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VÍDEO| Primera prueba del Opel Mokka 2021: busca ser la referencia

22 de febrero, 2021

Por fin nos hemos puesto a los mandos de la segunda generación del Opel Mokka y lo hemos hecho conduciendo tanto su versión de combustión como la 100% eléctrica. Así va el que puede estar llamado a ser una de las grandes referencias de su segmento.

No descubrimos nada si aseguramos que el segmento B-SUV es el que mayor progresión comercial contempla. Los fabricantes son conscientes de ello y por eso han volcado buena parte de sus esfuerzos en ofrecer productos llamativos. No obstante, no me tiembla el teclado al asegurar que el nuevo Opel Mokka que acabamos de conducir reúne todo lo necesario para ser todo un éxito de ventas, mayor incluso que el de su predecesor.

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Diseño, tecnología y, sobre todo, pluralidad mecánica son algunas de las virtudes que atesora la segunda generación del todocamino urbano alemán. Desarrollado bajo el paraguas del Grupo PSA no esconde su naturaleza gala al compartir infinidad de partes, incluyendo la plataforma CMP, con los Peugeot 2008, DS3 Crossback o Citroën C4, sin obviar claramente al Opel Corsa.

En esta primera prueba nos ha quedado claro un aspecto, Opel ha sabido posicionarse en lo que estética se refiere y al igual que ocurre con sus primos hermanos de grupo, el Opel Mokka genera atracción visual. Ahora solo queda comprobar si el resto de puntos son tan satisfactorios como el del diseño. Así son los nuevos Mokka y Mokka-e.

Diseño: Atractivo y más compacto

Su longitud se ha compactado en 12,4 cm.

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Al contrario de lo que ha hecho Peugeot con el 2008, Opel ha preferido compactar su representante. Así es como el nuevo Opel Mokka pasa de los 4,29 metros a los 4,15 de la actual generación. Una pérdida de 12,4 cm que le sirve tanto para colocarse en el núcleo de la categoría como para evitar canibalizar al Crossland (aunque su cliente es completamente diferente). Cota que completa con una anchura de 1,79 metros y una altura de 1,53 metros.

Dimensiones al margen, la realidad es que este nuevo Mokka consigue el efecto visual esperado, más si se le ‘viste’ con el acabado GS Line de las unidades probadas que enfatizan sus líneas deportivas y los inéditos detalles como el Opel Vizor, el nuevo frontal de la marca que definirá a los próximos lanzamientos de la firma del rayo.

Pasos de rueda pronunciados, llantas de hasta 18 pulgadas, faros delanteros Full LED con tecnología IntelliLux LED matricial en los acabados más altos, techo bicolor en negro o un portón trasero robusto se encargan de definir igualmente su aspecto. La guinda, las múltiples tonalidades disponibles que contrastan con el comentado techo en negro.

Interior: Más amplio de lo que parece

El puesto de conducción se ha digitalizado por completo.

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Si bien ha menguado en lo que a cotas externas se refiere, cuando accedemos al interior llama poderosamente la atención lo amplio que resulta. El primer dato a tener en cuenta, el maletero que con 350 litros (310 litros en el caso del eléctrico) se sitúa entre los mejores, mientras que la zona trasera es apta sin problemas para dos adultos de talla media.

En cuanto al puesto de conducción, el salto de calidad percibido frente a su predecesor es notable. Con un diseño muy horizontal lo más llamativo es su digitalización determinada tanto por el monitor central de 10 pulgadas como por el cuadro digital de 12 pulgadas El hecho de que se unan bajo un mismo marco da sensación de solidez y modernidad.

Un punto que aplaudimos, que Opel haya decidido ser más práctico (quizá porque es una marca alemana) y mantener los mandos de la climatización de manera independiente al comentado monitor. En lo que a calidad percibida se refiere también hay un salto notorio respecto a su predecesor. Los materiales empleados son más blandos y el ajuste de los mismos, infinitamente más sólido. Además, las molduras personalizables le aportan el toque juvenil mientras que la tapicería de Alcántara en el Mokka Ultimate eleva el listón de la exclusividad. La ausencia de palanca de cambios (en su lugar hay botones) incrementa la sensación de espacio.

Motor: Variedad mecánica

La plataforma CMP permite la pluralidad mecánica.

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Aunque la estrategia eléctrica de Opel pasa por convertirse en una marca 100% eléctrica, el camino que ha tomado de momento no es para nada malo. Con este nuevo Mokka demuestra que es capaz de conseguir ese enchufe pero no deja de lado para nada las mecánicas de combustión.

Tal es así que el todocamino urbano podrá escogerse tanto con los gasolina 1.2 Turbo de tres cilindros y 100 o 130 CV, con el diésel 1.5 De 110 CV y con el eléctrico de 136 CV. Una variedad que hay que agradecer a la plataforma CMP del Grupo Stellantis, dador de vida a otros como los comentados 208, 2008, DS3 Crossback o Corsa entre otros.

Exclusivos tracción delantera no podrán montar tampoco el sistema de motricidad avanzada Intelligrip. Sí contarán, en cambio, con la opción de asociar la transmisión automática de ocho relaciones, que se combinará con el gasolina más potente.

Respecto al Mokka-e además de los 136 CV que genera su motor contamos con un par instantáneo de 260 Nm. La energía se almacena en una batería de iones de litio de 50 kWh de capacidad con la que es capaz de homologar una autonomía de 324 kilómetros.

Comportamiento: Ágil por naturaleza

En marcha se le percibe más reactivo que su predecesor.

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El hecho de montar la conocida plataforma CMP del Grupo galo ya nos permitía pensar por dónde se iban a manejar los tiros en lo que a su dinámica se refería. Hecho que hemos confirmado al ponernos a sus mandos. Gracias a su uso el Mokka ha rebajado su peso en 120 kilos y ha aumentado su rigidez torsional en un 15%. Cualidades que le convierten en un coche más ágil y reactivo cuando estamos en marcha.

Independientemente de si llevábamos una motorización de combustión o la eléctrica, ha demostrado moverse como pez en el agua en entorno urbano gracias a una dirección suave con la que maniobrar con facilidad. Por autopista destaca el perfecto aislamiento acústico que ofrece y ni siquiera el montaje de neumáticos de invierno se ha convertido en un impedimento a la hora de gozar de un gran confort de marcha. No hemos podido circular por tramos secundarios por lo que la dinámica en este sentido nos la guardamos para la prueba en profundidad.

No obstante sí hemos lo cómodo que resulta realizar trayectos con los Mokka y Mokka-e gracias, sobre todo, a una suspensión confortable y bien tarada. No hay opción de que varíe su dureza, todo lo contrario que la dirección que aumenta su ‘peso’ cuando seleccionamos el modo Sport existente en ambos motores. Da mayor brío, lógicamente, siendo en el Mokka-e el único en el que podemos obtener todo el rendimiento del motor. Porque al seleccionar el modo Normal la potencia baja a 110 CV y el par a 220 Nm mientras que con el Eco, a los 80 CV y 180 Nm.

Sea como fuere, durante la breve toma de contacto realizada por los alrededores de Madrid, la realidad es que el Mokka nos ha sorprendido muy para bien. Quizá nos quedamos con las sensaciones transmitidas por el Mokka-e, dado su mayor empuje desde parado y la perfecta gestión de la batería ya que en los poco más de 50 km realizados el recorrido real ha bajado casi en 60 (lo cogimos con un 98% de carga y 306 km de autonomía). En cuanto al 1.2 Turbo de 130 CV y caja automática se convierte en la perfecta combinación, tanto por refinamiento como por empuje y sensaciones.

Equipamiento: Completo de serie

Las llantas llegan hasta las 18 pulgadas.

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La gama comercial se compone de tres acabados, Edition, GS Line y Ultimate a los que se suma el Business Elegance. De serie, los Mokka y Mokka-e parten con luces diurnas LED, Opel Vizor, pantalla central táctil de 7 pulgadas con radio digital DAB y cuadro de instrumentos de 7 pulgadas, llantas de aleación de 16 pulgadas, kit antipinchazos, alerta por fatiga del conductor, alerta por abandono de carril, control de velocidad de crucero, sistema de frenada de emergencia en ciudad con detector de peatones.

No obstante, en Opel consideran que el grueso de ventas se lo repartirán entre los acabados GS Line y Ultimate que, eso sí, no podrán combinarse con el bloque de gasolina de 100 CV. Entre algunos de los elementos que montan están la cámara cenital y cámara trasera, los sensores de lluvia y luces, el retrovisor interior fotosensible, el techo en negro, climatizador automático, faros antiniebla delanteros, llantas de 17 pulgadas, consola central con reposabrazos y portavasos, pedales deportivos (GS Line)…

En estos casos, las opciones a contemplar son los asientos ergonómicos (para el Ultimate), las llantas de 18 pulgadas, el techo en rojo o blanco, el capó en negro, asientos delanteros calefactables, acceso y arranque sin llave, faros IntelliLux Matrix LED, gancho de remolque, cargador inalámbrico y la doble pantalla del puesto de mandos. Con todo, los precios de la gama Opel Mokka son los siguientes:

  • Mokka 1.2 Turbo 100 CV Edition: 21.824 €
  • Mokka 1.2 Turbo 100 CV Business Elegance: 24.942 €
  • Mokka 1.2 Turbo 130 CV GS Line: 25.357 €
  • Mokka 1.2 Turbo 130 CV Business Elegance: 26.397 €
  • Mokka 1.2 Turbo 130 CV Ultimate: 30.242 €
  • Mokka 1.2 Turbo 130 CV AT8 GS Line: 27.228 €
  • Mokka 1.2 Turbo 130 CV AT8 Business Elegance: 28.267 €
  • Mokka 1.2 Turbo 130 CV AT8 Ultimate: 32.113 €
  • Mokka 1.5 D 110 CV Edition: 22.500 €
  • Mokka 1.5 D 110 CV GS Line: 24.500 €
  • Mokka 1.5 D 110 CV Business Elegance: 25.500 €
  • Mokka 1.5 D 110 CV Ultimate: 29.200 €
  • Mokka-e Edition: 35.400 €
  • Mokka-e GS Line: 37.400 €
  • Mokka-e Business Elegance: 38.400 €
  • Mokka-e Ultimate: 42.100 €

Consumo: De momento, el oficial

Los consumos con el eléctrico pueden ser muy contenidos.

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Dado que la ruta ha sido bastante fugaz, no nos aventuramos a asegurar unos consumos fidedignos. Si bien al final de cada conducción hemos realizado un gasto de 19 kWh/100 km en el caso del eléctrico y de 7,4 l/100 km en el del gasolina de 130 CV automático, preferimos ceñirnos de momento a los oficiales. En el caso del Mokka-e Opel homologa un gasto combinado de 17,4 kWh/100 km, mientras que en el 1.2 Turbo de 130 CV con caja automática que hemos conducido, de 5,9 l/100 km. Si nos vamos al 1.2 T de 100 CV parte de los 5,5 l/100 km que aumentan hasta 5,6 l/100 km en el de 130 CV manual. El campeón en eficiencia es, sin duda, el diésel pues sus 4,4 l/100 km son imbatibles.

Volviendo al eléctrico no podemos dejar de hablar de la recarga. Una de las ventajas de este Mokka-e es que admite cargas rápidas en corriente continua de hasta 100 kW, pudiendo alcanzar el 80% del total en menos de 30 minutos. En corriente alterna ofrece diferentes posibilidades, desde una doméstica convencional donde tarda casi 24 horas, hasta una mejorada de 3,7 kW donde necesita 17 horas, una monofásica de 7,4 kW en la que invierte 8 horas y otra trifásica de 11 kW en la que tarda poco más de 5 horas.

Nuestra valoración: 8,3

Diseño 9

Motor 9

Comportamiento 8

Interior 8

Equipamiento 8

Consumos 8

Destacable

  • Diseño exterior
  • Diversidad de motorizaciones
  • Autonomía del Mokka-e

Mejorable

  • Opel panel digital en opción
  • Hueco para las rodillas trasero
  • Maletero menos capaz en el eléctrico

Ver ficha técnica y equipamiento

Comentarios

  • Enrique Martín.

    Las baterías eléctricas si se cargan sin estar totalmente vacías o como pequeña carga de refuerzo, se van consumiendo y queman antes, como pasa con las de los móviles?

    • Rubén Fidalgo

      Hola Enrique, las baterías de ion de litio se deben mantener entre el 10 y el 90 por ciento de su carga para conservarlas en buenas condiciones. La mayoría de los coches eléctricos e híbridos enchufables emplean este tipo de baterías, que son como las de los móviles modernos y tienen esa peculiaridad. Al contrario de las de hidruro metálico de los móviles antiguos, que era conveniente dejar que se descargasen casi por completo y cargar a tope para evitar el conocido como «efecto memoria», las baterías de iones de litio no se deben descargar nunca por completo antes de volver a cargarlas. Los sistemas de gestión de energía del coche ya están pensados para evitar que podamos llegar a agotarlas por completo, siempre «se guardan» un remanente de carga que no nos dejan usar salvo emergencia.

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