Land Rover Discovery 4: lo ponemos a prueba para ti

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Autor: Autocasión
05 de junio, 2012
Nada más ver el enorme Land Rover Discovery 4, vienen a mi mente imágenes de la caza del zorro (los fans de Top Gear saben de qué hablo), de lords ingleses en el campo, de largos caminos embarrados y paisajes lluviosos por descubrir… Aventura y sofisticación, esto es lo que propone este británico. Pero, ¿está hecho para ti?
Lo primero que tienes que tener para hacerte con el nuevo Land Rover Discovery 3.0 SDV6 HSE son 65.820 euros. Has leído bien, ya que este Land Rover cuesta más de 10 millones de las antiguas pesetas.
Lo segundo, aunque no es imprescindible, es una amplia campiña en la que poder transitar con él (suponemos que si tu economía está tan saneada como para permitírtelo, la casita de campo no es problema). Y lo tercero, cierto nivel de sofisticación: eres todo un “gentleman” o una “lady” que jamás renuncia a una dosis de aventura.

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Esto es lo que se me pasa por la cabeza mientras me acerco al enorme Discovery, imponente con su casi 1,90 m de altura y 4,8 de largo (una plaza de garaje amplia es otro de los requisitos, por cierto). Desde su lanzamiento en 2009 ha merecido 36 galardones y no me extraña: ahora, su porte señorial se actualiza con elegantes detalles como las nuevas llantas o los raíles del techo, pero sin caer en lo estridente o demasiado “tunero”. Transmite la solidez y seguridad de un búnker y eso me gusta, aunque me surge una duda: con semejante tamaño y peso -2.700 kilos-, ¿qué tal se moverá?
El Land Rover Discovery 4 y su motor prodigioso
Para que el dilema se resuelva cuanto antes, Land Rover deja claro mediante el sonido que emite al arrancarlo que el Discovery 4 se moverá como tú quieras. Bajo el capó hay 255 CV, 10 más que en la versión anterior del motor 3.0 diésel más potente, listos para obedecer en cuanto se lo pidas. Y te aseguro que es literal: basta con rozar el acelerador para que esta mole salga disparada. Sujeta con fuerza el volante, que nos vamos.

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La marca explica que el par del Discovery 4 es de 600 Nm (una cifra descomunal) a sólo 2.000 rpm, que el 95% de la fuerza está disponible de forma instantánea y que cuenta con dos turbocompresores secuenciales paralelos. En la práctica, esto significa que empujas ligeramente el pedal con el pie derecho y sólo te da tiempo a pensar: “Madre mía… ¡cómo corre!”. Lo más gracioso es que seguramente no hayas pasado de los 50 km/h, pero los habrás alcanzado tan rápido que tendrás que llegar hasta el siguiente semáforo para que se te quite la cara de asombro. En su lugar, aparecerá una sonrisa de “ajá, así es cómo se juega… Muy bien, juguemos”. Ya te has hecho con el control.
Para gestionar toda esta potencia, cuentas con una caja de cambios automática de ocho marchas. Ocho. Apareció por primera vez en 2011 y ya destacó por su comodidad y suavidad: la transición de una relación a otra apenas es perceptible. Si no quieres dejar que el sistema realice todo el trabajo, hay un par de levas tras el volante con las que podrás manejar la transmisión a tu antojo. No hay manera de hacerlo desde la tradicional palanca, ya que ésta no existe; se ha sustituido por un selector giratorio que incluye la posición “Sport” para ofrecer una aceleración y un paso de una velocidad a la siguiente más rápidos.
[auto_quote quote=»La “caja mágica”» quote_title=»Una respuesta para cada situación» quote_description=»Esta caja de cambios de ocho velocidades hará mucho más por ti que lidiar con 255 CV. Si fuera hace frío o calor, si hay curvas o si quieres conducir de una determinada forma, la transmisión lo “sabrá” y actuará en consecuencia.»]
Si la caja de cambios detecta que en el exterior la temperatura es alta, seleccionará una marcha más corta, con el fin de aumentar las revoluciones del propulsor y del compresor del aire acondicionado: ¡voilá! El habitáculo se enfría más rápido. Si, por el contrario, fuera hace frío, la mecánica funcionará a mayor régimen para acortar el tiempo de calentamiento. Además, su sistema de detección del modo de conducción determinará su respuesta según tu “estilo” (deportivo o más calmado), mientras que el dispositivo de reconocimiento de curvas evitará cambios indeseados en las carreteras más retorcidas analizando también el uso del freno. ¿Quieres adelantar a un gigantesco camión? No hay problema, ya que no estamos ante una transmisión secuencial: puede saltarse hasta seis marchas, ofreciendo una respuesta más rápida a la hora de rebasar otro vehículo.
Nos vamos de picnic con el Land Rover Discovery 4

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Lo más adecuado es una merienda en la campiña de la que hablábamos antes, así que metemos la cesta de picnic en su maletero de ¡1.260 litros! (algo menos si haces uso de sus siete plazas) e introducimos las coordenadas de nuestro destino en su navegador offroad. Sólo con este detalle, ya te das cuenta de que estás ante un todo terreno muy serio, nada de SUV’s con los que divertirte en una pista de tierra. El Land Rover Discovery 4, con su tracción total permanente, puede ir mucho más allá… y lo demuestra.
Para llegar al idílico paraje donde pondremos a prueba este Land Rover hay que hacer un par de cientos de kilómetros por autopista, donde es realmente complicado mantener velocidades legales: en cuanto te descuides, estarás superando los 120 km/h. El Discovery rueda de forma tan suave, sus suspensiones absorben tan bien los baches y la dirección es tan precisa que aporta una sensación de seguridad muy alta… Por desgracia, el consumo también sigue esta tónica y quizá aquí se borre tu sonrisa: 8,8 litros cada 100 kilómetros como cifra media oficial, que superará los 9 si te pasas de “alegre”. En su depósito caben 82,3 litros de diésel y, estando al precio que está, no hacen falta muchos cálculos para averiguar que pagarás más de 100 euros si quieres llenarlo. Aunque quien se compra un coche de más de 60.000 euros no está preocupado, precisamente, por el gasto de carburante…
Encaro una carretera de montaña y en las curvas cerradas la carrocería de este Land Rover apenas se balancea. La suspensión se revisó en 2010 y casi resulta increíble que pueda sujetar las inercias de esta “mole” con tal eficacia. La dirección incrementa su sensibilidad en los giros pronunciados, lo que contribuye al aplomo del vehículo. Y, si las cosas se complican, el control de subviraje interviene de forma automática, reduciendo la velocidad del Discovery 4 hasta que recupera la compostura.
Se trata del mismo principio aplicado al control de aceleración en pendientes, un sistema muy útil en la conducción 4×4: si quien está al volante no activa el control de descenso, este dispositivo puede limitar el ritmo a 5 km/h durante 20 segundos. Unido al asistente de arranque en cuestas y, sobre todo, al aclamado Terrain Response (que permite seleccionar un programa adaptado a cada terreno: piedras, barro, nieve, arena…), da como resultado el Mr. Hyde de este Dr. Jekyll: un tipo asombrosamente refinado y eficaz sobre el asfalto, convertido en un rudo explorador cuando el camino se complica.
El interior del Land Rover Discovery 4: una casita de lujo

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Por difícil que sea la ruta, los modales refinados del Land Rover Discovery 4 están siempre presentes y se manifiestan en el trato a sus ocupantes. Como habrás imaginado, en el interior abunda la calidad, los materiales nobles y los ajustes sin tacha de cada junta. Los mandos de los intermitentes o los limpiaparabrisas, con biseles cromados, dan un toque “extra” de distinción al modelo 2012, que en esta versión “tope de gama” ofrece todo lo que puedas pedir: cuero, un sistema de sonido firmado por Harman Kardon con 11 altavoces, temporizador para que el climatizador se ponga en marcha antes de que llegues al coche (debería ser obligatorio en todos los vehículos), pantalla táctil a color…
Podría seguir desglosando la lista hasta el infinito, pero es mejor que lo mires en la ficha técnica. Yo te contaré que la vida a bordo de este Land Rover es muy cómoda: el puesto de conducción cuenta con tantos reglajes que parece un traje a medida, todos los mandos tienen un tacto excelente, hay suficiente espacio para los pasajeros de las plazas traseras (como es habitual, los de la tercera fila de asientos encuentran un acceso algo complicado y una amplitud más limitada, por lo que es recomendable dejarla para los niños o los adultos más pequeños)… Para quedarse a vivir.
¿Será el Land Rover Discovery 4 3.0 SDV6 tu próximo coche?
Aunque sus responsables afirmen que “establece una categoría propia”, lo cierto es que el Land Rover Discovery 4 cuenta con rivales tan reconocidos como el Audi Q7, el Porsche Cayenne, Volkswagen Touareg, BMW X5… Todos ellos tienen un halo de lujo con el que competir contra nuestro protagonista, aunque habrá quien prefiera la capacidad offroad más que demostrada de un Toyota Land Cruiser o un Jeep Grand Cherokee, algo más asequibles. Lo bueno del Land Rover es que combina lo mejor de los dos mundos con mucho acierto: alta distinción (británica, of course) por dentro y un 4×4 de verdad cuando se requiere. Y tiene ya una larga tradición en ambos terrenos, algo que sus seguidores siempre aprecian.
¿Buscas un coche como éste?
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