Mini Beachcomber Concept

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Autor: Autocasión
16 de diciembre, 2009
El aterrizaje del primer Mini SUV de la historia es inminente. El sorprendente ensayo Beachcomber parece la antesala de su lanzamiento.
La creatividad de los responsables de Mini parece no tener límites. En todo caso, el filón que el renacer de la marca ha supuesto para su propietaria, BMW Group seguirá viento en popa cuando aterrice, a finales de 2010, un nuevo integrante de la familia que se sumará a las carrocerías normal, alargada o Clubman y descapotable Cabrio.
Se trata de una alternativa todocamino a modelos de élite tipo BMW X1, Toyota Rav4 o Volkswagen Tiguan, previsiblemente llamada Crossman -a su vez derivado del estudio Crossover Concept-, cuyos trazos anuncia el ensayo de idéntico nombre, y ahora otro prototipo basado en aquel y denominado Beachcomber Concept, que será desvelado en sociedad en el próximo Salón de Detroit -16 a 24 de enero de 2010-. Este es una alternativa todavía más lúdica, un modelo radical y abiertamente recreacional de 4 plazas reales con carrocería completamente abierta. De hecho, y salvo por su «esqueleto» (bastidor) mínimo, carece de puertas y techo para integrar con toda la intensidad posible a su aventurero pasaje en el entorno, sea urbano o campero.
Entre otros, se caracteriza por una elevada posición de conducción, un sofisticado sistema de tracción total ALL4, una avanzada suspensión y un flexible habitáculo. El acceso, como cabe imaginar, es comodísimo. De todos modos, incluye un techo de lona -que se prolonga por los laterales en su parte superior, con piezas plásticas transparentes a modo de ventanillas- y unas ligeras puertas de fibra desmontables por si la cosa se pone fea. Según apunta el fabricante, todo se instala con facilidad y en pocos minutos.
El diseño, compacto y Mini 100%, luce faros semi ovalados tridimensionales -ojo, podrían ser nueva seña identitaria para futuros modelos de la marca-, parrilla hexagonal con luces de largo alcance integradas, faldón con antinieblas enrasados, intermitentes diagonales en la prolongación de los pilares delanteros A, capó abombado -síntoma de su mecánica sobrealimentada-, llantas de 17 pulgadas y cubiertas específicas todoterreno. A todo ello, sus cortos voladizos y su notable altura libre hasta el suelo deben conferirle una notable aptitud offroad.
Mini asegura que el espacio natural del Beachcomber Concept es, como su propio nombre apunta, la playa. De algún modo, recoge el testigo legado por el Mini Moke de los años 60, un transporte súper minimalista competidor del Citroën Mehari que gozó de notable éxito -14.500 unidades hasta el cese de su producción en Inglaterra, aunque luego siguió fabricándose en Australia y Portugal- en mercados tropilcales como vehículo de uso recreativo. También el Beachcomber Concept reduce la carrocería y cualquier otro elemento superfluo a la mínima expresión. Hasta la parrilla se inspira en la del Moke, mientras que el sistema ALL4 tiene un precedente de campanillas: el ensayo Moke propuesto por Alec Issigonis -inventor del Mini- en 1963 llevaba 2 motores, un por eje.
La planta mecánica propuesta para este modelo de aproximadamente 4 metros de longitud pertenece a la familia de 4 cilindros de la oferta Mini. Para asegurar la seguridad pasiva va provisto de sólidos pilares frontales A, complementados por una barra en el pilar D. La estructura al completo está cristlizada en acero de ultra alta resistencia. Sin embargo, su aquilatada tara y lo ingenioso del diseño asegura un bajo centro de gravedad que debe conferirle una agilidad notable.
Dentro los asientos son independientes. Los respaldos traseros son completamente abatibles para ampliar el volumen y la superficie de carga -el maletero básico es razonable-, lo que permite introducir bicicletas de montaña debidamente estibadas. Al ser abierto, también puede llevar con facilidad objetos recreativos extra largos, como tablas de surf.
Para esta disposición incluye una mampara móvil y configurable que garantiza la seguridad de conductor y acompañante. La zaga adosa un compartimiento similar al que los 4×4 clásicos incluyen para la rueda de repuesto. Aquí no hay, porque los neumáticos son Run-flat, de modo que ese hueco oficia como mini maletero adicional, por ejemplo para guardar complementos de playa como toallas, calzado de surf y otros que en ese entorno se requieren a mano.
Por cierto, como en todo Mini el velocímetro Center Speedo se mantiene en posición central. Al ser abierto no requiere tantas salidas de ventilación como un turismo convencional, de modo que algunos de los huecos de aquellas son utilizados por altavoces de bajos del sistema de sonido e instrumentación específica offroad, ésta esférica e inspirada en el sector aeronaútico. Entre otros, cuenta con una brújula a la izquierda y un horizonte artificial a la derecha del Center Speedo. El segundo muestra el ángulo del vehículo alrededor de sus ejes transversal y longitudinal.
Sus deportivos asientos se apoyan, en el caso del copilto, en un asidero frontal ideado para circulación lejos del asfalto. Tapizado, colores y guarnecidos se basan en elementos naturales como el aire, el agua o el fuego. Los plásticos al alcance de la mano y la vista, lucen una estructura granular que remite a la tierra seca. Una consola alargada -desde el salpicadero hasta el maletero-, llamada Center Rail y similar a la vista en el Crossman, comunica a los pasajeros delanteros y traseros, y permite fijar dispositivos de música móviles tipo iPod.
Oficia de reposabrazos y adosa guanteras -tiene varias, algunas específicas para gafas de buceo y complementos de ciclismo, ideal para triatletas- y posavasos. Es más, cuenta con un conducto eléctrico longitudinal que permite cargar y conectar móviles y MP3 en cualquier punto, pero también linternas, neveras portátiles, ordenadores portátiles o navegadores móviles de forma segura.
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