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Nissan 370Z

Nissan 370Z

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11 de marzo, 2010

En hoyMotor nos ponemos al volante de un deportivo de verdad, de esos que hacen trabajar y disfrutar a partes iguales cada tramo de carretera. Más ligero, pequeño y potente que su antecesor, el nuevo 370Z rinde ¡331 CV de radicalidad! 

Al volante del nuevo 370Z -también hay un Roadster– nos damos cuenta de que Nissan, en este segmento de los deportivos, es de las marcas más puristas que podemos encontrar. Esta afirmación no nos coge por sorpresa, ya que el 350Z -antecesor del modelo que nos ocupa- era un digno representante de su categoría. Esto nos da que pensar, por la alegría con la que a veces se cataloga un coche como deportivo.


Actualmente este adjetivo se generaliza por la evolución del comportamiento de modelos de otras características y tamaños, pero no nos engañemos… deportivos de verdad se cuentan con los dedos de una mano y nuestro protagonista, rival de los Audi TT RS Coupé, BMW Z4 sDrive35i -más cercano por potencia al reciente sDrive35is-, Infiniti G37 y Porsche Cayman S Sport, lo es -y de los que más-.


Para ello no se conforma con una imagen agresiva y compacta, un habitáculo biplaza, una posición de conducción cercana al suelo tipo cockpit y un peso reducido respecto al modelo que sustituye. Además, lo demuestra.

Interior

El habitáculo biplaza del deportivo japonés es todo lo cómodo que puede serlo para entrar y salir de él, dada la cercanía de sus asientos deportivos -con buenos refuerzos a la altura de los hombros, los riñones y las piernas- al suelo. El ambiente racing lo forman un puesto de conducción ergonómico y totalmente orientado a su ocupante, un cuadro de mandos de apariencia tecnológica complementado por los indicadores centrales -sobre la consola central-, el volante de cuero deportivo -y multifunción- achatado por la parte superior, y la combinación de cuero y aluminio en el salpicadero y los guarnecidos de las puertas -de ajuste perfecto como los plásticos, de gran calidad-.


Tras los asientos hay huecos portaobjetos -cubiertos y no-, además de los de las puertas, la guantera -mínima- y el que tapa el reposabrazos central. Pero si queremos viajar los 235 litros de capacidad del maletero no dan mucho de sí, ya que los pasos de rueda traseros invaden el espacio y lo hacen irregular y poco profundo -no cabe cualquier maleta, y eso que lleva kit reparapinchazos-. Para colmo, la boca de carga es elevada y la apertura del portón poco eficiente.


Eso sí, de equipo va completo y esta versión Pack -tope de gama de precio ajustado respecto a sus rivales directos- incluye faros bixenón, leds en las ópticas traseras, llantas de 18 pulgadas -opcionales de 19, en nuestra unidad con neumáticos 245/40 delante y 275/35 detrás-, volante multifunción de cuero, control y limitador de velocidad, ordenador de viaje, sistema de sonido Bose con 8 altavoces y cargador de 6 CD’s, bluetooth, sensores de luces y lluvia, control de sincronización de revoluciones, alarma, acceso y arranque sin llave, retrovisores exteriores calefactados -ajustables y plegables eléctricamente- y asientos eléctricos y calefactados -opcionales en cuero y ante naranja, por 400 euros-, entre otros. Lo que hace que la lista de extras se reduzca al navegador –2.500 euros, junto con las llantas opcionales- y la pintura metalizada antiarañazos650 euros-, contando con los ya citados.

Comportamiento y Prestaciones

Como decíamos al principio, el Nissan 370Z es un deportivo de los de verdad. Acorta su batalla –2.550 mm son suficientes para pasos por curva elevados sin comprometer la estabilidad- y ensancha sus vías para acentuar el carácter dinámico del modelo al que sustituye. Más compacto -4.250 mm de largo, 1.845 de ancho y 1.315 mm de alto- y menos pesado, se conforma con 1.496 kg, consigue cifras de aceleración y velocidad máxima sobresalientes y un comportamiento más ágil en carreteras sinuosas.


Con 200 cc y 18 CV más que el 350Z, entrega el par máximo pasado el régimen medio de giro del motor -elástico hasta pasadas las 8.000 rpm– con un sonido torrencial que tiende a agudo -sobre todo en marchas cortas- e invade el habitáculo -insuficientemente insonorizado-, con la sensación de ir al volante de un coche de carreras contundente, elástico y lineal.

Pero lo realmente sorprendente es su conformismo con la gasolina -tiene un tanque en el que caben 72 litros de 98, por cierto-, apartado en el que cumple con lo que la marca nipona anuncia –15,3, 7,8 y 10,5 litros a los 100 km en ciudad, carretera y recorrido mixto, respectivamente- sin que tengamos que contener las ganas de dar pisotones al acelerador -con kit down para respuestas más enérgicas-.


Asi que estamos ante un conjunto radical, tanto en sus maneras como en su tacto, áspero y rudo -con frenadas que quitan el hipo- en el que cada detalle de su pisada se escucha en el interior. La dirección es certera, aunque también menos exigente que el embrague y el cambio manual de 6 velocidades -cerrado y muy técnico-, de desarrollos y recorridos cortos y exactos, capaz de soportar reducciones inimaginables.

La suspensión es seca y completa el conjunto perfecto para disfrutar del máximo agarre, en cualquier situación -siempre con los controles puestos, complementados por dos barras de refuerzo-. Incluso en mojado, cuando la zaga se insinúa, el VDC la contiene. Sin él los latigazos de este trasera se convierten en un combate frente a frente entre el volante y nuestras manos, y el sobreviraje está asegurado. En el Nissan 370Z no hay medias tintas: o conducimos con controles o sin ellos.


Pero si aún teníamos dudas de sus maneras de bólido, el cambio manual las disipa con la función Synchro Rev Control que, apretando el botón S-Mode -al lado de la palanca-, hace que las revoluciones del motor se mantengan siempre en el nivel óptimo para facilitar y suavizar las inserciones de las relaciones, por elevado que sea nuestro ritmo, mediante un golpe de gas. Es decir, el sistema hace una maniobra de punta-tacón -o doble embrague– por nosotros, dándonos la sensación de ser los pilotos más expertos de la carretera, y todo en tiempo récord. Además, los amantes de los detalles tienen la posibilidad de seleccionar el régimen de corte del motor, mediante los botones -de ubicación y uso poco intuitivos- del ordenador de viaje, en los extremos superiores del cuadro de mandos.


Por eso el Nissan 370Z es un coche para los que saben lo que están comprando, un producto muy concreto de marcado carácter racing. Es decir, la comodidad en el uso diario no se encuentra entre sus virtudes. Pero sí unas reacciones aplastantes en conducción deportiva -a un precio ajustado-, capaces de desafiar a cualquier conductor de sangre fría que compra un coche con, y por, el corazón.

Destacable

– Motor contundente, elástico y progresivo.
– Comportamiento y tacto al volante extremos.
– Función Synchro Rev Control del cambio manual.

Mejorable

– Maletero.
– Visibilidad trasera.
– Muy radical para uso diario.

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