Mini Cooper S

40 fotos
Autor: Autocasión
07 de diciembre, 2010
En hoyMotor, probamos la última evolución de la versión Cooper S del recién renovado Mini. Ahora rinde 184 CV de potencia, que lo catapultan hasta los 100 km/h en 7 segundos, y ronda los 230 km/h de velocidad punta.
El último restyling de la gama Mini, además de leves retoques estéticos -en los paragolpes, los faros, los pilotos traseros, ahora con leds, y los intermitentes-, lanza una evolución para el Cooper S que gana 10 CV respecto a su antecesor de 174. Así se acerca al tope de gama John Cooper Works –JCW-, que mantiene intacta su cifra de potencia.
Esta versión del Mini planta cara a los Abarth 500 esseesse y Punto Evo, Alfa Romeo MiTo 1.4 TB Quadrifoglio Verde, Citroën DS3 Racing, Seat Ibiza CUPRA, Skoda Fabia RS y Volkswagen Polo GTI -también habrá un A1 con la misma mecánica, rival directo de este Mini, que rendirá 5 CV más que sus primos-, por citar a los últimos bólidos urbanos en llegar.
Interior
Dentro del Mini poco cambia, salvo algunos mandos de la consola central. Por lo demás, la calidad de realización y ajuste es la de costumbre.
La postura al volante es como la de un kart; vas cerca del suelo, pero sin problemas cuando entras y sales de él. Otra cosa son las plazas traseras, de acceso y salida justos. Si pasas de 1,70 m de altura, detrás de tí no caben las piernas de los dos adultos que podrían acompañarte.
Aunque la peor parte, sin duda, se la lleva el maletero que es mínimo; la compra y poco más. Para viajes largos seguro que metes algo en la parte trasera.
Los más de 25.000 euros que tienes que pagar para aparcarlo en tu garaje, un precio elevado a pesar de sus aires premium, incluye todo lo que se espera de un coche de su caché: control dinámico de estabilidad DSC -con control de tracción y asistente de arranque en pendiente-, volante multifunción de cuero con control de crucero y mandos para la radio y el teléfono, pomo del cambio en cuero, spoiler trasero, asientos deportivos, botón sport, faros antiniebla, climatizador, elevalunas eléctricos, ordenador de viaje y radioCD lector de MP3 con entrada auxiliar y 6 altavoces.
Como opción sin coste puedes optar por el paquete de medidas eficientes MINIMALISM –start/stop, recuperación de la energía de frenado…-. El cambio automátco -con modo secuencial y levas tras el volante- de 6 velocidades cuesta 1.590 euros. Extras como la suspensión deportiva –207 euros-, los neumáticos run flat para llantas de 16 y 17 pulgadas –93 euros-, llantas bitono para ruedas 205/45 R17 –1.228 euros-, alarma –330 euros-, retrovisores con plegado automático y calefactables -con limpiaparabrisas calefactables, 258 euros-, acceso y arranque sin llave -537 euros-, líneas blancas en el capó -114 euros-, paquete de visibilidad -con sensor de lluvia, retrovisor interior antideslumbrante, parabrisas calefactable y sensor de luces, 320 euros-, techo solar panorámico eléctrico -inclinable delante y detrás, 1.011 euros-, cristales oscurecidos –186 euros-, asientos de cuero -en torno a 1.000 euros, según el tipo-, asientos delanteros calefactables –300 euros-, asistente de aparcamiento trasero -362 euros-, faros bixenón con lavafaros –712 euros-, paquete de luces interiores ajustables en cinco tonos -176 euros-, autoblocante delantero electrónico –165 euros-, navegador –2.218 euros-, control por voz -300 euros-, sistema de 10 altavoces harman-kardon –764 euros-, bluetooth –434 euros o 753 euros con adaptador snap para cargar el teléfono, ambos ofrecen puerto USB- y la pintura metalizada –465 euros– los llevaba la unidad probada.
Comportamiento y Prestaciones
Cuando te subes a un Mini tienes claro que vas a divertirte muchísimo gracias a su puesta a punto. Te espera un chasis con reacciones de kart en el que la dirección va de cabeza a donde quieres, a la mínima insinuación con el volante. Y lee cada imperfección, en parte por las llantas de 17 pulgadas de nuestra unidad. Aunque hay que reconocer que se ha aburguesado un poco de suspensiones, ya no son tan secas como en ediciones anteriores. El cambio manual de 6 velocidades, a pesar de su suavidad, sus desarrollos y recorridos larguitos y la peculiar inclinación de la palanca hacia el asiento del acompañante, es una delicia que te incita a jugar, mientras disfrutas de un sonido gordo que regala petardazos -emitidos a través de su doble escape central– cuando reduces, subes de marcha o simplemente la aguantas; sobre todo cuando lo llevas alto de vueltas. ¡Qué pasada!
La entrega de potencia es total desde abajo y lineal según sube de vueltas, sin vacíos. Con el botón sport activo, las respuesta del acelerador se vuelve más inmediata y la dirección ofrece un poco más de resistencia. Es con esta configuración con la que nosotros nos quedamos para disfrutar del coche; aunque es un tanto radical cuando transmite la potencia al suelo, ya que las ruedas delanteras no pueden con tanto par y no traccionan, lo que te obliga a sujetar el volante con firmeza cuando abres gas y no llevas la dirección recta.
Como decíamos este bloque sobrealimentado se muestra lleno a cualquier régimen y es capaz de estirar hasta 6.800 rpm -más o menos- con brío. En zona virada y al límite la agilidad que gasta es de locura -su peso ronda los 1.200 kg, según el equipamiento-, como su giro plano; y aunque su tendencia es subviradora, la trasera siempre acompaña para redondear el viraje. El coche que ves en las fotos montaba el autoblocante delantero electrónico que corrige el subviraje nada más abrir gas, metiéndote en la curva a saco; esto exige medir cuánto giras. Por otro lado, en curva rápida es un rayo y muestra un aplomo demencial, a pesar de su batalla inferior a 2.500 mm.�
Los frenos, con discos de 294 mm de diámetro -ventilados- delante y 259 mm detrás, permiten deceleraciones enérgicas y continuas sin acusar fatiga, en distancias mínimas. Sólo, después de varias clavadas intensivas comienzan a desfallecer.
Para hacer ciudad, la tecla sport desactivada se agradece en los brazos -que gozan de una dirección más suave- y el consumo -anuncia 7,3 litros en ciudad, 5 en carretera y 5,8 de media, todos a los 100 km-. Dándole, no lo vimos bajar de 10 litros en el ordenador. El Mini Cooper S mantiene la esencia de lo que es un kart de calle con el que divertirte, dentro y fuera del tráfico urbano. Eso sí, ten claro que sólo podrás compartir tu pasión por la conducción con tu acompañante y que no podréis llevar equipaje para meses sólo en el maletero.
Destacable
– Motor de prestaciones deportivas.
– Chasis radicalmente ágil.�
– Comportamiento y prestaciones potenciados en modo sport.
Mejorable
– Equipamiento de serie.
– Habitabilidad trasera y maletero.
– Precio del coche y coste de las opciones.
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Comentarios
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