de asistencia a la conducción, de nuevo me he encontrado con limitaciones en el funcionamiento de la alerta de colisión en condiciones de baja visibilidad, concretamente bajo una fuerte lluvia. Como puedes ver en la galería de imágenes, el dispositivo se desactivó y apareció una alerta indicando que dicha función no estaba disponible por el momento.

El BMW 2002 Tii pertenece a una época en la que el mechero, el reloj horario y el cuentavueltas eran elementos de lujo. Las unidades que puedes ver en esta prueba equipan las llantas de aleación opcionales con neumáticos 185 en llanta de 13 pulgadas de diámetro.

Puedes ver todos los datos en la ficha técnica del BMW 320d.

Consumo: BMW 320d: realmente eficiente

Los consumos del BMW 320d dejan clara la evolución técnica entre estos dos modelos.

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Si tenemos en cuenta que estamos en un coche de más de 1.500 kg de peso y casi 200 CV de potencia, los consumos reales se pueden considerar espectacularmente bajos, aunque no cumplen con las cifras homologadas, en algunos casos por poco (en carretera casi los calca) y en otros por bastante margen (en ciudad la diferencia es de casi 3 l/100 km).

Durante la prueba, el consumo real a 120 km/h por autovía con el control de crucero conectado (lo que anula las ventajas de cara al consumo de la rueda libre) ha sido de 6,4 l/100 km, una cifra que me parece muy buena en esta categoría.

En carretera, con el modo Eco-Pro activado y sacando partido de la rueda libre, es posible calcar la cifra homologada de 3,5 l/100 km con un poco de habilidad, pero lo normal es que nos estemos moviendo en el entorno de los 4 l/100 km con cruceros entre 70 y 90 km/h, un valor excelente.

En ciudad es donde más divergencia hay entre el valor oficial (4 l/100 km) y el real (7 l/100 km), pese al buen funcionamiento del sistema start & stop.

Con estos valores de consumo, su depósito de 57 l roza la barrera de los 1.000 km de autonomía, una cifra excelente.

Puedes ver todos los datos en la ficha técnica del BMW 320d.

Rivales

Vehículo

Bmw 320d

Audi A4 2.0TDI Advanced edition 140kW

Mercedes-benz C 220d 7G Plus

Jaguar XE 2.0 Diesel R-Sport Aut. 180

Precio Desde
39.700 €
Desde
41.412 €
Desde
43.177 €
Desde
44.260 €
Combustible Diésel Diésel Diésel Diésel
Cambio 6 marchas 6 marchas 7 marchas 8 marchas
Potencia (CV) 190 190 170 180
Aceleración 0-100 km/h (s) 7,3 - 7,4 7,8
Consumo Medio (l/100 km) 4,0 4,3 4,3 4,3
Emisiones CO2 (g/km) 106 111 109 111

Nuestra valoración: 7,2

Diseño 7

Motor 8

Comportamiento 7

Interior 7

Equipamiento 7

Consumos 7

Destacable

  • Imagen de marca.
  • Interior más atractivo.
  • Eficiencia de la mecánica.

Mejorable

  • Precio excesivo.
  • Plaza central trasera.
  • Tamaño diferente de los neumáticos.

Ver ficha técnica y equipamiento

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