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Mazda MX-5

Mazda MX-5

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22 de septiembre, 2006

La tercera generación del MX-5 ha crecido en tamaño y sofisticación, pero mantiene el carácter y toda la deportividad de auténtico roadster que hizo famoso a este modelo desde su primera entrega a finales de los 80

  • Comportamiento



  • En marcha



  • Refinamiento



  • Prestaciones



  • Interior y maletero



  • Equipamiento



  • Puesto conducción



  • Espacio y practicidad



  • Valor de compra



  • Consumo y mantenimiento



  • Calidad y fiabilidad



  • Seguridad



Comportamiento

Radical y deportivo. En el MX-5 no se puede buscar comodidad, pues todo está pensado para transmitir las máximas sensaciones al conductor. Las suspensiones, aunque tienen más recorrido y son algo más flexibles que en el anterior modelo, siguen siendo duras, el motor emite un sonido metálico que en un principio resulta muy excitante, pero que después de muchos kilómetros llega a resultar algo molesto porque se hace notar bastante. Pero a pesar de todo esto resulta tremendamente divertido. El cambio se acciona con una extraordinaria rapidez y la dirección le da una agilidad fantástica. El MX-5 obedece a cualquier solicitud del conductor de una forma inmediata y las reacciones propias de un tracción trasera, que en un vehículo de este tipo podrían ser muy bruscas, quedan bien filtradas por el control de estabilidad, pero siempre manteniendo un margen para la diversión.

Refinamiento

En un vehículo de este tipo no se puede pedir refinamiento como el que se espera de un turismo de cierto nivel. No es cómodo, ni silencioso, el refinamiento hay que buscarlo en la exclusividad de su estilo y en la buena calidad de todos los materiales y de su terminación que le dan un aspecto robusto y fiable. Además, existe una amplia línea de accesorios para personalizar el MX-5 a gusto del cliente, algo que puede darle todavía más exclusividad.

prestaciones

Sólo dos motores están disponibles en el MX-5 y, por supuesto, de gasolina. El primero es un 1.8 de 125 caballos con cambio de cinco velocidades, más que suficiente para disfrutar de la conducción deportiva y de las sensaciones que ofrece este biplaza, y un 2 litros de 160 caballos mucho más rápido y radical, que se ofrece, en función del acabado, con cajas manuales de cinco o de seis velocidades. Son motores ya conocidos en modelos de Ford y Mazda, fiables y de funcionamiento muy alegre que suben de vueltas con rapidez gracias a la ligereza del MX-5 y a los cortos desarrollos de las cajas de cambio.

Equipamiento

Este divertido Mazda cuenta con un equipamiento correcto en todos los aspectos, aunque dependiente de las versiones varía ligeramente. En cualquier caso elementos como el climatizador, ABS, control de tracción y estabilidad y equipo de sonido con mandos en el volante están presentes en casi todas las versiones. Las más lujosas añaden la tapicería de cuero y los asientos calefactados, además de un equipo de sonido mucho más potente y sofisticado, pero no hay elementos como navegador o luces y limpiaparabrisas automáticos.

Puesto conducción

Sentarse detrás del volante del MX-5 es situarse a los mandos de un auténtico deportivo, en una posición muy baja y estirada y completamente rodeado por el salpicadero y el enorme túnel central de la transmisión. El volante sólo puede regularse ligeramente en altura, no en profundidad, y el asiento no tiene regulación en altura. Todo queda perfectamente ubicado, aunque un poco cerca del cuerpo y a algunos les puede parecer agobiante, pero es el puesto de conducción de un deportivo de verdad. La corta palanca del cambio queda en una posición perfecta y la visibilidad es buena, teniendo en cuenta que vamos muy bajos, pero con la capota puesta la visión hacia atrás es muy justa porque el pequeño tamaño de la luneta y la forma de la capota.

Espacio y practicidad

En un vehículo de este tipo no se puede pedir refinamiento como el que se espera de un turismo de cierto nivel. No es cómodo, ni silencioso, el refinamiento hay que buscarlo en la exclusividad de su estilo y en la buena calidad de todos los materiales y de su terminación que le dan un aspecto robusto y fiable. Además, existe una amplia línea de accesorios para personalizar el MX-5 a gusto del cliente, algo que puede darle todavía más exclusividad.

Consumo y mantenimiento

A pesar de su tamaño reducido y un peso también contenido, los consumos del MX-5 no son muy ajustados por su carácter tan deportivo. Los cortos desarrollos del cambio que le dan tanta agilidad y nervio pasan factura en el consumo, pues hacen que el motor funcione alto de vueltas en todo momento. El mantenimiento en los servicios oficiales Mazda se sitúa ligeramente por encima del precio habitual en las marcas generalistas, pero sin llegar a ser excesivo.

Calidad y fiabilidad

Los Mazda siempre han gozado de una gran fama de robustos y fiables y la prueba es que el MX-5 en particular, es un vehículo muy cotizado en el mercado de ocasión, incluso las primeras series con bastantes años encima. Una buena construcción, materiales de calidad y unas mecánicas fiables aseguran su durabilidad y buen envejecimiento.

Seguridad

El actual modelo no ha pasado por las pruebas de choque, pero el anterior obtuvo cuatro estrellas, por lo que el nuevo MX-5 debe obtener al menos esa calificación. El equipo de seguridad incluye los airbag frontales y laterales, pero el control de estabilidad sólo se ofrece con el motor de 2 litros. Un detalle importante es que los arcos de seguridad situados detrás de los asientos son sólo de adorno, pues son de plástico y no realizan ninguna función de protección, un fallo importante en un descapotable, cuando la mayoría de los vehículos de este tipo ya tienen sistemas de protección más sofisticados.

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