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Probamos el Volkswagen CC 1.8 TSI de 160 CV

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09 de agosto, 2012

¿Merece la pena pagar la diferencia de precio entre el CC y el Passat siendo prácticamente el mismo coche? En esta prueba analizamos a fondo esta berlina de imagen dinámica y poder tener argumentos para responder a la pregunta que muchos se hacen

Recientemente, el Passat CC ha recibido algunas modificaciones con el lanzamiento de la nueva generación de Passat y para distinguirse más de su hermano «más dinámico» ha perdido parte del nombre y ahora se llama Volkswagen CC a secas.

La línea del CC sigue el patrón marcado por el exitoso Mercedes CLS con una vista lateral muy cercana a la de un coupé, gracias a un techo con una caída muy acusada y redondeada y un tercer volumen disimulado. El resultado es muy atractivo y, pese a su discreción, lo cierto es que hace volver las miradas allá por donde pasa.

Han pasado 50 años entre ambos.

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La última vez que VW decidió contar con dos carrocerías de estilo coupé en su catálogo fue en 1961, cuando además del Karmann Ghia Typ 14 (basado en el escarabajo) decidió lanzar el «Grosser Karmann Ghia» (el Karmann Ghia Grande) cuyo código interno era Typ 34 (basado en la berlina de la época, el Tipo 3). Pese a la calidad y elegancia que lo distinguían, el modelo fue un fracaso comercial. Costaba lo mismo que un Porsche 356 (que curiosamente se fabricaba en la misma factoría de Karmann en Osnabrück), pero la realidad era que en aquellos años el público no estaba preparado para un Volkswagen tan caro (¿te recuerda algo a la historia del VW Phaeton?).

Con el CC repite la receta, si el Scirocco se basa en el Golf, esta berlina con aires de coupé toma al Passat como base, si bien en lugar de un coupé en el sentido estricto del término, han decidido realizar un sedán con un aire más dinámico.

Estéticamente las vistas lateral y trasera son las más diferenciadoras, siendo el frontal prácticamente idéntico al del Passat Highline. Al abrir la puerta nos sorprenderá el detalle de la ausencia de marco para la ventanilla. Es un guiño a los modelos coupés que personalmente me encanta y que en este modelo está muy bien solucionado, ya que el cierre es muy hermético, algo en lo que otros modelos con este recurso «pinchan», ya que la ausencia de marco dificulta el aislamiento.

Las puertas carecen de marco para el vidrio.

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El interior de la unidad de pruebas es muy llamativo con una tapicería en color chocolate y vainilla muy elegante, pero poco práctico. Los pantalones vaqueros acaban destiñendo de azul el precioso acabado casi blanco de la parte central del cuero. Afortunadamente el cuero es muy fácil de limpiar, un paño humedecido en agua jabonosa, crema hidratante y como nuevo.

La ergonomía es muy buena, todos los mandos quedan a mano y como son comunes a otros modelos del grupo VAG, rápidamente nos sentimos como en casa. La forma de los asientos se adapta muy bien al cuerpo y no querremos bajarnos de ellos.

Pese a lo bajo de la línea de techo, el acceso al CC es cómodo y, sorprendentemente, la altura libre al techo es generosa incluso en las plazas traseras. El truco está en que vamos sentados algunos centímetros más bajos que en el Passat o en berlinas como el Citroën C5, Peugeot 508, Toyota Avensis, Honda Accord, etc. Lo notaremos si tenemos que llevar a algún pasajero de cierta edad, salir del CC le resultará algo incómodo al tener que incorporarse desde una posición bastante baja, similar a la de un coupé.

Volkswagen CC: Empieza el rodaje

Con el sistema de arranque sin llave podremos poner el CC en marcha pulsando el botón junto al selector del cambio, que en este caso es un DSG de 7 relaciones. El motor 1.8 TSI es muy silencioso y bastante suave, mientras que el aislamiento es bueno y no percibiremos ni ruido ni vibraciones en el interior.

Las redondeadas formas del CC nos esconden los límites de la carrocería, de modo que el sistema de sensores de aparcamiento es un buen aliado para salir del estacionamiento y empezar a rodar por la urbe.

Aunque no es pequeño, la verdad es que el Volkswagen CC se desenvuelve muy bien en ciudad gracias al generoso par motor desde la zona baja del cuenta revoluciones. La caja de cambios automática es definitiva de cara al confort y la seguridad en el tráfico urbano.

El VW CC tiene una estampa muy elegante.

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La única nota discordante vendrá impuesta por la escasa visibilidad que permiten los gruesos e inclinados montantes del parabrisas y la elevada línea de cintura trasera. Afortunadamente los retrovisores son generosos y cuentan con el sistema de alerta de ángulo muerto. Muy recomendable.

La suspensión cuenta con 3 leyes de funcionamiento: Confort, Normal y Sport (por cierto, la tecla queda oculta por la palanca de cambios y no se sabe en qué posición estamos) y me ha sorprendido su funcionamiento. Las suspensiones adaptativas no me suelen convencer. Al contrario de sistemas como la hidroneumática de Citroën o sistemas neumáticos en los que cuando modifico el tarado de la suspensión puedo modificar «el muelle y el amortiguador», en estos sistemas de suspensiones por muelles metálicos sólo modifico el tarado del amortiguador y a veces el matrimonio con el muelle (que no lo puedo modificar) no está todo lo bien avenido que debería.

En el caso de este Volkswagen CC la posición confort es ideal para ciudad, los baches y los pasos de cebra elevados no son un inconveniente. En carretera el coche es un poco «barco» en esta posición y en la Sport perdemos más en confort de lo que ganamos en efectividad. Para mi gusto bastaba con las posiciones Confort y Normal.

En cuanto a los consumos, en ciudad rondan los 9 l/100km si no queremos salir de cada semáforo como si estuviésemos en un circuito de carreras.

La posición de conducción es muy natural.

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Una vez en carretera abierta, el CC demuestra que es su terreno natural. El comportamiento es muy noble y sencillo para cualquier conductor. El salto frente a anteriores generaciones es evidente. Está muy lejos de aquellos bastidores del grupo VAG en los que desde que girabas el volante hasta que el morro entraba en el giro pasaban unas interminables décimas de segundo. Este coche es ágil pero sin poner en aprietos a quien lo lleva.

Los frenos tienen buen tacto y las distancias de frenado son buenas. El cambio DSG funciona muy bien aunque lo he notado algo más lento que en otras ocasiones, mientras que el modo Sport me resulta demasiado «racing» para el enfoque de este modelo, estirando cada marcha hasta demasiado arriba, en un motor que destaca más en la zona media que en la parte alta del cuentavueltas.

En modo manual me ha encantado, te deja reducir llevando el motor al régimen máximo tras la reducción y no toma decisiones imprevistas. En viajes largos por autovía he conseguido rebajar algo el consumo en modo manual frente al automático cuando estoy en una zona de puertos. Y es que en modo automático en cuanto la cosa se empina un poco baja a sexta o quinta innecesariamente lo cual sube el consumo. En modo manual lo clavas en séptima y el 1.8 sobrealimentado puede perfectamente con el peso del CC sin tener que hundir demasiado el pedal. También ganamos en confort al no ir cambiando continuamente de marcha.

Todo un «tragamillas»

El Volkswagen CC es un coche para viajar disfrutando del viaje. Los asientos recogen bien el cuerpo y tienen un mullido tirando a duro que es ideal para hacer «kilometradas» sin cansancio. La postura es muy natural y todos los mandos están bastante bien posicionados, la única nota un tanto discordante es el reloj analógico en el centro de la cenefa de aluminio que recorre la mitad del tablero de a bordo de lado a lado… un poco anacrónico con el resto de mandos.

En autovía y autopista la suspensión en modo confort nos permitirá movernos a velocidades legales en medio de una «mecedora» de lo más cómoda, los cortes en el asfalto, juntas de dilatación, etc. pasarán sin perturbar nuestra espalda lo más mínimo.

La iluminación que proporcionan los faros bi-xenón adaptativos es muy buena, no tanto los antinieblas delanteros; la luz que proporcionan es muy escasa y quedan muy expuestos a sufrir pequeños chinazos y roturas.

Las plazas traseras tienen una presentación muy buena.

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En las plazas traseras el confort es similar a las delanteras. El espacio es amplio y se viaja francamente bien. Tan sólo echarás algo de menos la visibilidad hacia delante, ya que los reposacabezas delanteros ocultan casi por completo la visión.

En la posición normal de la suspensión perdemos algo de confort y a la velocidad que se puede circular de forma legal no nos aportará más precisión. Personalmente he preferido  viajar casi todos los km en el modo confort, salvo en tramos muy virados donde el exceso de cabeceo de la carrocería provoca mareos a los compañeros de viaje.

Los consumos a velocidad constante son muy contenidos para el tipo de coche en el que estamos, siendo fácil sacar medias de 7 l/100km, en gran parte gracias al largo desarrollo de las 7 marchas del cambio DSG.

Si avivamos el ritmo también lo hará el consumo, pero siempre dentro de lo razonable. Para superar los 10 l/100 km hay que jugarse los puntos del carnet o meternos de lleno en un atasco de los de órdago. Gracias a los consumos y al generoso depósito de combustible de casi 70 litros es fácil recorrer más de 750 km sin tener que parar a repostar. En este caso será el combustible y no la fatiga lo que nos obligará a parar.

El Volkswagen CC en el circuito

En esta ocasión lo que más me interesa comprobar, además de la calibración del control de estabilidad, las diferencias reales entre las tres posiciones de funcionamiento de la suspensión.

El ESP del Volkswagen CC no es desconectable, lo cual me parece coherente con el enfoque de esta berlina. El chasis tiene un buen tacto y gracias a sus buenas maneras no obliga al ESP a trabajar en exceso. La postura del coche en las curvas es muy natural y aunque busca más la facilidad de conducción que la efectividad, es suficientemente ágil a las órdenes que le demos con el gas y el freno, ayudando a redondear los giros jugando con el reparto de masas.

El paso por curva del CC es muy sencillo y noble.

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Las diferencias entre las tres posiciones de dureza de la amortiguación se notan más de lo que esperaba en las curvas enlazadas del circuito. En la posición más blanda, la carrocería tiene demasiadas inercias para cambiar de «postura» cuando salimos de un giro y comenzamos uno en sentido contrario. Esta descompostura provoca más pérdidas de adherencia que obligan a trabajar más al ESP y hace que necesitemos algún tiempo más para cubrir el circuito.

Si el ESP se pudiese desconectar no creo que hubiese tanta diferencia en tiempo en cubrir el circuito entre cada una de las posiciones, ya que las pérdidas de adherencia no son tan graves como para que el control de estabilidad tome tanto el mando.

En la posición Sport la carrocería va mucho más sujeta y los cambios de inercias no descomponen tanto al CC de forma que enlaza las curvas de forma más fácil. En el circuito funciona bastante bien porque el asfalto está en buen estado. En carreteras secundarias con el asfalto algo rizado, la carrocería va más firme, pero la amortiguación es demasiado dura para el muelle que lleva y las ruedas empiezan a perder contacto con el asfalto y «vuelan» entre las crestas de las irregularidades.

Sólo cuando el asfalto está en muy buen estado merece la pena la posición Sport. El modo normal es el más eficiente en la mayoría de las situaciones.

Conclusión

El Volkswagen CC es prácticamente un Passat vestido de etiqueta. La diferencia de precio entre ambos igualando equipamientos y motorizaciones es de unos 2.000 euros de media a favor del Passat. ¿Merecen la pena? Es cuestión de prioridades. Estéticamente es un tema de gustos pero lo cierto es que el CC gusta mucho y es un gustazo girarse para verlo aparcado mientras nos alejamos de él. Su diseño tiene ciertas «servidumbres» que hacen que su hermano sea algo más práctico, como la boca de carga del maletero.

La calidad percibida parece mayor gracias al diseño llamativo que tiene el CC. Pese a tratarse casi del mismo coche, lo cierto es que el CC parece que juega en una liga superior y su mayor poder de representación y empaque son evidentes.

La cámara de marcha atrás va oculta bajo el logo de VW.

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En mi opinión sí merece la pena la diferencia de precio teniendo en cuenta que se trata de un modelo más exclusivo y al ser series más pequeñas los costes son algo más elevados. Otros detalles como las ventanillas sin marco también elevan el precio y alegrarnos la vista cada día cuando nos acerquemos a nuestro coche también merece su recompensa.

Frente a otros modelos en los que el diseño es también una prioridad como por ejemplo el Citroën DS5, el CC tiene un toque más elegante y convencional. Pasa más desapercibido. La calidad en ambos está en un nivel muy alto.

En definitiva, el Volkswagen CC es un buen producto en el que una imagen atractiva no supone prescindir de demasiados atributos prácticos y lo mismo quedaremos bien llevando a los niños al cole que a la novia a la iglesia el día de la boda.

Buscas un coche como éste?

¿Te interesa el Volkswagen CC, pero quizás con otra motorización o acabado? En la sección Coches nuevos de Autocasion.com puedes encontrar interesantes ofertas: utiliza el buscador para localizarlas por marca y modelo o por carrocería. Por ejemplo, en el caso del Volkswagen CC puedes consultar su oferta más destacada y también las de sus rivales.

Comentarios

  • Nico

    Pues Pedro no estoy para nada de acuerdo con tigo. Llevo desde los 18 años conduciendo diferentes modelos de esta marca. Empece con el Golf II, despues con el Polo y ahora tengo en Touran. El unico fallo que tuve es con el Cruise control y un turbo que me lo cambiaron de manera gratis. A demas es una marca que se vende muy bien de segundamano.

  • Rubén Fidalgo

    Hola Pedro, muchas gracias por tu comentario. Lamento que hayas tenido que padecer uno de esos coches que «salen rana», conozco varios casos de distintas marcas y modelos y, ciertamente, pueden llegar a ser un auténtico calvario. Me gustaría saber cuáles fueron los problemas que te dio a ti este modelo. Muchas gracias de nuevo

  • Pedro Cid

    Soy propietario de un Passat «normal» TDI 140 CV Advance, del 2006, como este nuevo Passat tenga l amisma pesima y desatrosa calidad que su antecesor, le auguro un estrepitoso fracaso, lo cual deseo energicamente y que nadie sea perjudicado por la marca WV como lo fuy y soy yo, si hay un coche de mala calidad en el marcado esa es Wolksvaguen

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