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Mazda CX-7

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30 de julio, 2007

Mazda debuta en la corriente SUV con el CX-7, un modelo que además de amplitud y confort sus argumentos hacia una vertiente más deportiva y de la que carecen muchos de sus rivales. Diseño atlético, corazón MPS de 260 CV, cambio manual y, de momento, nada de diésel

Mazda debuta en la corriente SUV con el CX-7, un modelo que además de amplitud y confort sus argumentos hacia una vertiente más deportiva y de la que carecen muchos de sus rivales. Diseño atlético, corazón MPS de 260 CV, cambio manual y, de momento, nada de diésel



Ya parece una constante que cada semana se dé la bienvenida a una marca que debuta en el segmento de los SUV. Las ventas obligan y éstas dicen que en la actualidad es el sector más activo y exitoso y parece que la racha seguirá hasta 2010. El último en llegar ha sido el Mazda CX-7, un vehículo que la firma nipona ya comercializa en Estados Unidos y Japón y que ahora recala en Europa con un «traje» a la medida y gusto del cliente del Viejo Continente.


El CX-7 es un SUV compacto (no premium) de filosofía deportiva. Su diseño atlético (el frontal recuerda en parte al RX-8) y un motor de altas prestaciones le diferencian de buena parte de sus rivales. Se trata del mismo propulsor que montan el Mazda 6 MPS y el Mazda 3 MPS, es decir, el conocido 2,3 litros turboalimentado que ofrece 260 caballos de potencia. Si esto ya es una garantía en cuanto a prestaciones, quizás más llamativo sea su elevado par motor gracias al empleo de la inyección directa (un 10 por ciento de ganancia). De hecho los 38,8 mkg que rinde están por encima de rivales con mecánicas V6 de mayor cilindrada. Para sacarle todo el rendimiento, el CX-7 apuesta por un cambio manual de seis relaciones exclusivo para Europa y de manejo exquisito.


Este modelo recurre a una suspensión delantera tipo McPherson y a un eje trasero multibrazo. A diferencia de las versiones americanas, el chasis se ha retocado para potenciar la dinámica. Así, el CX-7 se sometió a maratonianas pruebas en el circuito de Nürburgring y se tomó la decisión de introducir refuerzos en la carrocería, endurecer la suspensión, aumentar la eficacia de las estabilizadoras, realizar ajustes en la dirección y montar unos neumáticos más silenciosos. No hay cambios en el sistema de tracción total con reparto activo del par. En condiciones normales se comporta como un tracción delantera, pero si se detecta una pérdida de adherencia el sistema actúa y el diferencial electromagnético situado en el eje posterior puede mandar hasta un 50 por ciento del par a las ruedas traseras.

El CX-7 es un crossover de talante deportivo que no aspira apenas a dejar el asfalto. Su diseño atlético y motor de altas prestaciones son parte de su carta de presentación.

En nuestra toma de contacto pudimos comprobar la eficacia y maneras de este nuevo modelo. El propulsor invita a llevarlo alegre de vueltas (sube casi hasta 7.000 rpm), pero por la zona baja también trabaja a conciencia. El cambio y la dirección son rápidos y precisos y el tarado de suspensión tirando a duro, tanto que en zonas de asfalto irregular puede resultar algo molesto para un conductor que busque un SUV de «seda». Error, porque ya hemos comentado que este modelo tiene un enfoque claramente deportivo.


El interior del CX-7 europeo también goza de unos ajustes y acabados superiores, aunque el salpicadero carece de material mullido y la guantera de luz o refrigeración. El interior es amplio y la modularidad aprueba, pero sin matrícula de honor. El maletero ofrece 455 litros de capacidad y el práctico sistema Karakuri de Mazda permite abatir el respaldo trasero (60/40) sin esfuerzo y con rapidez. Para completar el atractivo de este modelo, el CX-7 se ofrece exclusivamente con el acabado Sportive. Esto implica un amplio equipamiento de serie. Para abrir boca mencionar elementos como el climatizador, tapicería de cuero, techo eléctrico, faros de xenón y antiniebla, sensor de luces y lluvia, asientos eléctricos y calefactados, control de crucero, equipo de sonido Bose con cargador de CDs, seis airbag, control de estabilidad, llantas de aleación de 18 pulgadas, cristales traseros tintados… Todo por 37.000 euros.


El CX-7 estará disponible en agosto y las previsiones pasan por vender 550 unidades en un año completo. Esta cifra podría aumentar claramente si, como parece, dentro de  14 meses la gama se ampliara con una mecánica diésel, a todas luces más popular por estas latitudes.

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