Nissan GT-R 2013: probamos el superdeportivo japonés

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Autor: Autocasión
11 de octubre, 2013
Hay pocos coches que alcancen la categoría de mito, pero estamos ante uno de ellos. Hablamos del Nissan GT-R, un superdeportivo llegado desde Japón que no tiene nada que envidiar a sus rivales... Y por un precio mucho menor que cualquiera de ellos. ¿Qué se siente al volante de este “samurái”? Sigue leyendo si quieres descubrirlo.
El Nissan GT-R no tiene nada que envidiar a sus rivales si hablamos de prestaciones puras y duras. El logotipo del capó, además, propicia que estemos hablando de 107.750 euros y no de una cifra que doble a ésta. Para muchos no será lo mismo tener un Nissan, por mucho GT-R que sea, que un Porsche o un Ferrari… Sin embargo, esta falta de “cuna” no evita que si compramos el GT-R tengamos un coche tan exclusivo y poco visto como éstos.
No obstante, al GT-R hay que quererlo tal y como es, porque tiene ciertas características “made in Japan” que no se parecen en nada a lo que aquí entendemos como superdeportivo. Su estética es mucho más abrupta, por llamarla de alguna manera, que las refinadas líneas elegidas por Porsche, Audi, Ferrari o quien se nos ocurra. También varía el concepto del sonido del motor. Ni mejor ni peor, simplemente diferente.
Nuestra valoración: 8,2
8
10
9
8
9
5
Destacable
- Rendimiento del motor.
- Precio respecto a los rivales.
- Se puede usar a diario.
Mejorable
- Respuesta de la caja de cambios.
- Ausencia de Head-Up Display.
- Algunos materiales interiores.
Ver ficha técnica y equipamiento
Diseño
Te encanta o lo odias

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Datos de rendimiento y sensaciones aparte -ahora vamos con ello-, tengo que remarcar que una de mis principales dudas con el Nissan GT-R quedó resuelta en mis primeros kilómetros de convivencia con él. Si coges la ficha técnica, está claro que hablamos de un auténtico cochazo. Pero no es, al menos en nuestro país, tan conocido como sus rivales. ¿Sería capaz de llamar la atención como un Audi R8 o un Porsche 911 Turbo?
La respuesta es sí. Rotundamente, además. No es nada fácil ver por la calle un Nissan GT-R. Puede que no tenga un logotipo en el capó con tanta fama como otros o que su precio sea mucho menor (en las más altas esferas, esto puede ser un problema… cosas de ricos), pero lo cierto es que este coche es exclusivo y se nota.
Motor
Nissan GT-R: un motor de carreras
La nueva versión del Nissan GT-R cuenta con un motor mejorado respecto al anterior. El V6 biturbo de 3,8 litros que incorpora desarrolla ahora 550 CV, con un par máximo de 632 Nm. Esto se traduce en unas cifras de escándalo, ya que estamos hablando de una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 2,7 segundos, mientras que la velocidad punta queda fijada en 315 km/h. Los datos alcanzan más mérito si cabe cuando sabemos además que el peso del conjunto es de 1.815 kg.

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Los números que os acabo de dar… más o menos los conoceríais, son teoría. Pero donde realmente se siente lo “brutal” que puede llegar a ser el Nissan GT-R es en el asiento del conductor. Y ahí, os aseguro que cada vez que provoquéis toda su potencia con vuestro pie derecho, una sonrisa nerviosa aparecerá en vuestro rostro. Sinceramente, no sé si conseguí en algún momento la aceleración que indica la ficha técnica del coche, pero sí os puedo decir que hay pocos modelos en el mundo que aceleren como lo hace éste. No da tiempo a ver subir la velocidad, cuando te das cuenta tienes que cortar porque se acaba la recta, aunque estés en un circuito.
Asociada a este motor de 550 CV encontramos una caja de cambios automática de seis relaciones. Las marchas pueden activarse con unas levas ancladas tras el volante; esto significa que no acompañan el giro del mismo, lo que puede suponer un problema en algún momento dado, ya que la longitud de dichas levas, especialmente por debajo, no abarca todo el posible movimiento de nuestras manos.
El rendimiento de la transmisión es quizás el punto más flojo del Nissan GT-R en el apartado mecánico, ya que es algo lenta. Subiendo relaciones no tendremos ningún problema, pero las reducciones no son todo lo precisas que deberían y, además, no permite bajar más de una marcha de forma rápida. En este detalle, tan importante a la hora de realizar una conducción deportiva, cajas de cambios como la PDK de Porsche están varios cuerpos por delante.
Comportamiento
Comportamiento dinámico del Nissan GT-R
Si hay algo importante en un superdeportivo como el GT-R, es su comportamiento dinámico. Está muy bien tener bajo el capó un motor capaz de pegarte al asiento cada vez que te apetezca… Pero si esto no viene acompañado de un conjunto capaz de ofrecer seguridad y estabilidad a alta velocidad, estamos perdidos. ¿Ofrece esto el Nissan GT-R? Sí, definitivamente sí.

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Obviando que la unidad que probamos mostraba unos neumáticos bastante «machacados» (los compañeros de otros medios también tienen derecho a disfrutar, ¿no?), nos encontramos con un coche que sorprende por su agilidad, teniendo en cuenta su peso. Enlazar curvas con el Nissan GT-R es sencillo gracias a una precisión de la dirección a la altura de las mejores, un tarado de las suspensiones perfecto y una capacidad de tracción asombrosa. Todo ello está apoyado por una gestión electrónica que quizás en ocasiones controla demasiado las reacciones del coche. Pero -seamos sinceros- no todo el mundo está preparado para manejar un vehículo de esta potencia, con lo que la presencia de estas ayudas será bienvenida por más de uno.
Dichas ayudas a la conducción pueden desconectarse casi por completo. Y decimos «casi» porque ni siquiera en el modo “OFF” podemos evitar que el ESP y demás sistemas actúen cuando la situación empieza a ser peligrosa, lo cual se agradece. Los más puristas no deben asustarse: hasta que llega ese momento, existe mucho margen para divertirse con el coche. Por el contrario, con todas las ayudas conectadas, el Nissan GT-R se convierte en un vehículo apto para todos los públicos.
Equipamiento
Todo lo necesario y más
Justo a la derecha del volante vemos una pantalla táctil que nos ofrece datos acerca del coche. Además del navegador y la radio, desde allí podremos consultar la aceleración, frenadas, fuerzas G laterales… y siempre en tiempo real. Se trata de una información muy completa que puede llegar a distraer de la conducción en ciertos momentos, porque la verdad es que «engancha» ver cómo se van formando gráficas de rendimiento mientras estamos al volante. Se echa en falta en este sentido un Head-Up Display para no apartar la vista de la carretera.
Bajo la pantalla táctil tenemos algunos controles de la misma, así como el climatizador y los selectores de modos de conducción. Podemos variar la entrega de potencia, la dureza de la suspensión y el grado de control de estabilidad. Todo es claro e intuitivo, aunque se encuentra situado sobre un plástico que imita la fibra de carbono; desentona con la estética interior del coche. Si bien el GT-R por dentro no es espectacular, sí que se aprecian detalles de calidad a pesar de su sobriedad, que quedan un poco “rotos” por el mencionado plástico de la consola central.
Los ocupantes de las plazas traseras podrán disfrutar de dos altavoces (de los 11 que tiene el GT-R) situados entre los asientos y firmados por Bose. Sinceramente, no creo que el propietario de este coche escuche mucha música: el sonido del motor, que se cuela libremente en un habitáculo no muy insonorizado, es adictivo. Que nadie espere el típico rugido bronco de un deportivo de estas características; es más bien un fino silbido donde los soplidos y aspiraciones del turbo están muy marcados.
Consumo
No apto para todos los bolsillos
Además de todos estos datos, que sinceramente no son muy útiles para el día a día, podemos confirmar que el Nissan GT-R también puede ser un coche utilizado en nuestra vida cotidiana. Con el modo “Save” activado -que reduce ostensiblemente la potencia del motor-, el gasto de combustible disminuye hasta unos límites más o menos razonables, teniendo en cuenta el propulsor del que hablamos. Llegamos a hacer durante los días que lo tuvimos una media de 13,7 l/100 km (homologa en ciclo mixto 11,8 l/100 km). A esto ayuda el enorme par máximo del «corazón» del GT-R, que puede circular en sexta marcha a 60 km/h sin despeinarse. Obviamente, la cifra de consumo se dispara hasta límites insospechados si extraemos cada CV de la mecánica nipona.
Rivales
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Vehículo | Nissan GT-R 3.8 V6 Premium Edition Aut. |
Jaguar F-Type Coupé 5.0 V8 R Aut. 550 |
Audi R8 5.2 FSI V10 plus quattro S-Tronic |
Porsche 911 Turbo S Coupé PDK |
Precio | Desde 106.650 € |
Desde 122.950 € |
Desde 203.233 € |
Desde 226.020 € |
Combustible | Gasolina | Gasolina | Gasolina | Gasolina |
Cambio | 6 marchas | 8 marchas | 7 marchas | 7 marchas |
Potencia (CV) | 550 | 550 | 550 | 560 |
Aceleración 0-100 km/h (s) | 2,7 | 4,2 | 3,5 | 3,1 |
Consumo Medio (l/100 km) | 11,8 | 11,1 | 12,9 | 9,7 |
Emisiones CO2 (g/km) | 275 | 255 | 299 | 227 |
Comentarios
Impresionante prueba y máquina. Enhorabuena Jorge!!!
Estos japos están locos
Eran los romanos, no?